Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 18 de junio de 2021

Del ratón, a Gijón (parte III)

         El regreso resultó realmente accidentado. Debíamos volver en un tren regional directo, pero a última hora y sin explicaciones, lo cancelaron.

                    El  resultado fue, que debimos tomar un cercanías, entre Gijón y Pola de Lena. Inmediatamente después, un taxi de ocho plazas con otros viajeros y el propio maquinista, rumbo a León. En esta ciudad, tuvimos una calurosa hora de asueto, que nos sirvió para visitar la catedral y constatar, que en los últimos años han peatonalizado muchas calles importantes. Finalmente, un servicio regional nos devolvió, a Valladolid, con casi tres cuartos de hora de retraso.

          El joven y amable revisor nos informo sobre la marcha, de que por llegar más de media hora tarde, teníamos el derecho al reembolso del 25% del billete, el cual se a de había producido.

       ¿Y del ratón? Cuando llegamos a casa no olía a cadáver. Más bien, al mejunje de amoniaco, lejía y menta, que habíamos montado. Tras abrir, sigilosamente, la puerta del salón, hallamos de frente su cuerpo sin vida, sin sin descomponer.          

          Constatamos, que cuando construimos ese sobrio muro de mantas y edredones, el animal se encontraba fuera de su guarida y nunca más pufo acceder, muriendo envenenado, tratando de salir por una puerta inaccesible para él.

          Pensamos, que tal vez, se hanys suicidado, al encontrar vacíos los platos de la lejía y el amoniaco, aunque tenemos dudas, porque los animales actúan por instinto y no tienen voluntad. 

          Entre una y otras cosas, pasar cuatro días en Gijón y sus aledaños, nos salió por tan solo 85 euros (descontando los gastos de comida y bebida, que habríamos tenido igual en casa).

jueves, 17 de junio de 2021

Del ratón, a Gijón (parte II)

                                                         Gijón

        Y sí, nos fuimos a Gijón, con una sensación extraña y algo aterradora, pero dispuestos a disfrutar de la escapada. Llegamos a la una de la madrugada, con un retraso de tres cuartos de hora. Pero, no nos importó, porque no alteraba nuestros planes y además, el billete del ALSA nos había salido gratis, aprovechando una de sus campañas promocionales. No habíamos cogido hotel e hicimos bien.

          La noche era estupenda y la animación, como hacía mucho tiempo, que no veíamos. Cientos de jóvenes -sin ningún pudor o precaución en abrazarse- celebrando el final de la EBAU o del curso. Ellos con traje y ellas, con vestido de fiesta y tacones, que en la mayoría de los casos, ya portaban de la mano. ¡Cantaba y tras la elevada ingesta de alcohol, que no se sentían muy cómodos en sus no habituales disfraces!

        Tras patearnos la ciudad y sus playas, a las cinco de la mañana y sin dormir -aunque si, tras un buen desayuno-, comenzamos la ruta del Cervigon, que tras más de una docena de kilómetros, te lleva por los acantilados, hasta playas, como la de Serin, Estaño y la Ñora.

        Después - por enésima vez- de recorrer la playa de San Lorenzo, se llega al parque del Rinconin, que alberga varias esculturas de buen tamaño, aunque de dispar gusto. A partir de ahí, se acomete un camino empedrado -mal mantenido al principio, donde los pies sufren-, que enfrenta numerosas subidas y bajadas exigentes y que deja al lado izquierdo un paisaje marino muy bonito, aunque los hemos visto mucho más espectaculares. Tras más de tres horas, aprovechamos para tirarnos a dormir sobre la gruesa arena de la playa de el Estaño, estando solos, rodeados de los sonidos del mar y de su fauna.

        El resto del día, lo aprovechamos disfrutando de la ciudad, aunque nos tocó ir a dormir, a Oviedo, por el alto precio de los hoteles en la noche del sábado.

          ¿Compensaría los 50 kilómetros recorridos hoy, con la degustación de un cachopo de merluza relleno de gambas, espárrago y huevo (22 euros)? ¡Por supuesto!

 

        Para el domingo, planeamos otra larga excursión, por una senda junto al río Piles, plagada de domingueros, como no podía ser de otra manera. Seguimos su cauce urbano -dejando a un lado el feo estadio de el Molinon y un cutre mercado de reliquias- y lo interesante de la ruta viene, cuando se vuelve más rural. Sin pretenderlo y tras más de quince kilómetros, acabamos en el municipio de Vega, en La Camocha, lugar donde concurre otro circuito para andarines y dónde se pueden contemplar escenas antiguas de las minas de carbón.

          Otros recorridos, que se pueden hacer desde Gijón y que nosotros no llevamos a cabo, son:

       -Senda de Peñafrancia 

          -Ruta Vía de la Plata 

          -Rio Ñora 

          -Camino a Covadonga

          -Camino de Santiago 

          El último día, volvimos a hacer, parcialmente, la senda del Cervigon, pero bajando a otras playas intermedias, como Peñarrubia y Main Road. Era lunes y todo estaba mucho más tranquilo.

miércoles, 16 de junio de 2021

Del ratón, a Gijón (parte I)

                                           Ratas y más ratas

         El día 2 de junio por la tarde me tocó ir a ponerme la primera dosis, de Pfizer. En la cola y comparandome con mis coetáneos de mayo y junio de 1967, me vine arriba, entendiendo, que estoy con una apariencia física bastante superior a ellos. Aunque, me entraron las dudas, cuando hablé con más gente de otras edades y todos pensaban lo mismo.

        Esa misma noche, aunque no lo supimos hasta varios días después, entró un ratón -o rata pequeña- en nuestra casa. Llevamos dos décadas viviendo en el mismo chalet, dejando en verano todas las puertas - menos la de la calle e incluida la del patio- y ventanas abiertas y nunca nos había ocurrido algo similar.

          He aquí, la cronología de un ratón y de un viaje, a Gijón:

          -3 de junio. Suelo trasnochar y mi pareja madruga, así, que a veces, le dejaba algo de comida sobre la mesa para el desayuno: en este caso, unas cookies de chocolate. Cuando le pregunto, si estaban buenas, ella me dice, que ni siquiera las ha visto. 

        -4 de junio. Ocurre lo mismo y ambos nos empezamos a enfadar. Yo le digo, que si piensa, que soy gilipollas y no se lo que hago y ella argumenta lo mismo.

        -5 de junio. Primeras evidencias: todas las galletas aparecen detrás de una cadena de música antigua y la tele, que tenemos colocada en la mesa de la cocina, contra la pared.

        -6 de junio. Un kiwi colocado sobre un frutero, aparece mordisqueando y con tres agujeros. El animal, cuidadosamente, ha separado la piel y la etiqueta, que al parecer, no forman parte de su dieta. Nosotros, no hacemos nada y nos limitamos a recoger las numerosas cagadas, depositadas detrás de estos electrodomésticos.

        -Madrugada del 8 de junio. El ratón -de unos ocho o diez centímetros, sin contar la alargada cola- da la cara, revuelve papeles y como lo veo y lo persigo, huye hacia el salón. Lo aisló, cerrando la puerta y llamo a mi pareja. A pesar de removerlo todo y espantar a golpe de escobazos, no localizamos su nuevo escondite. Ese mismo día, lo vemos encaramado al riel de la cortina y tras moverlas huye.

        Por la tarde, le colocamos en un plato queso, una croqueta sin freír y el kiwi deteriorado embadurnados de lejía y un ambientador dulce para mitigar el olor. Barremos sus numerosas cagadas y meadas. No hay daño en el mobiliario. No obstante y durante largo rato, abrimos las puertas del patio y le damos la oportunidad de huir, porque no queremos matar a ningún ser vivo.

        -9 de junio. Analizando los hechos y buscando por internet, comenzamos a entender su estrategia. Se ha llevado -o comido- el trozo de queso y ha arrastrado ligeramente los otros dos alimentos. Su intención no es otra, que almacenar. Vemos su cola. Tiene la guarida detrás de una enorme televisión, que hay colocada en el mueble del salón. 

        Por la tarde, decidimos matarle de hambre y retirar todo lo comestible del salón, incluidos el kiwi y la croqueta. Pensamos, que la cosa irá para largo, porque hemos leído, que aguantan hasta dos semanas sin comer.

          -10 de junio. Las cagadas se reducen a casi la mitad y siempre están en los mismos sitios. Con edredones, mantas y sábanas, construimos un muro infranqueable en torno a la parte del mueble, donde está el televisor, con el fin de emparedarlo y que no pueda salir de allí. Además, colocamos sobre el suelo regueros de hojas de menta y tazas de amoniaco, que al parecer son olores, que les molestan bastante. ¡Aunque, si estos bichos proceden de las alcantarillas...!

          -11 de junio. Antes de partir, hacia Gijón, en un viaje de cuatro días, hacemos la última inspección ocular. Menos excrementos, que durante la jornada anterior. Dejamos la casa sola con el intruso dentro.

martes, 15 de junio de 2021

domingo, 13 de junio de 2021