Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Rarezas etíopes e incertidumbres

Reposando en un bareto, en el fin del mundo, después de la excursión por las iglesias del Tigray, con Anna, Joan y Alex
              Si se cree un poco atolondrado, después de aterrizar en el aeropuerto de Addis, tras varias horas de vuelo, tal vez es que lo esté. Pero no se asuste, si al llegar a la estación de autobuses le han vendido un billete para Bahir Dar, con fecha 11 de noviembre de 2003, creyendo estar a 18 de julio de 2011. Ni se ha vuelto loco, ni ha realizado un maravilloso viaje en el tiempo (a pesar, de que paseando por "Mercato" lo parezca), ni le han tratado de timar (cosa no infrecuente aquí).
      
             No se frote los ojos, si observa en un calendario, que Navidad cae el 7 de enero, el Año Nuevo el 11 de septiembre o que el propio año, dispone de 13 meses (12 de 30 días y 1 de 5). Simplemente cuando toda la cristiandad, decidió adoptar el calendario gregoriano, estos decidieron seguir a su bola, con el juliano.
                                    La Libella
           Tampoco hay que irse corriendo a la cama, si pregunta por la hora del check out del hotel y le indican, que es a las 6 a.m (o sea, de la mañana). También funcionan con horario propio. El día para ellos, comienza a nuestras 6 de la mañana por lo que a su hora local, hay que sumarle 6 más y preguntar, para más seguridad si es "etyopian hour" o "international hour". Sobre todo, si te dicen, que habrá agua "in the evening", piensa que no debes encontrarla a las 6 de la tarde, sino a partir de las 12 de la noche.
 
          Todos los autobuses, salen a las "eleven" (cinco de la mañana y sin mucho retraso), tan solo uno al día, para destinos largos. Si ya de viaje, veis a los pasajeros sudando, con las ventanas cerradas y tres camisetas de manga larga y un polar, no tratéis de persuadirlos de nada y preocuparos más por vosotros. ¡Y por supuesto, nada de intentar introducir algo de aire fresco en el vehículo!
 
          Una rareza muy esperanzadora -aunque nos ofenda a los trotamundos-, es que muchas veces, no se bajan del burro, ante nuestras arrolladoras pretensiones occidentales, de rebajar los precios de algunas cosas. En casi cualquier parte de África, lo hacen si con ello sacan, aunque sea un mínimo beneficio. Aquí no.
                                                                                                                                                   Harar
          Del tema de las rarezas religiosas, habría para escribir un libro entero, a pesar de que a los agnósticos, nos preocupan menos. Aunque, llamar la atención, si que clama, que al menos a nosotros, los ritos nos parezcan más mezcla de musulmanes y budistas, que de católicos y protestantes de hoy ( y eso que los etíopes, parecen los más arraigados con sus iglesias precristianas y el cristianismo primitivo)
 
           En cuanto a las incertidumbres, dejo sólo una reflexión múltiple:
 
           -¿ Porqué el país con el tercer lago más grande de África –el Tana- y con una copiosa época de lluvias -padeciéndola en nuestros huesos y carnes-, carece del líquido elemento a todas horas, incluso en la propia capital?.

           -¿Qué misteriosa idea -para nosotros- les llevó, a gastarse un dineral en la construcción de dignísimas carreteras -para África y la orografía del país-, por donde sólo circulan camiones -vuelcos y vuelcos espectaculares-, a cada tramo de viaje, por conducción temeraria, por el medio de la carretera y a no tratar de montar, una minima red de abastecimiento de agua?.
 Addis Abeba
            Es África, donde no falta la luz, falta el agua, el asfalto... Y así seguirá siendo, previsiblemente, por los siglos de los siglos.
      

Por cierto, cerca de Mekele, presenciamos un aparatos accidente, donde de forma horrible e inolvidable, vimos sacar muertos -de entre los restos de un microbus-, sin siquiera una camilla o una manta. A varias decenas de metros, paró un autobús de guiris y mientras sacaban fotos de la catástrofe, sin escrúpulos, el guía ponía la ambientación sonora. Si África no tiene remedio, occidente y los occidentales, ni os cuento.

1 comentario:

Eva dijo...

Este texto fue escrito, originariamente, el 12 de julio de 2.011