Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Radiografía de Bangladesh

                                                Esta y las tres siguientes son, de Cox's Bazar (Bangladesh)
          Probablemente y a no tardar mucho, escriba un post sobre las diferencias entre los indios y los habitantes de Bangladesh, pero el objetivo hoy es, hablaros solamente de los segundos, desde el punto de vista de una persona observadora, que ha pasado unos cuantos días en el país.

          Aunque me pueda buscar enemigos, no comparto la mayoría de los tópicos de los escasos relatos de viajes, sobre este país, que indican, que se trata de una gente muy agradable, sin malicia o que te rodean para cortejarte (entre otros). Y es que como en todas las partes -y más en este tipo de países-, cuantas más horas pasas en la calle, más precisa y argumenttada es la opinión. Y nosotros, echamos bastantes, entre otras cosas, porque al tener, que viajar tres noches, idénticos días estuvimos sin hotel.

          En general, la gente es muy colaboradora con los escasos extranjeros. Nosotros sin planos y sin guía, conseguimos llegar donde nos propusimos. Cuando preguntamos algo en la vía pública, como por arte de magia, la información va pasando de unos a otros, hasta que llega el que lo sabe o “el del inglés”. Se trata de un proceso, asombrósamente eficaz y celérico.

          Hasta ahí, bien, pero después, se encuentra el lado negativo: cada vez que te paras o te sientas, te va rodeando, sigilosamente, poco a poco y en círculo, un montón de de personas -de todas las edades-, que no dicen nada, hasta que uno se atreve a comentar lo que se le ocurra y si no protestas, te acaban engullendo, pues cada rato se acercan más. La primera vez, te hace cierta gracia, pero cuando ocurre 10 veces cada día, la cosa cambia.
Camino de Cox,s Bazar (Bangladesh)
          Otra cuestión peliaguda, que pone a prueba tu paciencia, es tener que contestar unas cinco mil veces al día, por los abarrotados y caóticos mercados, a la cansina pregunta: ¿country?, ¿wich is your country? Y no todos -ni siquiera, la mayoría- llevan buena intención: muchos, sólo la de molestarte.

          Algo, que nos llamó la atención, fue que cuando te ven en la mitad de la calle sin hacer nada y sentado, repasando del calor o porque te apetece, intuyen que tienes problemas y pretenden ayudarte. No entienden el concepto ocio -a diferencia de otros muchos países musulmanes- y no me extraña, porque en Bangladesh hay poco que hacer: ni parques, ni centros comerciales, ni bares -ni siquiera de té o coca-colas-, ni juegos de azar, ni locales para fumar pipas de agua...

 Esta y las dos siguientes son, de Chittagong (Bangladesh)
        Para ellos, el entretenimiento podría ser ir a la mezquita, aunque tampoco van como posesos, como en otras partes. Y para el guiri, colo le queda acudir al ciber horas y horas -hasta reventar-, donde lo hay.

          Sin duda , la falta de actividades lúdicas y la ausencia total de las mujeres de toda edad en la calle -ni siquiera, en los mercados- son las dos cuestiones, que más nos han sorprendido -negativamente-, de Bangladesh, al margen de la voracidad recaudatoria -en todos los ámbitos- de su impío gobierno.

          Pero, vuelvo a la senda trazada y por simplificar, dividiría a los bangladeshianos por su actividad y por la ciudad de residencia. Detectamos muy claramente, que los propietarios de negocios o empleados son muy sonrientes, hasta que te atrapan el dinero. Luego, su rostro cambia. Tenemos ejemplos para aburrir y el más destacado es, el de una agencia de autobuses, que prometió guardarnos el equipaje, si le comprábamos el billete y cuando se lo llevamos, dijo rotundamente, que no. En la sala de espera de esa misma empresa -es un decir- y como hacen con los mendigos, otro empleado pretendió echarnos a la calle, sin ni siquiera preguntar, si teníamos boleto para viajar con ellos.

          Y la segunda propuesta, más que tratar de diferenciar por ciudades, como es la gente, hablaré de la seguridad en el país, que no es tan idílica como se dice. Dakha, de noche, no es una ciudad recomendable y de día, también tuvimos algún problema puntual. Lo peor, la espera de los autobuses, en la zona de Fakirapol street, al anochecer. Si no la haces en la oficina de tu proveedor, se convierte en tortuosa, entre mendigos persistentes, vendedores, curiosos, buscavidas... Y eso sí, no te muevas de esa zona, porque puede ser más arriesgado. En cuatro horas, tuvimos que cambiar más de diez veces de ubicación, para desatascar todo lo que nos rodeaba.
Esta y la siguienhe son, de Dhaka (Bangladesh)
          Chittagong es más tranquila, aunque yo tampoco la abordaría de noche, sino es desde un autobús, como hicimos al volver de Cox's Bazar: el tráfico -cientos rickshaws a las doce de la noche-, los edificios y las tienda iluminados, con las coloridas luces del Ramadán -las de Navidad, de toda la vida- y sus calles desconcertantes, componen una preciosa estampa. Porque además, la noche siempre tapa y confunde.

          Y me dejo la mención especial, para Cox's Bazar, uno de los lugares más inhóspitos del mundo -he dicho bien-, donde los “profesionales” del transporte te acosan hasta la extenuación, los vendedores te intentan timar o cualquier ciudadano aburrido -todos-, se cree con el derecho de meterse en tu vida.


          En este lugar, por mucho Ramadán que fuera y por muy musulmanes, que sean, nos trataron de robar a las tres de la mañana, por el mismo método de siempre (Malawi y Turquía): vigilarte durante el día y después de una hora de haberte acostado, aporrear la puerta, gritando, para ver si la confusión, te hace abrirles la puerta. Lo que ocurre después, ya os lo podéis imaginar.

2 comentarios:

Eva dijo...

Se me olvidó, contradecir otro de los tópicos, sobre Bangladesh: que es el país más barato del mundo.

Esto es absolutamente falso. En Dhaka, después de mucho buscar, un hotel de medio pelo nos costó 11 euros y el transporte dobla el precio o más, del de India. Tan solo la comida es barata.

India, el sudeste asiático, Sri Lnka o Marruecos, son países bastante más económicos.

Saludos y gracias por el importante número de visitas, que están teniendo las entradas, de Bangladesh.

Leo dijo...

Hola

Tenés un blog increíble. Me estoy dejando la vista leyéndolo.

¡Gracias!