Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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lunes, 30 de octubre de 2017

Los números del séptimo viaje largo

                                                     Esta es de Hyderabad y las dos siguientes, de Tokyo
          Hablar de un presupuesto orientativo, para los países visitados en este periplo –o para cualquier otro lugar del mundo-, no resulta nada fácil, dado que cada viajero tenemos unas necesidades diferentes y buscamos niveles de comodidad distintos. Y, como se ha insinuado también ya, las tasas de cambio pueden ser muy diferentes, en una época o en otra, haciendo el viaje más caro o barato.

          En este periplo, además, se añade la circunstancia de la heterogeneidad del coste de las cosas, en los diferentes países transitados. Mientras en Japón, dos personas con un presupuesto limitado, se gastan casi cincuenta euros al día, en India o Tailandia, se puede vivir holgadamente, con menos de quince. Y por unos 10 ó 12, si se prescinde totalmente de las bebidas alcohólicas y de la cerveza.
Las dos siguientes son, de Bangkok
          No obstante y a pesar de las matizaciones anteriores, dejo aquí nuestras cifras de gastos, aproximadas, por si pueden ser de utilidad para alguien:


          -Gastos finales, incluyendo boletos aéreos y visados: 3535,94€.

          -Gastos totales, incluyendo visados, pero excluyendo boletos aéreos: 1866,36€.

          -Gastos totales, excluyendo visados y vuelos: 1.776,36€.

          -Media diaria de gasto, incluyendo boletos aéreos y visados: 37,61€.

          -Media diaria de gasto, excluyendo boletos aéreos, pero con visados: 19,85€.

          -Media diaria de gasto, excluyendo visados y vuelos: 18,89€

          No se han estimado las comisiones de cajeros, que pueden rondar los 3 euros -sólo en una extracción, en India, dado que en Tailandia, siempre tiramos de efectivo-, por ser una cantidad, escasamente significativa y por no formar parte real del viaje.
Hampi
          Tanto, los gastos como la media de gasto, son para dos personas, llevando una línea moderada de desembolsos, que incluye alojamiento en habitaciones dobles, normalmente con baño -económicas-, un desayuno generalmente ligero, una comida caliente -en lugares también baratos- y una cena, a veces caliente, otras veces fría y en ocasiones, sustituida por unas cervezas y snacks para picar.

          También, se integran los desplazamientos necesarios; los accesos a todas las visitas, que son de pago, que ha sido ninguna, gracias a nuestra habilidad para colarnos en unos cuantos sitios y a que en la India, afortunadamente, hay bastantes cosas, que son gratis y los escasos caprichos, que nos damos, porque no somos muy caprichosos, aunque si muy cerveceros -aunque debido a los elevados precios, en Tailandia, Malasia, India y Japón, hayamos tenido que racionar bastante, nuestro fundamental y líquido elemento).
K                                                    Kuala Terengganu
          Siguiendo este estilo de vida podríamos, establecer unos gastos totales diarios para dos personas y por país, dejando al margen el capítulo de los vuelos, que puede ser variable, dependiendo del destino, pero si incluyendo, los desplazamientos terrestres, en la horquilla siguiente. También esbozamos, los gastos totales en cada nación visitada

          Japón: 40-50 euros, de media al día y 427,86 euros de gastos totales.

          Tailandia: 10-15 euros de media diaria y 256,58 euros de gastos totales.   Bangalore

          Malasia: 12-18 euros de gastos medios, diariamente y un total de 415,87.

          Brunei: Unos 25 euros de media de gasto diaria y un total empleado de 74 euros, en esta breve aventura en el sultanato.

          India: 13 euros de gasto diario y un total de 518,72 euros.

          Nota: No se incluyen en este desglose, los gastos en visados, en los países que hay que pagarlos.
Leh
          Como se observa fácilmente, echando un vistazo a los datos expuestos arriba, los vuelos supusieron, en torno al 50% del total de los gastos, en esta ocasión. El alojamiento se llevó el segundo lugar, con aproximadamente, una sexta parte del gasto total (591,44 euros). El transporte público terrestre ocupó la tercera posición, a muy corta distancia del anterior capítulo, con un desembolso total, de 559,67 euros. Sin duda, más que en ocasiones anteriores

          Sacamos fuera del ranking, los gastos generales, por ser diversos, aunque mayormente, predomina la comida, la cerveza y las bebidas alcohólicas, que supusieron -con 625, 25 euros-, en torno al 15% del total invertido.
Yokohama
          Las visitas de pago supusieron un sorprendente y exitoso dato: 0 euros gastados. Visitamos, sin embargo, casi todo lo que había, que ver. Unas veces, porque se contempla, perfectamente, desde fuera y para qué pagar (habitual en India). Otras, a través de diversas tretas, entre ellas, colarnos. ¡Sí, ya sé, que está mal hecho!, pero tampoco está nada bien, que te cobren 50 veces más por ver algo, que a los indígenas. Y la mayoría -sobre todo en India-, porque no son siquiera de pago.


          Solamente abonamos los visados, de India, que supusieron unos noventa euros.

martes, 24 de octubre de 2017

Los peores momentos del séptimo viaje largo

                                                             Esta y la de abajo son, de Bangkok
          1º.- Sin lugar a dudas, el peor momento del viaje, por desconcertante y dilatado, más que por dañino o definitivo, fue cuando, en Bangkok, nos quedamos sin la posibilidad de utilizar nuestras tarjetas SIM del teléfono, lo que nos impedía poder confirmar las compras por internet con tarjeta de crédito, a través de los códigos, que se envían por SMS. Como ya sabéis, al final, el problema no era de las tarjetas, sino de lo teléfonos, pero eso no lo supimos hasta la vuelta.
Las dos siguientes son, de Kuala Terengganu
          2º.- Transitar por la carretera, de Manali, a Leh, donde realmente y a muchos metros de altitud, te juegas la vida, por su extraordinaria falta de mantenimiento y circulación de tráfico pesado. Afortunadamente, los conductores de los autobuses públicos tienen gran pericia y experiencia. El peor tramo se halla en el descenso del puerto principal, entre Manali y Keilong (absolutamente infernal).

          3º.- Llegar a Madras y después de caminar entre el denso e insoportable tráfico y el asfixiante calor, ser rechazados en un hotel -por ser extranjeros-, previamente reservado, en Booking, en un barrio desastroso, que engañosamente, se denomina, como zona Beach Para mas bemoles, iras y risas, se llama Vimal Mansion, cuando en realidad, se trata de una pensión siniestra einfecta),. Y todo, con el equipaje a cuestas y después de haber pasado una fatídica noche en el aeropuerto, de KLIA 2, en Kuala Lumpur y de haber tenido algunos problemas con la visa de la India.

          4º.- También, relacionado con el asunto de las tarjetas. Los cuatro minutos y medio, que trascendían, entre que solicitábamos una compra con tarjeta de crédito, avisábamos a mi padre y este, nos mandaba el código SMS, para confirmarla. Así sucedió y siempre, transcurriendo el mismo tiempo, para confirmar el pago de las visas, de India y obtener los billetes electrónicos para varios vuelos.
                                                                                                        Las dos siguientes son, de Leh
          5º.- Los quebraderos de cabeza con los autobuses en general, en India, que fueron los protagonistas negativos de este viaje. Autobuses, que no existían y que nos complicaron la vida, sobremanera; otros, que iban llenos hasta la bandera, uno tras otro; algunos, que permanecieron dos días cancelados, como los que iban, a Himachal Pradesh, desde Delhi, el 24 y el 25 de agosto; accidentes de vehículos pesados, que obstruyeron el tráfico y provocaron eternos atascos, a la espera de la llegada de las tardonas gruas...

          6º.- Las cancelaciones de trenes masivas, en todas las direcciones, pero especialmente, hacia el noreste, que nos impidieron terminar el viaje de la forma deseada, visitando Darjeeling y el estado, de Sikkim. Toda una pena y algo, que nos quedará pendiente para siempre, dado que lo más normal es, que no volvamos, a India.

          7º.- El ataque sufrido por mi pareja, ascendiendo al templo de los monos, de Shimla, por esos despiadados primates. Ni más ni menos, que cinco y no muy amistosos. Gracias a los lugareños y sus gruesas varas de madera, conseguimos disuadirlos. La cosa es, que la culpa fue suya. Vino uno, a pedirme a mi comida, de buen rollo y no se le ocurre otra cosa, que tirarle una manzana, que llevaba en el bolso. Salieron varios monos de la nada, pensando y no sin razón, que tenía más y reclamando su parte. Y ahora, con bastante peores mneras.                          Nahan

          8º.- Pasar casi 28 horas en un tren, entre Hyderabad y Delhi y además, con compañeros de viaje no demasiado recomendables. Para colmo y sin aviso, cerraron el grifo de la comida a la una y media de la tarde y nos quedamos sin almorzar, hasta las cuatro y media.

          9º.- Los diferentes cruces de tráfico imposible, muchas veces, ligados a las obras del metro y otras veces y por necesidad, siendo de noche. En dos de ellos y sin exagerar -Hyderabad y Delhi-, nos jugamos la vida, con altas posibilidades de sufrir un percance.
Hampi
          10º.- Vernos obligados, a pasar la noche en la estación de autobuses, de Shimla, tirados en el suelo -eso no es problema, porque estamos acostumbrados- y con escasa ropa de abrigo. Pasamos un frío inolvidable.

          Dejamos fuera, lo que fue el peor momento del viaje, con diferencia, por ser tan malo, que no se puede asemejar a los anteriores. Cogimos un tren, de Bangalore, a Hassan, vía Mysore. No teníamos reserva y nos tocó ir, en un principio, en el vagón de los enfermos, impedidos y discapacitados. Luego, nos echaron y subimos al de segunda general, mientras caía el diluvio universal.
                                                                                                         Manali
          De repente y en una estación no muy grande, suben dos policías. Uno de ellos, se sienta frente a mi. Empieza a mirar, a llamar por teléfono -insiste mucho, por lo que logro entender, que le expliquen el número de vagón donde deben intervenir- y a revisar decenas de formularios, en whatsapp. No nos dice nada, pero yo ya se hace rato, que se trata de mi.

          Como ya soy perro viejo y me ha pasado varias veces, en India del sur, saco la cámara y me pongo a mirar las fotos a corta distancia, observo la hora de la misma forma y el móvil. Entonces, el poli, decide iluminarme con su linterna -es su única herramienta, además de una enorme y arcaica pistola-, pasándomela por los ojos de un lado a otro. Me hago el tonto y el ciego.
Kuching
          Entonces y no sin antes volver a telefonear, para pedir instrucciones, se da cuenta, al fin, de que tengo un defecto visual congénito y no, de que voy borracho, como ha denunciado una señora hija de puta, que viaja en nuestro vagón.

          Al fin, abre la boca: “Where are you going?”. “Hassan”, respondo de forma tímida. “Arrive, one trhirty a.m.”, prosigue y se baja. Una gran templanza y aplomo para el, sin duda, momento más difícil del viaje. Porque en India, tiene casi más pena beber alcohol en público o ir borracho, que atropellar a alguien o poner en riesgo, la vida de otros conductores o peatones, con maniobras temerarias.
Mandi
          No incluimos en esta relación, ni las 14 horas de tránsito en el aeropuerto, de Moscú, ni las dos noches, que pasamos al raso, en Japón.


lunes, 23 de octubre de 2017

Los mejores momentos del séptimo viaje largo

                                                     Esta es, de Phuket y la de abajo, de Bangkok
        No fue un viaje de extraordinarios momentos, aunque si los hubo bastante buenos. Tampoco, afortunadamente, los hubo demasiado malos. De momento, os hablamos sobre los primeros.

          1º.- Tras varios días de desorientación y gestiones infructuosas, daar con la clave para resolver el problema de las tarjetas. Hablamos con el banco de más confianza, que no se amparará bajo la ley de protección de datos, como los otros, para cambiar nuestros teléfonos por el de mi padre. De esta forma, el nos mandaría los códigos de las compras al correo electrónico, dado, que también y al reiniciar el único teléfono, que funcionaba, habíamos perdido el whatsapp. Tiene mérito, porque mi progenitor tiene 77 años y no sabía nada de estas cosas.
Kuching
          2º.- Ver amanecer en diversos lugares, especialmente, contemplar a esa hora los templos de Kyoto o el lago, de Srinagar. Por el contrario y para nuestra desgracia, no recordamos ningún atardecer memorable.

          3º.- Encontrar, en la ciudad, de Hat Yai y sin esperarlo y después de padecer el problema de las tarjetas SIM, una agencia física, de Air Asia, que nos permitía reservar vuelos con el PIN de la tarjeta normal y no teniendo, que recurrir, a códigos por SMS. De esta forma, compramos boletos de ida y vuelta, a Borneo, desde diferentes puntos y ganamos dos semanas de margen, a la hora de tomar decisiones. No volvimos a ver otra agencia -y andamos mucho-, hasta llegar, a Kuala Lumpur, 10 días después.
                                                                                                              Kyoto
          4º.- Agradables paseos por los cascos peatonales de las ciudades del noroeste, de India: Manali, Shimla, Nahan, Kullu, Leh... Parece, que estás en otro país.

          5º.- Pasar el peor momento del viaje, estando en el aeropuerto, de KLIA 2, cuando al sacar los pasaportes para facturar, hacia Chennai, perdí de vissta 750 euros, que llevaba junto a ellos en el bolsillo interior. Fueron un par de minutos horribles, hasta que dimos con ellos. Habían caído sobre uno de nuestros bolsos, del mismo color, que la funda que los albergaba.
Todas las demás son, de Tokyo
          6º.- Conseguir en el primer hotel, de Kyoto y en menos de una hora de búsqueda, un vuelo desde Osaka, hasta Bangkok, por menos de 75 euros, con la compañía Scoot y además, para el día, que queríamos. Esto propiciaba, no pasar más días de la cuenta, en Japón, con mayores gastos, que en la capital de Tailandia.

          7º.- Los paseos por los mercados nocturnos peatonales, de Bandar Seri Begawan. También, la celebración de la fiesta china de Pesta Kebudayaan, en Kuala Terengganu

          8º.- Pasear sin rumbo, ni prisa, por el mercado de pescados, de Tokyo y por el del exterior, donde puedes almorzar a base de diversas degustaciones gratuitas. La cosa da para una mañana completa.

          9º.- Por error -o mentiras- en la información sobre autobuses, salimos de Hasan, hacia Shimoga, a media tarde, pensando, que allí nos tocaría pasar la noche a la intemperie y esperar a la mañana siguiente, para partir hacia Hampi. Pero, como ya he contado mil veces, la India siempre te sorprende: sale un vehículo cada media hora.


          10º.- El descubrimiento, en los supermercados, de Tokio, de esos refrescos -llamados, Strong 9-, que cuentan con nueve grados de alcohol y cuyo zumo resulta delicioso (especialmente y para nuestro gusto, el de naranja y limón mezclados y el de pomelo). Deben consumisre muy fríos. No menos memorable resultó, la salsa de pepino y guindillas -desconozco el resto de ingredientes, pero es verde y espesa-, que acompañó nuestros sándwiches vegetales, en la estación de autobuses, de Dhera Dun.

viernes, 20 de octubre de 2017

Mitos y falsas verdads sobre, Phuket, Malasia y Brunei

                                    Esta y la de abajo son, de Bangkok
          -”Celebrar tu luna de miel, en Phuket, será el momento más inolvidable de tu vida”. Poca historia vital vas a tener, si esta afirmación se cumple Phuket, como ciudad, es un sitio, que no está mal, con sus casas coloniales y sus tempos. Algunas playas de su entorno -no precisamente, la de Patong, que es la más concurrida-, no están nada mal. Pero de ahí, a pegarse doce o catorce horas de avión y gastarse un dineral en este evento, media un abismo.
Esta y la siguiente son, de Kuala Terengganu
          Las playas de Formentera o de Fuerteventura, por ejemplo y entre otras, se encuentran bastante más cerca y pueden culminar con total satisfacción, la boda de cualquier pareja enamorada.


          -”Malasia es un país de los más modernos y desarrollados del sudeste asiático”. Las famosas Petronas, el circuito de Sepang, las numerosas playas con supuestas infraestructuras turísticas..., pueden dar esa sensación engañosa al que no conozca el país, pero la realidad es, que el desarrollo y la modernidad de Malasia, se hallan más cercanas al nivel, de Tailandia, que al de Singapur.

          Hay ciudades, como Kuala Terengganu, que se ve que manejan dinero y aún así, tienen la mitad de las infraestructuras abandonadas o en construcción. Otras, como Alor Setar, dan una sensación de modernidad, que se diluye en el momento, en que te alejas del centro. Por el contrario, la mayoría resultan un poco o un mucho desastre -destacando, por encima de todas, Kota Bharu-, como la mayoría de países de la zona, con la excepción de la ya mencionada, Singapur.
                                     Esta y la siguiente son, de Kuching
          Las infraestructuras de las famosas islas Perhentian resultan escasas, insuficientes y muy precarias, dignas del tercer mundo. Pero, no tienen ningún problema en cobrar el ferry, que llega hasta ellas, a precios del prim er mundo.

          La propia Kuala Lumpur y en esta ocasión, se encontraba sumida en un insoportable caos, debido a las interminables horas del centro, que avanzan, a ritmo malayo, duplicando las fechas previstas de entrega.
          -”Malasia es uno de los países musulmanes más permisivos del mundo”. Malasia cuenta con mucha inmigración -fundamentalmente, procedente de China- y por eso parece, que la religión se viva de forma muy laxa en algunos lugares. Sin embargo y en toda la zona noreste -incluidas Besut y las Perhentian-, el integrismo islámico está a la altura de países musulmanes de corte muy radiccal. A mi, en Khota Baru, casi me pegan por ir en pantalón corto.
Kota Bharu
          -”Trabajas, como un chino”. Y eso se suele decir, pare referirse a personas, que laboran mucho y a casi todas las horas del horas. Sin embargo, la mayoría de los titulares de negocios de esta nacionalidad, echan la chapa sobre las cinco de la tarde y tampoco, abren muy pronto. ¡Vayamos cambiando nuestras ideas preconcebidas de toda la vida!.
Kuala Besut
         -”Borneo es una isla paradisiaca”. No voy a ser yo, que conozco sólo una pequeña parte, quien niegue esta afirmación. Sin embargo y como puede pasar con Bali, no todo el monte es orégano. Para hallar lugares idílicos, hay que tragarse muchos kilómetros de insulsas carreteras.

          -”Brunei es uno de los estados musulmanes más duros para el viajero”. Aunque el país está gobernado desde tiempos inmemoriales por una monarquía absoluta y desde hace un par de años se aplica la sharia, ya se encargan ellos de que el turista no lo perciba de ninguna forma. Bandar Seri Begawan es una de las ciudades más relajadas y relajantes del mundo, sobre todo, si se visita en fin de semana, debido a sus impagables mercadillos y al corte de la circulación en el ce4ntro.    Phuket

  ”Túnicas blancas, como vestimenta y hombres de a `pie, que viven de los negocios del petroleo”. No es difícil imaginarse así, a los habitantes, de Brunei, pero la realidad resulta bien distinta. A diferencia de Qatar, aquí la gente viste de forma muy dispar y bastante relajada. Incluso, la mayoría de las jóvenes, ni siquiera llevan velo (al menos, en la capital). Y lo del petroleo, tampoco tiene mucha pinta.
Bandar Seri Begawan
          -”Brunei es uno de los países más estrictos con la legislación anti-alcohol”. Esa fama tiene, pero la realidad es, que no se controla el equipaje en las fronteras y que además, se permite la entrada de una cantidad determinada de cervezas y de bebidas alcohólicas, incluso superior, a los de algunos países países no musulmanes. Eso sí, tiendas de bebidas espirituosas en la capital, no encontraréis, al menos, de forma visible. Pero seguro, que como en casi todas partes, existe un mercado negro
Miri
          En algún blog hemos leído, que a los nacionales, que salgan al extranjero y beban alcohol, les pegan una paliza a su vuelta. Y la verdad es, que nos ha entrado un ataque de risa.

martes, 3 de octubre de 2017

¡Adiós, a Kuching, con mucha pena!

                                                                Todas las fotos de este post son, de Kuching
          Somos – o soy, más bien- personas tan exigentes, que para nosotros un día perdido en u viaje largo, resulta un pequeño drama. No porque nos diera pereza ir a algún sitio -a veces sí, si es algo caro y cuestionable-, sino porque no soportamos ni por asomo, estar relajados o contemplando las musarañas. Parece, que pretendiéramos, que los asuntos incómodos, se resolvieran solos -vuelos, visados, largas esperas...- y nosotros, dedicarnos solo a ver y caminar.


          Ayer, fue un día de esos tontos, pero benditas tonterías. No hicimos nada de nada y como frustración de este viaje -no creo, que dure más de veinticuatro horas-, fue no ir al Parque Nacional Semenggoh, donde cuidan a los orangutanes y se puede ir a las horas en que les dan de comer. Pero, a cambio, entre nervios, documentaciones y reposo, arreglamos nuestros siguientes pasos.


          Una vez, que nos han confirmado la visa on-line, de India, en menos de 24 horas, decidimos y tras buscar vuelos, que otra vez toca ir al sur, a Chennai, a pasar calor. Pero, las ventajas son dos: se trata del vuelo más barato con diferencia y podremos cumplir nuestro sueño de volver, a Hampi, sin prisa -que raro en nosotros- y de camino, visitar los pletóricos templos, de Belur y Halebib.


          También, resolvimos, a priori, otro tema importante, como es el de apurar nuestros días en Malasia, sin pasar demasiado tiempo en Kuala Lumpur. Las Higlands, fresquitas y llenas de plantaciones de té, granjas de mariposas, fresas, abejas... y numerosos senderos selváticos, serán nuestro destino, fuera de la masificada capital. Hemos leído, que hay que evitar el sendero 9 y el 9A, donde los perros te atacan sin más miramientos o donde te sale un señor con un enorme cuchillo y no muy buenas intenciones (no es coña).

          En un plis plas y superado el problema de las tarjetas SIM, reservamos en apenas quince minutos y con la inestimable colaboración de mi padre, el vuelo para Madrás. Antes y con nervios, nos habíamos reinventado, una vez más, haciendo un extraordinario circuito solitario, desde la colosal mezquita y por el serpenteante río, a través de atractivos kampongs y acompañados a lo lejos por pescadores -con sus barquitas desde las que lanzan varias cañas, a la vez-, de los cruceros de guiris, de magnificas vistas de los monumentos locales y al final, de la impenetrable y frondosa selva. ¡Esta ciudad nos vuelve locos!.


          Sino hay novedad, mañana al anochecer volaremos, de retorno, a Kuala Lumpur.  

Kuching, la joya de Malasia

                                        Todas las fotos de este post son, de Kuching (Borneo, Malasia)
          Kuching es, sin lugar a dudas, la ciudad más bonita de Malasia y hasta poco más de dos semanas atrás, no teníamos noticia de su existencia. Además de ofrecer enormes atractivos a ambos lados del río -en uno de ellos, el bien acondicionado paseo fluvial, presenta un vibrante mercado nocturno-, cuenta con unos cuantos parques nacionales, donde hacer trekking, ver comer a orangutanes o encontrar la flor más grande del mundo, a una distancia prudencial de la ciudad, normalmente, accesible en transporte público. ¡Para quedarse una semana entera, sin problemas!


          Chinatown, la calle de la India -donde salvo un infecto y caro restaurante, no hay nada que recuerde a este país-, los numerosos edificios coloniales, los mercados, el centro cívico, el enorme y cercano parque del lago, te hacen convencer, además del tranquilo tráfico y los semáforos, de que no estás en Malasia. Apenas hay basura por la calle, aunque los eternos fosos -que cada día, veo más anchos y profundos- y el olor a humedad dulce, sí que siguen omnipresentes.


          La oferta hotelera resulta cara, aunque muy amplia y la gastronómica muy repetitiva, al estilo de todo el país, pero más exagerado. Diríamos, que Kuching y para presupuestos ajustados -para los holgados, poco más, aunque en lugares más elegantes- es el paraíso de los noodles cocidos instantáneos. Mal asunto, sobre todo, cuando apenas existen salvadores puestos callejeros de fritanga, salchichas o espaguetis fritos con verduras.

          Como anécdota, en una multitudinaria celebración, que estuvieron preparando todo el día, junto al río, el menú resultó ser: noodles cocidos con verduras, arroz con pollo, sandía, plátanos y el apestoso dulce de colores típico de aquí, al que no hay quién le hinque el diente (y eso, que es blandito).


          En la actualidad, y estando bastante avanzado, están construyendo un puente peatonal, que comunique ambas orillas del río y una mezquita, que van a dar aún más vistosidad, a este entretenido y tranquilo paseo fluvial.

          Nos cuesta entender -aunque barruntamos la respuesta- como el pan de molde, las sopas, las cuchillas de afeitar o el alcohol, pueden costar más del doble en un supermercado, que en una pequeña tienda de 24 horas.

          Y, eso, de que los chinos trabajan a destajo -como susodichos-, resulta un puro mito. Estamos comprobando, a lo largo del continente, que no madrugan mucho a la hora de abrir y que a las cinco, como muy tarde, ya están cerrando. Debe ser, que a Europa exportan a los más laboriosos, como campaña de imagen, como cuando nos mandaban a España a los rubios alemanes y ellos se quedaban con los morenos, que son la amplia mayoría.

          Estamos a punto de cumplir 50 días de viaje y seguimos tan felices.