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lunes, 1 de septiembre de 2025

A por el hat trick (parte I)

           Me encanta la inteligencia artificial para los viajes y para todo lo demás . He conseguido con ella lo que no he logrado con mi estupenda pareja en 37 años de relación: que me diga, que si o que no, a la primera y a preguntas concretas y que tras una magistral exposición, me haga un resumen y no se vaya por las ramas.

          Bueno. Gracietas -aunque verdades- aparte, hemos terminado agosto a medio gas. Queríamos acabar el último finde en Cantabria, pero no ha sido posible, porqué me equivoqué en las fechas, al adquirir un bono de diez viajes de ALSA, que comenzará más tarde.

          Aún así y antes de emprender nuevas aventuras, la despedida agostera se planteaba pletórica y dijimos: "vamos a por el hat trick", que consistía, en acudir al concierto de Rafa Sánchez, -La Unión-, en Laguna de Duero, en la noche del viernes; a la fiesta ochentera de los 40 de la SER, el sábado, en Medina del Campo y al apetecible concierto del memorable grupo -despues de desaparecido y refundado-, Inmaculate Fools, en las fiestas de Palencia .

          La cosa empezó bien, aunque a medias. 

          Fuimos a Laguna. El concierto gratuito de Rafa era inesperado y sustituía al de pago, de Camela, con uno de sus integrantes, con problemas de salud. Se celebró en la plaza de toros y como las barras ya estaban contratadas de antemano, se esforzaron en rentabilizarlas, a través de toscos seguratas, que registraban todos los bultos, junto a dos contenedores, donde acabaron  hasta las inofensivas botellas de agua.  No era un problema de seguridad o de entrar con envases con tapones para lanzar al escenario, sino de "pasa por caja", aunque no lo consiguieron, porque como cabía esperar, el público era de bastante edad y ya no pasa por cualquier atraco mafioso.

          Nosotros, que íbamos con la mochila repleta de líquidos -supuestamente, intrusivos-, decidimos no entrar, sentarnos en un banco y simplemente, escuchar el concierto al fresco, que por fin nos venía a visitar, después de un agosto terrible. Cada vez, que sonaba una canción apetecible, mi pareja entraba sin nada encima y grababa  un vídeo, de los que habéis visto por aquí, sobreviviendo tan divinamente, a los agresivos negocios musicales, cada vez, más en decadencia, porque ya estafan a poca gente.

         Y Rafa y sus chicos y con casi 65 tacos, estuvieron muy bien: potente, dicharachero y bastante social y comprometido, con las cosas, que asolan al mundo y que desde hace tiempo y a casi todos, nos hacen mirar para otro lado. 

         La cruda realidad, que deja el inapelable paso del tiempo: mucha sesentona desafinada y pasada de kilos, mientras los escasos jóvenes presentes eran cacheados a la entrada, como si fueran delincuentes.. 

          "Sildavia", " ¿Dónde estabas", " Maracaibo"... Y llegó, "El hombre lobo en París " y Rafa dijo: "estoy hasta los cojones  de cantar esto".


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