Los alrededores de Katmandú, son realmente espectaculares, pero su visita –si no se es un poco pillo y tratas de colarte de todas las formas posibles-, sale bastante cara. Si algo te trae de cabeza, en este país, es la ladronería y choriceo, que se ejerce hacia el extranjero, casi de forma generalizada.
Pashupatinath
No es de extrañar, que esto ocurra, dado que los primeros en dar ejemplo, son los poderes públicos, sableando al turista –a veces con cantidades astronómicas, como en el caso de Bhaktapur-, por visitar lugares públicos, como una plaza, un ghat –sagrado o no- y hasta una ciudad entera. Afortunadamente, lo ajustado del presupuesto, nos ha hecho tirar de perrería, y de momento, hemos visto más de un 90% de las cosas, sin abonar una sola rupia. ¡Qué se jopan!. Y lo digo,alto y claro.
Pero, ha sido a base de pasar estrés, que comienza en la parada de buses vieja, donde se cogen los cacharros para todos estos destinos. Allí debes conseguir –y no es fácil y relajado-, que no te cobren lo que les da la nepalí gana, por llevarte a cualquier parte.
Luego, la propia policía –in person-, se encarga de que el guiri, mientras ve pasar a todo el mundo sin pagar nada, desaloje su cartera en la billetería, que suele tratar de controlar estratégicamente, los atractivos a contemplar, pero que deja agujeros por donde colarse –salvo y solo parcialmente, en Pashupatinath-. Investigando con paciencia, se consiguen buenos resultados. Y no solo es el dinero, que te ahorras, sino las risas que te pegas.
Patan
Poca más presencia policial, hay en el país, salvo para tocar las narices en las carreteras –y no mucho- o para pasarse una hora de reloj, tomando un te, sentados, placidamente, en el banco de un puesto callejero.
Después de pasarlo mal, es cuando llega la hora del disfrute: Bhaktapur es, sencillamente, uno de los mejores lugares del viaje y Patan –aunque más modestamente-, ofrece atractivos imprescindibles, en cualquier viaje a Nepal. Aunque, algo sobrevalorado, Pashupatinath, sí que merece una mañana y otra, para la estupa de Bodhnath
Si alguien quiere, que le explique con pormenores, como colarse en cada uno de estos lugares, que lo solicite, en el capitulo de los comentarios.
Bhaktapur
En cuanto a la comida y en contra de lo previsto, hay buenas noticias, aunque la realidad tampoco sea para tirar cohetes. Al ya cansino chow mein –que engullimos, casi cada día, desde nuestra estancia en Calcuta-, hemos añadido a nuestra dieta, el momo (especie de raviolis, rellenos de carne –la más barata es la de buff, que no sabemos ni queremos saber de que es, qunque también los hay de pollo o verduras- y diversos vegetales fritos rebozados –con un recubierto más crujiente, que el de la India, sobre todo cuando se enfría-, como coliflor, patatas –en trozos y no en maldito puré especiado, como sus vecinos del sur-, cebollas… Lo que le sobra a esta cocina, es el omnipresente comino, que además aparece, engrandes cantidades..
Mañana, nos vamos en bus nocturno, a Janakpur –algo no previsto- y en dos días, retornamos de la misma manera, para poner punto final a este fantástico y muy ajetreado periplo de seis meses. ¡Lástima, que nos halla fallado, Bangladesh!.