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jueves, 22 de diciembre de 2011

La república bananera y non grata de Omán (parte II de II)

                Pero, ahí no terminó la cosa, porque los extorsionadores no se rinden, nunca.
                                                            Buraini
                Como ayer nos dejaron retornar a Buraimi sin problemas, supusimos , que no tendríamos inconveniencia en retornar a Emiratos, sin mayores dificultades, como otras veces -Zambia y Mozambique, así lo testifican -, cuando no nos ha gustado el precio de un visado o hemos tenido otro tipo de dificultades. Nos equivocamos.

                La inflexible y cuadriculada funcionaria de inmigración, de EAU, nos indica que ella no puede ponernos un sello de entrada, sin el de salida de Omán y, ¡no valen dos barras paralelas sobre el sello de salida de Emiratos - se hace frecuentemente - y, que nos deje entrar, como si no hubieramos salido. ¿Y a ella, qué más le da?. Pues, no. La  única y cara solución, consiste en tener que tomar un taxi, al punto fronterizo de ayer y volver aquí, con los malditos sellos de entrada y salida. ¡Un desastre económico, del que más de uno y de dos, sacanr tajada!.

                Con muy mala leche y sintiendo, que nos están tomando el pelo y la cartera, salimos a la calle, a negociar con el gremio de ttaxistas, que no se muestra agresivo. Nos piden 40€ por la ida y la vuelta, que conseguimos rebajar a 20, como "last and special price".
                                    Buraini
                Sin embargo - y todos coinciden -, lo que más nos choca, es que a medida que ofrecen su tarifa, nos ponen sobre aviso, del escarnio económico del que vamos a ser víctimas. No pondrán un sello de salida sin más, sino que deberemos pagar la visa -40€, aproximadamente- y nos penalizarán con otros 20 –a cada uno-, por sellar un día tarde. Por eso al poli  de ayer, no le importó demasiado, que nos fuéramos, ni tampoco nos informó de que quedabamos en situación de ilegalidad en el país. Cuantos más días pasaran, más dinero al morral. ¿A cuántos incautos, que hemos caído en esta sucísima trampa, trasladaron y trasladarán los taxistas, a ser degollados en este matadero de extranjeros ?. A muchos, según se sinceran los propios taxistas.

                Las predicciones de nuestro agradable conductor, son ciertas y nos solicitan lo previsto, Asumimos – aunque, intentamos evitarlo-, que tendremos que pagar los visados, pero trataremos de evitar, la injusta y elevada sanción, contra la que no hay recurso alguno.
                                                               Buraini
                Argumentamos, que sólo hemos estado unas horas en Buraimi y que no queremos visitar el país. Que, con un simple sello de salida, nos vamos y ya está. Negativo. El inflexible funcionario, se interesa por saber cuántas horas llevamos aquí. En realidad, son 36, pero mentimos y las dejamos en 20, para indicar que no llegamos a un día natural, completo. Lo que antes le parecía bien, ahora no, porque hoy es una fecha diferente.
                Insistimos: ¿y si uno llega a Buraimi a las 11 de la noche, nuca estará aquí antes de las 12 –por tanto, llevará un día- y mucho menos, si tiene que esperar a las 14 horas del día siguiente para coger el autobús?. Le da igual.

                Con el ánimo contenido a duras penas, volvemos a la carga. No es normal , que una frontera, esté a 60 km de la de su vecino y no se informe de ello en alguna parte, a la supuesta entrada al país. Y menos, habiendo un pueblo importante, como Buraimi, al lado del puesto de Emiratos. Visitados 104 países, sólo conocemos una frontera en Argentina, donde se hace una hora en autobús hasta Chile, pero están los Andes de por medio, sin haber pueblo alguno. Por tanto, este no es el caso
               
                Sorprendentemente, ante lo único que reacciona, finalmente, es al escuchar un simple "Omán, no good". "Why", indaga el impsaible hombre, con gesto interesado. "Porque el gobierno se preocupa más del dinero de los extranjeros, que de darles hospitalidad”. Hace una llamada, tras insistirle, que en ninguna otra nación, a lo largo del planeta, hemos visto nada igual.

                Nos perdonaron la sanción, aunque lo de la visa es innegociable. Hasta el propio taxista, que entra a  la oficina a buscarnos -saludando efusivamente al funcionario-, se asombra de que lo hagamos conseguido. Huímos del país para nunca volver. ¡O tal vez, sí!
 Buraini
                Horas después, al llegar al hotel de Dubai, en el ascensor, el empleado que nos sube a enseñar la habitación, nos pregunta "Where are you coming from, now'" "Omán", contestamos. Le entra un sonoro ataque de risa, mientras nos mira con cara de circunstancias. No entendimos el significado, pero tampoco quisimos preguntar. Por si acaso.

1 comentario:

Eva dijo...

Este texto fue escrito, originariamente, el 28 de julio de 2.011