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viernes, 19 de septiembre de 2014

Arde la calle, al sol de poniente

                                          Todas las fotos de este post pertenecen, a Fatehpur Sikri (India)
          Este viaje comenzó con debates y desvelos. Que si hicimos bien en volver a la India, que si el itinerario, que si nos compensaba volver, que si no se que... Después de un mes vagando por el país, ya no hay discusiones, ni más pajas mentales. Se trata, simplemente, de ir sobreviviendo, cumplir el objetivo marcado y largarnos de aquí.
     
          Una ola brutal de calor de más de 50 grados nos ha tenido mermados -aunque, supuestamente sanos-, durante toda una semana entera, a piñón fijo. Otros acontecimientos destacados han sido, un amago de diarrea, la falta de hambre por cierre del estómago, la sed constante, el inseparable cansancio y otros desarreglos varios.

          Además, todo esto ha coincidido con los peores hoteles -probablemente, culpa nuestra- del viaje. Los alojamientos de Gwalior, Fatehpur Sikri, Agra y Delhi, han sido auténticos zulos, donde hemos padecido, hasta poner en riesgo nuestra salud, las peores condiciones de un viaje a India en la maldita época calurosa. ¡No volveremos más al subcontinente indio o al sudeste asiático, entre abril y junio, lo juro!.

          Ni siquiera, cuando estuvimos en Emiratos, en julio, pase tantísimo calor. Porque, aquí no hay ningún recurso del que echar mano. Es verdad, que todos los establecimientos hoteleros disponen de ventilador o un cacharro llamado “cooler”, que funciona con agua y que -supuestamente- debería refrescar. Pero, al final, esa sensación sólo la notas, cuando llegas de la calle, a muchos grados. Y los hoteles citados, sin ventana exterior, lo que te conduce a mojar el caluroso colchón y a ducharte varias veces, a lo largo de la noche y a tumbarte encima de la cama, sin secarte, con los riesgos que eso conlleva.

          De todas formas, para que quejarse de vicio: nuestra familia, bien; hemos recuperado el teléfono móvil -cuya pantalla llevaba en blanco más de dos semanas- después de darlo por malogrado; se ha estropeado la cámara de fotos, aunque tenemos la antigua; aún nos queda alcohol en la mochila y ¡nos ha devuelto hacienda dos mil euros!. Y no nos olvidemos: ¡el Madrid, de nuevo campeón de Europa!.


          Si todo va bien y la suerte nos acompaña, nos iremos al fresquito del Himalaya, tras pasar por Amritsar. Aunque en los dos próximos post nos quedan un par de historias por contar: de como es más maligno y reprochable beber cerveza en la calle, que violar a una mujer, o matarla, escupir, atropellar a la gente, llenar las calles de basura y de meadas...Y por otra parte, la tranquilidad y belleza del templo de Amritsar, que tampoco es de los mejores de India, pero el relax que se disfruta en esa ciudad nos ha dado energías para recorrerlo con calma y tener aliento para escribir, dado que llevábamos varios posts de retraso.. 

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