Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 16 de septiembre de 2025

Fiestas en Barajas (parte I))

           Ahora sí que la situación de Barajas se ha convertido en una pesadilla, pero al menos, hemos podido dormir casi cinco horas en el interior de la T1 sin ser molestados.

          Son las diez de la mañana, el sol aprieta de lo lindo y el calor derrite nuestros cuerpos, a pesar de ser ya , 13 de septiembre. Hoy, pasaremos el día completo en el distrito de Barajas, para disfrutar de sus fiestas, que han comenzado ayer. Salimos de la T1 y nos encaminamos a la Alameda de Osuna -este camino lo hemos llevado a cabo en el pasado-, para luego enfilar por zonas más urbanas hasta el recinto ferial de este populoso barrio madrileño. Tardamos poco más de una hora, en total.

          Entretenemos la mañana tomando algo, hasta que a la una y media nos colocamos en la fila de la paella . Delante, una poco empática señora vestida de verde nos pone de mal humor, con comentarios de lo bien que viven los inmigrantes sin trabajar y con las eternas ayudas del SEPE. Y aún nos ponemos de más mala hostia, porque aunque el reparto empieza a las dos , no nos toca hasta las tres. ¡Hora y media de espera y sin sombras!, en la que es la paella peor organizada de las cinco , que hemos disfrutado este año en diferentes barrios madrileños. Y, la calidad , deja también bastante, que desear: apenas tres pequeños trozos de carne en el plato -uno de pollo, otro de ternera y uno de higado-, con escasas laminas de champiñón y alubias verdes semi crudas. Para olvidar cuánto antes. 

          El supermercado más cercano está a veinte minutos caminando y no es otro, que un Mercadona, donde nos atiborramos a helados de mango, para mitigar la frustración. Este barrio o al menos, por esta zona, es feo, anodino y de aluvión. Retozamos un buen rato en un mal cuidado parque, antes de regresar al recinto ferial. Nos devoran las moscas, hasta límites insospechados.

          El espacio festivo está ubicado sobre una explanada asfaltada, aunque poco cuidada y engloba al escenario, los chiringuitos de comida y bebida de los partidos políticos -los cuatro más votados- y asociaciones diversas y los caros carruseles. Todo ha sido rodeado de vallas, dejando solo dos accesos y otros tantos, más pequeños, de emergencia, con lo que ya la tendremos liada a la tarde, con los malditos y arbitrarios controles policiales, que nos persiguen en todas las fiestas capitalinas.

          Para hacer tiempo, caminamos hacia la derecha por la calle Ayerbe y nos llevamos una agradable sorpresa. Cruzando un puente elevado sobre una carretera de muchos carriles, se accede directamente y sin pasar por la Alameda de Osuna, a la T3 de Barajas.

          En apenas un cuarto de hora estamos en ella para descubrir, que han cerrado todos los accesos de llegadas de esta terminal y los de la T2. Solo hay uno abierto y está custodiado severamente por un vigilante, que únicamente deja salir y no entrar.

          Por fuera no se puede ir a la T1 andando, por lo que se debe tomar el bus en la 3.  Son las siete de la tarde, por lo que suponemos, que esto funcionará igual las veinticuatro horas del día.

          Regresamos, siendo ya de noche. Para trazar un plan adecuado, dado que vamos de líquidos hasta las cejas, preguntamos a un poli, que se puede meter y que no. "No se puede introducir ningún vidrio y las botellas de plástico deben ir sin el tapón o mejor, vaciadas en estos vasos  de medio litro del mismo material, que tenemos nosotros aquí", nos detalla el agente, señalándolos.

No hay comentarios: