Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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lunes, 13 de agosto de 2012

¡Llorando en el cíber!

                     Bangkok (Tailandia) 
El pasado fin de semana, lo pasamos recorriendo los viejos sitios de Bangkok y visitando un bonito pueblo -llamado Nakhon Pathom-, que tiene un gran templo y un vibrante mercado, que nos subió el animo bastante. Todo ello, mientras esperábamos a gestionar el lunes, la visa de Myanmar.

También, nos enganchamos a internet y nos enteramos de lo chungo que anda el mundo: El euribor al 5,5, las ventas de coches que caen un 33% y el euro, que va de culo con el dólar. Y Nosotros aquí, ajenos a la catástrofe. No podéis, siquiera imaginar, lo a gusto que se vive, después de más de ocho meses, sin la esclavitud de ver todos los días el telediario y a toda la manada de políticos parásitos   
                                                                                                                Bangkok (Tailandia)
A nosotros, lo que mas nos afecta es lo del euro, dado que cada día, nuestro dinero da menos de si (la mayoría de las monedas de la zona están referenciadas al dólar). Por ejemplo, en junio nos daban 53 baths thais por un euro y ahora, son solo 47.

El lunes y como estaba previsto, fuimos a la embajada de Myanmar, a gestionar el visado. A todo el mundo en la cola le ponían pegas y nos empezamos a desanimar. Pues vaya, a nosotros ninguna. A recogerlo el miércoles.

Así, que el martes volvimos al lindo mercado flotante, que tanto nos gustó hace tres meses. Muy colorido y con las señoras vendiendo fruta desde las barcas y posando para las fotos, muy coquetas.
                  Bangkok (Tailandia)
Y, como vamos organizando el viaje, a salto de mata -más bien estilo montaña rusa-, a la vuelta y al entrar en internet de forma rutinaria, descubrimos que para ingresar en Myanmar, hay un cambio obligatorio de 600 dólares –300 cada uno-, por unos cuantos papelitos -no dinero-, que no aceptan como pago en todas partes del país (se llaman, certificados de cambio para extranjeros). Además, los boletos aéreos desde Bangkok a Yangon, no salen baratos. Pero, lo que nos empieza a rayar, es que vayan a por nuestro dinero, sin complejos, de una forma tan descarada.
                                                      Aeropuerto de Bangkok (Tailoandia)
La mañana del miércoles, se llenó de incertidumbre, porque aunque recogimos la visa sin problemas, no sabíamos que hacer. A mi chico, la cabeza le decía que fuéramos a Myanmar y el corazón, que volviéramos a casa. A mí, por el contrario, el corazón es el que me invitaba a quedarnos en la queridísima Asia, pero la cabeza dice lo contrario, porque estamos algo castigados con tantas emociones fuertes, a lo largo de estas 100 jornadas. Además, nuestro seguro médico de la Visa Oro, caducó hace más de una smeana. En América estuvimos más de 40 días sin él, pero lo de Myanmar, nos parece más arriesgado (la mayoría de aseguradoras, no dejan contratar seguros, estando en el extranjero, si no es con un periodo de carencia).
                   Bangkok (Tailandia)
Los buscadores aéreos en este caso, se pusieron de nuestra parte y en menos de media hora, encontramos un vuelo con Egypt, Air a Madrid, a un precio interesante y con muy buenos horarios. Pensamos y lo repensamos, mientras paseábamos por la mítica zona del Kahosan, de Bangkok, donde se vende casi de todo, las 24 horas del día.

La verdad, que es una putada, dejar Myanmar sin ver, porque seria el único país de la zona, pero no nos apetece alimentar las ansias usureras de una dictadura bananera, como la de la ex Birmania, que trata a los turistas como euros con patas. Finalmente y con todo el dolor de nuestro corazón, tomamos la decisión de volver a casa, aun perdiendo el dinero que hemos pagado por la visa (unos 16 euros, cada uno).
                                                                                Noi Soi (Tailandia)
Así es este viaje: Nos levantamos por la mañana, pensando en ir a Myanmar y por la noche, poco más de doce horas después, tenemos ya los boletos para volar a casa.

Por lo que pasado mañana, sábado, a la 1 de la madrugada -hora local, cinco menos en España- volamos a El Cairo y luego a Madrid, donde si no hay problemas, llegaremos a las 2 y media del mediodía, por lo que esperamos estar en Valladolid, a media tarde de ese día.

Este viaje nació loco, transcurrió menos cuerdo todavía y acaba de la misma e inesperada forma, poco cabal, con todo el dolor de nuestro corazón, con el alma encogida y con las lagrimas en los ojos, por dejar esta zona del planeta, que tanto nos dio, que tan innumerables buenos y malos momentos nos hizo pasar y en la que disfrutamos de forma intensa, cada minuto, cada instante, cada aliento. No lo olvidaremos jamás. Escribo con un nudo en la garganta y con el llanto, inundando el teclado.
                          Bangkok (Tailandia)
Pero, donde una puerta se cierra, otras se abren. El próximo jueves volamos a Túnez y de ahí, continuaremos viaje por otros sitios aun sin planificar, hasta el día 10 de noviembre (33 días).

Besos y gracias a todos, por el apoyo que nos disteis a lo largo de los dos viajes largos (este y el de Sudamérica, Centroamérica y México). Sin vosotros, esto no hubiera sido posible. Si no hay contratiempos, este es nuestro último mensaje desde el hipermegaqueridísimo sudeste asiático.

Cuando el problema es la policía

                      Ángeles (Filipinas)
Estamos en Bangkok, donde hace mas de tres meses iniciamos nuestro viaje por el sudeste de Asia. Llegamos ayer por la mañana y ya tuvimos tiempo para informarnos y decidir, que no iremos a India. El visado es lento -puede tardar hasta diez días- y farragoso. Así que el lunes, trataremos de obtener el de Myanmar.
                                                          
Los nuevos planes pasan por permanecer por allí, hasta el 15 de octubre -más o menos-, volver a Valladolid, a presentar los escritos de fin de excedencia y marcharnos a Túnez, hasta que mi chico empiece a trabajar (11 de noviembre). Pero aquí los planes, cambian tres veces cada día.
Bangkok (Tailandia) 
            Los últimos días en Filipinas, los pasamos languideciendo y lamiéndonos las heridas de la perdida de nuestras fotos. Como las habitaciones en el entorno de Manila son peores que en el resto del país, aprendimos a practicar un nuevo deporte, que se llama bolssing. No es tan divertido como el rafting o el cayaking, pero también pone. Como las duchas eran, de lanzarte agua con el cazillo y estos eran cutres y sucios, decidimos ducharnos a bolsazos. Se le acaba cogiendo el truco y la sensación es gratificante. Es mejor una bolsa mediana que grande. Se llena hasta las dos terceras partes, se hace un rápido giro de muñecas, se coloca sobre la cabeza para volcarla de golpe y listo. Ducha a ducha se mejora la técnica.

                                                       Nakhom Pathon (Tailandia)
            En uno de esos hoteles además, tuvimos que coger la habitación por horas. En la segunda planta, que era la de los guiris despistados, solo estábamos nosotros. En la primera, decorada para la ocasión y sus funciones, las niñas esperaban tranquilamente a sus clientes. Buen rollito entre todos y necesaria convivencia: Ni ellas nos molestaron, ni nosotros tampoco.
Bangkok (Tailandia) 
Pero eso si, hasta el ultimo momento comimos de muerte. Es que hasta el fast food local o la sopa de sobre o bote, están cojonudas en Filipinas.

            Ayer en Bangkok matábamos la tarde algo mustios. Los recuerdos de la primera estancia aquí, cuando todavía quedaba todo el viaje por vivir y la perdida de nuestras fotos, nos tenían muy depres. Porque desde que desaparecieron, hemos visitado algunas ciudades que ya vimos y nos han venido recuerdos muy tristes.
  
Cuando íbamos para el hotel, nos para la policía, por primera vez en cualquier viaje. Nos piden los pasaportes y uno de ellos empieza a toqueteara mi chico tratando de sacar el bolsillo interior donde lleva el dinero y sus tarjetas.
      Nakhom Pathon (Tailandia)
Los que hemos viajado sabemos, de decenas de personas a las que le robaron falsos policías, así que el empezó a forcejear con el madero y a tratar de escapar. Ambos cayeron al suelo, mientras yo lo contemplaba, atónita. Mi chico trató de calmarse  y de explicarle -los polis, ni papa de ingles-, que si quiere registrarle, le lleven a comisaría, andando o en un medio de transporte publico, que es lo que siempre recomiendan las guías.
  
O que por el contrario, él le enseña las cosas y le deja de tocar. Conseguimos que se tranquilice y al ver que no pretende robarnos, aunque si registrarle a fondo, se calmo él también. Bueno, más que registrarle, pretende toquetearle, porque no deja de tocarle el culo y los huevos varias veces, hasta por dentro del calzoncillo. ¿Maricón o sabueso antidrogas?. ¡Buda dirá!. Con migo no se atreven. Solo me registran la bolsa que porto y me huelen hasta la pajita, de un refresco que me había tomado, unos diez minutos atrás.
Bangkok (Tailandia)
¿A cuántos guiris, habrán registrado en Tailandia, de esta humillante forma?. A pocos. ¿Y a cuantos, les habrá caído un pesado animal encima, en Bali?. A menos todavía. ¿Y a cuantos, les ocurrieron las dos cosas?. Si, esa es la respuesta: A nosotros.

Y esto ocurrió en el país, en teoría, más seguro para el turismo de la zona. Pero tuvimos la suerte, de que sucediera en el día 93 de viaje y no en el 3, en nuestra primera estancia en Bangkok, lo que nos habría dado, mucha más inseguridad para el futuro.

Por lo demás, seguimos estupendamente y sin novedad.

jueves, 26 de julio de 2012

Adiós a la moda

                            Cristianas a la puerta de la iglesia, en Addis Abeba (Etiopía)
Cuando era pequeña, ya soñaba con ser diseñadora de moda. Me pasaba los días dibujando maniquíes con toda clase de vestidos y complementos. Y cuando me aburría, me dedicada a vestir a mis muñecas e incluso a los Madelman de mis hermanos. No me quería encasillar sólo en ropa femenina.
Tienda de ropa interior para musulmanas, en Damasco (Siria)
            Los años fueron pasando. Estudié con fervor. Día a día, iba consiguiendo crear mi propio estilo. Mi familia estaba orgullosa de mí. Hice algunas aproximaciones a desfiles, pero Cuando era pequeña, ya soñaba con ser diseñadora de moda. Me pasaba los días es muy difícil entrar en un mundo, que es muy cerrado para todo el que llega de fuera y sin ninguna recomendación.

            Decidí entonces, dedicarme a diseñar ropa que hasta ahora, nadie hubiera hecho: moda religiosa para mujeres.

            Antes de lanzarme de lleno, pensé en visitar diversos países para comprobar in situ, como estaba este tema en la actualidad.
                                               Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén (Palestina ocupada)
            Empecé con la religión cristiana, por ser la más próxima. Todas las féminas siguen un mismo patrón: faldas largas hasta los tobillos, blusones o camisas que tapen los hombros y, por supuesto, pañuelo en la cabeza. Da igual, que la iglesia sea católica, ortodoxa, protestante…Todos los religiosos se encargan, de que la mujer vista decorosamente y si hace falta, disponen de policías o militares controlando el acceso a los lugares santos.
                                                   Buda gigante, en Mandalay (Myanmar)
            Continué con la religión musulmana. Aquí, todavía está más claro. Ellas no sólo visten pudorosamente dentro de las mezquitas, sino en todos los ámbitos de la vida en los que tengan relación con la gente, que sea extraña a su familia más próxima. Largos velos, túnicas, pañuelos, guantes y calcetines, cubren cada centímetro de su piel.

            A continuación, dirigí mis pasos hacia el judaísmo. Otra vez, más de lo mismo. La mujer prudente y respetuosa con las tradiciones, debe cubrir sus cabellos, llevar falda hasta los tobillos y por supuesto, rezar separada de los hombres.

            Parece ser, que los budistas y los hindús son algo más tolerantes con la vestimenta de las mujeres, aunque no con la estima que les merece el sexo débil.

            Viendo como está el panorama, creo que mis sueños de llegar a ser la “Coco Chanel” española, sólo se han quedado en una pesadilla. Volveré a casa y me dedicaré como tantos compatriotas, a buscar mi primer empleo, si la crisis y los políticos me lo permiten.
                                                         Mujeres lavándose en el río Ganges, en Varanasi (India)

lunes, 2 de enero de 2012

Tópicos algo dudosos sobre India

                                                                                               Backwaters
            Madurai es probablemente –con el permiso de Fort Cochin, en la costa oeste-, el lugar con más plastas por metro cuadrado, detodo el sur de la India, incluidos, los de seguridad, que te registran a la entrada del maravilloso templo. Mientras a los hindúes apenas les tocan, a nosotros al menos, nos sobaron y pusieron pegas, hasta que consiguieron hacernos perder la paciencia.

Menos mal, que hay dos cosas, que funcionan muy bien en este país: hacerse el loco, cuando te vienen a pedir dinero por supuestos servicios, y vociferar en tu propio idioma. El contenido del mensaje resulta indiferente, aunque te quedas bien a gusto mandándolos a la mierda o similar.
                                     Fort Kochi
            Además de mucho calor y estrés, provocado por el caos circulatorio, poco más ofrece está ciudad, salvo una bonita catedral cristiana y un discreto palacio. Se ha puesto de moda, cada vez en más países, el pagar en los lugares de visita, por el uso de la cámara o por la filmación de videos e India, en lo que sea sacar dinero al turista, va a la cabeza. Las 50 rupias en este concepto, en el templo, nos las ahorramos haciéndonos los tontos. En los 15 días que llevamos en el país, aún no hemos desembolsado dinero, por contemplar atractivos turísticos y lo hemos visto todo. ¡La economía de guerra, hace agudizar el ingenio!

            Fort Cochin nos ha encantado, con sus bellas casas coloniales, iglesias y maravillosa puesta de sol –llena de lugareños, pelmas y guiris-, contemplando las famosas redes chinas. Matacherry, tampoco está mal, siendo del mismo estilo. Al otro lado de la bahía, donde se cruza por ferry, Ennakulam es desesperadamente caótico y feo.

            Un par de días más tarde y por tan sólo 10 rupias, fuimos desde Kotayan –lugar horrible- a Allepey, por un entramado precioso de canales, lleno de paisajes caribeños y sintiéndonos los protagonistas de la Reina de África. Emocionan las estampas de la vida cotidiana y las espectaculares casas-barco que navegan por la zona, llamadas backwaters.
                                                                   Matancherry
Pueden ser alquiladas por 24 horas a precios razonables. Viendo que en los lugares de visita, nos cobran veinte, treinta o cincuenta veces más que a los lugareños, aún sigo sin entender, como nos permiten hacer este recorrido en transporte público, desembolsando el mismo importe, que los nativos.

Ya muy avanzado el periplo por el sur de la India, hay unos cuantos tópicos sobre el país –tantas veces escuchados y leídos-, que no nos cuadran.

            -“India o la amas o la odias”. Pues ni lo uno ni lo otro. Probablemente acabe siendo, de los países más interesantes que he visitado en mi vida –sino, el que más-, pero sin sentimientos extremos.

            -“Para conocer un poco India, hay que ir al menos un mes”. Sencillamente, una estupidez. Hay quien en diez días, asimila más esencias, que otros en un montón de años.
Backwaters
            -“India es durísimo”. Pues de momento, tampoco es para tanto. Salvo el insufrible tráfico, no hay muchos más padecimientos, que evitar a los pelmas. Hasta ahora, es posible que en este país, hayamos encontrado a la gente más desagradable –por encima de los judíos-, de los 107 que conocemos.

El caso es, también, que mucha gente, atraída por supuestas frases hechas, leyendas y tópicos, acude a este país, apenas habiendo salido de Europa. ¡Y entonces, si que puede ser desagradable y duro¡

            -“Después de ir a India, ya ningún destino te sorprenderá”. Lo dudo. Ya he escrito bastante más de nuestra estancia en Sri Lanka, que en India. Y cuando, nos vayamos de aquí, seguro que Bangladesh o Nepal –nuestros próximos destinos-, nos resultarán maravillosos.

            “Hay mucha gente en India, que viaja buscándose a si mismo”. No se en el norte –aunque, supongo que alguna habrá-, en Phuskar, Varanasi o poniéndose ciego a gang –marihuana-, en Manali. Pero, en el sur, no encontramos a nadie con ese perfil, hasta el momento.
                                                                                  Mysore
            Seguro que en el futuro, cambiamos de opinión sobre algunas cosas. Pero, de momento, esto es lo que podemos  aportar desde nuestro pensamiento y no adaptándonos a las opiniones de Lonely Planet, que muchos viajeros toman como Biblia.

            En este viaje, hemos visitado los dos países más llenos de tópicos, que conozco:  Myanmar e India. 

viernes, 30 de diciembre de 2011

Sensaciones de Myanmar

                                                                                                Bagan
Veníamos con las expectativas tan contenidas, que Myanmar las ha sobrepasado con creces. Hemos quedado prendados de las estupas y la apacibilidad de Bagan, de la cotidianidad y patrimonio cultural del lago Inle, e incluso, el propio Yangon ha calado en nuestro corazón, con su animación nocturna de terrazas y sus templos birmanos, hindúes, mezquitas y estupas, repartidas por el centro y el extrarradio.

                                                                Entorno del lago Inle

La gran decepción del viaje ha sido Mandalay. Sus atractivos artísticos no han compensado, el horror de pasear por sus calles - más bien por la calzada -,  porque sus aceras están siempre ocupadas con motos, bicis y todo tipo de trastos y puestos, más o menos ambulantes. Además, del reinante caos e insoportable ruido y lo insulso y anodino, que resulta todo el centro de la ciudad. Lo mejor que se puede hacer aquí, es seguir efusivamente las instrucciones de uno de los baretos, que ofrece cinco cañas de 33 cl,. al precio de cuatro. Y relajarse. Bueno. Y también acercarse hasta, Amarapura

                                                                                          Bagan

Nos hablaron, tanto bien como mal, del trekking que en tres jornadas se hace, entre Kalaw y el lago Inle. Tal vez, porque en uno de los casos sólo habían pagado 8€ por jornada y en el otro, 15. Al margen, de que cada persona es un mundo ( y más, en Myanmar).



Nuestra dolorosa cuenta pendiente, es no haber podido acercarnos a Mrauk U, que dicen que cuenta incluso, con más estupas que Bagan. Pero, de no ser rico y poder pagar los caros vuelos, sólo se puede ir allí, enlazando varias barcas, dado que el acceso por tierra a los extranjeros, nos está prohibido.

                                                                                Entorno del lago Inle

 Las expectativas con la comida, también fueron ampliamente sobrepasadas. Cinco platos a elegir, entre sopas, arroces, tostadas con huevos, fruta variada, mantequilla, mermelada, zumo y café, es bastante más de lo que uno espera desayunar, cuando te dicen que está incluido, en un hotel que cuesta 12 $.



Para comer, unos noodles fritos con cerdo, vegetales y huevo o un arroz con pollo y huevo, además de varios cuencos con pescado seco, carne seca, carne con tomates y chili con cebolla, son dos buenas alternativas. Y para un tentempié rápido, unas samosas vegetales, unos rollitos de primavera o unas bolas fritas de carne o pescado, ayudaran al estómago a pasar muy buenos ratos.



    Tenemos que expresar, tres agradecimientos sinceros al gobierno de Myanmar, que permite visitar las cercanas ruinas de Amarapura (Mandalay), sin pagar los 10$ establecidos, gracias a algunos taxistas despiertos. Además, que no hayan subido el precio de las visitas turísticas, durante años y que acceder al recinto histórico de Bagan, siga costando lo mismo, que hace mucho tiempo.

                                                                                            Bagan

Y como guinda final y en nuestro caso, que se despisten a la hora de cobrar los 5 $, que se deben abonar para acceder al lago Inle. Si lo hubiéramos hecho aposta. no nos habría salido mejor.





    En el anterior post, frivolizaba sobre la situación del país. Pero, ahora quiero plantear dos dudas: ¿Cómo es posible, que los rollos de papel higiénico no tengan canutillo interior?. ¿Alguien puede entender, que una botella de ron añejo de 7 años, cueste menos que un envase normal de cerveza, de medio litro?. ¡Por favor, qué alguien nos lo explique!.

El kyat aplasta al dólar

                                                     Fajo de billetes de kyats
Resulta tan gracioso como grotesco, conversar con un comisionista del mercado de Yangon -donde se negocia la tarifa legal-ilegal del cambio de divisas- y escuchar de su boca: ¡"no hay nada que hacer, el dólar está por los suelos"! Y ¿qué lo diga el ciudadano de un país, cuyo billete de mayor valor es del equivalente a 1€ y del tamaño de una sábana?



Aunque, en la realidad financiera, no le falta razón, ya que hace tres años, aquí por un euro te daban más de 1700 kyats y el cambio de hoy, por más vueltas que le hemos dado, no hemos podido conseguir, más de 1050 K por cada unidad europea o 735 K por cada billete verde.



Ello quiere decir, que uno de los más prósperos negocios en la actualidad, sería invertir en la no convertible divisa de Myanmar, puesto que en tan solo tres años, se ha revalorizado más de un 75%, respecto al euro. ¿Andará la economía birmana en la cresta de la ola, mientras norteamericanos y europeos se lamen las heridas y luchan, casi por la subsistencia ?.

                                                                                      Yangon

En realidad y abandonando la ironía, esta es sólo otra más de las molestias y trabas del gobierno de Myanmar, que trata de imponer a los sufridos visitantes: la ficticia y constante revalorización de su moneda, frente a las divisas occidentales. Otras son, la ausencia de cajeros automáticos a lo largo de todo el país, el hecho de que tengas que entrar y salir sólo por vía aérea y no por tierra o la imposición de un visado -fácil de gestionar - bien por correo en la embajada de Berlín, bien de forma personal, y en un par de días en Bangkok (este último, ha sido nuestro caso).



El acceso al país, sin embargo y aunque lento, no es riguroso. Se limitan a sellarte la tarjeta de entrada y el pasaporte, sin más inconvenientes. Ya, una vez dentro, no hallamos tantas cosas enigmáticas y misteriosas, como esperas encontrar antes de la visita. Al menos, en lo que se nos permite ver, dado que algunas zonas del país están cerradas para los extranjeros (al menos, para viajar por libre).

                                                                Yangon

Myanmar resulta más caro, que las naciones de su entorno, en  casi todos los conceptos. Especialmente, en el alojamiento. Aunque, los desayunos -siempre incluidos- suelen ser excelentes y le quitan algo de peso a la factura.



Mientras, en pleno mes de agosto media España reposa en las playas de la costa, casi la otra mitad -la de los “josteleros”, “rastas” y la de la alternativa  de la bicicleta para todo- pedalean a buen ritmo por las ciudades y campos de Myanmar. Resulta difícil entender, el gran número de viajeros españoles, que hay  y su perfil tan marcado, en un país tan escasamente turístico, donde resulta difícil cruzarse con un foráneo, hasta en los templos de Bagán.

  

Yangon

Tampoco es muy fácil, para una persona que piense por si misma, asimilar la demagogia, que se escribe sobre este destino tipo: "tened en cuenta, que cada vez que estáis haciendo un gasto o pagando una entrada, estáis enriqueciendo a uno de los gobiernos más corruptos del mundo ". O: " tratad de repartir vuestros dólares y kyats entre varios restaurantes y alojamientos, a lo largo del país, para ir redistribuyendo el dinero de una forma equilibrada entre varios sectores de la población".



Esta última reflexión, solo va encaminada a mitigar la mala conciencia, que europeos, norteamericanos y occidentales, en genral, tenemos con el tercer mundo. El que quiera hacer algo por Myanmar o por otro cualquier país, más valdría que se viniera a cooperar a la zona y no tratara de redistribuir la miseria de unos pocos centenares de dólares.



En cuanto a mantener a gobiernos corruptos, ya lo hacemos directamente con nuestros impuestos en otras zonas del mundo, incluida alguna comunidad autónoma española (o todas).