Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 30 de diciembre de 2011

El kyat aplasta al dólar

                                                     Fajo de billetes de kyats
Resulta tan gracioso como grotesco, conversar con un comisionista del mercado de Yangon -donde se negocia la tarifa legal-ilegal del cambio de divisas- y escuchar de su boca: ¡"no hay nada que hacer, el dólar está por los suelos"! Y ¿qué lo diga el ciudadano de un país, cuyo billete de mayor valor es del equivalente a 1€ y del tamaño de una sábana?



Aunque, en la realidad financiera, no le falta razón, ya que hace tres años, aquí por un euro te daban más de 1700 kyats y el cambio de hoy, por más vueltas que le hemos dado, no hemos podido conseguir, más de 1050 K por cada unidad europea o 735 K por cada billete verde.



Ello quiere decir, que uno de los más prósperos negocios en la actualidad, sería invertir en la no convertible divisa de Myanmar, puesto que en tan solo tres años, se ha revalorizado más de un 75%, respecto al euro. ¿Andará la economía birmana en la cresta de la ola, mientras norteamericanos y europeos se lamen las heridas y luchan, casi por la subsistencia ?.

                                                                                      Yangon

En realidad y abandonando la ironía, esta es sólo otra más de las molestias y trabas del gobierno de Myanmar, que trata de imponer a los sufridos visitantes: la ficticia y constante revalorización de su moneda, frente a las divisas occidentales. Otras son, la ausencia de cajeros automáticos a lo largo de todo el país, el hecho de que tengas que entrar y salir sólo por vía aérea y no por tierra o la imposición de un visado -fácil de gestionar - bien por correo en la embajada de Berlín, bien de forma personal, y en un par de días en Bangkok (este último, ha sido nuestro caso).



El acceso al país, sin embargo y aunque lento, no es riguroso. Se limitan a sellarte la tarjeta de entrada y el pasaporte, sin más inconvenientes. Ya, una vez dentro, no hallamos tantas cosas enigmáticas y misteriosas, como esperas encontrar antes de la visita. Al menos, en lo que se nos permite ver, dado que algunas zonas del país están cerradas para los extranjeros (al menos, para viajar por libre).

                                                                Yangon

Myanmar resulta más caro, que las naciones de su entorno, en  casi todos los conceptos. Especialmente, en el alojamiento. Aunque, los desayunos -siempre incluidos- suelen ser excelentes y le quitan algo de peso a la factura.



Mientras, en pleno mes de agosto media España reposa en las playas de la costa, casi la otra mitad -la de los “josteleros”, “rastas” y la de la alternativa  de la bicicleta para todo- pedalean a buen ritmo por las ciudades y campos de Myanmar. Resulta difícil entender, el gran número de viajeros españoles, que hay  y su perfil tan marcado, en un país tan escasamente turístico, donde resulta difícil cruzarse con un foráneo, hasta en los templos de Bagán.

  

Yangon

Tampoco es muy fácil, para una persona que piense por si misma, asimilar la demagogia, que se escribe sobre este destino tipo: "tened en cuenta, que cada vez que estáis haciendo un gasto o pagando una entrada, estáis enriqueciendo a uno de los gobiernos más corruptos del mundo ". O: " tratad de repartir vuestros dólares y kyats entre varios restaurantes y alojamientos, a lo largo del país, para ir redistribuyendo el dinero de una forma equilibrada entre varios sectores de la población".



Esta última reflexión, solo va encaminada a mitigar la mala conciencia, que europeos, norteamericanos y occidentales, en genral, tenemos con el tercer mundo. El que quiera hacer algo por Myanmar o por otro cualquier país, más valdría que se viniera a cooperar a la zona y no tratara de redistribuir la miseria de unos pocos centenares de dólares.



En cuanto a mantener a gobiernos corruptos, ya lo hacemos directamente con nuestros impuestos en otras zonas del mundo, incluida alguna comunidad autónoma española (o todas).

1 comentario:

Eva dijo...

Escrito, originariamente, 3l 12 de agosto de 2.011