Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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lunes, 13 de junio de 2016

Comer en los aviones: una delicia con inmerecida mala fama

          Mientras terminamos de deshojar la margarita, a ver, si definitivamente, nos vamos a Japón en los próximos días -llevamos retrasando dos meses este viaje-, voy a escribir una entrada en este blog, sobre las aerolíneas donde mejor hemos comido, a lo largo de los últimos cinco años, descartando los periodos anteriores.


          Evidentemente, en ese corto periodo de tiempo, no hemos volado con más de 20 ó 30 compañías, con lo que puede haber muy buenas aerolíneas a nivel gastronómico, que no aparezcan aquí recogidas. El orden será descendente, terminando por la que más nos gusta. Vamos con ello.

5ª.- Afriqiyah Airways. Se trata de una aerolínea libia, con aviones muy nuevos, que nos transportó desde Trípoli, a Johannesburgo. Además de calidad, mucha cantidad de alimentos. Para un vuelo de ocho horas nos pusieron tres comidas. La primera, a base de carne al grill y ensaladas. La segunda, un semidesayuno, algo más ligero, pero completo. Y la tercera, un desayuno en toda regla, con kebab y una tortilla de dos huevos incluidos.


          4ª.- Qatar Airways. Hace tiempo, era la primera o la segunda en nuestro ranking, pero la calidad ha bajado en los últimos años -como sucede con otras de la zona, como Egypt Air y Royal Jordania- y también la cantidad. Una de las últimas veces, hasta nos regatearon el vino.. Hemos volado bastante con ellos. .En los buenos tiempos, un plato de enormes trozos de pollo al grill y con arroz al curry, ensalada de pescado marinado y macedonia de frutas, regados con excelente vino chileno y brandy, era una comida muy habitual. Para escalas de más de cinco horas, en Doha, sirven ricos platos gratuitos, aunque algo grasientos.



        3ª.- Emirates. En un vuelo, entre Dakar y Dubai, por ejemplo, nos sirvieron un enorme pescado con puré de patatas y ensalada de salmón y verduritas, al limón, regados con vinos de Nueva Zelanda, Sudáfrica o tinto de California, además de cuantos licores quisimos (el champán lleva cargo).El servicio a bordo resulta muy esmerado.


          2ª.- Srilankan Airlines. Extraordinaria compañía, con la que sólo hemos volado una vez, entre Dubai y Bangkok. Nos agasajaron con un delicioso, jugosísimo y enorme trozo de hammour -equivalente al mero, pero más sabroso-, sabiamente especiado y con tagliatelle, acompañado de una ensalada de dos pescados marinados.



        1ª.- Turkish Airlines. Esta aerolínea la hemos tomado hace menos de una año, para volar desde Madrid, a Seúl. La comida resulta antológica. Sirva, como ejemplo, este menú: cordero asado con puré de patatas picante, verduras varias al dente, bulgur y una fantástica ensalada de salmón marinado con crujiente de hierbas aromáticas, además de otra más normalita de aceitunas, queso y pepino. Vino y bebidas alcohólicas a discreción, al antojo del viajero. Para vuelos tan largos, se agradece este esmero



          ¿Quién dijo, qué en los aviones se como mal?. Probablemente, el mismo que ha tenido éxito con las cestas de publicidad en los portales, para evitar la publicidad en el buzón, que a mi me encanta.
Ninguna foto de las que ilustran el post, es propia.

viernes, 25 de abril de 2014

Segundo intento de sexto viaje largo (esperamos, que sea el bueno)

                                                                        Agra (India)
          Después de numerosas contrariedades y de resolver diversos problemas, parece, que en breves días, nos largamos a Asia, por dilatado tiempo. Nuestros destinos no han variado, en relación con los del anterior post. Pero sí, la forma de llegar hasta Asia.

          Con altas probabilidades -aunque, no seguras-, recuperaremos los 360 euros perdidos, en los malogrados vuelos con Pegasus Airlines -compañía de pésima atención al cliente, donde van a lo que van (la pasta)-, entre barcelona Y Dubai, gracias a las arduas negociaciones con la compañía de seguros, de nuestra VISA oro.

          Aunque, no tenemos aún los billetes, pretendemos no demorarnos más de una semana en partir, con dos opciones y un único destino inicial, la que es nuestra segunda casa: Bangkok (sexta vez).

                                                                                      Bangkok (Tailandia)
          La primera es la compañía Norwegian -low cost noruega: Barcelona-Oslo (67 euros) y Oslo-Bangkok (161). Austeridad para un viaje tan largo y no muy buenos horarios. Nos tendríamos, que hacer cargo del tema comidas, durante dos días, que de facto significa, llevar viandas para ese tiempo, dado que ni nos atrevemos a depender de la manutención en el aeropuerto noruego.
Varanasi (Inida)
          La segunda nos atrae más: Madrid-Bangkok, con escala en Zurich, con Swiss Air, por 277 euros. Sería un viaje más cómodo y con menos preocupaciones, aunque con una escala de 10 horas, en la que no saldremos del aeropuerto, dado, que conocemos Suiza de cabo a rabo.

           Después de darnos un paseito por Tailandia, por algunos lugares, que no conocemos, volaremos a Calcuta, con IndiGo (unos 67€) y pasaremos dos meses en India. Luego, Bangladesh y después... ya veremos...


           Trataremos de iros contando algo, aunque no somos mucho de ir al ciber durante los viajes (lo imprescindible). Si no, a la vuelta.  

domingo, 17 de febrero de 2013

Dubai no responde a sus tópicos

                                     Todas las fotos de este post son de Dubai
         A diferencia de lo que muchos piensan, hacen y como ocurre en Doha -aunque no, en Abu Dhabi o Bahrein-, no es Dubai una ciudad para unas pocas horas. entre un vuelo y otro. Disfrutar de este lugar, debería conllevar una estancia mínima de tres o cuatro días. Y más, si 
se quiere acercar uno a la agradable, cercana e histórica, Sharjah (tan solo a media hora de autobús).


Hecho de esta manera. descubriremos, que la mayoría de los tópicos, que se manejan sobre Dubai, no son ciertos. En realidad, lo único que se asemeja a lo que nosotros, previamente, pensábamos, es el insoportabblee calor -muchas paradas de autobuses son herméticas y disponen de aire acondicionado, para hacer más llevadera la espera-, muy difícil de mitigar entre mediados de la priavera y del otoño.  Sólo a dos insensatos, como nosotros, se les ocurriría recalar en la ciudad, durante la segunda quincena de julio, poniendo en riesgo serio nuestra salud, con las temperaturas superiores a los 45 grados.


Anmtes de visitar los países del golfo Pérsico, manejábamos la idea, de que tenían que ser naciones carísimas, debido al supuestamente alto nivel de vida. Pero, ambas cosas son falsas (o al menos, muy matizables). Dormir en un hotel de cuatro estrellas en temporada baja -como fue nuestro caso-, te puede salir por unos 23 euros, cada noche. Se puede almorzar divinamente, por menos de un euro, si se hace en la sección de comida preparada del Carrefour o en cualquier tienda/panadería, donde te deleitan con ricas especialidades procedentes de la India, como bondas, samosas o biryanis, que están mejor, que las de la propia nación originaria. Las tarifas del transporte público son bastante moderadas, en comparación con Europa. ¡Y no digamos, el precio de la gasolina!


Y en cuanto al supuesto modus vivendi, la mayoría de la población vive bastante dignamente, aunque el nivel general, se asemeja bastante al de Europa, siendo incluso, algo inferior. ¡Menos en las autopistas, que recorren el país, que a veces son de hasta cinco y seis carriles!.  La opulencia y el lujo existen en Dubai, sin lugar a dudas, pero se manifiestan de forma muy discreta y prudente. Desde luego, si en Siciliaa, nunca os toparéis con un miembro de la Mafia, en Dubai, tampoco lo haréis con ningún jeque o emir.  


Os llamará la atención y sorprendera, que os recomiende no usar vuestra tarjeta de crédito, en Emiratos. Pero, ¿no se trata de un país muy desarrollado?. Sí, pero le cargan comisiones por todas partes: tanto por compras directas en tiendas, como por sacar efectivo con ellas de los cajeros


Otra de las preconcepciones, que resulto caerse por tierra fue, que al ser Emiratos un país poderoso, económicamente, el Islam se viviría de una forma más relajada, que por ejemplo, en estados en vías de desarrollo, como Marruecos o Egipto, por poner dos ejemplos. Nada más alejado de la realidad, porque en Dubai es más difícil ver una mujer vestida de forma occidental o tomar una cerveza, que en las otras dos naciones mencionadas. 

Los edificios más emblemáticos de Dubai -como nos recuerdan a cada paso, los souvenirs de las tiendas-, son los Burj Al Arab -junto al famoso Humeirah Beach hotel- y Khalifa. El primero, lo habréís visto decenas de veces en la tele y tiene forma de vela, mientras el segundo es un edificio, que se va estrechando, según asciende y termina, como en una fina aguja. 

Segguro, que también habéis oido hablar de Palm Jumeirah: una superficie construida con anodinos apartamentos, en forma de palmeta, que al menos desde tierra, resulta bastante decepcionante (imagino, que visto desde un helicóptero, será más espectacular). Cerca, se halla la Marina, salpicada de unos cuantos barcos de postín.


En todos los casos anteriores, hablamos de las afueras. Para nosotros, lo más agradable e interesantte de Dubai es el centro, partido en dos por el río, que podemos cruzar en una embarcfación llamada «abra», por unos veinte céntimos polr trayecto. A un lado, el Bur Dubai, con su expléndido y tranquilo casco histórico, llamado Bastakilla. Al otro, Deira, más bullicioso y comercial, pero con algunas callejuelas algo caóticas, a las que no les falta encanto.

Dubai es una ciudad de extremos, como todo el golfo Pérsico: o eres devorado por el sol, la calima y el calor o por el poderoso aire acondicionado -a veces, imposible de quitar o programar-, que deja las temperaturas de hoteles o centros comerciales, en bastante menos de veinte grados.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Feliz 2.013 y felices viajes

                                                                                     Kajuraho (Inidia)
            Como este, muy probablemente, será el último post de este año, quiero aprovechar para felicitaros estás fiestas –que tan poco me gustan- y desearos, que la entrada, en 2.013, sea favorable. Espero también, que llevéis a cabo fascinantes viajes y que os sigáis pasando e interesando, por los contenidos de este blog.
                   Mapa de Bangladesh
            Si el retorno a la vida laboral no lo impide –cosa, bastante improbable, tal como andan las cosas-, es bastante factible, que el nuevo año, sea el de nuestro sexto viaje largo. Sobre el papel, el proyecto está muy avanzado, dado que al ser el más aventurero de los llevados a cabo, precisa de buenos preparativos (muchos más, que los de los anteriores periplos).

            Partiríamos desde Milán, a Dacca (Bangladesh), en vuelo de la compañía, Saudi Arabian Airlines (unos 275 euros). Visitaríamos el país y haríamos la visa de India, adonde entraríamos, por Calcuta. Tras hacer un circuito, en forma de media luna, por puntos que no visitamos en el anterior viaje al país, saldríamos por la frontera de Wagha, a 29 kilómetros de Amristar, rumbo a Pakistán (visa en Delhi, presentando una carta de la embajada española).
                                                                                       Lalibella (Etiopía)
            Visitaríamos el país, en un periplo, fundamentalmente, urbano y semi urbano, para salir hacia China y entrar., en Kirguistán. De ahí, intentaríamos llegar, a Uzbekistán y hacer un circuito por esta nación, para posteriormente, volar a Emiratos, atravesar Omán y hacer un recorrido por Yemen (aún tenemos mucho que comprobar, en cuanto a la seguridad de este país, pero estamos en ello).

            En Aden (Yemen), embarcaríamos en uno de los barcos –son diarios, según hemos constatado-, que enlazan con Yibuti: De ahí, atravesaríamos, a Somalilandia y mataríamos el viaje, en Addis Abeba (Etiopía, ya lo conocemos). ¿Alguien se apunta?.
             Mapa de Yemen
            De alguna forma, nos gustaría incluir, Corea y Japón –aunque solo fuera Tokio-, en este viaje. Pero me temo, que por presupuesto, va a ser imposible.

            En los comentarios de este post, se irán detallando los recorridos, país por país.

            A lo largo de enero y en este blog, seguiré publicando las entradas, que faltan, sobre nuestro primer viaje largo: Navegación en velero, desde Cartagena de India, a Panamá y continuación por tierra, a Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y México.   

sábado, 2 de junio de 2012

No cambiamos de país, sino de planeta


            Sin casi creérnoslo, abandonamos Senegal, sin más molestias, que una exhaustiva ficha policial, antes del check-in, en el aeropuerto de Dakar, donde preguntan hasta por lo que no les importa, como cuantos días vamos a estar en Líbano y donde vamos luego…

                                                                  Baalbek
En Bananaria, es muy distinto entrar por tierra, que por aire. En el primer caso, son iguales de bananeros, que siempre. En el segundo, tratan de disimularlo, aunque sólo en las molestias –y amplificadas-, que se producen en cualquier aeropuerto occidental.

            Emirates, muy bien: sobre todo en comodidad, trato, comida –abundante y rica- y sin cortapisas a las bebidas alcohólicas. En su contra, no nos proporcionan hotel, donde al menos, poder asearnos, en una escala de diez horas. Nos permitió también, reencontramos con Dubai, con mucho menos calor, que hace nueve meses y con una sensación, que mezclo lo agradable del retorno, con la extrañeza de lo inesperado.

            Líbano empezó con mucha lucha y esfuerzo –además de cansados, por no haber dormido en los vuelos- y hasta ahora, con menos recompensas de las esperadas, para nuestras altas expectativas. Que los taxistas nos trataran de engañar, nada tiene de nuevo, pero sí que el del microbús, nos intentara cobrar cinco veces, lo que vale, sin pestañear, aunque sin éxito.
Beiteddine
            
Como mal menor y para pagar en moneda local, cambiamos 10 $ -más ventajosos que los euros-, con un siete por ciento de comisión añadida.

 Siendo ya más allá de las diez de la noche y después de caminar largo rato, entre el infernal tráfico, aceras perfectas y bien iluminadas, caemos en las garras del negocio hostelero. De los cuatro sitios barajados –y únicos, para el turismo de bajo presupuesto-, en el primero nos rechazan, no sabemos muy bien por qué y nos mandan al segundo, donde una guapísima hija de puta, al tratar de negociar la tarifa, nos dice, que para dormir gratis nos vayamos a la calle. El cuarto alojamiento no lo encontramos, habiéndolo tenido al lado (lo haríamos al día siguiente, y es caro). Pero, como hasta ahora ha sido nuestro destino tuvimos –aunque la buscamos- suerte. Veamos.

                                                               Deir el Qamar
            Cuando pasamos los trámites de inmigración –fáciles, gratuitos y con estancia máxima de dos meses-, encontramos la oficina turística abierta, a pesar de ser las 20:30 horas. El plano que nos dieron, está patrocinado por los chiringuitos de la zona de copas y se centra en ese área. Además, obtuvimos información muy valiosa, para que no nos engañaran en el transporte.

            En el tercer hotel, encontramos a un chico hispanohablante –ha vivido varios años en Colombia-, que tuvo la amabilidad de soportar nuestra agresiva negociación, que nos llevó a dejar la tarifa en 25 $, de los 40 que nos pedía.

            En lo único, que Líbano se parece a Senegal, es en el estampado y cutre uniforme de los militares, omnipresentes. En lo demás, más que haber cambiado de país, hemos llegado a otro planeta: de anchas aceras, papeleras, gente educada…

Líbano se volvió a reconstruir y hoy en día es muy seguro. Al menos, eso nos indican en la oficina de turismo y en los hoteles. Pero, como contrapunto a esas opiniones, Beirut está lleno de vigilantes de seguridad por todas partes, policías y militares.
                                                               Tripoli
            En este primer contacto, estamos encantados con los sistemas y precios del transporte, la musulmanidad, escasamente musulmana, la comida y el actual clima.


            Hace meses que no nos poníamos el chambergo o veíamos llover. Nos agrada menos, que en cinco años y conforme a las indicaciones que teníamos, la vida aquí, haya subido hasta un setenta por ciento y eso, que toman el dólar, como referencia y moneda alternativa y complementaria, a la libra libanesa.

            Pero, en un extremo y en el otro, las emociones de los primeros días, siempre de terminan dulcificando. 

miércoles, 28 de diciembre de 2011

No boarding pass

                                                                                 Bangkok
Catorce días sin tomar una sola cerveza - y eso que el Ramadán no empieza hasta mañana - por Bahrein, Omán y Emiratos, es demasiado tiempo hasta para un bebedor habitual de este líquido. Menos mal, que habíamos venido debidamente provistos de ginebra etíope, en cantidad suficiente. No refresca, ni es tan agradecida como la otra, pero al menos, sacia las necesidades etílicas, cuando estas surgen. En cualquier caso, las cosas están a punto de cambiar.
                                                                               Bangkok
Nos hallamos en la terminal de salidas de Dubai, tomando de extranjis el último cubata, mezclado en una botella no sospechosa y pensando en las fresquitas cervezas, que engulliremos mañana, nada más llegar a Bangkok, adonde pretendemos volar esta misma noche, vía Colombo. Pero ¡¡aún nos va a tocar sufrir¡¡.

Nos dirigimos al mostrador de Sri Lankan Airlines y nos piden el billete de retorno desde Bangkok, para poder entregarnos las tarjetas de embarque. Les indicamos, que hemos viajado varias veces a esta ciudad y nunca nos han solicitado tal requisito. Ni ninguna aerolínea, ni en el control de inmigración de la capital de Tailandia. Pero, la empleada sigue en sus trece: si no hay boleto de retorno, procederá inexorablemente a la negación del embarque. Y se muestra muy taxativa.

Mientras, pensamos como replantear el asunto y le damos vueltas a la cosa, de la nada aparecen Selene y Valerio, dos italianos que han contemplado la escena y que se encuentran en idéntica situación a la nuestra. Aún, seguimos –y seguiremos- siendo agnósticos, pero Dios nos acompaña a todas partes ¡y eso no podemos negarlo!. Al encontrarse con cuatro casos iguales y con una mayor presión, la empleada accede a tratar el caso con sus superiores.
Colombo
La espera es larga y tensa, aunque amena por la animada conversación de cuatro personas, que están contentas por haberse conocido, aún en esta situación. Hasta de Berluscuni y de Zapatero, acabamos hablando.              


 Definitivamente, parece que nos dan una solución razonable. Deberemos firmar una declaración, en la que eximimos a la aerolínea de cualquier responsabilidad, en el caso de que nos presenten alguna pega, a la llegada a Bangkok. Al fin y tras cumplimentarla, tenemos en nuestras manos las tarjetas de embarque.

El primer vuelo sale con bastante retraso. La compañía en sí, es bastante buena y la comida, la mejor que hemos probado en años, en el interior de un avión: como plato principal, un excelente y delicioso, hammour con tagliatelle. Apenas, dormimos, a pesar de que lo intentamos.

El aeropuerto de Colombo es un remanso de paz, sin el aire acondicionado a todo trapo y con la gente durmiendo donde le parece, sin que nadie les moleste. Todo lo contrario a Dubai. Hay internet veloz y gratuíto, que nos sirve para acortar la espera.
                                                          Sharjah
Selene está de los nervios, pensando qué vuelo comprar, por sino la dejan entrar en Bangkok. Valerio, aunque más tranquilo, también muestra sus dudas. Somos nosotros dos. los que estamos absolutamente convencidos –gracias a nuestras experiencias anteriores-, de que no habrá problema ninguno, para acceder a Tailandia. Auguramos, hasta que seremos recibidos con una sonrisa en la cara, en tan hospitalario páis. Afortunadamente, así ocurre.
    
¿Meticulosidad exagerada de un empleado de tierra del aeropuerto de Dubai o compañía aérea  "rompe cogioni" (como se diría en italiano) ?. Nunca lo sabremos. Lo cierto es, que estuvimos a punto de llevarnos un serio disgusto.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Así empezó todo? (parte II de II)


                                                                            Sharjah
Zoraída, era una joven de piel blanca, ojos verdes y pelo azabache. Era mimada y consentida por su padre, el sultán. Sus más mínimos deseos, a  cada momento, eran hechos realidad al instante. Pero, ahora ella languidecía dentro de su jaula dorada. Cuando Alí la vio, supo inmediatamente, lo que faltaba en su vida: ella. Comprendió que se había enamorado.

Con paciencia infinita, logró que la princesa le contara sus penas: se aburría dentro de los muros de palacio, quería conocer otras tierras, otros lugares y otras gentes, pero su padre, no sólo no lo consentiría, sino que ya la había prometido en matrimonio, a un emir gordo y viejo.
                                                                     Dubai
Alí, le descubrió quien era y le prometió, que si se escapaba con él, viajarían juntos por los confines de la tierra. Ella le recordó, que no era una persona cualquiera, sino la hija de un sultán, que debía estar al servicio de su pueblo. todo lo demás, eran sueños imposibles de llevar a cabo. Su destino ya estaba marcado en las estrellas, desde el día de su nacimiento. Alí, cabizbajo, asintió. Sólo quedaba la vía diplomática, en la que su visir era el experto. Comprendió, que debía regresar a su corte y desde allí, intentar solucionar todos estos conflictos. Ya no se acordaba, de que debía curar a la princesa. Ella, le prometió no descubrirle y mostrarse más feliz ante su padre y todos los cortesanos.

 De regreso a su país, le iba dando vueltas a la situación, pero no se le ocurría nada. Mientras tanto, el visir había descubierto, que Nuredín, apoyaba al emir guerrero, porque este estaba casado son una de sus hermanas. Aquí, mandaban más los lazos familiares, que los de la política.

La situación más fácil, era concertar una alianza mediante una boda de estado. Alí, debería someterse y casarse con alguna hija de Nuredín. Así, de un plumazo, todos ellos serían una familia unida y feliz y no habría más guerras entre ellos. Además, sería una manera de unir sus tierras frente a posibles rivales. Serían, en definitiva, un estado formado por muchos estados interdependientes, que se apoyarían entre sí, para mejorar sus tierras y economías. Era una idea tan vieja como el mundo, pero que siempre había dado resultado.
Dubai 
Desde luego, Alí no podía estar más de acuerdo, siempre que fuera Zoraída su desposada. Ellos dos, le darían nietos a Nuredín y la alianza entre emires y sultanes, sería un hecho, que traspasaría toda clase de fronteras y obstáculos en los tiempos venideros. 

¿Así empezó todo? (parte I de II)

                                                                            Dubai
Erase una vez un sultán. que vivía en su palacio rodeado de muchas riquezas. Todos los días se bañaba en una inmensa piscina, que tenía agua del mar, comía deliciosos manjares preparados por más de cien cocineros, a su servicio y por la noche, se deleitaba con la música y las caricias de sus más de mil concubinas. Pero, el sultán no era feliz. Su corazón suspiraba por algo más, pero aunque buscaba dentro de si mismo, no sabía encontrar aquello que anhelaba.
Sharjah 
 Un día, el visir le despertó con una terrible noticia. Nuredín, el sultán del país vecino, le había declarado la guerra. Unos territorios, que llevaban litigando desde tiempos de sus padres, eran otra vez el  motivo. Un pequeño emir los pretendía par sí y Nuredín le apoyaba. Había, que buscar una solución pacífica y que satisficiera a todas las partes. Como siempre, el visir se ofreció voluntario para ir a parlamentar con los contricantes. Pero, nuestro sultán decidió ir en persona. Se disfrazaría de mercader y acudiría a la corte de su rival. Se uniría a una caravana, que partía al día siguiente.

Durante el viaje estuvo, escuchando todas las conversaciones del resto de mercaderes. Así, se enteró de que a él le consideraban distante y poco preocupado por lo que les ocurría a sus súbditos. Pensaban, que vivía en una burbuja de cristal, sólo atento a sus propios caprichos.
                                                             Dubai
                La llegada a la corte fue sorprendente, al menos para él. Las calles resplandecían bajo el sol, los campesinos vendían sus productos en los puestos del mercado, los niños correteaban de aquí para allá y por todos los lados, se respiraba un aire de opulencia y alegría. Dentro de palacio, la situación no pintaba igual. Aunque, todo estaba limpio y ordenado, no se sentía la misma alegría  que en las calles. Pronto, Alí se enteró de la tragedia: la hija pequeña y más querida del sultán, se encontraba gravemente enferma. Este había prometido toda clase de riquezas, a quien fuera capaz de curarla.

     Muchos querían hacer el intento, a pesar de que no fueran médicos, pero una razón muy poderosa se lo impedía: aquellos que no lograran sanar a Zoraida, serían inmediatamente, ejecutados. Lo más sensato, sería volver a casa y dejar que el visir, como siempre había ocurrido, se hiciera cargo de la situación. Pero, el corazón de Alí siguió sus propios dictados. A los pocos minutos, ya estaba ofreciendo sus servicios como médico y sanador. Antes de entrar en la cámara privada de la princesa, se le advirtió del riesgo que corría. si no conseguía curarla. Alí aceptó el reto.
                                                                                             Al Ain



jueves, 22 de diciembre de 2011

La república bananera y non grata de Omán (parte II de II)

                Pero, ahí no terminó la cosa, porque los extorsionadores no se rinden, nunca.
                                                            Buraini
                Como ayer nos dejaron retornar a Buraimi sin problemas, supusimos , que no tendríamos inconveniencia en retornar a Emiratos, sin mayores dificultades, como otras veces -Zambia y Mozambique, así lo testifican -, cuando no nos ha gustado el precio de un visado o hemos tenido otro tipo de dificultades. Nos equivocamos.

                La inflexible y cuadriculada funcionaria de inmigración, de EAU, nos indica que ella no puede ponernos un sello de entrada, sin el de salida de Omán y, ¡no valen dos barras paralelas sobre el sello de salida de Emiratos - se hace frecuentemente - y, que nos deje entrar, como si no hubieramos salido. ¿Y a ella, qué más le da?. Pues, no. La  única y cara solución, consiste en tener que tomar un taxi, al punto fronterizo de ayer y volver aquí, con los malditos sellos de entrada y salida. ¡Un desastre económico, del que más de uno y de dos, sacanr tajada!.

                Con muy mala leche y sintiendo, que nos están tomando el pelo y la cartera, salimos a la calle, a negociar con el gremio de ttaxistas, que no se muestra agresivo. Nos piden 40€ por la ida y la vuelta, que conseguimos rebajar a 20, como "last and special price".
                                    Buraini
                Sin embargo - y todos coinciden -, lo que más nos choca, es que a medida que ofrecen su tarifa, nos ponen sobre aviso, del escarnio económico del que vamos a ser víctimas. No pondrán un sello de salida sin más, sino que deberemos pagar la visa -40€, aproximadamente- y nos penalizarán con otros 20 –a cada uno-, por sellar un día tarde. Por eso al poli  de ayer, no le importó demasiado, que nos fuéramos, ni tampoco nos informó de que quedabamos en situación de ilegalidad en el país. Cuantos más días pasaran, más dinero al morral. ¿A cuántos incautos, que hemos caído en esta sucísima trampa, trasladaron y trasladarán los taxistas, a ser degollados en este matadero de extranjeros ?. A muchos, según se sinceran los propios taxistas.

                Las predicciones de nuestro agradable conductor, son ciertas y nos solicitan lo previsto, Asumimos – aunque, intentamos evitarlo-, que tendremos que pagar los visados, pero trataremos de evitar, la injusta y elevada sanción, contra la que no hay recurso alguno.
                                                               Buraini
                Argumentamos, que sólo hemos estado unas horas en Buraimi y que no queremos visitar el país. Que, con un simple sello de salida, nos vamos y ya está. Negativo. El inflexible funcionario, se interesa por saber cuántas horas llevamos aquí. En realidad, son 36, pero mentimos y las dejamos en 20, para indicar que no llegamos a un día natural, completo. Lo que antes le parecía bien, ahora no, porque hoy es una fecha diferente.
                Insistimos: ¿y si uno llega a Buraimi a las 11 de la noche, nuca estará aquí antes de las 12 –por tanto, llevará un día- y mucho menos, si tiene que esperar a las 14 horas del día siguiente para coger el autobús?. Le da igual.

                Con el ánimo contenido a duras penas, volvemos a la carga. No es normal , que una frontera, esté a 60 km de la de su vecino y no se informe de ello en alguna parte, a la supuesta entrada al país. Y menos, habiendo un pueblo importante, como Buraimi, al lado del puesto de Emiratos. Visitados 104 países, sólo conocemos una frontera en Argentina, donde se hace una hora en autobús hasta Chile, pero están los Andes de por medio, sin haber pueblo alguno. Por tanto, este no es el caso
               
                Sorprendentemente, ante lo único que reacciona, finalmente, es al escuchar un simple "Omán, no good". "Why", indaga el impsaible hombre, con gesto interesado. "Porque el gobierno se preocupa más del dinero de los extranjeros, que de darles hospitalidad”. Hace una llamada, tras insistirle, que en ninguna otra nación, a lo largo del planeta, hemos visto nada igual.

                Nos perdonaron la sanción, aunque lo de la visa es innegociable. Hasta el propio taxista, que entra a  la oficina a buscarnos -saludando efusivamente al funcionario-, se asombra de que lo hagamos conseguido. Huímos del país para nunca volver. ¡O tal vez, sí!
 Buraini
                Horas después, al llegar al hotel de Dubai, en el ascensor, el empleado que nos sube a enseñar la habitación, nos pregunta "Where are you coming from, now'" "Omán", contestamos. Le entra un sonoro ataque de risa, mientras nos mira con cara de circunstancias. No entendimos el significado, pero tampoco quisimos preguntar. Por si acaso.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La república bananera y non grata de Oman (parte I de II)

Después de la lectura de la web del ministerio de Exteriores, en la que se indica, que es posible acceder a Omán gratis, sin pagar visado, si se entra por Dubai, decidimos contrastar la información con la embajada de este país y nos la confirmaron por teléfono punto por punto. La gestión merecía la pena, porque son 40€ por persona, para una nación, de precios similares a España - salvo en el transporte -, y a veces superiores.               
Buraini
Llegó el día. Después, de recorrer arriba y abajo la agradable ciudad fronteriza de Al-Ain, nos desengañamos de que aquí fuéramos a encontrar alojamiento - solo dos hoteles y muy caros -, así que dimos vueltas y tomamos unos tés, esperando paci3entemente, a que transcurriera la noche.

Pero, finalmente, no aguantamos tanto. Sobre las dos de la madrugada, ponemos en práctica la táctica de siempre, en estos casos. Pasamos de las voces de los taxistas y nos sentamos a una distancia prudencial. Los legales - inesperadamente - no muestran ningún interés, pero sí un ávido conductor, que vive de la desidia de los profesionales. Nos lleva hasta la frontera a mitad de precio y procedemos a solicitar nuestro sello de salida de Emiratos.

Para ello, nos piden 35 dirhams a cada uno. No teníamos noticia de esta tasa, pero como nos dan recibo, los abonamos a regañadientes. Nos aseguran, que en Omán ya no tenemos que pagar nada. Salimos a la calle. Extrañeza absoluta. No hay puesto fronterizo omaní alguno.
                                                                 Buraini
            Preguntamos a varios viandantes -bastantes para la tardía hora- si estamos en Omán o en Emiratos y todos nos certifican la primera opción. Pero ¿para salir de un país y entrar en otro, no hay que pasar dos fronteras?. Dada la avanzada hora de la madrugada, no buscamos hotel y nos acomodamos en el confortable exterior, de una barbería ¡Qué recuerdos de la Nochevieja pasada¡, que pasamos en los sillones de la antesala de una tienda de fotos, en Kasane (Botswana)!.
 
            Amanece un nuevo día, que pasamos distraídamente, en esta agradable localidad, llamada Buraimi, de casas con almenas o en forma de panal de abeja y sabiamente coloreadas y empapeladas, de una forma armónica.
 
            A las 13 horas y como estaba previsto, tomamos el bus a Mascate. No hay autovía, como a lo largo de todos los emiratos visitados, pero la carretera es buena. Comemos hamburguesas con patatas, que hemos comprado en un concurrido restaurante. Tras, más de una hora y cuando nos disponemos a dormir la siesta, aparece un control policial, que imaginamos rutinario. No. Es una frontera en toda regla, de Omán dentro de Omán, después de haber transitado ya, más de 50 km.
                             Buraini
            Nos hacen bajar a todos: a unos pasaportes, les dan el OK, otros los ponen en un montón y los nuestros y los de un indio, los dejan para lo último.
 
            El policía, que comprueba los datos en su ordenador, de agresiva mirada, nos indica que tenemos que pagar. El ayudante del conductor del bus, como buen samaritano y si lo hacemos deprisa, se ofrece a adelantarnos el dinero con su tarjeta de crédito, como ha hecho con el ciudadano de la India .
 
            Explicamos, lo que nos dijeron en la embajada de Omán en España, ante lo que el agente esgrime, que para  no pagar visa, hay que venir directamente desde Dubai, y que nosotros, hemos estado ya en Abu Dhabi. ¡Y él que sabrá, si los viajes internos por un país no dejan rastro en los pasaportes, que ni siquiera ha abierto!. Y mientras, el ayudante del autobús, que nos demos prisa, que el viaje debe continuar.
                                                                                  Buraini
             Apenas hay más conversación, dado que la única respuesta es pagar, pagar y pagar. No es esta la frontera por donde se puede entrar, gratuitamente Recogemos nuestros pasaportes y advertimos de que informaremos a la embajada de Omán, en nuestro país, sobre estos hechos. Al menos, tendremos alguna pista más, de si el sinvergüenza es el personal de esta frontera o el gobierno del país, que abre un agujero-trampa, para ofrecer visitas sin cargo y luego prepararte una encerrona , cuando llegas al control de inmigración.
 
              Por supuesto, el dinero del bus a Mascate, no lo recuperamos, por mucho que insistimos al ayudante del conductor. Hacemos dedo, para emprender el camino de vuelta, a Buraimi y tenemos suerte: se detiene el primer vehiculo que se acerca. Un agradabilísimo chico, nos devuelve a nuestro punto de partida. El estrambótico casso aprece consistir, en que estábamos en Omán, hemos querido entrar en Omán y no nos han dejado y todo para volver, de nuevo, a Omán. Lamentamos, no tener el suficiente cociente intelectual para entender esta extraña paradoja.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Emiratos: mucho más, que lo que vierten sus tópicos

                                                           Sharjah
Me comentaba un lector, por correo electrónico, después de enterarse de que estaba escribiendo desde un ciber de Emiratos, que menudo dineral nos estaríamos gastando. Tópicos y más tópicos, de los que no logramos deshacernos, hasta que visitamos los destinos. Una hora en cualquier internet de Dubai, sale por unos 0.50€. Una habitación de un hotel de tres estrellas, superior, por unos 23€. Comer, cuesta poco más de 1€ y hasta el transporte es barato y eficaz, circulando por autopistas interminables y magníficas, de hasta cuatro carriles por sentido.


Por lo hasta aquí expuesto, no es necesario ser un viajero petrodolárico, para visitar esta zona del planeta. Tampoco y para –en este caso- vuestra desilusión, os encontraréis con un jeque por la calle y la vida del esparcimiento, el despiporre y el show permanente, estará concentrada en otros sitios, supongo. Vamos, como en todas partes, porque nosotros, tampoco la hemos visto. Tópicos y más tópicos, que encierran a nuestra mente entre barrotes.

 Dubai
             Al contrario de lo imaginado, no siendo feos los rascacielos de Dubai - bastante dispersos entre sí y muchos de ellos en abandonada construcción -, no son el principal atractivo de esta trepidante ciudad. La tranquila y agradable zona monumental de Bastakia, nos muestra junto al río, algunos de los edificios más monumentales del país. Cruzando en “abra” (embarcación tradicional), se llega a Deira, donde el casco histórico de diluye y muere, tras un ramillete de calles caóticas, aunque agradables. Nos decepciono, enormemente, Palm Jumeraih, que desde el cielo debe resultar mucho más interesante, si la incesante bruma deja ver la bahía con nitidez (cosa extraña).


            El emirato de Abu Dabhi no merece siquiera una visita, pero sí Al-Ain, próximo a la frontera con Omán y sobre todo, la bellísima Sharjah, que cuenta con una preciosa mezquita, tranquilos paseos junto al lago y uno de los centros históricos más bonitos y acogedores, que hemos visto en lo que llevamos de viaje.

                                                                                                                     Sharjah
Durante nuestra estancia en el golfo Pérsico, el cuerpo ha ido mutando, hasta convertirse en un ente extraño, que debía adaptarse sin dilación, a contrarrestar los 45º del exterior con los 17º, que proporciona el aire acondicionado de los centros comerciales y de los hoteles en los que nos refugiamos a las horas de más calor. ¡No hay término medio: o te asas o te congelas!.

                                                    
Creo, que la próxima vez, que visite este país, será en los meses de diciembre o enero.