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miércoles, 3 de abril de 2024

Los alojamientos son el mayor problema y el mayor gasto en un viaje a India

           En nuestro primer viaje a India, allá por 2011, por un euro te daban unas sesenta rupias. El mejor cambio, que hemos obtenido en este periplo nos ha llevado a conseguir,  noventa y uno con cincuenta. Quiere ello decir, que en trece años, nuestra moneda se ha revalorizado un 50%, con respecto a la divisa local (han desaparecido los billetes de mil y de dos mil, siendo ahora el de importe mayor de quinientas rupias)

          Sin embargo y para nuestra suerte, no ha ocurrido lo mismo, con los precios de las cosas, a los que sí aplicamos la devaluación, son a veces más baratos o idénticos, a los de entonces. Aunque lo normal sean diez, aún sigue habiendo samosas, bondas o tés por cinco rupias, como hace casi tres décadas. Y el transporte sigue teniendo unas tarifas de risa, pudiendo llevar a cabo por unos diez euros, 1700 kilómetros en una cómoda litera de tren. No ocurre lo mismo con las visitas a los lugares turísticos de pago, que el/los gobiernos han multiplicado su importe hasta por tres o cuatro veces y especialmente, con los alojamientos.

          En 2011, una habitación de precio medio rondaba las 400 rupias. Hoy en día, tienes mucha suerte, si la encuentras en la franja de 800-1000. Una de las lamentables razones es, que en muchos lugares se ha empezado a aplicar un sistema de doble tarifa, para lugareños y extranjeros. Para nuestra desgracia, está práctica discriminatoria y humillante, cada vez es más frecuente. Por ejemplo, en Palitana, pagamos 1500 rupias por una noche, por una alcoba similar, por la que una familia de indios abonaron 700. ¡Más del doble!. Es verdad, que los hoteles han mejorado algo sus prestaciones y son más modernos, que entonces, aunque ni la mitad, que en Malasia e Indonesia, donde además, han mantenido casi intactas las tarifas 

           Al hilo de estos últimos dos destinos, donde transcurrió buena parte de nuestro noveno viaje largo y en los que trabajamos muy exitosamente, con Booking, tratamos de hacer lo mismo en India, pero solo fue posible en Sikkim y en algún alojamiento de West Bengal. En el resto de destinos, nos ha sido imposible trabajar con esta plataforma, porque los propietarios o incumplen sus propias condiciones y ponen otras más favorecedoras para ellos o sencillamente o no te aceptan, por mucha reserva de Booking

       Y los de Sikkim, fueron realmente, tramposos y poco éticos. Cogieron y le dijeron al portal, que no nos habíamos presentado, cuando no era verdad, para evitar pagarles su comisión. Algo así, ya habíamos visto en el sur de Italia, hace un año, pero allí son más elegantes: cancelan ellos la reserva, cuando llegas y la parte del pastel de Booking se la reparten a medias contigo, haciéndote un descuento de en torno al diez por ciento. 

          En definitiva, los alojamientos son el mayor problema y el mayor gasto en un viaje a India. 

          Nuestro presupuesto mensual para los dos, en India y en 2011, era de 400 euros. En la actualidad, ha sido de 500. En ambos casos, se incluye la totalidad de los gastos, menos los del visado.

          Con este post, finaliza el relato en directo de este décimo viaje largo, desarrollado entre el 19 de enero y el 26 de marzo. Pero, aun quedan por publicar, más de 30 entradas del noveno.

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