Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Lesotho es el Africa, que veniamos buscando

       En Sudafrica, entre las seis y las siete de la tarde, la ciudades desaparecen, mientras va anocheciendo. Toda la infraestructura callejera, se desmonta en minutos y se van formando eternas colas en las paradas de los microbuses, que llevan a los suburbios.

      En casi todos los hoteles te advieten, de que a partir de esa hora, evites la calle. Lo que alienta nuestra paranoia es, que los que insisten, son los que presentan puertas de las habitaciones de papel y cerrojos muy vulnerables.
                                                                   Maseru 
      Lo mejor, que se puede hacer al anochecer es, relajarse tomando cerveza, en el garito mas cercano al hotel. Son sitios autenticos, bien decorados, con billares, musica etnica demasiado alta -que los lugarenos eligen pagando, en las maquinas de discos-, siempre futbol en la tele, espontaneos y espontaneas bailando con arte y definitivamente, buen rollo (hasta las 8 de la tarde, donde ya quedamos, lo peor de cada casa).
 
      Lo mejor del viaje hasta ahora, ha sido nuestro paso de dos dias por Lesotho. Este es el Africa, que venimos buscando y no el de Sudafrica. Mercados vibrantes -algunos puestos, son simplemente, cuatro palos cruzados, que sustentan bolsas de basura-, gente que se desvive por agradarte o para ensenarte a chocar los cinco, en Lesotenho (mucho mas complicado y artistico, que en espanol). Cada vez que haces una foto es un alboroto, lleno de comentarios y risas y de sorpresa agradecida, al verse reflejados en la pantalla de la camara.
 
                                                                                                  Maseru
      El pais es montanoso y cuenta con bellos paisajes, aunque eso es lo de menos, comparado con la calidad humana. Cruzamos la frontera andando. A mitad de camino, de los diez kilometros que nos separan de Butha Buthe, se nos unen dos jovencitas, que nos acompanan durante el resto del camino, entre charlas y cachondeo. Comimos en un puesto superhumilde, lleno de sonrisas y de gente, que nos observaba, con mucha curiosidad. Por diez rands (un euro), degustamos rica carne guisada, con vegetales, salsa de curry y toneladas de Mealie pap -una insipida pasta de harina de maiz, que por si sola, es bastante sosa-.
  Maseru (Lesotho)
      El viajero en Lesotho, es el autentico centro de atencion y de carino. Pasearse por Maeru, es sentirte una estrella de rock o del futbol.
Maseru
      Curiosa ciudad esta: Una rotonda central, separa la calle principal (con algunos bancos, tiendas de ropa y un peculiar centro comercial) de la zona de los puestos destartalados, repartidos por gremios (peluqueros, comidas, ropa y calzado...). es epoca de lluvias y esta ciudad y el pais, tratan de sacar la cabeza de los barrizales y los interminables y profundos charcos. Quien fuera pato, aqui!!!.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Rayos y centellas frustran, el primer intento de entrada en Lesotho

                                                                                        Maseru
Estamos empapados hasta los huesos y nuestras mochilas han resultado, casi anegadas. Es verano austral, pero en estas condiciones, estamos temblando de frio. Dos chicos de Bangladesh, empleados de una gasolinera, a doce kilometros de la frontera con Lesotho, nos socorren y nos dan conversacion, despues de haber recibido en nuestras carnes, la primera cornada contundente, del Africa subsahariana.
                   Camino de Bhuta Bhute
            Se nota, que son inmigrantes. No es el sudafricano medio -como ya hemos comprobado varias veces-, una persona que socorra a los extranjeros, que muestre inquietud o curiosidad por ellos o que trate simplemente, de ser simpatico. Tampoco, se muestran hostiles, sino solo indiferentes.
     
            Sin embargo, estos dos nuevos amigos, nos buscan alojamiento, nos invitan a cambiarnos en la gasolinera -inutil, porque todo esta mojado-, nos pretenden convidar a cenar, una vez que estemos instalados y sobre todo, muestran gran curiosidad por nosotros, por Espana, por nuestra comida, los precios, la forma de gobierno y la ruta de nuestro viaje.

            Hace un par de horas, un microbus nos dejo en un cruce, senalandonos la direccion hacia la frontera de Lesotho y asegurandonos su conductor, que era facilmente accesible a pie. Empezamos a andar, reconfirmando la informacion, con un grupo de chicas, que habia en la poco transitada carretera. El cielo, ya nublado desde por la manana, empieza a ennegrecerse de forma envolvente, como nunca habiamos visto antes. Comemos sin deternernos un instante y con las mochilas a cuestas, para alcanzar el destino cuanto antes.
                                                                                                                 Maseru
            Llevamos hechos cuatro kilometros, por tierra de nadie, sin saber si estamos mas cerca del paso fronterizo o de Fouriesburg, el nucleo poblado, mas cercano de Sudafrica. Se levanta una ventolera infernal, que nos arremolina contra la cuneta o que nos lanza, contra el centro de la carretera.

            Caen los primeros rayos y truenos, con un estruendo asustante. Es seguro, que el pararrayos mas cercano,  se halle a varios kilometros de distancia. Un golpe de mala suerte y nos vamos para el otro barrio. Cuando esto esta ocurriendo, hace ya diez minutos, que hemos dado marcha atras.

            El cielo ya no puede oscurecerse mas, cuando enormes bolas de granizo impactan, agresivamente, sobre todas las partes de nuestros cuerpos. Tratamos de parar un vehiculo, en cualquiera de las dos direcciones, pero nadie siquiera, aminora la marcha. Si esto sigue asi -y lo hizo durante cuatro horas-, no solo perderemos nuestras pertenencias, efectivo, moviles y camaras de fotos incluidas, que ya damos por anegados, sino tal vez, algo mas.
                                     Maseru
            Los segundos son minutos y los minutos... Finalmente y al borde del cataclismo, una destartalada furgoneta se detiene. Corremos hacia ella. Aun tenemos, que rebuscar en el equipaje un cuchillo, para cortar la correosa, vieja y sucia cuerda, que ata la puerta de atras.

            Dentro, aun nos seguimos empapando, pero tras recorrer seis kilometros, al fin y exhaustos, recalamos en un lugar seguro. Estos hechos demuestran, que lejos de estar cerca de licenciarnos en Africa, aun asistimos a clases de parvulitos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cosas que nos sorprenden de Sudafrica

   Durban     Después de unos cuantos días en Sudáfrica, aun no sabemos, por qué no hay ni motos, ni perros en este país. Lo que si empezamos a tener claro es, que el organismo de un negro subsahariano, se regula de forma distinta al de un blanco. En el interior de algunos autobuses interurbanos y edificios, con mas de 30 grados y bochorno, nosotros sudando y ellos, tan panchos. Algunos, hasta con manga larga y polar. Lo que para nosotros es un horno, para ellos resulta un frigorífico.

       Pero, blancos y negros, si tenemos como punto de confluencia, el fútbol y la cerveza. Disponen de marcas excelentes -se beben en botellas de 75 cl.-, al igual que de vinos.

       Este es el país con más centros comerciales, supermercados, neveras de refrescos, billares y peluquerías, del mundo. ¡¡Lo juro!!. Respecto a estas ultimas, las hay desde las mas elegantes, hasta portátiles, bajo unas lonas en plena  calle. No solo te hacen las típicas trencitas, sino que ofertan hasta 48 cortes distintos para chico, expuestos en un cartel, tan alegremente. Sudáfrica es una nación tan colorida, gracias a su buen gusto: Nunca se ve a una sola mujer mal conjuntada, a pesar de la variedad cromática de sus ropas o con el turbante -o como se llame el gorro/pañuelo- desaliñado.
                                                                                                               Ciudad del Cabo
Hace un par de días, vimos la primera vuvucela. Más bien, nos la trataron de vender a cinco rands (50 céntimos). Era, promocional de Coca Cola y ni sonaba (o nos faltaron pulmones).

Aún, infinidad de gente trata de sacar partido en sus quehaceres diarios, a camisetas amarillas -de baja calidad-, que debieron regalar masivamente, durante el mundial (aunque hoy en los puestos callejeros, te las venden por cuatro euros).

          Nos llevamos grandes recuerdos de Durban, en forma de playas y crisol cultural afroasiático. Pero también, decenas de picaduras de mosquitos. La guerra la perdimos, claramente. Pues, en dos noches, solo seis o siete de ellos causaron baja (menos mal, que esta vez tomamos Lariam, profilaxis contra la malaria.

          Escribo desde Pietersmarizburg, en un decadente bar de las afueras, en un township, al lado de nuestro aún mas decrépito hotel. Las camareras -como si se tratara de la prisión de Alcatraz-, sirven detrás de rejas, por lo que resulta difícil, agarrar tu cerveza (por supuesto, después de soltar el dinero). La televisión y el espacio de maquinas tragaperras, también se hallan enjaulados. Aun así, la vida sigue como si tal cosa.
                                                                                                Pretoria  

jueves, 9 de diciembre de 2010

Primeros dias en Sudafrica

    El unico vestigio del caos aereo, provocado por los controladores hace dos dias es una pintada, en uno de los banos de chicas: “Hace dos anos, que no pintaba en un bano. Controladores, hijos de puta. Me habeis jodido las vacaciones”.
                                           Johannesburgo
                El pequeno avion, rumbo a Tripoli, sale con una hora de retraso. El aeropuerto de esta ciudad es, de los mas arcaicos que hemos visto en el mundo. En una infecta, humeda y calurosa caja de cerillas, nos amontonamos los pasajeros, mirando una pantalla, anterior al nacimiento de Bill Gates; un bar primitivo, con precios del futuro, un estanco gigante –mas que un dutty free, porque solo venden tabaco- y una tienda de recuerdos horteras, completan el triste panorama. Ademas, de las omnipresentes fotos de Gadafi, que asegura haber combinado el socialismo y el Islam, como si fuera tan facil de mezclar, como un ron Pampero, con coca cola.

                Para hacer el transito de un vuelo a otro, en apenas 200 metros, nos piden un par de veces el pasaporte y hasta seis, la tarjeta de embarque. Nos han dado plazas separadas en el avion, a pesar, de que va medio vacio.
                                                                Johannesburgo
                Sin embargo, Afriqiyah Airways es una muy buena linea aerea. Avion Nuevo –casi recien salido del horno- y tres comidas copiosas, en las ocho horas, que dura el vuelo a Johanesburgo. Ni en la guia, ni en intenet, hay informacion fiable sobre como llegar, desde el aeropuerto a la ciudad. Educadamente, todo el mundo nos trata de enganar, para arrimar el ascua a su sardina y sacarnos el dinero. Al final, el que mas honrado y barato nos parece, es un taxista ilegal. Dios mio, estamos yendo con un fuera de la ley, en la que dicen, ciudad mas insegura del mundo!!. Pero, afortunadamente, nuestro instinto no falla.

                Mala fama, no le falta a esta ciudad, pero, no es para tanto. El centro es, absolutamente seguro de dia y por la noche, basta con tomar taxis. Conviene evitar el metro y el tren, que comunica con Pretoria. Johanesburgo, merece mucho mas la pena, de lo que pone en las guias. Muy colorida. Y para comer, te compras tu propia carne en una carniceria y te la haces tu mismo, en las planchas de la calle. Aqui son carnivoros de todo.  Se adquiere la mercancia, se guisa y no preguntes, de que animal se trata.
                                           Durban
                Ayer llegamos a Durban, tras ocho horas de autobus. A las seis de la tarde, la ciudad queda vacia y se torna peligrosa. Nos han tratado de abrir la mochila tres veces, mediante maniobras de despiste. Despues y para relajarnos, hemos matado la tarde en el bar del folkclorico hotel, cerveza tras cerveza. En la Mesilla de la habitacion hay siete condones. Como nos lo vamos a pasar!!.  Fuera de risas, aqui el SIDA es un problema gordo.

                Estamos en la ciudad, donde nos gano Suiza, pero donde en las semis vencimos, a una caballerosa Alemania.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Si los controladores aéreos lo permiten, comienza el viaje

            Ayer, nevaba con intensidad. Cuando empezó, ya había anochecido y los hijos de nuestros vecinos de chalet, hacían deformes muñecos de nieve en el parque (que otros críos destrozaron con saña, al día siguiente por la mañana). Me resultó difícil imaginar, que en tan solo tres días, íbamos a pasar de los cinco grados bajo cero de aquí, a los 30 del verano austral, en Johannesburgo. Bueno, claro: siempre que los sinvergüenzas de los controladores aéreos, los militares o quien narices, se haga cargo del tráfico aéreo el lunes, nos lo permita.
                                                                                                                           Reserva de Milwane (Suazilandia)
            Los preparativos del viaje han finalizado con éxito (salvo la baja del teléfono y el ADSL, que la dejamos para el último momento). Incluido el montaje del Árbol de Navidad, que ya lleva colocado en la buhardilla, más de una semana. Aquí se quedará, vigilando nuestro hogar y dándole ambiente navideño, hasta nuestra vuelta, el día que toque.
Bloemfontein (Sudáfrica)
            Si no hay noticias importantes, esta es la última entrada del blog desde España. En poco más de 48 horas, volamos a Johannesburgo y ya será, desde Sudáfrica, desde donde os contemos nuestra aventura. Con mayor o menor frecuencia, dependiendo de los acontecimientos y de la aceptación, que entre vosotros, tenga el blog.

            Gracias por vuestros comentarios, que nos animan un montón

jueves, 2 de diciembre de 2010

Menos de 100 horas para el inicio de esta aventura

                                                                                               Victoria Falls (Zimbabwe)
           Restan, poco más de tres días para nuestra partida. Se respira inquietud. Somos viajeros expertos y conocemos 90 países, pero aún no estamos bautizados, en el África subsahariana. Y eso, que empezamos por la zona VIP del continente, por países como Sudáfrica, Namibia y Botswana (o tal vez no, porque el siguiente destino, después de Pretoria, aún nos es desconocido). Todavía quedan de atar algunos flecos, pero la mayor parte de los preparativos, ya han culminado.



            El martes, 7 de diciembre, sobre las cuatro y media de la madrugada, aterrizaremos en Johannesburgo. En un principio, no pretendemos pisar siquiera esta ciudad. No tiene nada interesante y sí, bastante inseguridad. Así, que partiremos hacia la cercana Pretoria (60 kilómetros).             Johannesburgo (Sudáfrica)



            A partir de aquí, todo son elucubraciones, aunque también hay tomada, alguna decisión. No visitaremos el PN Kruger. Ya habrá sitios, a lo largo del continente, para observar animales (sean los cinco grandes o los siete magníficos). Nos da mala espina, un sitio tan turístico y encima en una época, tan exuberante de vegetación, en la que resulta más difícil, ver a las fieras. También hemos leído unas cuantas opiniones, de gente decepcionada, que se ha ido de esta reserva, viendo muy poca cosa. Las razones de esto deben de ser, la vasta extensión del parque y que los animales, no siempre tienen las mismas costumbres y van a los mismos sitios, a cazar, comer o descansar (como si creo, que ocurre en otros lugares de África, como Tanzania).



            Otra cuestión es, si visitaremos Soweto. Nos encantaría, pero los tours que vimos desde Johannesburgo, no son nada baratos. Me temo, que desde Pretoria, aún lo serán menos. Tal vez, probemos en algún otro township, más adelante, en Ciudad del Cabo (por supuesto, siempre con guía).



            Desde Pretoria, probablemente, partamos hacia Swazilandia (Mbababne), a 349 kilómetros. No sabemos, que es lo que veremos en este país. Posiblemente y por la costa, luego tiremos hasta Durban, a 541 kilómetros (donde perdimos con Suiza, pero ganamos a Alemania, en las semis, de la querida Copa del Mundo). Haremos alguna parada intermedia, por la costa. La ciudad  merece la pena, aunque no es tampoco muy segura (pero, sin paranoias).

                                                                                                                            Reserva de Mlilbane (Suazilandia)



            De ahí, a Pietermaritzburg (78 kilómetros), Ladysmith (160 kilómetros), Bethlehem (174 kilómetros), Clarens (39 kilómetros) y Maseru, en Lesotho (163 kilómetros). Precisamente, en Ladysmith, Dundee y Newcastle decidiremos si hacemos organizada, la Ruta de las Batallas.



            Posteriormente, retornaremos a Sudáfrica, bien hacia Ciudad del Cabo –probablemente, sin pasar por Bloemfontein- (1.091 kilómetros) o Port Elizabeth (674 kilómetros). Es más probable, la segunda hipótesis, para poder acometer las denominadas, montañas Drakensberg y la denominada Ruta Verde: Plettemberg (229 kilómetros, desde Port Elizabeth), Knysna (31 kilómetros), Hout Bay (504 kilómetros) -descartando, Oudtshoom, a 123 kilómetros, al norte de Knysna-, Ciudad del Cabo (20 kilómetros)



            Otra opción, desde Lesotho, es no pasar por Porth Elizabeth e ir directamente, hasta Plettemberg (829 kilómetros). Perdonad tantos datos y cifras, pero a nosotros nos vienen muy bien, para tenerlo almacenado aquí, poder consultar durante el viaje y tomar decisiones.



            Naturalmente, este es el recorrido –sin rastros de reservas animales- más ambicioso y agotador, que probablemente, no cumpliremos nunca, porque las distancias en Sudáfrica, son enormes. ¿Y volar?. Lo que vemos desde aquí, no sale muy barato. Habrá que estar atentos, a que precio tienen los vuelos internos, in situ. Pero, desde luego, hacer en avión un trayecto largo, sería muy agradecido. Y más, cuando después de Ciudad del Cabo, tenemos otra vez que tirar hacia el norte, para conectar con Namibia.

                Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

            En cuanto al alojamiento, vamos sin ni siquiera la primera noche reservada. No hemos encontrado buenos precios en internet. Y en relación con la guía, nos llevaremos la completa de África, de Lonely Planet. Queríamos, haber comprado la de la parte oriental, pero le faltan bastantes países, de los que pretendemos visitar.



            Proyección de itinerario en Namibia (no hay nada decidido, ni siquiera visitar el país, pero permitidme almacenar aquí, un pequeño proyecto): Empezaríamos por Noordoewer (685 kilómetros, al norte de Ciudad del Cabo). Desde Springbox, hay 124 kilómetros, a la frontera con Namibia. (Vioolsdrif, lado sudafricano, a 7,5 kilómetros, de la ciudad de Namibia). Luego, Fish River Canyon –espectacular-, Sesriem Canyon, Sossusvlei –que buena pinta tiene-, Windhoek –la capital-, Swakopmund y PN Etosha.



            De ahí, al corredor del Caprivi, al delta del Okawango en Botswana –donde exploraremos el norte, cataratas Victoria y río Zamweze...

                                                         Cuchamano (Mozambique)

            En cuanto a la profilaxis de la malaria, la tomaremos al principio del viaje, hasta llegar a Durban (dado que hay varias zonas de riesgo, en Kwazulu Natal y Swazilandia) y la suspenderemos, hasta alcanzar la capital de Namibia, para volver a retomarla, allí.
                                                             Harare (Zimbabwe)

sábado, 27 de noviembre de 2010

Cambio de planes: rumbo a Johanesburgo

           Ha habido un cambio de rumbo. Los planes iniciales de volar a Emiratos Árabes Unidos, han caído en el olvido. La culpa la han tenido, el precio de los vuelos a partir de la segunda quincena de diciembre, que nos hacía imposible conectar –después de visitar los Emiratos y Omán-, con el sudeste asiático o con Japón y con Corea, la situación de preguerra, en este último país y que salvo Myanmar, el resto del sudeste de Asia, lo tenemos muy trillado.
                                            Johannesburgo Sudáfrica)
            Aunque, realmente y pensándolo bien, los argumentos expuestos anteriormente, son de mucho menos peso que el decir, que nos vamos a África, simplemente, porque es el viaje que tocaba, ineludiblemente, llegado este momento. Como luego y si salimos de este, tendría que caer India, que por diversas razones, siempre se nos acaba de resistir.

            Así, que hemos rescatado planes del pasado y nuestro primer destino de esta aventura, será Johannesburgo, en Sudáfrica (creo, que nuestra primera visita, debería ser el estadio Soccer City, donde no ha mucho, ganamos la Copa del Mundo de Fútbol). Aún no es definitivo, porque no hemos comprado el vuelo, pero lo haremos, muy probablemente, este mismo fin de semana. La fecha de partida sería el 6 de diciembre, con la compañía libia, Afrikiyah, a un precio el trayecto de ida, de 251 euros. En un principio, un superchollo. Por eso, queremos investigar si esta oferta, puede contener un lado oscuro o situaciones imprevistas, antes de meter el número de tarjeta de crédito y darle al “click”.

            En los viajes largos de 2.008, nos hicimos un calendario de 20 semanas, en las que fuimos realizando los trámites necesarios –que no son pocos-, de preparativos del periplo. Esta vez, los hemos tenido que comprimir, en tan sólo tres. Andamos en días muy activos, renovando el pasaporte, yendo a revisión al dentista y otros médicos, comprando nuevas tarjetas de la cámara, dando de baja algunos consumos como el teléfono/internet, yendo al centro de vacunación… Muchas y muchas cosas, a veces, algo estresantes.
                                                       Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
            Respecto a este último asunto, llevamos a cabo la rutinaria visita a vacunación exterior –ahora ya no sé llama así, pero es lo mismo-, hace una semana. Aún no sabíamos donde íbamos a ir, pero nos pusimos en lo peor y les anunciamos, un recorrido entre Sudáfrica y Etiopía, a través de Suazilandia, Lesotho, Namibia, Botswana, Zambia, Malawi, Tanzania, Uganda, Kenia y Etiopía. Vamos: la parte más “light” de África, donde hay menos conflictos de diverso tipo y donde las enfermedades –en teoría- son algo más generosas.

            Salimos encantados. Nos atendió la jefa del departamento. Es la primera vez, que topamos con alguien, realmente competente y escasamente alarmista (no es fácil). Todas nuestras dudas quedarron resueltas.

            Lo primero y como nosotros ya sabemos, desdramatizó el tema de la malaria. Y es que es así. Porque cada año, enferman de ella 500 millones de personas y solo mueren, uno y medio (un porcentaje, que ronda el 0,3 por ciento). Nosotros nunca, en los 90 países visitados, hemos tomado antimaláricos (aunque sí hemos llevado tratamientos de choque, por si contraíamos la enfermedad). La prevención, además, siempre es lo más importante.

            Esta vez y después de mucho pensárnoslo, si tomaremos la profilaxis. África no es el sudeste asiático, Centroamérica o Sudamérica. Las posibilidades de contraer la enfermedad –que aunque pueda no ser mortal, debe dar un buen achuchón, a nuestros cuerpos occidentales-, es realmente alta, sobre todo, yendo por periodos largos.
                              Cuchamano (Mozambique)
            Tomaremos mefloquina, en forma de Lariam (llevamos 6 cajas, para los dos). Sí. Ya sé que tiene una fama horrible y tal vez merecida, por sus efectos secundarios, pero no recomiendan ingerir Malarone, más de mes y medio o dos meses seguidos (eso, los protocolos europeos, porque parece que los estadounidenses, no ponen pegas a tratamientos más largos).

Como segunda opción –por si el anterior tratamiento nos hace daño-, llevamos doxiciclina (aún no sé, que marca). Como tratamiento de choque, cuatro cajas de Malarone (hidrocloruro de proguanil). Ante posibles síntomas, hay que tomar cuatro pastillas de una vez, durante tres días. También incluiremos en nuestro botiquín, Resochin y Paludrine –de neustros viajes por Asia y América-, aunque en África no son muy útiles, debido a la alta resistencia de los insectos, a la cloraquina.

De todas formas, la malaria es mucho más frecuente y dañina en el oeste del continente, que en el este.

Sobre lo que más nos insistieron –mucho más que sobre la malaria-, es sobre ponernos la vacuna contra la rabia. Quedamos bastante impresionados al saber, que es una enfermedad mortal, ante cualquier mordedura y que solo dos personas –cercanas a una UVI-, se han salvado. Pero, no nos da tiempo a ponérnosla, porque son tres pinchazos, en 21 días. Luego, si te entra, te tienen que inyectar dos dosis más. Trataremos, de mantenernos a una distancia prudencial de los animales.
                                                                                        Pretoria (Sudáfrica)
También rechazamos, ponernos la de la gripe y la hepatitis A. En este último caso y por nuestra edad, ya estamos inmunizados. Tampoco nos administrarán, la de la hepatitis B, al transmitirse está enfermedad mayormente, por relaciones ssexuales con desconocidos (muchas más casos, que de SIDA).

Sí estamos tomando la del cólera (bebida en dos tomas, en semanas consecutivas). Fiebre amarilla, tétanos-difteria y fiebres tifoideas, ya las tenemos de viajes anteriores.

Otros consejos que nos dieron, fueron lso siguientes:
                                                                                                                                Johannesburgo (Sudáfrica)
-No bañarse nunca en ríos. Es muy fácil contraer enfermedades, como la esquistosomiasis, entre otras muchas.

-Vestir ropa clara y no usar perfumes, al amanecer y al anochecer (lo de siempre).

-Lavar las ropas en permetrina, diluida en agua (aunque en la farmacia nos traten de convencer, de que esto no se puede hacer). Es muy eficaz como repelente y sirve, para cuatro o cinco lavados, antes de volverlo a aplicar.

-Obviamente, el uso de repelentes con Deet. Pero, a diferencia de otras veces, no nos trató de vender ninguna marca, en concreto.

-Nos sorprendió sobremanera, que no dedicara ni una sola palabra al dengue.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Un día (3 de diciembre) y un destino (Abu Dhabi)

            La fecha probable –no definitiva- de nuestra partida, es el 3 de diciembre. En realidad, sería el 2. Porque, ese día volaríamos a Milán o Roma, desde donde a la jornada siguiente, conectaríamos con Abu Dhabi o Dubai, en Emiratos Árabes Unidos y volando con Egypt Air, por 210 euros.
                                                                                                                                                         Dubai
            Con bastante pena y de momento, hemos descartado Adiss Abeba, como punto de partida del viaje. Nos ha entrado cierta responsabilidad y hemos pensado, que un viaje a través de África, requiere un poco más de tiempo, de preparativos. Pero, el periplo entre Etiopía y Sudáfrica, acabará cayendo y a no tardar mucho.

            Por elucubrar, que no quede, pero de momento, sin ninguna base cierta y sin siquiera, haber estudiado los destinos. Desde Emiratos podríamos, ir a Omán por tierra y tras recorrer el país, volar a Bangkok, desde Dubai o Abu Dhabi, por unos 230 euros, con Gulf Air. Si así fuera, es seguro que el siguiente destino sería Myanmar. Después, Corea y Japón se encuentran en todas las quinielas. Pero, todo esto es un hablar por hablar. Lo que si parece muy viable y a falta de resolver unos flecos, es que en unas 72 horas, tengamos ya los boletos para EAU.
                                      Dubai
            Esta mañana fuimos a renovar nuestros pasaportes. Les quedan seis meses y diez días para expirar, pero muchos de los países del mundo, no te permiten entrar con vigencias inferiores a medio año. En la oficina de expedición son tan cuadriculados, que no nos los han querido renovar, hasta que no falten exactamente, los seis meses. ¿No sería más fácil, que nos lo hicieran ya y pusieran la fecha de validez nueva, para el día que toque y no hacerte ir dos veces?. ¿Qué hacemos, si al reservar el boleto aéreo, la compañía en cuestión, nos pide el número de pasaporte (unas lo solicitan en la misma reserva y otras, posteriormente)?

            También, hemos cumplido la rutina de ir a sanidad exterior. Pero, eso os lo cuento otro día, en otro post. Porque, de todas las veces que hemos acudido –y son muchas-, ha sido la ocasión en que nos ha atendido la persona más competente.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Inminente viaje con destino desconocido

             Andábamos dudando, entre si comenzábamos ya, el previsto viaje de tres meses a África oriental o afrontábamos de inmediato, nuestra deseada vuelta al mundo, de un par de años, por Asia, Oceanía y algunas zonas que nos quedan, de América. Finalmente, hemos optado por una tercera vía, aún más salvaje: iniciar un viaje, con un único billete aéreo y sin tener ni idea, de cuales serán los siguientes destinos

Cataratas Victoria (vistas desde Zimbabwe)

            Tampoco, nos establecemos un margen temporal. Como se indica en la presentación, si las cosas se dan mal, podría durar solo dos días y si los vientos son favorables, desarrollarse durante cincuenta años o lo que nos quede de vida. ¿Para que ponernos cortapisas?. Si hemos conseguido imponernos a la rutina, ¿por qué atarnos a un itinerario o a un tiempo?. Solo, pensaremos en dos destinos a la vez, en cada momento: el que  estamos y el siguiente. Nada más. Tal vez sea una escalada más, en la búsqueda de emociones

                                                                                                                                    Beira (Mozambique)

            Esta forma de afrontar las cosas está inspirada, en nuestra propia experiencia y en concreto, en los viajes largos, que hicimos en 2.008. Nos pasamos meses, organizando el periplo por América y luego, fue bastante diferente a lo previsto. Por el contrario, nos lanzamos a la aventura, con un boleto a Bangkok y nada más y recorrimos gran parte del sudeste asiático en cuatro meses, sin más contrariedades, que en el continente americano. No hubo diferencia y ambos viajes, salieron bien. Entre otras cosas, porque no se puede planear, un itinerario de meses o de años. Estoy harta de preparativos. Lo que necesito es viajar.



            Naturalmente, no nos hemos vuelto locos. Y el viaje se guiará, por unos criterios de eficiencia, en la organización y en la administración de la economía. Haremos lo que el cuerpo nos pida, pero con unas pocas reglas. Vamos, que no iremos de India a Estados Unidos, retornaremos a Japón, para luego llegar hasta Canadá. Desconocemos también, el ritmo de nuestra aventura, aunque suponemos, que no será lento. Vamos, que no echaremos muchas raíces, en ningún sitio.

                           Camino de Chipata (Zambia)

            En los periplos largos de 2.008, decidimos no publicar nada, durante su realización. Así lo hicimos, finalmente. Ni siquiera, la web estuvo operativa. En esta ocasión, podréis seguir todas nuestras experiencias, casi en vivo, en este blog. En un principio, no habrá fotos –dan mucho trabajo y quitan tiempo de disfrute- y las entradas estarán espaciados en el tiempo (uno o dos a la semana). Pero tampoco, queremos hacer planes en este sentido. Ya iremos viendo, que da de sí la cosa.



            Las horquilla de fechas claves, ahora mismo, está establecida entre el 29 de noviembre al 5 de diciembre próximos. Es la semana prevista, para el inicio de esta pequeña locura.



No hemos aún seleccionado, ni siquiera el primer destino, aunque si hemos mirado los precios de los vuelos, a varios. Tres pueden ser, probablemente, los puntos de inicio del viaje: Etiopía, Dubai –o Abu Dabi- y Bangkok –allí donde ganamos la Euro, en junio de 2.008-, después de haber descartado Teheran, Río de Janeiro, Estambul, Ciudad del Cabo y Nueva York.