Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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miércoles, 23 de marzo de 2011

Cosas, que pensamos que nunca haríamos -o soportaríamos- y que nos resultan tan naturales, ahora

            Viajar por África subsahariana, te cambia la mentalidad. Debes aferrarte en cada momento, a las condiciones existentes, sin tener demasiada elección. Por eso o te adaptas o sufres más de la cuenta.



            Aquí va una relación de cosas, que ahora nos parecen de lo más normales y que antes del viaje, nos habrían resultado bastante incómodas:

                                         Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

            -Darnos la vuelta, al llegar a dos fronteras y retornar cabreados, al país de origen (hemos constatado con otros viajeros, que no hemos sido los únicos).



            -Lavarnos la cabeza con pastillas de jabón o espuma de afeitar, por no poder conseguir champú o por el elevado precio de este producto (especialmente, en Malawi, donde no había ninguno, por menos de cuatro euros).
 Navidad, en Ciudad del Cabo



            -Llegar de noche, a una gran e insegura ciudad y tener que decidir en dos segundos, si una persona a la que acabas de conocer,  te parece de confianza, para que te gestione lo más básico (que suele ser el alojamiento). En cualquier otro continente, puedes elegir de quien te fías o simplemente, rechazar ayuda externa. En África, tarde o temprano, tendrás que acabar acudiendo a ella y tener instinto, a la hora de arrimarse a alguien, te resuelve tantos problemas, como te evita.



                                                                            Kariba (Zimbabwe)
            -Llegar casi a pegarnos con los ladrones, que nos robaron la cámara –y, que posteriormente, recuperamos- o con los cambistas más agresivos de las fronteras.



            -Montarno en el coche, furgoneta o camión, del primero que pasa y te lo ofrece.



            -Dejarnos pagar el alojamiento y la manutención, por el primero que te lo ofrece, tendiendo nosotros dinero suficiente. O irte a casa, del primero que te invita, a dormir gratis.



            -Pernoctar en la antesala de una tienda de fotografía, el día de Nochevieja o esperar en plena calle y en zonas no seguras, la partida de autobuses, con horarios intempestivos.



            -Cortarnos el pelo el uno al otro, con unas tijeras de costurero (y encima, no quedar demasiado mal).



            -Estar dispuestos a dormir en plena calle y sin pestañear, en lugares no seguros.



            -Vivir tan tranquilamente sin reloj (casualmente, se nos estropearon a los dos, entre el día 50 y 60 de viaje) y con el móvil descargado, no teniendo por tanto, conocimiento de la hora.



            -Explorar países sin planos, guías y mapas y con la única ayuda de internet, cuando era posible acceder.


Lamu (Kenia)

            -Coser mosquiteras a la luz de velas o de linternas.



            -Orinar en botellas o bolsas, por las malas condiciones del baño o la inseguridad del alojamiento en cuestión.



            -En los autobuses y para el sexo masculino, se hace bastante fácil, realizar la mencionada necesidad, en una botella de litro y medio de agua. Basta con un poco de práctica y con saber dejar salir el aire, mientras entra el líquido (puras cuestiones de física). Y es que a veces te tienen durante más de ocho o diez horas, sin parar para orinar.



            -Viajar en un tren, completamente a oscuras. Pensar, que es lo más normal, la segunda vez, que lo hicimos. Y dormir a pierna suelta, en ambas ocasiones



            -Dejar las pertenencias –no, ni mucho menos, los objetos de valor-, en una habitación, que solo tenía pestillo por dentro y que cuando te vas a la calle, queda abierta.


            -Acercarnos demasiado y sin las mínimas prevenciones, a animales salvajes, para tomar fotografías.



            -Considerar normal y no molesto, estar sin agua, sin luz, sin asearte, sin poder lavar la ropa, después de jornadas sudorosas, a más de 35 grados de temperatura y con humedad…

                                          Delta del Okavango (Botswana)

            -Afortunadamente y aunque, trasgredimos unas cuantas líneas rojas, tuvimos suerte y las muchas incidencias que padecimos, se quedaron en simples sustos y terminaron bien. Tampoco, acabamos devorados por ninguna tribu africana o en el fondo de una olla de cocina, como seriamente temían, algunos de nuestros familiares y amigos, en España. ¡Tenemos la carne demasiado dura, hasta para las perfectas y ansiosas dentaduras de los negritos!.

lunes, 7 de febrero de 2011

La leccion mas didactica e inolvidable, que nos dieron jamas

                                                      Johannesburgo
      Ya hace tiempo que somos conscientes, de que en este viaje nos acompana un angel de la guarda, que nos saca de forma muy solvente de las situaciones mas complicadas y nos insufla buena suerte. A san Barclays, que tantas veces nos ha dado dinero del cajero -sobre todo en Zimbabwe y Mozambique-, cuando ningun otro banco estaba operativo, tenemos que anadir un nuevo santo en nuestro particular santoral africano: san Komatipoort, el pueblo donde hace unos diez dias, nos acogio un blanquito en su casa de forma gratuita.
 
      A este lugar tuvimos que volver desde Johanesburgo, despues de tomar la decision de llegar hasta Malawi, ascendiendo por Mozambique. Hay unos 500 kilometros y 12 horas de trayecto, en un colorido, incomodo y caotico tren. Tras el largo viaje y una vez en el destino, con el sol ya pegando fuerte y la mochila a cuestas, comenzamos a hacer caminado los ocho kilometros, que separan la estacion de la frontera. Son las 8 de la manana. Esta vez, nadie nos recoge en su coche.                        Middelburg 
      Salimos de Sudafrica sin problemas, siendo conscientes de que tendremos que volver a pagar, los 30 dolares de la visa de Mozambique. En tierra de nadie, nos encontramos con el mencionado blanquito, que nos dejo alojarnos en su casa gratis y que nos come a besos y abrazos.
 
      De todas formas, tratamos de ver si cuela que nos pongan el sello de entrada en el visado anterior: Ay!. Tan viajados como estamos y tan ingenuos!!!. Asi, que nos ponemos a la cola para rellenar nuevamente los papeles del visado y cuando estamos terminando, leemos en un cartel, que el precio de la visa es de 2.818 meticales o su cambio correspondiente, en divisas fuertes occidentales. Lo que significa, 64 euros u 87 dolares. Ni mas ni menos, que el triple de lo que pagamos hace escasos veinte dias.
 
      Sorprendidos -aunque con poco esperanza-, pedimos esplicaciones y la unica que nos dan, es que las cosas son asi y si queremos volver a entrar pagando lo mismo, probemos de nuevo suerte por la otra frontera, distante unos 1.800 kilometros de aqui. Sin mas controversias, retornamos a Sudafrica y deshacemos nuevamente andando, el camino hacia Komatipoort, con la cabeza ardiendo por el sol y los pies abrasados por el asfalto, como si acabaramos de salir del propio infierno.                                                                                                Middelburg  
 
      Estamos hundidos, como en ningun momento de cualquier otro viaje. Solo queremos volver a casa, pero nuestro deseo, por supuesto, no puede ser inmediato. Nos invade el silencio. Es de las pocas veces, que a un problema, no le encontramos una posible solucion. Para colmo, el tren de vuelta a Johanesburgo sale a diario, con la excepcion de los sabados y hoy es, precisamente ese dia.
 
      Aqui -en esta poblacion de 2.000 habitantes- hay pocos alojamientos y son muy caros. Estamos tan desanimados y destrozados, que ni siquiera hacemos intencion de buscarlos. Que pase lo que pase!!!. Que sea lo que sea!!!. Resulta de locos dormir a la intemperie en Sudafrica, pero hoy hasta este tema, nos da absoilutamente igual. Pasar las 30 horas, que restan hasta que salga el tren, en estas condiciones, va a convertirse en un infierno.
 
      Paseamos, retozamos en la hierba y sobre las seis y media de la tarde, nos apalancamos ante una gasolinera, que todavia permanece abierta. Cada cuarto de hora, uno de los dos se acerca a la casa del blanquito, a ver si nos puede ofrecer la misma habitacion, por una modica y razonable cantidad. Pero, no esta en su vivienda.
 
      Anochece. A los pocos minutos, un coche en el que viajan una mujer blanca y otra negra, se detiene frente a nosotros. Indagan sobre nuestra situacion y se asunstan, ante nuestras inflexibles pretensiones, de pasar la noche alli. Nos ofrecen 500 rands (50 euros) en efectivo, que por supuesto, rechazamos. Nos hacen subir a su automovil, con el pretexto de llevarnos, a un alojamiento muy barato.
 
      Llegamos hasta el. La mujer blanca se apea del coche y nos pide, que esperemos. Cuando por fin, entremos al alojamiento, ya lo tiene todo negociado y pagado con el propietario: 450 rands por la habitacion, 45 por persona por la cena y otros tantos, por el desayuno ingles completo: huevos, beicon, cereales, tostadas con mantequilla y mermelada, yogurt... En total, mas de 60 euros.Komatipoort 
      Nos negamos a aceptarlo. Pero, la mujer es expeditiva: "Tal vez algun dia, vosotros podais hacer lo mismo por mi. El dinero no tiene ninguna importancia, comparado con la vida de las personas". Nos quedamos sin argumentos. Solo somos capaces, de ofrecerle nuestros correos electronicos y nuestra casa, por si algun dia tienen a bien, visitar nuestro pais.
 
      Nos despedimos, dejamos el equipaje en la habitacion y nos dirigimos al comedor a cenar -por supuesto, pap con pollo-. Alli conversamos animadamente, con una pareja argentino-suiza, que tambien estan haciendo un viaje largo por Africa. Manana entraran en Mozambique y nos canjean por dolares americanos, todos los meticales que nos habian sobrado, circunstancia a la que no habia accedido ninguna oficina de cambio, ni siquiera en Johanesburgo.
 Beit Bridge, cerca de Musina, en la frontera entre Sudáfrica y Zimbabwe


      Esto es Africa!!!. O sufres o estas en la gloria. No hay termino medio.

      Nuestros nuevos planes, pasan por volar desde Johanesburgo a Lusaka, Lilongwe o Dar es Salam, pero hacerse composiciones de futuro aqui, es casi absurdo. La sensacion que tenemos, es que nos tocara vivir para siempre en Johanesburgo. Si, definitivamente es asi, mandadnos al menos, una felicitacion por Navidad.

viernes, 4 de febrero de 2011

Pretoria: la antitesis de Johanesburgo

       La web del ministerio de exteriores, advierte con contundencia, que no se tome el Metrorail entre Johanesbugo y Pretoria. Paranoias gubernamentales. Mas les valdria, que actualizaran el precio del visado de Zambia. Hemos visto centenares de sitios en este continente, donde es mas facil ser asaltado, que en este masificado transporte. Sus unicos inconvenientes son la lentitud y la poca fiabilidad de los horarios. Pero, es muy barato.
 
      Pretoria es la antitesis de Johanesburgo. Limpia, ordenada, de amplias avenidas y bonitas y enormes plazas -la de la estacion, la del ayuntamiento y la Church Square-, que albergan bellos edificios. Hasta la gente viste mejor aqui y aunque en la peatonal avenida comercial hay tenderetes, apenas se aprecian en el resto de calles, con la excepcion de los puestos de fruta (estamos en la epoca de los ricos mangos, las uvas, los platanos...)
 
      Johanesburgo, por el contrario -a tan solo cincuenta kilometros-, se reinventa cada dia, con los mismos ingredientes, aunque con un resultado y sabor distintos. Es una ciudad de extremos. Del estresante bullicio y en tan solo unos minutos, se pasa a la desolacion mas absoluta, cuando sobre las seis, cierran las tiendas y desaparece el trafico. Poco despues, la tension se corta como un cuchillo. Es hora de refugiarse en el hotel, desde donde casi no se escucha nada, salvo alguna discusion que otra y sirenas de la policia.
 
      Mientras hay luz, el caos es predominante, aunque relativamente controlado. Las estrechas aceras del centro, acogen en un lado a las tiendas y en el otro, a tenderetes montados sobre estanterias. Por el medio circulan cargadas de bultos -sobre la cabeza o de las manos-, las personas. Nadie hace ningun esfuerzo por esquivar dar un golpe y todo se soluciona, con un superficial "sorry", para luego volver a darte otra vez. Cuando llueve -muy frecuente en esta epoca-, se duplica el grado de dificultad para moverse por esta selva.
 
      Aunque el trafico no es tan agresivo como en El Cairo, Bangkok o Ho Chi Minh, el acoso al peaton es constante. No se daran cuenta, que una ciudad mas humana, seria mejor para todos?. Pero, el punto fuerte de las personas aqui, no es pensar. La cabeza se utiliza mas bien, para llevar bultos sobre ella, raparsela o hacerse trenzas.
 
      Sirva de ejemplo de lo anterior su dieta: todos los dias, un par de minusculas piezas de pollo con una montonera de insulso y espeso pap. Echando cuentas y por el mismo dinero, casi se puede comer un pollo entero, sin guarnicion o un kilo de salchichas. Auque, que podemos pedir a un pueblo, que esta dispuesto a morirse de SIDA, antes de ponerse un condon.


Todas las fotos de este post, pertenecen a Pretoria

miércoles, 2 de febrero de 2011

En la encrucijada


                                                                                     Komatipoort (Sudáfrica)
            Nos encontramos en la encrucijada, sin no tener claro, como seguir. Estamos encerrados, como en el viaje de America. Aunque esta vez, no es por el tapon del Darien, sino por un maldito pais llamado Zambia.

            Han quedado descartadas todas las opciones de volar. Al alto precio de los vuelos hay que anadir, el de los taxis a los aeropuertos -en Africa, no hay transporte publico hacia ellos, normalmente- y el precio de los visados. Volar hasta Zambia nos costaria 124 euros por persona + 60 de taxis, mas 75 de visados. Eso solo, por poner los pies en Lusaka. Zambia ademas de desabastecido, es un pais caro. Y despues de haber visto las cataratas y la presa, apenas nos interesa el resto.
           Vilanculo (Mozambique)
            Volar a Malawi, Tanzania, Kenia o Etiopia, sale por un ojo de la cara. Es mas barato hacerlo desde aqui a Bangkok y hasta nos lo estamos pensando. Echamos de menos la queridisima Asia. No queremos volver a Espana.

            Por tierra, las perspectivas no son mejores. Por un lado, estamos taponados por  Mozambique y Zimbabwe, donde deberiamos volver a pagar visado. Por el otro esta Namibia. Pero tendriamos que hacer unos cuantos miles de kilometros, para contemplar atractivos bastante dispersos y al final toparnos, con la maldita Zambia, tras recorrer el corredor del Caprivi.
                                                                                                       
            A alguien se le ocurre alguna idea?

            Por lo demas, en Johanesburgo hace bastante fresquito -que es de agradecer, tras el calido periplo por Mozambique-, estamos en un buen hotel, a 20 euros la noche y lo pasamos bien, en una ciudad, que es genial. Junto a Ciudad del Cabo y Durban -y con el permiso de Beira, en Mozambique-, son las que mas nos han gustado. Ademas, aqui ganamos una Copa del Mundo, cosa que no ocurre todos los dias. Por desgracia, el estadio Soccer City, donde se consiguio la gesta, esta algo lejos, en Soweto, donde no deberiamos ir solos e ir organizado, sale caro e insulso.
                                                                                                            Nata (Botswana
            Africa es maravillosa. Y aun mucho mas, tomarse una Black Label de 75 cl, despues de los torridos dias de calor, darse una buena ducha al final de la jornada o ser recogido por una camioneta, cuando vas cargado con la mochila por una carretera y recibes al arrancar, el frescor del aire en movimiento.

            Manana nos vamos a Pretoria. Ya os seguiremos contando (a arreones, como hasta ahora).
      

martes, 1 de febrero de 2011

Maravillosos encuentros en Suazilandia

                                                                   Mbabane
      Los mosquitos de Maputo -una ciudad algo destartalada, que nos ha decepcionado un poco-, hacen caso omiso hasta del repelente. Por lo que tuvimos que dormir dentro de nuestras sabanas cosidas y aun asi, nos machacaron las manos y la cara. El hotel es un conglomerado de habitaciones, a alquilar por horas, para el desfogue de hombres y mujeres calientes -que en Africa meriodnal -lo son casi todos-. No es un lugar inseguro, ni siquiera lugubre, auqnue de noche resulta algo siniestro, ver las puestas de los cuartos abiertas, a la espera de clientes, con la luz encendida y enormes ventiladores de aspas dando vueltas, cuan molinos de viento.
                Reserva de Mlilbane
      Tras dejar Mozambique, nos ocurrieron varios hechos agradables. En Komatiport (Sudafrica), un blanquito nos recogio con su coche, tras cruzar la frontera y nos ofrecio su casa, de forma gratuita como alojamiento, para pasar la noche. Dormimos en una habitacion con aire acondicionado, de las cinco que tiene la casa. En el garaje, descansa una enorme barca -manana a las siete y tras amanecer, nuestro anfitrion se va a pescar- y dos coches. Se trata por tanto de un hombre de posibles, tal vez jubilado, que tambien nos agasaja con alimentos, agua y todo el cafe con leche que pudieramos tomar.
 
      Al dia siguiente y ya en Suazilandia, nos encontamos a la primera persona, que hemos escuchado en espanol, en los dos ultimos meses. Se trata de un religioso norteamericano, de treintaytantos anos, que trabaja para el pastor de una iglesia y que nos llevo a su casa, nos presento a su rubia y amable mujer y nos ofrecio informacion turistica del pais.
                                             Reserva de Mlilbane
      Y una jornada despues, en una reserva natural poco frecuentada, de este mismo pais -donde se contemplan cebras, hipopotamos, impalas, antilopes, cocodrilos-, coincidimos con una pareja de argentinos, que llevan viajando por este continente, a lo largo de mes y medio. Compartimos mas de tres horas de experiencias, en una velada memorable.
 
      Ellos han pasado rapido por Mozambique, pero vienen encantados con Malawi, lo que aun ha despertado mas ganas de las que ya teniamos, por visitar ese pais, dominado por las creencias exotericas y uno de los mas pobres del mundo. Y no es de extranar. Porque cuando alli uno consigue prospera, por ejemplo con el ganado, los del pueblo lo achacan a la brujeria y o lo expulsan del lugar o lo apalean.
                     Reserva de Mlilbane
      En otro lugar de esa misma nacion, unos pudientes europeos, compraron una playa, para construirse casas. El dinero ingresado por los nativos, fue destinado, fundamentalmente, a comprar una segunda esposa.

      Charlamos sobre el SIDA en la zona, que en algunos lugares como Botsuana -aunque en todos los paises en general-, ha reducido la esperanza de vida, desde los 74 a los 27 anos Increible, no?. Hay una cancion de moda aqui, que dice: "Si te entra el SIDA, es parte de la vida. Si tienes un hijo no deseado -cosa muy frecuente aqui-, es parte de la vida...". Aunque parezca estremecedor, seria dificil poder subsistir aqui con una filosofia mas combativa.
 
      Al hilo del tema, el actual presidente sudafricano, fue enjuiciado, por abusar sexualmente de una sobrina con VIH. Por supuesto ha salido indemne, incluso reconociendo los hechos. En un momento del juicio, su senoria pregunto al acusado: "Y sabiendo que ella estaba infectada del virus, tomo usted alguna precaucion?". "Si -contesto el-. Una vez que acabamos, me di una buena ducha.
                                                                                 Reserva de Mlilbane

sábado, 8 de enero de 2011

Las ciudades no ciudad

                                           Stellenbosch
Asi las llamamos -tambien ciudades falsas- y las descubrimos por primera vez, en el sudeste asiatico. No las habiamos visto tampoco en Hispanoamerica. Pero, aqui en Africa, ya llevamos unas cuantas (y las que nos deben quedar).

             Normalmente, se hallan en el entorno de los 100.000 a los 300.000 habitantes (datos obtenidos de nuestra guia). Cuando a uno le aventuran esas cifras, piensa en una ciudad tipo medio, como por ejemplo Valladolid, dotada de todos los servicios, instituciones de gestion y gobierno y barrios diferenciados.

            Nada de esto ocurre -y de otras muchas cosas- en las ciudades no ciudad, a pesar de su teorica poblacion similar. Se vertebran en torno a nucleos urbanos de una sola planta, disenados a lo ancho y no a lo alto. El centro -con casa consistorial o no-, lo ocupan numerosos edificios cubicos o rectangulares, de escaso gusto, agrupados por manzanas. Resulta incierto, si han sido levantados ayer o hace veinte anos. Albergan grandes centros comerciales, tiendas de casi todo o sirven de naves de almacenamiento. La competicion no consiste en saber quien oferta el mejor genero o precio, sino quien es capaz de poner la musica mas alta y al locutor mas dicharachero y guay.Y asi -de forma desesperante- una manzana tras otra.
 Simonstown
            Por supuesto -a diferencia del sudeste asiatico- no hay hoteles y milagrosamente, se localiza una guesthouse. Tampoco aparecen edificios administrativos. Donde estan?. Ah, ni idea!!. Al igual que las viviendas de la gente, pues muchas veces, tras este complejo urbanistico, solo se encuentran las afueras. En otras ocasiones, sin embargo, si es posible ver, algun barrio de pequenas casas o pisos. Viviran aqui los 300.000?. Lo haran por turnos?. Lo haran en las alcantarillas?.
                                                          Kimberley
            Al amanecesr, estas ciudades aparecen limpias y saludables, mientras al anochecer, se encuentran guarrisimas, malolientes y destartaladas. A ello contribuyen eficazmente, los puestos callejeros de quita y pon. En ambos momentos se muestran despobladas. Pero, durante el dia no. Todos los centros comerciales -hasta cuatro, del tamano de una gran superficie, para 55.000 habitantes que tiene Mafikeng- vibran abarrotados y las calles se apelotonan de ciudadanos, que no deben necesitar de morada o burocracia adeministrativa, que asiente sus vidas. Nunca -ni siquiera con Juan Tamariz-, vi aparecer y desaparecer -en este caso gente- con tanta discreccion y arte y sin causar molestias.

            A mediodia, siempre estaran puntuales a la cita, con su enorme racion de pap (gachas de harina de maiz) y con su minuscula tajada de pollo.

viernes, 7 de enero de 2011

Bellisima Ciudad del Cabo

Ciudad del Cabo
Alguien dijo una vez, que los cuatro enclaves urbanos mejor paisajisticamente dotados del mundo son, Rio de Janeiro, San Francisco, Ciudad del Cabo y Sydney. Conocemos los tres primeros y aunque Rio, nos parece el mas bello, nos resistimos a hacerlos competir. Todos son lugares magnificos.

            La ubicacion mas espectacular y las mejores playas, son las de la ciudad carioca, pero ya quisiera esta, tener un waterfront, como el de Ciudad del Cabo o en frente, una isla como la de Alcatraz, en San Francisco ( las juguetonas focas del muelle, el sky line...).

            Long Street -o guiri street- es la calle mas significativa de Ciudad del Cabo y la mas segura de Africa, con policias cada 200 metros o menos. En ella lucen bellos edificios coloniales, muy bien cuidados. La mayoria se corresponden con sedes de animados bares o alojamientos para mochileros (a precio bastante mas elevado, de lo que puede y desea pagar un trotamundos).
                                                     Ciudad del Cabo
            Anexa a esta calle, se halla la zona monumental. Es peatonal e interesante, aunque demasiado europeizada. Si se quiere tener una hermosa vista del entorno paisajistico, los pobres subimos al encantador barrio de Bo'Kap -de bellas casas bajas y de colores-, ddesde donde se obtiene una bonita vista. Los ricos, por el contrario, abonan sin problemas los 12 euros diarios del autobus turistico y los 18, que cuesta subir en funicular, al magnifico monte Table.

            Si algo diferencia a Cape Town de Rio y San Francisco -al menos en esta epoca- es la casi total ausencia de calima, que impida las buenas vistas. El waterfront -muelle, plagado de restaurantes y centros comerciales, disenados con bastante gusto-, esta apenas a veinte minutos andando de la estacion de tren. Las panoramicas son magnificas. Mientras unos se atiborran a comida rapida sin importarles otra cosa, otros gastan lo que no tienen, en subir a la noria (9 euros), entrar al oceanografico (10 euros), ver la puesta de sol desdeun barco (20 euros)....
                                                                      Ciudad del Cabo
            Es posible, que la imprevision de un pais -que en muchas cosas es del primer mundo y en otras cuantas del tercero-, nos deje aquí atrapados en esta ciudad, hasta despues de Navidad, por falta de transporte hacia todos los destinos. Y eso, que cuando esto escribo, es todavia 20 de diciembre

Largo viaje en tren a Ciudad del Cabo

                                                                                Bluenfontein
Cuando escribimos sobre el viaje, siempre tratamos de ir filtrando, para que os quede lo mas ameno, divertido, chocante, aventurero o curioso, de aquello que nos acontece. Casi nunca, os hablamos de los malos ratos -que los hay y no son pocos- o del esfuerzo que hay que hacer, dia a dia, para atar un cabo con el siguiente. A estas alturas -y van solo doce dias- ya hemos tenido problemas de salud -afortunadamente resueltos-, nos ha tocado buscar algun alojamiento de noche en ciudades inseguras, por culpa de las
esperas de incluso, tres horas, hasta que se llena y parte un microbus.

Ademas, nos hemos empapado con la maldita epoca de lluvias, nos ha tocado pernoctar en algun sitio de dudosa seguridad, hemos sido machacados por los mosquitos en Durban -como ya sabeis- y hemos pasado 23 horas y media, en la tercera clase de un tren, entre Blounfontein y Ciudad del Cabo.

            Ha sido agotador, pero ha merecido la pena. A pesar de que las primeras horas, resultan divertidas y coloridas, luego se tornan exasperantes. Los trenes no estan mal aqui, pero son muy lentos. Aunque, mas confortables -en tercera-, que un Alsa de alli. Los barren a ratos y los banos, para el numero de horas y viajeros -teniendo en cuenta, que en cada vagon van mas de 20 ninos de diversas edades- estan relativamente limpios.
 Ciudad del Cabo
            Somos los unicos blancos, que viajamos en esta clase, pero nadie se asombra, ni es hostil. El alcohol -vino y cerveza- corre a raudales en los compartimentos. Hay un chico, que canta genial -como casi todo
el mundo aqui- todo lo que le encomiendan, con movimientos del mas autentico Michael Jackson.

            Pasan los revisores de cinco en cinco, sin uniforme y con un peto fosforito. Aqui, todo el mundo que es algo importante lo lleva (seguratas, policias...). A pesar de los 30 grados, hay gente tapada con mantas. Varias madres duermen en los asientos, mientras sus vastagos lo hacen en el suelo, a sus pies.

            En los trenes de Sudafrica, todo el mundo hace lo que quiere, sin pensar en si molesta o no: canturrear, poner musica alta en el movil, hablar a voces, beber cerveza tras cerveza estampanando los
cascos contra las vias, tirar los desperdicios por la ventana... En una de esas, un plato de restos de arroz con pollo y salsa, se estrella contra mi cabeza. Nadie se inmuta, mientras trato de no poner
mala cara y escucho mas de veinte veces la palabra "sorry" (lo siento).
                                                                  Ciudad del Cabo
            El viaje es tan largo, que la renovacion del pasaje es, casi constante, en las eternas paradas. Los olores, a lo largo del trayecto, tambien van cambiando. Cuando subimos, apestaba a devuelto infantil. Luego, vinieron eflucios de pollo asado, papas fritas de bolsa, neumaticos quemados...

            Lo peor es, cuando el tren -entre las nueve y las doce de la noche- circula cinco minutos y para veinte, ante semaforos en rojo o en verde, igual da. Como aqui son tan frioleros, el convoy va casi
sellado. El calor, fluidos diversos que campan a sus anchas por el suelo y hedores humanos naturales -afortunadamente, del mismo dia-, hacen el ambiente irrespirable.

            No podemos mas y arriesgandonos a un motin, abrimos nuestra ventana, buscando el aire fresco de la noche, de luna de cuarto menguante. Pero, ni por lo uno ni por lo otro, nadie se desespera en este continente. Saben que no merece la pena. Mientras tanto, un hombre pega un salto y se acomoda para dormir, como si fuera en una litera, en el compartimento superior de los equipajes.
                                                                                    Ciudad del Cabo

lunes, 20 de diciembre de 2010

Lesotho es el Africa, que veniamos buscando

       En Sudafrica, entre las seis y las siete de la tarde, la ciudades desaparecen, mientras va anocheciendo. Toda la infraestructura callejera, se desmonta en minutos y se van formando eternas colas en las paradas de los microbuses, que llevan a los suburbios.

      En casi todos los hoteles te advieten, de que a partir de esa hora, evites la calle. Lo que alienta nuestra paranoia es, que los que insisten, son los que presentan puertas de las habitaciones de papel y cerrojos muy vulnerables.
                                                                   Maseru 
      Lo mejor, que se puede hacer al anochecer es, relajarse tomando cerveza, en el garito mas cercano al hotel. Son sitios autenticos, bien decorados, con billares, musica etnica demasiado alta -que los lugarenos eligen pagando, en las maquinas de discos-, siempre futbol en la tele, espontaneos y espontaneas bailando con arte y definitivamente, buen rollo (hasta las 8 de la tarde, donde ya quedamos, lo peor de cada casa).
 
      Lo mejor del viaje hasta ahora, ha sido nuestro paso de dos dias por Lesotho. Este es el Africa, que venimos buscando y no el de Sudafrica. Mercados vibrantes -algunos puestos, son simplemente, cuatro palos cruzados, que sustentan bolsas de basura-, gente que se desvive por agradarte o para ensenarte a chocar los cinco, en Lesotenho (mucho mas complicado y artistico, que en espanol). Cada vez que haces una foto es un alboroto, lleno de comentarios y risas y de sorpresa agradecida, al verse reflejados en la pantalla de la camara.
 
                                                                                                  Maseru
      El pais es montanoso y cuenta con bellos paisajes, aunque eso es lo de menos, comparado con la calidad humana. Cruzamos la frontera andando. A mitad de camino, de los diez kilometros que nos separan de Butha Buthe, se nos unen dos jovencitas, que nos acompanan durante el resto del camino, entre charlas y cachondeo. Comimos en un puesto superhumilde, lleno de sonrisas y de gente, que nos observaba, con mucha curiosidad. Por diez rands (un euro), degustamos rica carne guisada, con vegetales, salsa de curry y toneladas de Mealie pap -una insipida pasta de harina de maiz, que por si sola, es bastante sosa-.
  Maseru (Lesotho)
      El viajero en Lesotho, es el autentico centro de atencion y de carino. Pasearse por Maeru, es sentirte una estrella de rock o del futbol.
Maseru
      Curiosa ciudad esta: Una rotonda central, separa la calle principal (con algunos bancos, tiendas de ropa y un peculiar centro comercial) de la zona de los puestos destartalados, repartidos por gremios (peluqueros, comidas, ropa y calzado...). es epoca de lluvias y esta ciudad y el pais, tratan de sacar la cabeza de los barrizales y los interminables y profundos charcos. Quien fuera pato, aqui!!!.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Rayos y centellas frustran, el primer intento de entrada en Lesotho

                                                                                        Maseru
Estamos empapados hasta los huesos y nuestras mochilas han resultado, casi anegadas. Es verano austral, pero en estas condiciones, estamos temblando de frio. Dos chicos de Bangladesh, empleados de una gasolinera, a doce kilometros de la frontera con Lesotho, nos socorren y nos dan conversacion, despues de haber recibido en nuestras carnes, la primera cornada contundente, del Africa subsahariana.
                   Camino de Bhuta Bhute
            Se nota, que son inmigrantes. No es el sudafricano medio -como ya hemos comprobado varias veces-, una persona que socorra a los extranjeros, que muestre inquietud o curiosidad por ellos o que trate simplemente, de ser simpatico. Tampoco, se muestran hostiles, sino solo indiferentes.
     
            Sin embargo, estos dos nuevos amigos, nos buscan alojamiento, nos invitan a cambiarnos en la gasolinera -inutil, porque todo esta mojado-, nos pretenden convidar a cenar, una vez que estemos instalados y sobre todo, muestran gran curiosidad por nosotros, por Espana, por nuestra comida, los precios, la forma de gobierno y la ruta de nuestro viaje.

            Hace un par de horas, un microbus nos dejo en un cruce, senalandonos la direccion hacia la frontera de Lesotho y asegurandonos su conductor, que era facilmente accesible a pie. Empezamos a andar, reconfirmando la informacion, con un grupo de chicas, que habia en la poco transitada carretera. El cielo, ya nublado desde por la manana, empieza a ennegrecerse de forma envolvente, como nunca habiamos visto antes. Comemos sin deternernos un instante y con las mochilas a cuestas, para alcanzar el destino cuanto antes.
                                                                                                                 Maseru
            Llevamos hechos cuatro kilometros, por tierra de nadie, sin saber si estamos mas cerca del paso fronterizo o de Fouriesburg, el nucleo poblado, mas cercano de Sudafrica. Se levanta una ventolera infernal, que nos arremolina contra la cuneta o que nos lanza, contra el centro de la carretera.

            Caen los primeros rayos y truenos, con un estruendo asustante. Es seguro, que el pararrayos mas cercano,  se halle a varios kilometros de distancia. Un golpe de mala suerte y nos vamos para el otro barrio. Cuando esto esta ocurriendo, hace ya diez minutos, que hemos dado marcha atras.

            El cielo ya no puede oscurecerse mas, cuando enormes bolas de granizo impactan, agresivamente, sobre todas las partes de nuestros cuerpos. Tratamos de parar un vehiculo, en cualquiera de las dos direcciones, pero nadie siquiera, aminora la marcha. Si esto sigue asi -y lo hizo durante cuatro horas-, no solo perderemos nuestras pertenencias, efectivo, moviles y camaras de fotos incluidas, que ya damos por anegados, sino tal vez, algo mas.
                                     Maseru
            Los segundos son minutos y los minutos... Finalmente y al borde del cataclismo, una destartalada furgoneta se detiene. Corremos hacia ella. Aun tenemos, que rebuscar en el equipaje un cuchillo, para cortar la correosa, vieja y sucia cuerda, que ata la puerta de atras.

            Dentro, aun nos seguimos empapando, pero tras recorrer seis kilometros, al fin y exhaustos, recalamos en un lugar seguro. Estos hechos demuestran, que lejos de estar cerca de licenciarnos en Africa, aun asistimos a clases de parvulitos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cosas que nos sorprenden de Sudafrica

   Durban     Después de unos cuantos días en Sudáfrica, aun no sabemos, por qué no hay ni motos, ni perros en este país. Lo que si empezamos a tener claro es, que el organismo de un negro subsahariano, se regula de forma distinta al de un blanco. En el interior de algunos autobuses interurbanos y edificios, con mas de 30 grados y bochorno, nosotros sudando y ellos, tan panchos. Algunos, hasta con manga larga y polar. Lo que para nosotros es un horno, para ellos resulta un frigorífico.

       Pero, blancos y negros, si tenemos como punto de confluencia, el fútbol y la cerveza. Disponen de marcas excelentes -se beben en botellas de 75 cl.-, al igual que de vinos.

       Este es el país con más centros comerciales, supermercados, neveras de refrescos, billares y peluquerías, del mundo. ¡¡Lo juro!!. Respecto a estas ultimas, las hay desde las mas elegantes, hasta portátiles, bajo unas lonas en plena  calle. No solo te hacen las típicas trencitas, sino que ofertan hasta 48 cortes distintos para chico, expuestos en un cartel, tan alegremente. Sudáfrica es una nación tan colorida, gracias a su buen gusto: Nunca se ve a una sola mujer mal conjuntada, a pesar de la variedad cromática de sus ropas o con el turbante -o como se llame el gorro/pañuelo- desaliñado.
                                                                                                               Ciudad del Cabo
Hace un par de días, vimos la primera vuvucela. Más bien, nos la trataron de vender a cinco rands (50 céntimos). Era, promocional de Coca Cola y ni sonaba (o nos faltaron pulmones).

Aún, infinidad de gente trata de sacar partido en sus quehaceres diarios, a camisetas amarillas -de baja calidad-, que debieron regalar masivamente, durante el mundial (aunque hoy en los puestos callejeros, te las venden por cuatro euros).

          Nos llevamos grandes recuerdos de Durban, en forma de playas y crisol cultural afroasiático. Pero también, decenas de picaduras de mosquitos. La guerra la perdimos, claramente. Pues, en dos noches, solo seis o siete de ellos causaron baja (menos mal, que esta vez tomamos Lariam, profilaxis contra la malaria.

          Escribo desde Pietersmarizburg, en un decadente bar de las afueras, en un township, al lado de nuestro aún mas decrépito hotel. Las camareras -como si se tratara de la prisión de Alcatraz-, sirven detrás de rejas, por lo que resulta difícil, agarrar tu cerveza (por supuesto, después de soltar el dinero). La televisión y el espacio de maquinas tragaperras, también se hallan enjaulados. Aun así, la vida sigue como si tal cosa.
                                                                                                Pretoria  

jueves, 9 de diciembre de 2010

Primeros dias en Sudafrica

    El unico vestigio del caos aereo, provocado por los controladores hace dos dias es una pintada, en uno de los banos de chicas: “Hace dos anos, que no pintaba en un bano. Controladores, hijos de puta. Me habeis jodido las vacaciones”.
                                           Johannesburgo
                El pequeno avion, rumbo a Tripoli, sale con una hora de retraso. El aeropuerto de esta ciudad es, de los mas arcaicos que hemos visto en el mundo. En una infecta, humeda y calurosa caja de cerillas, nos amontonamos los pasajeros, mirando una pantalla, anterior al nacimiento de Bill Gates; un bar primitivo, con precios del futuro, un estanco gigante –mas que un dutty free, porque solo venden tabaco- y una tienda de recuerdos horteras, completan el triste panorama. Ademas, de las omnipresentes fotos de Gadafi, que asegura haber combinado el socialismo y el Islam, como si fuera tan facil de mezclar, como un ron Pampero, con coca cola.

                Para hacer el transito de un vuelo a otro, en apenas 200 metros, nos piden un par de veces el pasaporte y hasta seis, la tarjeta de embarque. Nos han dado plazas separadas en el avion, a pesar, de que va medio vacio.
                                                                Johannesburgo
                Sin embargo, Afriqiyah Airways es una muy buena linea aerea. Avion Nuevo –casi recien salido del horno- y tres comidas copiosas, en las ocho horas, que dura el vuelo a Johanesburgo. Ni en la guia, ni en intenet, hay informacion fiable sobre como llegar, desde el aeropuerto a la ciudad. Educadamente, todo el mundo nos trata de enganar, para arrimar el ascua a su sardina y sacarnos el dinero. Al final, el que mas honrado y barato nos parece, es un taxista ilegal. Dios mio, estamos yendo con un fuera de la ley, en la que dicen, ciudad mas insegura del mundo!!. Pero, afortunadamente, nuestro instinto no falla.

                Mala fama, no le falta a esta ciudad, pero, no es para tanto. El centro es, absolutamente seguro de dia y por la noche, basta con tomar taxis. Conviene evitar el metro y el tren, que comunica con Pretoria. Johanesburgo, merece mucho mas la pena, de lo que pone en las guias. Muy colorida. Y para comer, te compras tu propia carne en una carniceria y te la haces tu mismo, en las planchas de la calle. Aqui son carnivoros de todo.  Se adquiere la mercancia, se guisa y no preguntes, de que animal se trata.
                                           Durban
                Ayer llegamos a Durban, tras ocho horas de autobus. A las seis de la tarde, la ciudad queda vacia y se torna peligrosa. Nos han tratado de abrir la mochila tres veces, mediante maniobras de despiste. Despues y para relajarnos, hemos matado la tarde en el bar del folkclorico hotel, cerveza tras cerveza. En la Mesilla de la habitacion hay siete condones. Como nos lo vamos a pasar!!.  Fuera de risas, aqui el SIDA es un problema gordo.

                Estamos en la ciudad, donde nos gano Suiza, pero donde en las semis vencimos, a una caballerosa Alemania.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Menos de 100 horas para el inicio de esta aventura

                                                                                               Victoria Falls (Zimbabwe)
           Restan, poco más de tres días para nuestra partida. Se respira inquietud. Somos viajeros expertos y conocemos 90 países, pero aún no estamos bautizados, en el África subsahariana. Y eso, que empezamos por la zona VIP del continente, por países como Sudáfrica, Namibia y Botswana (o tal vez no, porque el siguiente destino, después de Pretoria, aún nos es desconocido). Todavía quedan de atar algunos flecos, pero la mayor parte de los preparativos, ya han culminado.



            El martes, 7 de diciembre, sobre las cuatro y media de la madrugada, aterrizaremos en Johannesburgo. En un principio, no pretendemos pisar siquiera esta ciudad. No tiene nada interesante y sí, bastante inseguridad. Así, que partiremos hacia la cercana Pretoria (60 kilómetros).             Johannesburgo (Sudáfrica)



            A partir de aquí, todo son elucubraciones, aunque también hay tomada, alguna decisión. No visitaremos el PN Kruger. Ya habrá sitios, a lo largo del continente, para observar animales (sean los cinco grandes o los siete magníficos). Nos da mala espina, un sitio tan turístico y encima en una época, tan exuberante de vegetación, en la que resulta más difícil, ver a las fieras. También hemos leído unas cuantas opiniones, de gente decepcionada, que se ha ido de esta reserva, viendo muy poca cosa. Las razones de esto deben de ser, la vasta extensión del parque y que los animales, no siempre tienen las mismas costumbres y van a los mismos sitios, a cazar, comer o descansar (como si creo, que ocurre en otros lugares de África, como Tanzania).



            Otra cuestión es, si visitaremos Soweto. Nos encantaría, pero los tours que vimos desde Johannesburgo, no son nada baratos. Me temo, que desde Pretoria, aún lo serán menos. Tal vez, probemos en algún otro township, más adelante, en Ciudad del Cabo (por supuesto, siempre con guía).



            Desde Pretoria, probablemente, partamos hacia Swazilandia (Mbababne), a 349 kilómetros. No sabemos, que es lo que veremos en este país. Posiblemente y por la costa, luego tiremos hasta Durban, a 541 kilómetros (donde perdimos con Suiza, pero ganamos a Alemania, en las semis, de la querida Copa del Mundo). Haremos alguna parada intermedia, por la costa. La ciudad  merece la pena, aunque no es tampoco muy segura (pero, sin paranoias).

                                                                                                                            Reserva de Mlilbane (Suazilandia)



            De ahí, a Pietermaritzburg (78 kilómetros), Ladysmith (160 kilómetros), Bethlehem (174 kilómetros), Clarens (39 kilómetros) y Maseru, en Lesotho (163 kilómetros). Precisamente, en Ladysmith, Dundee y Newcastle decidiremos si hacemos organizada, la Ruta de las Batallas.



            Posteriormente, retornaremos a Sudáfrica, bien hacia Ciudad del Cabo –probablemente, sin pasar por Bloemfontein- (1.091 kilómetros) o Port Elizabeth (674 kilómetros). Es más probable, la segunda hipótesis, para poder acometer las denominadas, montañas Drakensberg y la denominada Ruta Verde: Plettemberg (229 kilómetros, desde Port Elizabeth), Knysna (31 kilómetros), Hout Bay (504 kilómetros) -descartando, Oudtshoom, a 123 kilómetros, al norte de Knysna-, Ciudad del Cabo (20 kilómetros)



            Otra opción, desde Lesotho, es no pasar por Porth Elizabeth e ir directamente, hasta Plettemberg (829 kilómetros). Perdonad tantos datos y cifras, pero a nosotros nos vienen muy bien, para tenerlo almacenado aquí, poder consultar durante el viaje y tomar decisiones.



            Naturalmente, este es el recorrido –sin rastros de reservas animales- más ambicioso y agotador, que probablemente, no cumpliremos nunca, porque las distancias en Sudáfrica, son enormes. ¿Y volar?. Lo que vemos desde aquí, no sale muy barato. Habrá que estar atentos, a que precio tienen los vuelos internos, in situ. Pero, desde luego, hacer en avión un trayecto largo, sería muy agradecido. Y más, cuando después de Ciudad del Cabo, tenemos otra vez que tirar hacia el norte, para conectar con Namibia.

                Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

            En cuanto al alojamiento, vamos sin ni siquiera la primera noche reservada. No hemos encontrado buenos precios en internet. Y en relación con la guía, nos llevaremos la completa de África, de Lonely Planet. Queríamos, haber comprado la de la parte oriental, pero le faltan bastantes países, de los que pretendemos visitar.



            Proyección de itinerario en Namibia (no hay nada decidido, ni siquiera visitar el país, pero permitidme almacenar aquí, un pequeño proyecto): Empezaríamos por Noordoewer (685 kilómetros, al norte de Ciudad del Cabo). Desde Springbox, hay 124 kilómetros, a la frontera con Namibia. (Vioolsdrif, lado sudafricano, a 7,5 kilómetros, de la ciudad de Namibia). Luego, Fish River Canyon –espectacular-, Sesriem Canyon, Sossusvlei –que buena pinta tiene-, Windhoek –la capital-, Swakopmund y PN Etosha.



            De ahí, al corredor del Caprivi, al delta del Okawango en Botswana –donde exploraremos el norte, cataratas Victoria y río Zamweze...

                                                         Cuchamano (Mozambique)

            En cuanto a la profilaxis de la malaria, la tomaremos al principio del viaje, hasta llegar a Durban (dado que hay varias zonas de riesgo, en Kwazulu Natal y Swazilandia) y la suspenderemos, hasta alcanzar la capital de Namibia, para volver a retomarla, allí.
                                                             Harare (Zimbabwe)