Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 27 de enero de 2017

A la espera del muro de Trump, las fronteras terrestres nunca fueron demasiado peligrosas

                                                                         Iglesias del Tigray (Etiopía)
          La verdad es, que cuando empezamos a viajar, hace casi ya tres décadas, una de las cosas, que más miedo nos daba al imaginar nuestros soñados periplos por el mundo, eran las fronteras terrestres entre determinados países -supuestamente, inseguros-, llenas de maleantes profesionales, buscavidas intimidadores, gentes de mal vivir, cambistas sin escrúpulos, policías corruptos de uniforme viejo y holgado, militares prepotentes de mirada asesina, aduaneros extorsionadores...

          Tras todo este tiempo “on the road”, es cierto, que algo de eso hay, aunque en dosis muy justas, afortunadamente. En las fronteras “trabajan” gente de todo tipo y aventuras puedes vivir -faltaría más-, pero estoy en condiciones de asegurar, sin equivocarme, que si te muestras firme, normalmente, te respetan, te sonríen y hasta te admiran. Pareciera ser, que existiera un código no escrito de elegante combate incruento, que premia a quien es más hábil o experimentado.
                                                                                                        Puerto Iguazú (Argentina)
          Igualito, que moverse hoy en día, por nuestro desconcertante, destartalado y agresivo país, donde el más energúmeno, despiadado e inconsciente, siempre tiene razón y encima, saca pecho a cada rato:

          Conductores desquiciados, que casi te atropellan -o te atropellan- en los semáforos intermitentes, para tener que parar, veinte metros después; ciclistas de las aceras -los más mal educados de la galaxia-, que te perdonan la vida -en el doble sentido, de no arrollarte o no agredirte-, mientras circulan contestando mensajes de whatsapp; paseantes nocturnos de minúsculos perros de correa larga de dos metros, que después de que te tropiezas con ella y casi te matas, te perdonan la vida; twitteros acosadores de tres al cuarto, de vida real inexistente y/o amargada; vendedores despiadados de lo invendible o de lo innecesario... Por no hablar del gobierno, de hacienda, de la UE... Todos, todos y todos, resultan bastante peores y más impíos y crueles, que el engranado ecosistema de las fronteras terrestres (¡habrá excepciones, porque no conozco todo el mundo!).
Khota Khota (Malawi)
          Dicho todo eso, analicemos algunas de las cosas, que te pueden pasar en las fronteras terrestres (también, a veces y si no llevan visado, en las aéreas):
Machu Pichu (Perú)
          -Policías corruptos: Pues mirad, que en mi dilatada experiencia viajera, tendría que hacer memoria para encontrar alguno. Yo intuía, que en África, Sudamérica y Centroamérica nos iban a freír a sobornos descarnados y nada de nada. Bueno, salvo en la frontera entre Zimbabwe y Zambia -la de Kariba-, donde la vil encerrona se encuentra asegurada. En realidad, nuestros mayores problemas fronterizos, los tuvimos en los países del este, a finales de los ochenta y principios de los noventa y todavía hoy en día, en la frontera entre Bulgaria y Turquía.
Poipet( Camboya)
          -Funcionarios de fronteras pesados/repelentes/burócratas/inquisidores... Sí, claro, que existen, pero no en mayor proporción, que en la burda vida cotidiana de cualquiera. En Hispanoamérica, por aquello de que te entienden sin esfuerzo, oscilan entre graciosos, estrictos y tocahuevos. En India, Bangladesh o Indonesia, pueden llegar a desesperarte, pero en estos casos no se trata de nada personal y basta con mantener la calma y armarse de paciencia.

          -Aduaneros: Intentos de extorsión leve -tabaco o alcohol, por el morro-, alguno tuvimos, pero son insignificantes y anecdóticos, después de tantos años por el mundo. También, lo de pedir pequeñas cantidades en concepto “de no se sabe”, por ejemplo, en la frontera, entre Guatemala y México. ¡Nada frustrante, pasados diez minutos!.
                                                                                                           Cataratas de Iguazú (Brasil)
          -Militares, que se aprovechan de su condición. Conocemos algunos casos de viajeros, que nos reportaron este problema, con consecuencias leves, pero nosotros nunca padecimos esta humillación, por suerte

          -Buscavidas: Bueno. Eso depende, de lo transitada, que sea la frontera en cuestión, pero haberlos, haylos, sin duda. Si uno da a entender, que sabe de lo que va el tema, la relación es cordial, haciendo pequeñas concesiones. Es el caso de vendedores, tramitadores de papeles, que puedes hacer tu sólo, taxistas, comisionistas de yo que sé... Es más, muchas veces, hasta te resuelven la vida, de verdad. Es el caso de los cambistas, en los numerosos lugares donde no existen oficinas de cambio, que aprecian tus dólares o euros, como si fuera oro.
Yogakarta (Indonesia)
          Aunque, ya me voy perdiendo en mis oxidados recuerdos, quizás, la frontera más tragicómica, que encontramos jamás, fue la de Aranya Prater (Tailandia), con Poipet (Camboya). Extorsión en el precio del visado, pero negociación posterior, porque no teníamos moneda local suficiente. Transportistas canallas y mentirosos, pero con una sonrisa en los labios, mientras hombres sin expresión facial, hacían de bueyes humanos, arrastrando pesados carros de soporte alargado y manejo, casi imposibles. Y sobre todo, el contraste de los lujosos casinos, con la mugre, los barros hediondos, las hogueras de basura, las edificaciones corroídas, las gentes vagabundeando sin rumbo....


          Habrá, que ver, si sale adelante lo del muro, de Trump, para seguir hablando de fronteras. Pero, yo ya he apostado un euro en las casas de apuestas, a que ese señor no dura ni un año, como presidente.

martes, 24 de enero de 2017

Mejorando nuestros planes cántabros

                                                                          Playa de Santa Justa (Cantabria)
          La semana avanza y ya va quedando menos para nuestro viaje, a Cantabría, al que le hemos metido tantos matices, que ahora ya no se parece demasiado al proyecto inicial. Hemos conseguido, no sin poca dedicación y esfuerzos, que se trate de un periplo más original, variado -montaña, mar y pueblos, en proporciones muy parecidas- y barato (ajustando los lugares de alojamiento y prescindiendo de algún destino algo alejado y no demasiado interesante, para perder el dinero y el tiempo, que ello supone).
                                                                                                         Ríacorvo (Cantabria)
          Aunque, tenemos el billete de bus comprado hace casi una smena, hasta Santander, ni siquiera llegaremos o volveremos desde este destino, sino desde Torrelavega, donde pasaremos dos noches no consecutivas, en la pensión, La Bodega, a 20/€, cada día. Ojedo, a las afueras de Potes y Cabezón de la Sal -40€ y 25, respectivamente-, se constituirán en nuestras otras dos moradas nocturnas.

          ¿Qué ha cambiado en el itinerario?. Fundamentalmente, hemos abandonado la idea de ir, a Liérganes y hemos incluido nuevos destinos, que se resumen en el siguiente apretado itinerario, que os detallamos:

          Día 1º.- Valladolid-Torrelavega.

          Día 2º.- Cartes, Riocorvo, iglesia de Santa María de Yermo y Cabezón de la Sal.
Santa María de Yermo (Cantabria)
          Día 3º.- Cabezón de la Sal Y Carrejo, para tomar el único autobús dominical -16,05, con la empresa Palomera-, hacia Ojedo, a las afueras de Potes.

          Día 4º.- Potes y Santo Toribio de Liébana, retornando por la tarde, a Torrelavega. Nos ha costado varias llamadas y gestiones, con trabajadores de turismo poco eficaces, para constatar, que lo de la ruta peatonal entre el pueblo y el santuario, “están en ello”, como ya imaginábamos, a pesar de que la administración regional se había comprometido, a tener este proyecto listo para principios de este 2.017, año jubilar y especialmente importante para toda la comarca.


          Día 5º, que se convierte en el más novedoso, respecto a nuestros planes iniciales.- Ubiarco, la bonita playa de Santa Justa -distante 1,4 kilómetros, que posee una ermita enclavada en una cueva-, Tagle y posiblemente, Suances, donde ya estuve hace mil años, por lo menos. Parece ser y lo digo con mucha cautela, que la climatología nos puede acompañar. ¡Vamos viendo!. 
Playa de Tagle (Cantabria) 

sábado, 21 de enero de 2017

Cinco inesperados días invernales, en Cantabria

                                          Potes y debajo, monasterio de Santo Toribio, de Liébana (Cantabria)
          Gracias a la gracia -valga el gracioso juego de palabras-, de ALSA, que el pasado día 19 y durante seis horas, puso la mayoría de sus destinos, al 50% de precio, para viajar entre el 23 y el 31 de enero, nos vamos cinco invernales días, a Cantabria, en un viaje no previsto, que promete ser realmente interesante, a pesar de que ya hemos visitado muchas veces esta comunidad autónoma. Valladolid-Santander, a 6,5 euros el tramo por viajero, ¡nos resultó una propuesta irresistible e irrechazable!.
                                                                                                          Cartes (Cantabria)
          Viajaremos a la capital cántabra, durante la tarde del 27 de enero y dormiremos en la ciudad, para a la mañana siguiente visitar la bonita, Liérnganes. De ahí -probablemente, con transbordo en Torrelavega-, nos trasladaríamos, a Cabezón de la Sal, donde nos alojaríamos tres noches, a un interesante precios de 25 euros por jornada.

          Para el domingo, tocará la visita de esta localidad y algunos núcleos limítrofes, como el desconocido pueblo, de Carrejo, muy cercano.
Cabezón de la Sal (Cantabria)
          El lunes, nos acercaremos a Potes. Disfrutaremos de su casco histórico, del mercado -que se celebra ese día de la semana- y de los tres kilómetros, que separan esta pequeña ciudad, del monasterio de Santo Toribio de Liébana, en su año jubilar (el 16 de abril, cae en domingo y se trata del día de máximo apogeo y devoción). Aún desconocemos, si ya está inaugurada la senda peatonal, presupuestada hace meses por el gobierno de la comunidad, que une ambos puntos de una forma más segura y relajada, que acceder por la carretera.

          Al día siguiente, toca retorno, a Torrelavega y excursión a la cercana, Cartes, situada a tan sólo 3 kilómetros, hacia el sur. Por la tarde, retorno a casa. Esperamos, que el tiempo acompañe, aunque últimamente, no tenemos mucha suerte en este aspecto.
                                                                                                        Liérnagues (Cantabria)
          Hemos dejado fuera de este itinerario lugares, que nos apetecía conocer, pero que por la falta de tiempo o la dificultad de llegar en transporte público, quedarán para otra vez. Bárcena Mayor, Carmona o Cahecho están entre ellos. Del parque Nacional de Cabárceno -que ya visité en mi juventud- o de la cueva del Soplao, ni hablamos, debido a motivos de latrocinio, consistente en 18 y 12 euros, respectivamente.

lunes, 16 de enero de 2017

Paranoias, que solo se remedian, viajando lejos y a menudo

                                                Fotos de Valladolid, en un gélido y luminoso día de enero
          Me siento a escribir. Como otras tantas veces, tengo necesidad de hacerlo. Pero, hoy no dispongo de un mensaje claro a transmitir, lo cual me atormenta. De todas formas, no sé por qué me preocupo tanto. Al fin y al cabo, la mayoría de las vidas de las personas transcurren así, erráticas, alborotadas, sin guión, sin objetivos, sin alma... y tiran para adelante, como si tal cosa.


        Hace algún tiempo, que desde mis felices y convulsos nubarrones mentales, me siento como el protagonista de una de esas películas de culto, que todo el mundo -supuestamente- admira e idolatra en público, pero que a nadie le importa un pimiento, en la realidad.

          Nunca tuve mitos, ni héroes, pero desde mi apasionado, sensible y arraigado corazón de izquierdas y espíritu altamente rockero, debo reconocer, que en mi más tierna infancia y en la adolescencia, cantaba las canciones de José Luis Perales o tenía mi biblia de cabecera nocturna en las ondas de Supergarcía en la Hora Cero. Total, para que el uno y el otro, hoy en día, no ocupen casi ni media página en la wikipdia.

          También, recuerdo mi ciudad, Valladolid, de la que quería huir a toda costa desde los albores de la juventud. Amé el Madrid de los ochenta y de los noventa, del que fui más beneficiario exultante, que partícipe activo y comprometido. Al fin y al cabo, había sido líder en el instituto y tenía mi ego colmado, porque a los que vamos a nuestra bola, nos acaba llenando y vaciando todo o, a veces, nada.

          Los momentos infernales de mi vida -para, que os hagáis una idea-, se resumieron en dos nublados años de cargo directivo de perfil bajo, en una emisora de radio, de Palencia, donde aprendí, como nadie, a sufrir sin tener motivos. Con lo mal, que se me da mentir, tuve que aprender a decir: “a esta ciudad, todos venimos llorando, porque creemos haber caído en desgracia, pero también, nos vamos con lágrimas en los ojos, tras varios años, por la agradable experiencia vivida y por la cordialidad de sus gentes. ¡Paparruchas provincianas de segunda división preferente, como poco!.

          Como quería irme de allí y lo imaginaba, gustosamente, a todas horas, pues me terminaron echando, por aquello, de ten cuidado con lo que deseas. Pero, como la suerte siempre fue mi aliada, encontré mejores ingresos y responsabilidades apetitosas. Es curioso, que en esta apacible etapa de mi vida, sea en la que más vacío he sentido, mentalmente, emocionalmente y espiritualmente, llegando a ser, casi un abúlico zombi (entonces, no existían los numerosos smombies, que hoy pueblan y castigan nuestras ciudades) .

          De allí y tras unos cuantos años, también me largaron, convirtiéndome en uno de los pocos trabajadores, a los que han despedido en dos siglos diferentes (2.000 y 2.009). ¡De algo absurdo e irrelevante, tengo que presumir!.

           De vez en cuando, me encuentro a algunos amig@s del instituto. Siempre son cordiales y escasamente esquivos, aunque no pueden -ni quieren- esconder sus mierdas de vidas. Ya no es como antes: Imposible sacarles una llamada telefónica, un simple whatsapp de quedar bien o un compromiso para tomar unas cañas y vivir viejos tiempos. ¡Porca miseria!. Y eso, que yo sé, que me perdonan haber conquistado a la pareja más molona de la pandilla y que hayamos recorrido mucho más de medio mundo en estas últimas décadas.

          A estas alturas de mi vida, sólo una persona -ahora serán más, al leer esto- sabe, que tengo pasta, todos mis sueños cumplidos -que no, los objetivos- y, que por el contrario, me siento con más temor y vulnerabilidad, que nunca.

          Como, me temía, este es el post más extraño, que he escrito nunca, después de casi cuatrocientos, que tiene este blog. Y lo peor: no sé, como terminarlo. ¡Cuántas veces habré perdido el tiempo leyendo, viendo o escuchando historias tan paranoicas y pueriles, cómo esta!.


          Al menos y como compensación, os dejo unas pocas fotos, de Valladolid -en un luminosos y helador día de enero-, esa ciudad, que tanto odié en mis tiempos imberbes. Tanto, como las camisas de cuadros, que me compraba mi madre, porque decía, que estaban de moda y no había otras en las tiendas.

lunes, 9 de enero de 2017

A la segunda, el séptimo (parte III de III)

                                                                        Yibuti y debajo, lago IssyK-Kul (Kirguistán)
          Una vez, hayamos abandonado India para unos cuantos años, se hablen tres posibles escenarios: viajar a algunas repúblicas ex soviéticas de Asia Central, recalar en Yemen y Yibuti o sencillamente y si todo se complica demasiado, regresar a casa sin demasiadas sensaciones de frustración. Veamos los puntos a favor e inconvenientes de cada plan y los posibles itinerarios por esos países. La pena es, que ya desde la casilla de salida, nos hayamos resignado a prescindir, de Pakistán (aunque tengo la pedrada ya consolidada, de que el día que arribemos a este país, nos decepcionará).
                                                                                                        Bukhara (Uzbekistán)
          1º.- Uzbekistán, Kirguistán y más remotamente, Kazajistán y Tayikistán. El gran inconveniente de esta opción es, el precio de los vuelos desde India. Ya valoramos esta salida, en 2.014 y resultó inviable económicamente. Veremos a ver, si las cosas han cambiado para bien o siguen igual, Otra posibilidad sería, obtener el visado de China e ir por tierra, a la aventura. Pero en la actualidad, desconocemos si estas fronteras son realmente transitables para viajeros. Así, que a seguir investigando.

                                                                Mapa de Yemen y debajo, Socotra (Yemen)
          En Uzbekistán, nuestros principales objetivos serían Tashkent, Khiva, Bukhara y Samarkanda, aunque se pueden añadir otros. En Kirguistán, visitaremos Bishkek y Karakol, unidas por la fantástica ruta del lago IssyK-Kul. Además, pensamos recorrer el valle de Fergana y algunos lugares más, aún sin determinar. Pensamos, que sin ser destinos espectaculares a nivel mundial, para una semana cada país, nos va a dar mucho juego.
                                                                                                         Khiva (Uzbekistán)
          2º.- El asunto de Yemen se presenta complicado. Supongo, que el tema de los vuelos no sería difícil, ni demasiado costoso, si los canalizamos por Emiratos, Qatar o Bahrein. Lo que más nos preocupa, evidentemente, es el tema de la seguridad. Tenemos información de una viajera catalana, que estuvo hace dos años y que no afrontó mayores problemas en este sentido. Pero, necesitamos datos más actuales y no sé, si serán fáciles de obtener, buceando en los foros de internet en inglés. Por supuesto, lo que puedan decir las autoridades españolas o la embajada de Yemen, no nos merece ninguna credibilidad.

          El recorrido, a estas alturas de la película y por muy diversas razones, resulta incierto. Pero, por partir de algo, más o menos, podría ser lo siguiente: Saná, Seiyun, Al Mukalla, Aden, Taiz, Al Hudaydah Ibb y tal vez, la isla de Socotra. Desde el puerto pertinente y llegado el caso, viajaremos rumbo a Yibuti y Somalilandia, para desde Etiopía, regresar a España.
Karakol (Kirguistán)
          3º.- No hay mucho más, que explicar. Si nada de lo anterior nos convence o no es viable, regresamos a casa, aunque valoraríamos la opción de hacerlo con escala en Irán o en Azerbayán, para rutas no muy extensas, pero para nosotros, suficientes. Todo dependerá del precio de los vuelos y de la dificultad de la obtención de los visados de ambos países, en las ciudades de Delhi, Tashkent o Bishkek.

          Aunque, resulta una posibilidad bastante remota, no parece descartable, que demos un vuelco al viaje, si los precios de los vuelos nos cuadran y llevemos a cabo nuestra primera vuelta al mundo -algo, que por otra parte, me importa y seduce bien poco-, de la siguiente forma: España-Uzbekistán-Tayikistán-China-India-Japón-Brunei-Australia-Nueva Zelanda-isla de Pascua-Chile-este de Bolivia-interior de Brasil (oeste)-Venezuela-Trinidad y Tobago-islas de Centroamérica-Puerto Rico-Islandia-España.


          Este insuperable e idílico plan, entra más en la categoría de sueño, que en la de realidad, pero sería un inigualable colofón a todos los viajes largos anteriores. ¡Todo es cuestión de ir colocando las piezas del puzzle y de sacar la calculadora!. Tenemos más de tres meses para hacerlo viable. 

domingo, 8 de enero de 2017

A la segunda, el séptimo (parte II de III)

                                                    Kanyakumari y debajo, las cuevas de Ellora (India)
          Llevamos, al menos, seis años con la intención de ir, a Japón. De hecho, en junio de 2.011, tuvimos dos billetes comprado, de Roma, a Tokio, por 227 euros cada uno, con la web de Barceló Viajes. Pero, hubo problemas con la agencia y lo anulamos, acabando pocos días después, en Etiopia (¡qué pequeño es el mundo!). En 2.014 y 2.015 lo intentamos de nuevo. En el primero de los casos, terminamos, en Corea del Sur, muy cerquita. Y en el segundo, ni siquiera salimos fuera de nuestras fronteras patrias. Así, que sin más excusas, ha llegado el momento, de quitarle el gafe a este destino.
Kumbakonam (India)
          Lo bueno de haber fracasado varias veces es, que lo tenemos todo planificado al dedillo, incluidos alojamientos baratos, en Tokio y Osaka y el transporte. Tenemos bien claro, que no usaremos el carísimo Japan Rail Pass, ni los emblemáticos trenes bala. Recorreremos el país en autobús, con el Japan Bus Pass, que ofrece la compañía, Willer Express (https://willerexpress.com/en/).
Fatehpur Sikri (India)
          Este producto, en realidad, consta de cinco modalidades de tarifa plana -sólo se pueden comprar por internet, para extranjeros y residentes, no siendo aplicable para japoneses-, válidas durante dos meses desde su adquisición. Tres de ellas, incluyen viajes de lunes a jueves, durante 3 días (10.000 yenes), cinco (12.500) o para una semana (15.000 yenes). Las dos restantes funcionan, durante los siete días y resultan viables para tres y cinco jornadas, por 12.500 y 15.000 yenes, respectivamente.

          La restricción más importante es, que no se puede viajar en días consecutivos, aunque si es factible tomar tres autobuses cada jornada, siempre que entre cada uno de ellos transcurra una hora. Permite montarse en los vehículos nocturnos, con lo que el ahorro en alojamientos puede ser considerable. Existe la posibilidad de cancelar el pase sin penalización, siempre que no se haya utilizado. Igual ocurre con los trayectos ya reservados en la web, que supone la única forma viable de ir adquiriendo tramos de viaje.
Amritsar (India)
          En un principio, nosotros vamos a hacernos con el de tres días, para operarlo de la siguiente forma:

          Día 1.- Bus nocturno, de Tokio, a Hiroshima. Visita de esta ciudad y Miyajima.

          Día 2.- Bus nocturno, de Hiroshima, a Osaka. Visita de esta población, Nara, Kyoto y algunos otros pequeños lugares.

                                                                         Niyajima y debajo, Kioto (Japón)
          Día 3.- Temprano, Osaka-Nagoya. Visita de la ciudad y bus nocturno, a Tokyo.

          Pasaremos, al menos, cinco días en la capital de Japón, uno en Yokohama, otro en Kamakura y tal vez, una jornada, en Hakone. Sentimos, dejar fuera de nuestra ruta, Takayama y sus alrededores, que se muestran como muy interesantes, pero que no cubre nuestro pase. Aún no hemos estudiado, como nos moveremos en cada una de las tres zonas -Hiroshima, Osaka y Tokyo-, aunque buscaremos las alternativas más económicas.
Nara (Japón)
          Para India, en nuestro tercer periplo por el país, manejamos dos versiones: una más esforzada y otra más vaga, que puede triunfar fácilmente, dado que la época en la que llegamos al país es calurosa y monzónica. Hemos constatado, que volar a Bangalore, cuesta lo mismo casi, que a Delhi. Así, que volveríamos a esta ciudad del sur -donde ya estuvimos dos veces- y recorreríamos, Mangalore, Belur, Halebid, Hampi -ya visitado, en 2.011-, Gokarna, Palolem e Hyderabad, Desde aquí, hay unos esforzados 1.500 kilómetros, hasta Delhi, donde iniciar la segunda parte, que haremos, sí o sí, porque es más fresca.
                                                                                                         Yokohama (Japón)
          En este caso, combinaremos territorios ya conocidos, a los que nos apetece volver y otros nuevos. Desde la capital, nos vamos al noroeste. Primero, tren a Kalka y desde ahí, a la adorable Shimla, al valle del Kullu, Manali, Leh -monasterios budistas y senderismo, antes de que llegue septiembre y cierren la mítica y peligrosa carretera-, Kargil, Kachemira, Srinagar, Jamu, Dalhousie, Dharansala y vuelta, a Delhi.

          Desde aquí, a Calcuta, con paradas intermedias no decididas, para explorar los estados del nordeste, que nos dejen, dado que algunos precisan de permisos especiales. En este caso, todo lo que observen nuestros ojos, será nuevo,
Tokio (Japón)
          Tras haber descansado en Calcuta -nuestra segunda casa, en Asia, después de Bangkok-, nos trasladaremos a la mítica Darjeling y después, a Gongtok, Namchi -estatuas de Buda-, Pelling, Jukson -caminata de una semana- y Goecha La. De Sikkim, hay que salir por Tashiding, hasta Guwahati -capital de Assam-, donde gestionar los permisos de los estados más nororientales: Arunachal Pradesh; Nagaland, Manipur y Mizoram.

          Si no hay autorizaciones, desde Guwahati, iremos al parque nacional Kaziranga, desviándonos después, a Shillong y Cherrapunjee. Desde Agartala, capital de Tripura, retornaríamos a Calcuta, deshaciendo el camino o en avión.
                                                                                                        Kamakura (Japón)

          Si conseguimos los permisos, desde Guwahati, a Arunachal Pradesh, para visitar el monasterio budista, de Tawang o los poblados próximos, a Ziro. Una autorización para Nagaland, da derecho a las comunidades tribales, de Mon y a la capital, Kohima. Restaría, Manipur y la cultura mizo, en Mizoram.

          Por cierto. Aún, no tenemos ni idea, de como iremos, de Oceanía, a Japón y desde este país, a India. ¡Queda mucho trabajo por hacer!, pero iremos con la necesaria calma

viernes, 6 de enero de 2017

A la segunda, el séptimo (parte I de III)

                                            Gran Barrera de Coral (Australia) y debajo, un mapa del país
          Después de nuestro fallido intento del año pasado -por razones, que no vienen al caso-, esperamos, que a la segunda oportunidad, llegue el tan ansiado séptimo viaje largo, que tanto se esta haciendo esperar y que en un principio, será el último de estas característica, porque ya vamos teniendo una edad y porque ya no nos quedarían destinos suficientes para armar propuestas de esta naturaleza.

          La idea es -después de haber solucionado ciertos problemas personales y burocráticos, que tenemos en el presente-, ponernos en marcha, durante la segunda quincena de abril o la primera de mayo. Antes, resulta imposible. La duración prevista es de unos seis meses, aunque se puede ampliar o encoger (es verdad, que normalmente, cumplimos los plazos). En este y los próximos posts, os vamos a ir dando datos precisos de nuestros planes.
                                                                                  Paisaje de Nueva Zelñnda y debajo, un mapa del país
          En un principio, volaremos de Madrid, a Bangkok, con Norwegian, haciendo escala, en Oslo (190 euros). Como, se trata de la tarifa más barata, deberemos llevar por nuestra cuenta bocadillos y bebidas. No es nuestro estilo, pero esta vez, tendremos, que reservar con al menos, un par de meses de anticipación, por lo que hemos visto.

          Pasaremos tres o cuatro días en la capital de Tailandia, un país varias veces visitado. Bajaremos por la costa oeste -lo único, que no conocemos-, para recalar en Krabi y Phuket. Cruzaremos la frontera con Malasia y arribaremos a Kuala Besar, desde donde tomaremos un ferry para las islas Perhentian -a 21 kilómetros-, donde pasaremos un par de días.

          De la forma más rápida y práctica posible, nos plantaremos en Jerantut, cerca de Kuala Tahan, que supone el punto de acceso al Parque Nacional de Taman Negara. Desde ahí, transporte a Kuala Lumpur y vuelo, a Sydney, a Auckland o a Christchurch. Está por ver.

          El tema de Nueva Zelanda es delicado, dado que debemos estudiar a fondo las posibilidades del transporte público en este país y si recorremos una o las dos islas, separadas por el estrecho de Cook (que separa Wellington, al norte y Picton, en la ínsula sur). Además de las dos mencionadas ciudades, manejamos lugares como, Rotorua, Matamata -célebre por El Señor de los Anillos-, el lago Tekapo, Wanaka, Milford Sound o Queenstown, pero queda mucho por trabajar en este complejo asunto.
                                                                                                      Bandar Seri Begawan (Brunei)
          Algo más claro, lo tenemos en la vecina Australia. Probablemente, volaremos a Melbourne, para hacer la Great Ocean Road y recorrer los 273 kilómetros, que separan las ciudades costeras, de Torquay y Warmambool. Después, a Sydney y alrededores, tan vez, pasando por Camberra. Y más adelante, a Caims, quizás, parando en Brisbane. Desde Port Douglas, abordaremos la Gran Barrera de Coral.

          Manejamos una variante de itinerario, que consistiría en volar, de Kuala Lumpur, a Jakarta, cruzar toda Sumatra y desde la maravillosa isla de Bali, volar a Darwin, en el norte de Australia. Económicamente, resulta bastante viable, pero tiene como pega, que esa zona de Indonesia, ya la conocemos, desde 2.008.
Islas Perhentian (Malasia)
          También, visitaremos, Brunei, desde la capital malaya, aunque no sabemos en que momento. Si no hay novedades, hemos descartado Timor Oriental y Nueva Guinea Papua, porque los vuelos salen bastante caros, a todas partes. Es una pena, porque nos llama enormemente la atención, el exotismo de este último destino.
Phuket (Tailandia)

          Si seguimos el primer plan, esta parte del viaje abarcará en torno a los 35-40 días, dependiendo de como consigamos enlazar los vuelos. Si optamos por el segundo, estaríamos hablando de en torno a las 45-50 jornadas. Japón y el tercer viaje a India, serían nuestros siguientes objetivos, para un plazo total para ambos, de 75, a 90 días. Pero de eso, os hablo ya en el próximo post.

miércoles, 4 de enero de 2017

Huelva y los Carnavales de Cádiz, para febrero

                                                                 Aracena y debajo, Cortegana (Huelva)
          A mediados de año y si no se presentan complicaciones, comenzaremos nuestro ansiado y tantas veces comentado, séptimo viaje largo, que no ha variado su itinerario, ya expuesto en este blog. Mientras este momento llega, acometeremos alguna, que otra aventura a escala nacional, que os iremos contando.

          Gracias a que ALSA, al fin, se ha bajado del burro y nos ofrece un increíble precio entre Valladolid y Sevilla -21,80 euros-, para un viaje de casi nueve horas, el próximo mes de febrero nos iremos a visitar la provincia de Huelva, una de las pocas españolas desconocidas para nosotros. Esta por ver, si lo combinaremos con los afamados carnavales de Cádiz, opción que va ganando enteros en los últimos días (caen entre el 25 y el 28 de febrero, al ser la Semana Santa de este año bastante tardía).
Aroche (Huelva)
          Ni baste decir, que para obtener este fantástico precio, hay que reservar con casi un mes de antelación y tener en cuenta, que los billetes no se pueden cambiar, ni tampoco anular. En cuanto a los hoteles decir, que son baratos en Sevilla capital, de precio moderado en la provincia de Cádiz -especialmente, en Arcos de la Frontera o Jerez- y más caros en Huelva capital y en su extensa provincia.

          Dividiríamos la provincia onubense en varias zonas. Al oeste de la capital, se encuentran Ayamonte e Isla Cristina. La primera, ya la conocemos y la segunda no nos interesa, por lo que prescindiremos de este sector. Al sur, se halla la interesante área de La Rábida, a la que dedicaremos una jornada.
                                                                                Grazalema (Cádiz)
          Al este se ubican Moguer, Niebla, la aldea del Rocío y el parque nacional de Doñana. Abarcaremos las dos primeras localidades, desecharemos la tercera y en cuanto a Doñana, tenemos que investigar más a fondo, sobre accesos, rutas por libre y precios, llamando a la oficina de turismo del parque o a la de la Junta, que por recientes experiencias anteriores, suele resultar bastante solvente.

          Al norte y con acceso desde Ríotinto, visitaremos Aracena, Almonaster la Real, Cortegana y Aroche. En las minas hay dos opciones y ambas son de pago, además de ver el pueblo. Una consiste en visitar una de ellas. La otra, en tomar un trenecito que bordea la cuenca del río. Creemos, que vamos a optar por la segunda.
Arcos de la Frontera (Cádiz)
          Por supuesto, dedicaremos un día entero a la capital, que cuenta con más atractivos de los que, al principio de este plan, pensábamos.

          El plan de la provincia de Cádiz está menos estudiado. Pero, además de la capital -que ya conocemos-, podría incluir pueblos, como Conil de la Frontera, Vejer -están al sur y yo ya los he visto-, Grazalema, Arcos de la Frontera, Zahara de la Sierra -los tres, al este-, y Chipiona -al norte-, aunque como he indicado, todo es muy provisional.

          Con el paso de las semanas iré añadiendo datos. La fecha estimada de partida sería el 18 de febrero y la de retorno, el último día del mismo mes.