domingo, 22 de junio de 2025
miércoles, 18 de junio de 2025
Tres findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de San Antonio de la Florida (parte III).
Pero no nos despistémos y volvamos a la música. Johnny Cifuentes ha cumplido setenta años dos días antes de este concierto. Y vaya siete décadas tan bien llevadas, con esa vitalidad, con esa energía, con esa humildad comedida. Nosotros, tenemos cincuenta y siete y desde luego, no nos imaginamos así dentro de trece y eso, que por el momento, enfermedades cero.
Después de Burning, llega el turno de una DJ algo sosa -mejor la del año pasado, aunque hablaba, como una cotorra-, pero por lo menos, pinchó música para todos los gustos y de todas las épocas.
Y tras tantas emociones y del supremo calor, ya solo quedaba el habitual show de la madera, echándonos a todos del parque, con las malas artes de siempre. Todos los trabajos son dignos porque conllevan esfuerzo, pero algunos...
Son las tres y toca entretener el tiempo, hasta que a las cinco, abran Cercanías y seguir con esta trama, que nos hemos montado en los últimos tres años - me río yo del Triángulo Bizarro del PSOE -, de divertirnos, constantemente, sin gastarnos un euro.
Primero, nos acomodamos un rato en Plaza España, junto al ascensor de la Cuesta de San Vicente. La escena no da lugar a sorpresas, acostumbrados, como estamos a la noche madrileña: repartidores de comida en bicicleta o en patinete y gente volviendo de fiesta.
En Sol nos apalancamos otro rato, pero como ya han regado y recogido la basura, no nos molesta la policía. ¡Todo un detalle!
Y a partir de ahí, como si fuera de barbitúricos, comienza un cóctel de Cercanías que nos transporta hacia los cuatro puntos cardinales de la Comunidad de Madrid -Aranjuez, Alcobendas, Las Rozas, Chamartín...-para poder dormir unas horillas. Y mira que son incómodos estos asientos para el descanso, pero ante las aventuras vividas y el desgaste, aceptamos una rendición incondicional.
Podríamos haber vuelto a las nueve de la mañana -como otras tantas veces- a Valladolid y lo anterior, no habría sido necesario, pero como somos del indisimulable "club del gañote", nos apuntamos a la paella gratuita del mediodía en el parque de la Bombilla, bastante más rica, que la del año pasado. Aunque el coste de aguantar a las insoportables familias no compensa ahorrarse el dinero o comprar y cocinar en nuestra casa. ¡No todo puede salir perfecto!.
Bien ha estado poner el despertador vespertino, porque si no acabamos, en León, destino final del tren.
Para el próximo finde, de momento, incertidumbre, porque se celebran muchas fiestas, pero no tenemos un solo programa (nos nutrimos de la buena labor de el diario.es)
martes, 17 de junio de 2025
Tres findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de San Antonio de la Florida (parte II)
A decir verdad, nos gustan más las fiestas de los barrios/distritos de Madrid, que las de San Isidro. Son más creativas,participativas, solidarias, responsables, universales, emocionantes...Las otras, sencillamente son, Mario Vaquerizo, Mario Vaquerizo y amigos (los del alcalde Almeida, claro).
Dejemos el pulso político y volvamos a la fiesta, aunque a través de un análisis social. No son lo mismo las fiestas de Aluche, que las de San Antonio de la Florida (barrio pobre, ante zona rica o al menos, cómoda, que no acomodada, porque eso es cosa de cada uno).
Vamos a poner dos ejemplos, pero no a sacar conclusiones. Parque de Aluche, a las dos de la mañana, con música rock de fondo, abrumadora presencia de latinos, sobre todo colombianos. Sentimos tanta intimidación como curiosidad. Celia está borracha pérdida, se tambalea y a duras penas, consigue sujetarse de pie, mientras trata de finiquitar su preciada botella de ron del Mercadona. Sus supuestos amigos, muy machos todos ellos, en vez de disuadirla, tratan de que esnife una sustancia para nosotros desconocida y que así, en breve, pueda ser follable, sin ninguna resistencia. Afortunadamente para ella aparece una amiga -o similar -, que se la lleva de allí.
Una semana después en el parque de la Bombilla, la situación es distinta, aunque no tanto. Frente a nuestro banco, un grupo de jóvenes españoles, universitarios y de padres de clase media, sin alcohol o drogas, debaten sobre diversas cosas. Después de sentirse tensa, una chica le espera a un joven: "tú del uno al veinte, ¿cuanto facha eres?" ¡Vaya con su escala de puntuación, ni que fuera la PAU!
No escuchamos la respuesta, pero si y posteriormente, cuando le aconseja, que no se operé de las tetas -esta delgada y las tiene pequeñas-, porque son un don de Dios.
Nos resistimos a hacer valoraciones, pero no nos habría gustado ser jóvenes en estos tiempos. Y todo lo hacemos por enredar y exprimir la vida hasta las últimas consecuencias, porque unos viejos,como nosotros y a estas horas, deberíamos estar en la cama con sopitas y buen vino ( lo segundo no nos falta).
lunes, 16 de junio de 2025
Tres findes para culminar la cuenta atrás: Fiestas de San Antonio de la Florida (parte I)
Seguimos disfrutando, mientras se acerca, irremisiblemente, el final de la cuenta atrás, que llegará el 30 de junio. ¡Aún hay tiempo para todo!.
Tomamos el Media Distancia de las dos y media del sábado. Es el de la 'Fabric", ese, que transporta cada finde a decenas de jóvenes a la popular macro discoteca madrileña. Aunque en esta ocasión, solo viajan unas pocas jovencitas, tan sobradas en carnes, como en ganas de enseñarlas. Nosotros tenemos otros planes y nos dirigiremos a las Fiestas de San Antonio de la Florida, como ya hicimos el año pasado por estas fechas.
Antes de nada nos cascamos cuatro zumos de melocotón y maracuyá y de Kiwi con avena de la marca Vía Nature, que nos proporcionan gratuitamente en el Samplia de Callao. Deliciosos y más, con el calor que hace.
Llegamos a la Glorieta de San Antonio. A esta hora -19:30-, hay prevista una limonada -refresco de limón y no sangría, como ya constatamos en junio pasado-, una mini verbena y varios pasatiempos infantiles vintages. La primera -desconocemos porqué -, no se celebra. La segunda resulta muy castiza, a ritmo de pasodoble y chotis, donde jóvenes y mayores -fundamentalmente mujeres- enseñan sus artes. Y lo tercero nos llena de ternura, viendo como imberbes aún no llegados a la adolescencia, practican los juegos de sus abuelos, que les servían, como ocio, en las décadas de los cincuenta y de los sesenta del siglo pasado. Eran tales, como los patitos, la rana, la rayuela..., a un precio de dos o tres pesetas el intento. Al menos, nos comemos gratis un dulce barquillo de los de toda la vida.
Compramos supervivencia en el Mercadona de Príncipe Pío y nos vamos al concierto de los Burning, que se va a celebrar en el descuidado parque de la Bombilla. Mucha gente mayor -incluso, que nosotros -, aunque también nos acompañan unos cuantos jóvenes, que se saben todas las letras de pe a pa y que disfrutan de un esplendoroso vocalista, que cumple con performance sesentera y les saca cincuenta años de existencia. ¡Larga vida a esta increíble banda de rock! Lleva cinco décadas en la carretera, haciéndonos disfrutar, como si fuera el primer día.
Y la noche se llena de magia. Porque éramos dos y era un volcán y un huracán y porque nos preguntan - con la ayuda del envejecido Coque Malla -, qué hace una chica como tú en un sitio, como este. Y antes de que nos emocionamos y sintonicemos a los Stones sin haber llegado las seis, nos pega un tremendo subidón, con ese atraco pertrechado a la nena.
Por cierto: aunque los llamemos barning -pronunciado así, significa ardiendo o quemándose, en inglés -, ellos insisten en qué son burning, que no sabemos si quieren referirse a lo mismo.
Las fiestas de los barrios madrileños -aún sean pudientes, como este-, no tienen suficiente dinero para tirar de artistas actuales del indie y deben seguir aferrándose a los ochenta, cuyos artistas ya no tienen temas nuevos desde hace años, pero mantienen un buen nivel.
Hace dos semanas y en Aluche, vimos a Seguridad Social, languideciendo. Lo que hemos contemplado hoy en este escenario ha sido un auténtico delirio, que aunque proceda del pasado, nos da esperanza para ese futuro, que en general, tanta mala pinta tiene.
domingo, 15 de junio de 2025
sábado, 14 de junio de 2025
lunes, 9 de junio de 2025
Cuatro findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de Aluche
Siempre, que vamos a una exposición en Caixa Forum pensamos: "seguro, que está vez no se han superado a si mismos, porque es ya casi imposible". Pues bien: otra vez lo han logrado, sencillamente, colosal está muestra "Voces del Pacífico", que procede mayoritariamente del Museo Britanico. Recoge piezas agrupadas por temas -Guerreros, Bailarines, Artesanos, Pescadores...-, procedentes de varias islas del Pacífico, destacando la extensa aportación de Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda.
Si estáis o pasáis por Madrid no deberías perderosla. Por cierto, si sois clientes de CaixaBank -es nuestro caso- con cada tarjeta podréis lograr cuatro entradas gratuitas.
Una vez dejado atrás el momentazo cultural, llega la hora de la fiesta, siendo ya más de las seis de la tarde. Hace calor, pero ni de lejos, el del sábado pasado y corre aire. No obstante y hasta las ocho y media, permanecemos en el centro comercial Carrefour Aluche, haciendo, compras, subiendo videos y paseando por un mercadillo interior -lo montan cada primer sábado de mes -de juguetes vintage, los airgamboys, los click de Playmobil y las Nancys entre otros, nos llevan, de sopetón a nuestra infancia y primera adolescencia.
Aluche se llama así, pero podría llamarse Arequipa, Cali o Cochabamba, debido el predominio de sudamericanos. No me extraña, que en la puerta del Cercanías vendan arepas, pupusas o gorditas y no tortilla de patatas.
A las nueve empieza la actuación en el escenario del Recinto Ferial. Es curioso, pero mirando de frente, las casetas de comida y bebida de los partidos de izquierdas están a la derecha y viceversa.
Saltan a la palestra los chicos de "Manía". Hemos buscado en internet y no hemos encontrado nada suyo. Está banda madrileña bastante joven, se convierten en la gran sorpresa de la noche: puro rock and roll original y de muchos quilates. ¡Buenísimos!
A las diez y media, llega el turno de Wistimber. Tocan varios estilos, incluidos el electrónico y el funk, pero predomina la rumba. No nos ponen demasiado, así, que aprovechamos para tomar algo y los mantenemos de sonido de fondo.
Y a las once y media es el turno de "Efecto Pasillo". La explanada está casi llena, siendo en torno al 90% chicas y menores de 25 años. Estás chavalas serán las que dentro de dos décadas y pico le dirán a sus hijas: "No sé os ocurra ir a ese concierto".
La mayoría, están enloquecidas y vibran con los temas antiguos más clásicos, que se saben de memoria. A cada intervalo, no paran de pedir la canción "Pan y mantequilla".
Nosotros habíamos visto a esta banda en acustico, hace siete u ocho años, en la Sala Porta Caeli, de Valladolid y no nos habían decepcionado. Pero, está vez, sí, porque los nuevos álbumes se han latinizado demasiado para nuestro gusto y su directo no resulta muy bueno, pareciéndose, poco el sonido al de estudio. Al menos, un buen rato para darnos un buen baño de juventud.
En los conciertos para viejos y en general, la gente escucha, no habla y apenas utilizan el móvil. En los de los jóvenes no callan -este ha sido un poco excepción-, escuchan poco y graban a menudo y comparten por WhatsApp o el "insta".
El último grupo es The Big Rock Banda, con versiones de rock nacional e internacional.
El próximo fin de semana tocan las fiestas de San Antonio de la Florida, junto a Príncipe Pío.
domingo, 8 de junio de 2025
sábado, 7 de junio de 2025
viernes, 6 de junio de 2025
Sur de Francia y Calabria, en julio
Con cinco días de vacaciones, un par de festivos locales y dos fines de semana hemos juntado doce días en julio para largarnos al sur de Francia y Calabria, en Italia.
El 10 de julio tomaremos un AVE para Madrid y posteriormente, otro para Valencia. Al día siguiente, volaremos con Ryanair -21€-, hasta Toulouse.
Ese será nuestro primer destino en el país galo y le seguirán Carcassonne, Montpellier, Arlés, Marsella y Aix Provence. Estos lugares los conectaremos a través de Flixbus, que ofrece muy buenas tarifas.
El 17 de julio, volaremos desde Marsella, hasta Reggio Calabria, también con Ryanair y por 28€. No tenemos todavía un recorrido trazado, porque el destino nos ha cogido por sorpresa -ha sido imposible organizar un periplo, que no nos arruinara, por Rodas y Santorini-, pero entre los lugares a visitar estarán Tropea, Scilla, Stilo, Gerace, Bugnara o Calabra. Tenemos la impresión, de que en esta zona del sur de Italia, vamos a pasar bastante calor. Menos mal, que en la región existen muy buenas playas. Entre estos lugares transalpinos, trataremos de movernos en tren.
En la noche del día 20 de julio, volaremos desde Lamezia, a Valencia -20€-, porque los trayectos desde y hacia Madrid, a casi cualquier parte, están carísimos.
El día 21 cogeremos un AVE a la capital de España y otro a Valladolid. Sale bastante más barato partir los recorridos, que hacer el viaje de un tirón.
No hemos investigado todavía a fondo el asunto de los hoteles o si dormiremos en alguno de los aeropuertos de destino ( en el de Valencia y a la ida, seguro, porque volamos a primera hora). En general, en Toulouse y Marsella los precios parecen razonables. En el resto de destinos resultan algo elevados y en Tropea son realmente desorbitados.
Y mañana, otra vez, a las fiestas de Aluche.
martes, 3 de junio de 2025
Cinco findes para culminar la cuenta atrás: Fiestas de Aluche
Se inicia la cuenta atrás. Tan solo quedan cinco fines de semana para el final de los abonos recurrentes. Y este, formado por el último día de mayo y el primero de junio, lo vamos a dedicar a la exposición "Voces del Pacífico", en Caixa Forum -cerca de Atocha- y a las fiestas patronales de Aluche.
El primer plan sale mal, porque la interesante muestra, inaugurada tres días atrás, tiene el aforo completo para toda la tarde del sábado. En tres años, que llevamos recalando por aquí, nunca nos había pasado esto.
Tomamos pues, en Atocha, la C5, dirección, a Móstoles y nos bajamos en la tercera parada, la de Aluche. Son las seis de la tarde y aún queda mucho para el inicio de los grandes eventos. En la calle hace 36 grados y un sol del carajo, así, que decidimos quedarnos acondicionados en el centro comercial.
Habíamos dudado, si venir a estas fiestas o ir a las de Hortaleza, donde toca Rubén Pozo -ex de Pereza, junto a Leiva-, en un plan más apetecible, porque nunca lo hemos visto en directo y sí a Seguridad Social -en la Plaza Mayor de Valladolid -, pero la logística más complicada nos ha hecho, finalmente, venir aquí.
El escenario se localiza en el Recinto Ferial, ubicado en el extenso y animado parque de Aluche. El camino no tiene pérdida, porque es todo recto. 1,8 kilómetros desde la estación de cercanías.
Empezamos con buenas noticias, dado que no hay control policial para el acceso, por lo que no tenemos, que ocultar nuestras reservas alcohólicas. En Madrid, cada fiesta es un mundo, en la supuesta gestión de la seguridad ciudadana. Si algo tiene este parque de malo es su palpable suciedad.
En una enorme explanada han colocado un escenario muy molón y en línea y a ambos lados, se han ubicado las casetas de comida y bebida de los partidos políticos y otras organizaciones sociales. Aunque España, desgraciadamente, es un país de derechas, hay mucha mas gente en los chiringuitos de Más Madrid y el PSOE, que en los de VOX y el PP. También es verdad, que en este último, el mini de cerveza 🍻 sale a siete euros, por los cinco del resto. En general, precios moderados, para lo que se estila en otras partes.
Sigue el asfixiante calor. A las nueve y con puntualidad británica, -como siempre, en Madrid -comienza el concierto del Grupo Romeo. No le hacemos mucho caso, aunque está algo mejor de lo esperado.
A las diez, llega el turno de Oasis Exist, grupo tributo de la mítica banda inglesa. Quieren recrear tanto la cosa, que todo el concierto es en inglés, fingiendo no hablar español, como si fueran de Manchester. Ni un "hola" o un "Gracias". Pero no cuela, porque los chicos son de Tarragona. Pero, lo hacen bastante bien. Hora y cuarto de actuación.
Tras cuarto de hora para el cambio de instrumentos y a las once y media, comienza Seguridad Social. Nos gustan y se dejan la vida en el escenario, pero ni un solo tema nuevo, ni nada distinto, a lo que vimos hace siete u ocho años en Pucela
Finalmente, actúan Torzzzío, Blackone&Bagheere, en un espectáculo prescindible, porque además, tenemos los pies molidos.
El show final, lo ponen los maderos, que en una actuación ilegal en un espacio público, van peinando el parque desde las tres de la madrugada y nos van echando a todos a donde sea. Unos, con mejores formas, que otros
viernes, 30 de mayo de 2025
Adiós a los abonos recurrentes gratuitos. Pero, nos queda esperanza (parte II)
Cuando comenzaron los abonos gratuitos recurrentes, los de Cercanías tuvieron bastante éxito, porque la gente los usaba para ir a trabajar o estudiar. Más discretos fueron los resultados de los de Media Distancia. Durante los primeros meses -incluso, un año-, los convoyes viajaban casi vacíos. No era problema, por ejemplo, reservar un viernes para el siguiente domingo.
Hoy en día y desde hace un tiempo, los Media Distancia van abarrotados y es conveniente reservar con más de diez días, los fines de semana. Quienes más utilizan este transporte son jóvenes e inmigrantes -básicamente, latinos y marroquíes -colectivos, que sin duda, están formados por bastantes personas vulnerables. Se les va a hacer bastante daño.
Lo más normal, a partir de julio es, que los Media Distancia vuelvan a circular semivacíos, porque el autobús es más rápido y barato y algunos trenes de Ouigo y de la propia RENFE, cuestan y tardan una tercera parte.
¿De mantener solo un abono, cual de los dos sería mejor? Resulta una cuestión muy compleja, porque se mezclan varios intereses. Por nuestro beneficio mantendríamos el de Media Distancia, pero reconocemos, que sería más justo privilegiar Cercanías, que da servicio a trabajadores y estudiantes y no a turistas u ociosos. Como tercera pata estaría el interés del estado, que preferiría favorecer la gratuidad de Media Distancia, porque esos trenes no son rentables, mientras los de proximidad, sí.
Por otra parte, parece ilógico, que un gobierno social, como el español retire esas medidas de emergencia y la Junta de Castilla y León, gobernada por la derecha, haya tomado la decisión de ofrecer todos sus autobuses gratis y de manera indefinida. Y son muchísimas líneas, a los puntos más dispares y recónditos de la comunidad.
El retiro de los abonos va a ser impopular para los votantes de izquierda y no están el PSOE y SUMAR, para ir dilapidando votos.
A pesar de todo lo expuesto anteriormente, nlo creemos, que el gobierno se vaya a echar atrás el próximo julio. Pero al menos esperamos, que se lo repiensen de cara al año que viene o cuando se vislumbre cerca la convocatoria de elecciones, de aquí a dos años. Eso, si no se adelantan, cosa, que no resulta improbable.
Para unos presupuestos generales estatales, subvencionar el transporte 🚈 público es el chocolate del loro y además de fomentar una forma de viajar más sostenible, se beneficia a los mas desfavorecidos y vulnerables.
Adiós a los abonos recurrentes gratuitos. Pero, nos queda esperanza (parte I)
Como ya se ha dicho más abajo, apenas resta un mes para la caducidad de los abonos gratuitos de Cercanías y Media Distancia. Arrancaron el 1 de septiembre de 2022 y en un principio, eran solo para cuatro meses , con el fin de paliar la por entonces elevada inflación, que empobrecía a la ciudadanía. Posteriormente, se fueron renovando por dos años y medio más.
Nosotros, los hemos utilizado desde el principio entre Valladolid y Madrid todos los cuatrimestres y un par de ellos para Santander y Asturias.
A priori creíamos, que en cuatro meses nos íbamos a aburrir de tanto ir a Madrid y ahora, después de casi tres años pensamos, que podríamos estar otros diez, yendo todos los fines de semana y no nos cansaríamos. En este periodo hemos llevado a cabo unos 250 viajes de ida y vuelta entre la ciudad del Pisuerga y la capital de España.
Como creíamos conocer bien Madrid, de visitas anteriores y de haber vivido allí, durante más de tres lustros, el primer cuatrimestre lo usamos para viajar por la Comunidad de Madrid, visitando numerosos lugares -Cercedilla, Cotos, El Escorial, Alcalá de Henares, Aranjuez...- y para bastantes actividades navideñas por toda la región.
En ese tiempo nos dimos cuenta, de que la capital había cambiado mucho. Para bien, en cuanto a vida cultural, pero para mal, en posibilidades de vivir dignamente, en estilo de vida y en tolerancia.
Fue entonces, cuando redescubrimos la capital con lugares como, Fundación CaixaBank, el Reina Sofía, la Serrería Belga, las dos sedes de Fundación Canal, la Casa Encendida, la Casa de México, el Thyssen, la Fundación Telefónica, el Palacio de Correos...Unas veces dormimos en hoteles -carísimos durante el fin de semana -, pero otras tantas pernoctamos en Barajas, ahora, que el tema está tan de moda.
Por supuesto, el bono gratuito nos sirvió para llegar gratis hasta este aeropuerto y realizar decenas de viajes por el mundo o España: tres periplos largos, otros tantos "interair", ocho a Marruecos, varios sueltos por el viejo continente, vacaciones...
Cuando mi pareja cumplió sus tres años de contrato de fin de obra y se fue al paro, fuimos más libres, pudiendo viajar en las jornadas de diario, muchas veces, yendo y viniendo en el día. Entonces, se nos desató la fiebre Samplia, esa aplicación -ahora, de capa caida-, que ofrece degustaciones, regalos, vales... gratuitos, en bastantes lugares de Madrid y provincia (también en Barcelona, aunque muchos menos).
Parecerá absurdo, pero también hemos utilizado el abono para comprar cosas en centros comerciales (incluso hacer la compra de la semana). Y es, que por ejemplo, el Carrefour de Aluche nos pilla en Cercanías más a mano -diez minutos desde Atocha- que cualquiera de los de Valladolid.
Y por último, hemos usado muy frecuentemente los abonos para las fiestas patronales, conciertos y eventos varios, como, por ejemplo, la celebración del Orgullo.
En la segunda parte de este post, vamos a hacer un poco de historia y a exponer las razones contundentes, por las que pensamos, que estos abonos deberían seguir indefinidamente. Existen motivos para tener esperanza.
jueves, 29 de mayo de 2025
Mayo y junio en los Madriles
Falta poco más de un mes, para que concluya la gratuidad de los bonos recurrentes de Media Distancia y Cercanías, después de casi tres años en funcionamiento. Que este transporte vuelva a ser de pago va a ser una contrariedad para nosotros y va a modificar por completo la relación, que hemos tenido con Madrid, durante este trienio. Va a costar, pero hemos tenido tiempo para asumirlo.
Mientras tanto, a seguir utilizándolos, porque se avecina un junio muy festivo y no estamos dispuestos a perdernos casi nada. Los findes del 1 y del 8, viviremos las fiestas de Aluche (el primero, haremos una incursión en las de Hortaleza). El del 15, tocarían las de San Antonio de la Florida. El del 22, previsiblemente, las de Usera y el del 29, las de Retiro.¡Nos vamos a divertir y a trasnochar!.
Al margen de acudir a las fiestas del Ensanche de Vallecas, los otros tres fines de semana de mayo, también los pasaremos en los Madriles.
El primero, nos dedicamos a las exposiciones del Palacio de Correos, en Cibeles. Siempre encuentras allí algo interesante. En esta ocasión, el eje central fue la muestra del llamado Arquitecto de Madrid, Antonio Palacios. Fueron cerca de cien en los edificios en los que intervino. Unos siguen vivos, otros han desaparecido y unos cuantos proyectos, que no se llevaron a cabo. Entre ellos, una gigantesca pasarela elevada, que comunicaría el centro de la capital con la Casa de Campo. Está eminencia también participó activamente en la construcción de la primera linea del Metro de Madrid.
También, asistimos a otras dos interesantes manifestaciones culturales: Origen, de Mar Solís y Trópico sin Tópico.
El segundo fin de semana, coincidió con las Fiestas de San Isidro, que en nuestra opinión han sido las más flojas de los últimos años. Mucho premio a los amiguitos del alcalde y un pregón anclado en la ultraderecha fascista. Ni siquiera estuvieron bien los conciertos de Radio 3, en "Las Vistillas", único evento, al que asistimos. Tocaron Mariagrep, Cryymm y Paco Pecado
Coincidiendo con el fin de semana del día internacional de los museos, nos acercamos a la casa de Lope de Vega, en lo que es uno de los imprescindibles de la capital de España. Contamos está vez si, con un guia excepcional, Santiago, que nos dejó boquiabiertos con los amoríos e historias de la carne del prolijo escritor, sus tragedias estremecedora, su potencial económico y las amistades y enemistades con otros escritores de la época.
Como el año pasado en la misma fecha, nos pasamos por el Thyssen y disfrutamos a lo grande con el monográfico de Proust y las Artes, la colección privada de la Baronesa y la de Tarik Atoni - At Tarik.
Y pusimos punto y final en el curioso Museo del Traje, que se encuentra algo alejado, en Moncloa. Un recorrido muy exhaustivo por la historia de la vestimenta (sobre todo, la femenina).
miércoles, 28 de mayo de 2025
En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte III)
En Atocha, tomamos la C8 dirección Guadalajara y nos apeamos en la estación de Santa Eugenia. Desde ahí, hay casi dos kilómetros hasta el parque de Lola Camarena, donde se celebrarán la mayor parte de las fiestas del Ensanche de Vallecas.
La zona es relativamente agradable, porque dispone de anchas avenidas con amplias aceras y frecuentes zonas verdes. Las edificaciones no tienen nada, que ver con las de otros barrios más deprimidos -y deprimentes- de la capital.
Cuando llevamos hecha la mitad de camino nos entra modorra y decidimos tumbarnos a dormir la siesta, sobre la hierba del parque de Santa Eugenia. El calor aprieta más, que ayer y se prevé una noche más benigna, que la anterior.
Tras dos horas de reposo, retomamos la actividad y nos acercamos hasta el centro comercial La Gavia, que no pilla muy lejos, con el fin de llevar a cabo algunas compras. La multitud hace intransitables los pasillos, aunque las numerosas tiendas no tienen demasiado público. Triunfan, como siempre, la comida y la bebida en sus diversas versiones.
A las siete, por fin, llegamos al parque Lola Camarena, que es bastante agradable. Dentro de un estanque, han montado un escenario bastante cutre -se ve a la legua, que andan justos de presupuesto-, pero la primera sorpresa es impactante: han montado un evento denominado "concierto de combos", organizado por una escuela de música del barrio llamada Rochanrolla donde se da clase a los niños y se ensayan temas de este género musical rockero.
Durante dos horas disfrutamos, como enanos de muy buenos temas muy bien tocados. La denominación combo se refiere, a que en todo momento se mezclan adultos y niños en el escenario.
Anochece y desde luego, hoy hace mucho mejor, que en la jornada precedente. Además, no corre aire. Ahora llega el turno de la banda Echega. Son padres y madres de niños del colegio Echegaray y que se defienden muy bien con los instrumentos y la entonación de las voces. Tocan música de varias épocas y tienen bastante desparpajo.
Tras una hora, llega la actuación estelar de Radio Clash, grupo tributo de la mítica banda británica, que estuvo activa entre mediados de los setenta y los ochenta.
Durante toda la tarde la presentadora no se ha cansado de promover la venta de bebidas y bocadillos, para financiar los distintos actos. Nos vamos encantados, siendo conscientes, de como se pueden hacer unas fiestas colosales con cuatro perras.
Es hora de volver al centro, del que nos separan casi diez kilómetros. El metro está a punto de cerrar y Cercanías lo ha hecho hace rato, así que tiramos de Google Maps y a caminar.
La experiencia va a resultar bastante desagradable y tan solo es aliviada por los seguidores del Rayo, que se han clasificado para competición europea y lo están celebrando. Debemos atravesar Vallecas entero de noche, cruzando más de cien calles y esquivando obras y vallas constantes, muchas de ellas, en zonas de escasa iluminación. Nos da la sensación de estar en el Bagdad de los peores tiempos de la Guerra del Golfo y por aquí descuida, no circula un solo coche policial.
Teníamos billete de vuelta a Valladolid para las seis y media de la tarde del domingo, pero nos fallan las fuerzas y no podemos más, así, que los anulamos y compramos otros para las nueve de la mañana
Si no hubiéramos puesto el despertador, habríamos acabado en San Sebastián, destino final del convoy.
martes, 27 de mayo de 2025
En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte II)
El aire frío no cesa y la temperatura sigue bajando, por lo que entramos a otro céntrico garito a tomar algo. A las 3 nos sentamos un rato en Sol y se produce nuestro segundo encuentro con la policía. Debemos irnos de aquí, porque se aproxima el camión de regadío. Y poco a poco, van molestando y echando a todos los que estamos en la zona. Nunca antes habíamos visto, que empapar las calles requiriera de escolta policial.
Nos acomodamos en un banco en Carretas. Por orden descendente, lo que más contemplamos son coches de policía a toda pastilla, repartidores de comida a domicilio en bicicleta o patinete, camiones de basura y guiris bastante perjudicados.
Queremos hacer una reflexión sobre el reparto nocturno de comida a domicilio, que llevan a cabo -normalmente-, gente muy joven, que comete todo tipo de imprudencias -a veces, varias a la vez-, lleva escasas o nulas señales luminosas y no respetan los límites de velocidad, en su objetivo de asumir, el mayor número de pedidos. Sabemos, que solo quieren ganarse la vida y además con esfuerzo y condiciones muy precarias, pero se ponen y nos ponen en alto riesgo. Hoy en día, el mayor peligro de la noche madrileña son estos trabajadores temerarios e inconscientes.
Y desde luego, también deberían hacérselo mirar, los que piden pizzas o hamburguesas a las cuatro o las cinco de la madrugada. ¿No tienen nada en casa para llevarse a la boca? ¿Es tan grande y urgente su antojo para no tener piedad con estos repartidores semi esclavos? ¡Lo que nos quedará por ver en el panorama laboral!.
Volvemos a sentir frío, así, que sobre las tres y media nos acercamos al Carrefour de Lavapiés, que abre las 24 horas. El personal de limpieza abarrota la sección de bollería dulce y salada y otros alimentos preparados. El resto de los escasos clientes tiran a peculiares (dejémoslo ahí). No compramos nada, pero pasamos un buen rato calentándonos y contemplando las estanterías.
A las cuatro y cuarto retornamos a Sol y nos cobijamos en la parte baja de la escalera de una de las bocas del metro. A nuestros pies, una persona duerme y ronca. Por su aspecto y por la ausencia de objetos personales visibles, no parece un mendigo. Da más la sensación, de que ha agarrado una buena borrachera y no ha sabido seguir su camino.
A las cinco menos cinco, abre la estación de Cercanías de Sol 😎. Usaremos los trenes para dormir unas horas. Tomamos la C3, que nos lleva a Aranjuez y sin bajarnos, regresamos, para descender, en Atocha. Ahora, optamos por la C8, que es mas larga y nos lleva hasta Guadalajara y rumbo inverso, a Cercedilla. Cuando despertamos, sobre las 11,30 de la mañana, estamos en Recoletos, lugar idóneo para el retorno a la vida activa.
Compramos comida en un Mercadona y tras un larguísimo paseo por el abarrotado centro - desde hace tiempo, Madrid es insoportable, durante los fines de semana-, nos zampamos 600 gramos de helado de mango en el Lidl de Ronda de Valencia.
A ver, si salen bien nuestros planes para la tarde, que consisten en acercarnos al Ensanche de Vallecas, barrio, que celebra sus fiestas este fin de semana.
lunes, 26 de mayo de 2025
En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte I)
Se preveía un fin de semana fabuloso, trepidante, intenso y emocionante. Definitivamente, fue eso, aunque no del todo el primer concepto expuesto, que lo dejaremos solo en "fabu".
Son las tres de la tarde del viernes 23, hora en la que recojo a mi pareja en la puerta del ayuntamiento, donde ha trabajado , durante toda la mañana. Tomamos el Media Distancia, a Madrid, donde arribamos antes de las siete de la tarde.
Nuestro objetivo inmediato es tomar la C1, en Príncipe Pío y bajarnos en Atocha. Justo al lado, en el Reina Sofía, se está celebrando desde las siete de la mañana, el macro festival de Radio 3 por el Día Internacional de los Museos. Queremos apurar las dos últimas horas, viendo algunas bandas, fundamentalmente, del género indie. Ya estuvimos el año pasado y resultó fantástico, porque al no trabajar, pudimos acudir desde primera hora y entrar y salir varias veces a lo largo de todo el día.
Llega la primera frustración de la tarde: hay muchísima gente dentro y una cola de más de 500 personas, que avanza muy lentamente, debido al registro minucioso de bultos en la entrada. Decidimos abandonar el plan, porque cuando pudiéramos acceder, todo habría terminado.
Llevamos a cabo unas compras para pasar la noche y nos encaminamos a los Jardines de Sabatini, junto al Palacio Real, donde se va a celebrar la segunda parte del evento, con varios DJ'S. Nos extraña un montón, que se haga allí, porque ese parque lleva en aparatosas obras desde hace muchos meses.
De la frustración pasamos al descoloque y al surrealismo. Allí no hay nadie, ni nada, que no sean los típicos y abundantes guiris, que a todas horas deambulan por esta transitada zona. Volvemos a consultar el programa y efectivamente, estamos en el sitio correcto. Aún hoy, desconocemos si se canceló o se celebró en otra parte.
Nos recomponemos. Es imposible aburrirse, si caminas los fines de semana por la noche madrileña.
Nos dirigimos a la Plaza del 2 de Mayo, en Malasaña, que está abarrotada. Tomamos algo allí y tras cruzar el emblemático barrio, hacemos un receso en un pequeño parque, que se ubica entre las calles Barceló y Fuencarral. Enfrente, un grupo de chic@s hacen botellón mientras hablan de sus estudios en la universidad y de algunos temas de actualidad política. De repente, aparecen de la nada dos mujeres policías. A tres chicas, les da tiempo a huir. A los cuatro o cinco restantes, les piden el carnet y comienzan a redactar la denuncia en una libreta. Una de las chicas había dicho, que tenía una propina de 50€ semanales. Pues bien: ¡se puede quedar un año sin gastos!, en el peor de los casos, porque el consumo de alcohol en la vía pública está castigado con multas de entre 150 y 600 euros, según Google.
Antes de que algo nos pudiera salpicar, huimos del lugar, raudos y en silencio. Nosotros, también estábamos tomando alcohol, pero como somos perros viejos, lo bebiamos en una botella de kéfir, cuya etiqueta envuelve todo el envase. Por experiencia decir, que si la policía viene andando, ya sabe, que hay alguien incumpliendo la norma, porque la han llamado los vecinos.
Empieza a refrescar. No hemos traído demasiada ropa de abrigo. Tomamos algo en un garito cercano y nos dirigimos a Gran Vía. Desde una ventana lanzan agua y varios peatones acabamos empapados.
Ni corta, ni perezosa, una trabajadora del Starbucks vacía el cubo de fregar en plena acera, sin molestarse en llegar a la alcantarilla. Solo le ha faltado hacerlo a medieval grito de, ¡Agua va!.
Ya hemos traspasado la medianoche y comienzan a circular los primeros búhos por la calle Princesa. A la entrada de la discoteca Fitz se ha formado una inmensa cola, ansiosa por entrar. A pesar de la temperatura y del frío aire, la mayoría de la fila está formada por chicas en tirantes, con minifalda o pantalón corto. Los Bolt y los Uber van a reventar, mientras, la mayoría de taxis llevan luz verde.
miércoles, 21 de mayo de 2025
El gran puzzle
Nos encontramos casi a mitad de 2025. El 18 de marzo pasado supuso un cambio en nuestras vidas y en nuestra forma de viajar, al regresar mi pareja al mercado laboral y el próximo 30 de junio otra modificación nos limitará, dado que desaparecerán los abonos recurrentes gratuitos de Media Distancia, que llevamos disfrutando casi tres años y se reconvertirá mucho nuestra vida, casi partida desde 2022, entre Valladolid y Madrid.
Desde nuestro punto de vista, nuestro querido gobierno se equivoca, volviendo a cobrar por estos trenes, que antes circulaban vacíos y que volverán a estarlo, dado que existen opciones de Alta Velocidad y autobuses, mucho más rápidas y baratas. Otra cosa es el asunto de los Cercanías, que admite mucho más debate.
En cualquier caso, nos encontramos en la larga y expectante antesala de nuestro duodécimo viaje largo. Si todo sale bien, este tendrá su inicio entre mediados de 2026 y el inicio de 2027 y se articulará a través de una excedencia de un año.
A este proyecto le hemos denominado "el gran puzzle" y será el periplo más ambicioso -esperamos, que no el último -, que hayamos llevado el cabo en nuestras ya dilatadas vidas.
Se trataría de armar un viaje, tratando de no repetir destinos ya desgastados e incorporar aquellos, que por diversas razones, se nos han ido resistiendo, a lo largo de décadas. A saber: Bielorrusia, Mongolia, Irán, Arabia Saudí, Yemen, Tíbet, Bután, Nueva Guinea Papúa, diversas islas del Pacífico, Isla de Pascua e interior de Brasil y Bolivia, Venezuela e Islandia, estando abiertos a otros destinos.
Sabemos, que esto es dificilísimo y ahí está nuestro reto, disponiendo de un presupuesto de unos cincuenta mil euros, que podría elevarse, llegado el caso, al doble.
Pero, aún estamos en 2025, año, que empezó, con un magnífico viaje a Daklha y Lanzarote, en enero. Al mes siguiente, arribamos a Lisboa y Evora. En marzo, llevamos a cabo breves escapadas por las provincias de Alicante y de Madrid. Este último destino lo repetimos en Semana Santa. Y poco después, nos fuimos ocho días al Algarve, con apagón incluido.
Y, ¿qué nos queda?
- Posible interair de unos diez días en julio, visitando varias ciudades de Francia y Alemania, países, donde todavía nos queda mucho por ver.
- Madeira, Azores o Calabria, en octubre o noviembre, durante unos siete días.
- Y por último y juntando vacaciones y festivos, en diciembre, probablemente, norte de Argentina, con las mayores posibilidades, aunque podríamos volver a Japón, desenterrar el fallido viaje al esta de Estados Unidos y Canadá debido al déspota secuestro pandemico o llevar a cabo una ruta por el norte de Brasil y Venezuela, sin pisar Caracas.
martes, 20 de mayo de 2025
El mundo parece haber sido creado para nosotros ( y por eso lo recorremos sin descanso)
El mundo parece haber sido creado para nosotros. Nada nos ha salido mal en esta vida. Nunca hemos tenido, que esperar, que pase nuestro tren, porque desde siempre, nos han puesto anticipadamente la vía, la estación y todo lo necesario para subir a él, plácidamente.
Ha sido desear una cosa y casi siempre, conseguirla. Bien por méritos, por nuestra audacia e inteligencia, pero abrumadoramente, porque disfrutamos de la buenísima suerte, que no le acompaña, desafortunadamente, a casi nadie.
No presumimos de ello, aunque basta contar el 5% de nuestras vidas, para que los demás se sientan incómodos. Nuestra cruz es no poder narrar ni de lejos el restante 95%.
Somos provocadores, en general, porque nos va la marcha, pero no tenemos maldad o resentimiento hacia casi ninguna persona (venga, a tres o cuatro sí, no lo negamos).
Por casi todo lo anterior asumimos con relativa naturalidad, que no caemos bien. Que la mitad de la gente nos tiene envidia y al resto, le damos asco. Con nosotros, no hay lugar para la indiferencia y mucho menos, para el elogio o la gratitud, que aunque pocas, también tratamos de hacer cosas por los demás.
Y, por supuesto, somos campeones del egoísmo -no confundir con hacer daño a los demás -, porque disfrutar de la vida y de los viajes supone dejar algunas cosas común y equivocadamente aceptadas socialmente, al margen.
No somos asociales, de verdad, sino personas, que no pierden el tiempo en relaciones valdias.
Somos detectores de personas tóxicas y para nuestra desgracia, casi la totalidad de ellas proceden de nuestras familias
No perdemos el tiempo, juzgando a los demás, ni justificamos, que alguien es, como el, para evitar conflictos. ¡Como si tuviéramos, que adaptarnos, a todo lo que nos viene de frente!.
Mientras la gente se lamentaba y se volvia histérica, nosotros sacamos rédito hasta de la pandemia. Lo peor de ella, fue aguantar a los integristas de la mascarilla, hoy desaparecidos en combate, pero entonces, muy beligerantes. A cambio y gracias al acojonamiento general e injustificado, conseguimos forjar viajes casi en solitario y a precios ridículos. Y mi pareja obtuvo un trabajo, que resultó ser el germen del que obstenta hoy en día, ya consolidado para siempre.
Y, ¿ por qué os cuento todo esto? Pues, porque me he levantado pronto, ella se ha ido a currar, no tengo, que preparar nuestro próximo viaje hasta julio y por tanto y sin que sirva de precedente, me aburro.
Somos, como dos gotas de agua y hasta cuando discutimos, nos retroalimentamos.
Y, como esto no puede durar para siempre, pues algún día caeremos en desgracia y sabremos, por fin, lo que es morder el polvo.
En el próximo post, os contamos nuestros planes viajeros, para lo que queda de año.
lunes, 19 de mayo de 2025
Aeropuerto de Barajas, 17 de mayo
El pasado miércoles cenamos con la noticia, que explicaba, que AENA iba a tomar medidas para solucionar el problema de los cuatrocientos indigentes de Barajas y que se iba a pedir tarjeta de embarque para el día o prueba de ir a recoger a alguien, si se quería seguir accediendo al aeropuerto madrileño.
No parecía mala solución, como medida disuasoria o para ganar tiempo, pero nos resultó extraño, porque para eso habría, que cambiar más de una ley -imposible de la noche a la mañana-, dado que el aeródromo es un lugar público y no se puede impedir entrar a nadie, que no esté cometiendo un desorden o un delito.
Además: ¿Quién iba a llevar a cabo esos controles? La policía está para revisar el paso de fronteras de la gente. La guardia civil se encarga de las mercancías en la aduana. Y los vigilantes de seguridad no están facultados para esa misión.
Por otra parte, chirriaba un poco, que AENA decía, que los controles iban a ser a determinadas horas de bajo tráfico aéreo, sin especificar cuáles.
No sabemos, que ocurrió el jueves y el viernes, pero sí el sábado. Ese día, después de visitar la casa de Lope de Vega y hacer algunas compras, llegamos a la T4, sobre las nueve y media de la noche, a través de la estación de cercanías.
Nadie nos recibió en el acceso, ni a nosotros, ni a ningún pasajero de los que veníamos en el tren desde Chamartín y nadie nos impidió movernos a nuestras anchas por todo el recinto de la terminal, durante más de una hora y media. Nada extraño vimos en ese tiempo: ni más seguridad, ni nervios, ni retenciones de personas para pedirles explicaciones o documentos...
Para quién no conozca la T4 contarle, que salidas está en la planta 2. Llegadas se ubica -junto a los autobuses interurbanos -, en la 0. Desde la -1 se accede al metro y al cercanías. Y queda la 1, apenas conocida por los viajeros, porque está compuesta por oficinas. Los supuestos mendigos solían estar en salidas, porque en invierno es donde hace más calor y ahora han sido trasladados a esta zona, donde son mucho menos visibles. El sábado y supongo, debido al revuelo, había la mitad, que normalmente, pero estaban tan relajados, como siempre.
Sobre las once de la noche tomamos el bus gratuito, a la T1, donde ingresamos, sin problemas y recorrimos esta, la 2 y la 3, sin ninguna anomalía, respecto a otras veces. También había indigentes, pero nadie del aeropuerto les molestaba.
En la T3 tomamos unas latas de cerveza, cenamos unos bocadillos y no observamos nada extraño, hasta que a las dos de la madrugada nos tumbamos sobre el suelo a dormir.
La única novedad con respecto a otras ocasiones fue, que en vez de despertarnos a las 5, lo hicieron a las 6 de la mañana, pero pudimos seguir roncando en las sillas hasta las 9, como siempre.
Dejamos el aeropuerto de la misma manera, en que habíamos venido, sin percatarnos de control alguno.
Por último señalar, que al fin , se ha hecho un censo de estas gentes, que pernoctan en el aeropuerto. Deberíamos dejar de llamarlos indigentes, porque más del 50% de ellos tienen trabajo y simplemente, no pueden permitirse pagar una habitación.
Los supuestos mendigos -lo dijimos hace no mucho- no son el peor problema de Barajas. Son mucho más agresivos los pedigüeños y los que envuelven ilegalmente las maletas y ambos, campan a sus anchas con total impunidad.
domingo, 18 de mayo de 2025
sábado, 17 de mayo de 2025
viernes, 16 de mayo de 2025
Cosas, que ya no haremos nunca (Parte I)
A partir de este momento, comienza una serie de post discontinuos, que se extenderán a lo largo del tiempo, estemos viajando o no. No sabemos, cuantas partes tendrá, porque no queremos ir forzando y dependerá de nuestras experiencias y pensamientos del futuro. Puede ser solo una o decenas de ellas.
A lo largo de nuestra vida del pasado y del presente, hemos disfrutado y viajado muchísimo más, que lo que preveíamos de jóvenes. Sin haber llegado todavía a los sesenta, se han cumplido todos nuestros objetivos con creces y estamos muy agradecidos a la vida, que nos haya permitido llevar este trepidante ritmo.
Sin embargo, vivamos tan solo un día más o alarguemos nuestra existencia, durante los próximos cincuenta años, sabemos, que hay determinadas cosas, que no vamos a llevar a cabo nunca, por diversas razones.
Vayamos con las cuatro primeras
-" Nunca viajaremos a Rusia": no es, que el pais nos vuelva locos, pero no estaría mal, conocer Moscú o San Petersburgo. Aunque lo que realmente nos apetece es, hacer un recorrido desde la capital en el transmongoliano, para llegar hasta Ulan Bator y conocer Mongolia. Planeamos este periplo en 2010, para hacerlo al año siguiente y aun estamos en ello, habiendo dejado escapar 2018, durante el Mundial de fútbol, tiempo en que los trámites de entrada fueron algo más fáciles.
Como veis y aunque en general, somos muy echados para adelante, Rusia nos da bastante pereza. A pesar, de que desde 2023 ya es posible la visa online, los trámites siguen siendo muy farragosos, las condiciones de estancia muy leoninas, las autoridades muy exigentes y por encima de todo, no nos caen nada bien los antipáticos rusos, ni sus oscuras ambiciones territoriales en Ucrania. Además, el pais resulta bastante caro
-" Nunca iremos a Cuba": en este caso, por razones muy diferentes, porque el carácter cubano nos encanta. Tuvimos una reserva confirmada, en 1998, pero debimos anularla, recuperando el dinero, porque mi pareja encontró trabajo.
En enero pasado, en Esaoiura y en julio, en Albania, nos encontramos a dos parejas españolas distintas, que habían viajado al país recientemente y nos recomendaron no ir allí, debido al caos, la falta de suministros de casi todo, los altos precios y el constante buscarse la vida para cualquier cosa. No se prevé, que la situación mejore en el medio plazo.
-" Nunca viajaremos en globo o haremos ala delta": en mi juventud, montaba en las atracciones más excitantes de las ferias y ahora, casi me da vértigo verlas desde abajo.
A mí no me da miedo el globo, pero a mí pareja, si. En el parapente estamos los dos de acuerdo en la negativa. Y, ¿En helicóptero?. ¡Habría que verlo!.
-" Nunca iremos a un festival de música, sea de los más conocidos de España o del extranjero". Y la verdad nos encantaría.
Nos costo dejar atrás nuestra fiebre ochentera y noventera, para encandilarnos con el indie y grupos, como Lori Meyers, Miss Cafeína, Sidonie, Super submarina, Carolina Durante, La La Love You, Axelotes Mexicanos, Ginebras...
Pero no soportamos las normas abusivas -ya nos cuesta cumplir las más orientadas a la convivencia diaria -destinadas al enriquecimiento de los promotores y el expolio ajeno. No nos gustan ni las pulseritas, ni pagar por el agua 3€ o por un bocadillo o un mini de cerveza, 10. Así, ¡que no nos esperen, porque no daremos nuestro brazo a torcer!
martes, 13 de mayo de 2025
sábado, 10 de mayo de 2025
jueves, 8 de mayo de 2025
Unas intensas vidas y viajes llenos de acontecimientos históricos
En nuestras vidas y sobre todo en nuestros viajes, hemos asistido a numerosos acontecimientos históricos: dos golpes de estado en vivo y en directo en Mali y Tailandia -el primero cruento, el segundo algo más pacífico -; un arriesgado aterrizaje de emergencia en Abu Dhabi, debido a una rotura pequeña en una de las ventanillas del avión; una sangrante agresión a puñetazos en India, en 2011, camino de Surat; 45 horas encerrados en un tren en ese mismo país y en pleno invierno, con retraso de casi 15 horas, para llegar a New Japailguri; una huelga salvaje de controladores aéreos en España, un día antes de arrancar nuestro tercer viaje largo, rumbo a Sudáfrica -via Libia-; nueve Ramadanes de distinta intensidad en países musulmanes; un mundial de fútbol en el desierto de Marruecos -una Euro en Bangkok, otra en directo en Kiev y una tercera en Gyrocaster -; un vuelo frustrado a Canadá, el día, que comenzaba el confinamiento; el aguacero más bestia en Madrid -octubre de 2023- desde 1963; ser acosados por un revisor en un tren a Bucarest en 1994 y por un delincuente sin escrúpulos en el convoy de Nairobi, a Mombasa, en 2011; a punto de despeñarse nuestro autobús por un precipicio en Etiopía, tras caernos sobre el techo tres enormes rocas, siendo salvados por la enorme pericia del conductor; sacar el número uno en una oposición con 57 años... Y así, podríamos seguir, durante horas y horas
Tal vez sea por tantas emocionantes vivencias, que nos hayamos tomado con cierta tranquilidad y resignación el histórico gran apagón del pasado 28 de abril, aunque debemos reconocer, que ver Madrid de noche, sumida en el caos, sin iluminación, ni semáforos, nos causó bastante impresión.
Pasar una noche en la estación de Atocha con comida, bebida y mantas resultó hasta placentero, comparado con otras madrugadas por todo el mundo, donde hemos padecido frío, inseguridad, hambre o sed, entre otras cosas.
Queremos significar, que el comportamiento y el trato del personal de ADIF,UME, y Cruz Roja, fue en todo momento extraordinario. También, el de la seguridad privada. Antes de abandonar Atocha, un segurata nos contó, que llevaba trabajando casi 48 horas seguidas y nos lo creemos, porque ya olía algo mal.
En general y en casi todo momento, quedamos bastante sorprendidos por la reacción de la gente, que fue calmada, tanto en el autobús de Lisboa, a Madrid, como en las calles de la capital o en la estación de Atocha.
En el primero, sumidos en un atasco infernal, con otros medios de transporte de conexión perdidos, sin poder llamar por teléfono, sin wifi, sin datos, algunos sin comer en todo el día...y nadie alzó la voz entre los pasajeros o sacó los pies del tiesto.
En la antigua estación del Mediodía ocurrió lo mismo: pacientes colas para obtener una manta, cargar el teléfono móvil u obtener algo de comida (tan solo tres o cuatro personas intentaron acaparar)
Habrá para quién este gran apagón, haya sido una de las historias más intensas de su vida. Nosotros, en cambio, ya tenemos muchas muescas en la culata de tu vida. Eso si: esperamos seguir viviendo nuevas aventuras históricas con tan buena suerte, como hemos tenido hasta ahora: ni un solo día perdido por ninguna causa -incluida.enfermedad- en treinta y siete años de periplos por el mundo 🌎.
El día del gran apagón: y nosotros, como siempre, en el foco de la noticia (Parte III)
La estación de Atocha está casi a reventar, poblada por cientos de personas, cada una con una historia diferente y a cada cual más dramática.
Damos una primera y larga ronda de reconocimiento y constatamos varias cosas: que hay tanta gente, que es imposible encontrar asiento, si no es en las escaleras o zonas de suelo muy incomodas; que la cola de reparto de mantas por parte de la UME -amarillas- y de Cruz Roja -coloradas- es interminable y que resulta bastante más sencillo acceder a las botellas de agua mineral.
Hablamos posteriormente, con una atenta chica de ADIF, por si sabe, cuando se reanudará el tráfico ferroviario y nos indica, que la mayor parte lo hará, a primera hora de la mañana .Dice, que se nos enviará un SMS con instrucciones y nos quedamos más tranquilos, aunque esa comunicación nunca llegó.
Nos sentamos en una escalera y empezamos con calma y firmeza a evaluar la situación. Para la jornada de hoy, todos los ALSA a Valladolid van completos, por lo que el autobús queda descartado. Nos vamos a la web de RENFE, que tiene un único, conciso y claro mensaje, que nos llena de alegría: " No sé venderá un solo billete más, hasta que no se hayan recolocado a todos los pasajeros afectados por el apagón".
A la media hora decidimos levantarnos de la escalera, súbitamente, porque no aguantamos una conversación vecinal. Una peruana, que lleva 35 años en España, le explica a un compatriota, que está de vacaciones, aunque ha venido a otra cosa, que los españoles vivimos la mayoría de ayudas públicas, dejando a los inmigrantes los trabajos más penosos. ¡A eso le llamo yo, en país ajeno, el racismo inverso!
La gente, mayormente, está calmada, cansada,resignada y en una buena proporción tumbada y tapada con mantas. Tienen más cara de inquietud los policías y miembros de la UME y Cruz Roja, que controlan el cotarro.
Mi pareja duerme a ratos. Yo no. Hay cosas, que van evolucionando. No así, la interminable y tediosa cola de personas, que intentan cargar su teléfono móvil en los escasos enchufes. La noche va pasando más rápido de lo esperado. Sobre las cuatro y media de la madrugada reparten unos ricos sandwiches de pollo con mayonesa y ya hay algunos list@s, que se quieren llevar más, de lo que les corresponde. ¡Bronca militar contundente y asunto solucionado!.
Sobre las cinco de la mañana comienzan a circular los cercanías, aunque varios tramos todavía no están operativos. A las 6, se forma una larga cola en Media Distancia, donde se pone mi pareja. Existe mucha confusión entre gente mayor, que no distingue bien entre Media Distancia, Alvia, Ave, Avlo...
Una mujer ha perdido a su madre, diabética y en silla de ruedas y así, amenizantes y/o tétricas historias, hasta, que sobre las 7 conseguimos, que nos reubiquen en el tren de las 9:06, rumbo a San Sebastián, que llega a Valladolid a las 11:49. Nos llevamos la manta de Cruz Roja de recuerdo y nos dirigimos a Cercanías para coger un convoy, a Príncipe Pío, donde llegamos a las 7:30.
Y en los andenes de Príncipe Pío, otra vez, a escuchar nuevas historias. Nos dividimos entre los que las cuentan y los que curiosos y resignados, las escuchamos.
Una señora de San Sebastián muy pesada y gruñona, trata de que el resto de los viajeros les resuelva un problema de dejación de gestiones, simplemente, porque pasó de todo y se fue a un hotel. Y todos nos vamos cansando de ella, poniéndole mala cara, pero le da igual. Para colmo, desprecia a su marido en público.
Una jovencita más amable, nos pregunta, si este tren, va a Ávila. Sabe de sobra, que sí, pero lo que pretende es romper el hielo y contarnos su inestable vida. Vive en Madrid y trabaja en Ávila, en "La casa de las carcasas". Gracias a los abonos de Media Distancia el trasporte le sale gratis (solo hasta junio). Pidió el traslado a la capital y como "premio", además de negárselo, le bajaron la jornada de 27 a 15 horas. ¡Está desorientada y nos conmueve, pero...!. Todo termina abruptamente, cuando un empleado de ADIF anuncia, que el tren ya no sale de aquí, sino de Villalba, por lo que deberemos subir a un Cercanías y hacer cambio.
Esto y a estas alturas de esta experiencia, ya no molesta a nadie. Al fin, tras dormir casi todo el rato en ambos trenes y con casi una hora de retraso, llegamos enteros a Valladolid.
miércoles, 7 de mayo de 2025
El día del gran apagón: y nosotros, como siempre, en el foco de la noticia (Parte II)
Empezamos a ser conscientes, de que hemos tenido suerte, de que no nos cuadrara bien el vuelo de vuelta, que debería haber salido a estas horas, desde Faro, porque seguramente, aún seguiríamos allí. O, ¿tal vez Ryanair nos hubiera puesto un autobús directo, , como cuando una nochevieja aterrizamos en Roma, en lugar de en Nápoles o en Bodrum, el pasado diciembre, en vez de en Dalamam?. Nunca lo sabremos. Al menos, estamos ya en Madrid, a 190 kilómetros de casa.
La situación es la siguiente: tenemos los dos móviles cargados al 100%, pero ahí terminan las buenas noticias, porque resulta imposible llevar a cabo llamadas o usar la red de datos. Mi pareja lleva horas, tratando de contactar por WhatsApp con los compañeros del trabajo y aún no lo ha conseguido. Menos mal, que el artículo 37.3.g del Estatuto de los Trabajadores le ampara, para faltar mañana parcial o totalmente al curro.
Decidimos, que con mucha calma iremos caminando hasta la estación de tren de Príncipe Pío, nuestro lugar de salida. Tomamos la larga calle, que comunica Méndez Álvaro con Atocha. No habría sido mala idea disponer de un perro guía o un bastón, porque la zona está totalmente oscura.
A los veinte minutos y cuando ya casi estamos arribando a Atocha, aparecen las primeras luces en la vía pública y en algunas casas y la gente estalla de alegría con gritos y grandes ovaciones. De camino, no hemos visto pillaje en los comercios o bares, ni cualquier otro tipo de incidente .
Atocha aún está cerrada y hay mucho revuelo, pero ha vuelto la luz. Preguntamos a un empleado de ADIF por la situación y nos indica, que abrirán la estación dentro de una hora, para acoger a la gente, que lo desee. Nosotros seguimos nuestro camino, ascendiendo por la calle de Atocha.
Paulatina, aunque muy lentamente, se va recuperando la iluminación. Casi todas las tiendas, que regentan chinos e indios permanecen abiertas -unas con luz, otras a oscuras-,por lo que logramos comprar unas cervezas, a pesar de estar fuera del horario de venta de alcohol. Vemos abierta una pizzería y la cola da tres vueltas a la manzana. Los extranjeros, que aguardan en ella, se muestran bastante desconcertados. Los coches de policía pasan a razon de cuatro o cinco al minuto.
Llegamos a Sol, por donde merodea bastante gente. Más tranquila está la calle Arenal, que nos lleva hasta el Palacio Real y desde ahí, avanzamos por la zona del Senado y desde esta, descendemos a Príncipe Pío. La estación se halla cerrada desde las 13:30, pero se ha habilitado un área del anexo centro comercial, muy básica e improvisada para acoger a la gente.
Un muy amable segurata nos explica, que aquí no cabe nadie más y que acaban de abrir para toda la noche las terminales de Chamartín, Atocha y Méndez Álvaro. Retornar en autobús urbano no es posible, porque van abarrotados y en esta misma plaza, calculamos, que hay más de trescientas personas esperando el siguiente, que tarda en llegar.
Empezamos el camino de vuelta con el fin de instalarnos en Atocha. Ahora mismo la iluminación pública y privada está a un 70%- 80% de rendimiento. Poco a poco van reabriendo las cadenas internacionales de hamburgueserías y las tiendas de 24 horas.
Cuando llegamos a Madrid, hacia muy buena temperatura, pero ahora, se ha levantado bastante aire fresco y nuestra manga corta con jersey encima resulta totalmente insuficiente. Pasadas las doce y media de la madrugada, sanos y salvos, llegamos a la antigua estación del Mediodía.
El día del gran apagón: y nosotros, como siempre, en el foco de la noticia (Parte I)
Es lunes, 28 de abril y llegamos con tiempo suficiente a la estación de Oriente, donde a las 10:15 de la mañana debemos tomar un ALSA -12€ por billete-, que nos va a depositar en Méndez Álvaro, a las 19:09, con tiempo suficiente para coger en Príncipe Pío, el tren con destino a Valladolid.
El vehículo, que va casi lleno en sus dos pisos, parte con algo de retraso. Preveíamos un día tranquilo, pero nosotros somos como los miembros de la familia del "Cuéntame": cuando se produce un acontecimiento relevante, allí estamos. Siempre, en todas las salsas, en el foco de la noticia, en la pomada.
En principio, tenemos mejores noticias, que anteayer: los asientos son muy cómodos, el baño y el wifi funcionan y hay toma en el techo sobre los asientos para enchufar el móvil. ¡Parece, que vamos todos con la bolsa del suero sobre la cabeza!.
Como no hemos descansado bien, nos dormimos poco después de partir, una vez hemos cruzado el puente sobre el río Tajo. Sobre las doce menos cuarto -hora local-, me despierto, abro la web de El País y leo, que ha habido un gran apagón eléctrico en España. Le pego un toque a mi pareja para comentárselo, pero remolonea y decide seguir roncando. Aún estamos en territorio luso, que también ha sido afectado por el corte eléctrico, aunque algo menos. Seguimos circulando con normalidad, funcionando la carga del móvil, el wifi, los datos y las llamadas de voz.
Cerca de las 14:00 -hora ya patria- entramos en España, a la altura de Badajoz. Próximamente, pararemos en las afueras de Mérida para almorzar. Me entretengo tomando cervezas.
El primer impacto directo lo sentimos al detenernos en el complejo de restaurante y tienda extremeño. Todo está oscuro y cerrado. Las cámaras frigoríficas están apagadas. Ni siquiera abren a unos motoristas, que necesitan agua. Así, estamos todos tres cuartos de hora pululando y buscando unos arbustos tupidos para orinar.
Cuando subimos al autobús, el wifi ya no funciona, pero aún disponemos de llamadas y datos. Nos dormimos, nuevamente,durante casi dos horas, mientras circulamos con paso firme hacia Madrid.
Al despertar, sobre las 18:00 horas, ya nada está operativo, salvo la carga del teléfono. De vez en cuando, salta un WhatsApp o envía uno, que habías escrito o locutado media hora antes. Estamos aislados del mundo, aunque la gente se mantiene calmada.
A la entrada de Madrid se produce el colapso. Los túneles de la M30 han sido cerrados y debemos tomar un recorrido alternativo por la M40. Pero el atasco es tal, que estamos más de dos horas para recorrer unos diez kilómetros.
En este momento tenemos claro, que perderemos el tren, pero ya no importa, porque hemos leído, que han sido suspendidos todos los servicios ferroviarios. Llegamos, cuando anochece, con unos 140 minutos de retraso.
La estación está con las luces 🚨 apagadas y cerrada a cal y canto y los alrededores son un auténtico caos de personas y bultos, caminando desorientados.
No hay iluminación en los alrededores y tan solo funciona un semáforo, por lo que el colapso de tráfico se torna muy peligroso para peatones y conductores. Por supuesto, todo está cerrado: bares, restaurantes, supermercados, tiendas de 24 horas ... Afortunadamente y sin que sirva de precedente, tenemos comida, vino y agua suficientes.
Tenemos, que trazar un plan sin demora. Circulan algunos autobuses interurbanos ,pero van llenos y con retrasos importantes. Además y en la locura y el alboroto de gentío, resultaría bastante difícil encontrar el nuestro, llegado el casó.
Descartado volver hoy por carretera, asumimos, que toca pasar la noche en Madrid. ¡Ya veremos, cómo!.
martes, 6 de mayo de 2025
Adiós al Algarve
Llegó el sábado, día que será nuestro último en el Algarve, dado que a las siete y media de la tarde y con Flixbus -5€ cada uno-, pondremos rumbo a Lisboa, donde ya estuvimos hace un par de meses. Nos hubiera gustado volver en avión desde Faro, pero el vuelo del lunes parte demasiado tarde a Madrid y nos haría imposible la conexión en tren con Valladolid.
La mañana la dedicamos a recorrer, el otro lado de Punta A Piedade, por donde también transcurren otras pasarelas, por las que transita mucha menos gente. Desde los miradores se observan vistas algo lejanas, aunque algunas si son potentes. Las playas principales son playa de Canavial y playa de Porto Mós. Tras un buen rato, se acaba el paseo de madera, se llega a un aparcamiento y ya no se puede seguir.
Toca regresar hasta el centro, cruzar un puente peatonal, que lleva hasta la estación de trenes y tomar otras pasarelas, que discurren a lo largo de unos cinco kilómetros, dejando a la derecha la extensísima Meia Praia, de fantástica y fina arena y casi desierta. Llegado un momento, comienza un amplio terreno protegido de dunas. No están mal, aunque distan mucho de ser, como las de Salinas, en Asturias.
Matamos la tarde con el último paseo por el centro, donde el ambiente es más relajado, que los días anteriores. Hace daño a los ojos ver, como te cobran 5€ por una ensalada, 8 por un mojito o 16 por una francesiña. ¡Y se quedan tan anchos!.
Partimos cuarto de hora tarde, aunque llegamos puntuales. La duración prevista del anodino viaje son tres horas y cincuenta minutos. El autobús es casi nuevo y relativamente cómodo, aunque el baño no funciona -o no lo quieren abrir -, el wifi va fatal -desistimos de él - y los asientos no cuentan con puntos de carga -enchufes o usb- para cargar los cacharros diversos.
La calidad en Europa de los vehículos de Flixbus resulta muy variable, habiendo de todo. Depende mucho de si es un servicio propio o subcontratado, siendo peores los segundos. Al final, el único entretenimiento a bordo es seguir la final de copa entre el Madrid y el Barça.
A las 11:20 estamos ya en la cutre estación de Oriente de Lisboa. Cierra a la una de la madrugada y vuelve a abrir a las cinco. Pero nosotros tenemos otros planes, que consisten en ir a pernoctar al no muy lejano aeropuerto, donde si no tienes billete, no puedes ingresar hasta las tres de la madrugada. Por supuesto, no nos hemos planteado buscar hotel, dadas las horas, que son y el elevado precio de los alojamientos los sábados por la noche.
El domingo en la capital lusa transcurre bastante tranquilo. Nos limitamos a pasear largo rato por el centro y a disfrutar de una larga sentada en la maravillosa plaza del Carmen, donde se fraguó la Revolución de los Claveles. Preveíamos un regreso tranquilo, a Madrid, pero...
Lagos: playas espectaculares, cerca de un bonito casco histórico
Nos hemos enterado viendo los horarios de los supermercados en internet, al llegar a Faro: hoy, 25 de abril, es fiesta nacional en Portugal. Y no se trata de un festivo cualquiera, dado que es el día de la República, que conmemora el 51 aniversario de la Revolución de los Claveles, acaecida en 1974 en la plaza del Carmen de Lisboa.
Sin embargo y a efectos prácticos, el festivo no se nota demasiado, porque todo está abierto -menos el mercado - y los actos oficiales son escasos y con muy baja participación.
Hay cambio de planes, porque los buses a Sagres, son escasos y combinan mal. Y además, hace un aire huracanado, que en aquella zona será aún más fuerte. Nos quedaremos los dos días aquí, que material suficiente tenemos. Así, que renovamos la habitación por otra noche.
Estuve aquí con mis padres y hermanas en 1981, con catorce años. Volví con mi pareja en 1992. Aún sigue existiendo el camping donde estuvimos ambas veces. Y 33 años después, regresamos a este destino para comprobar, que esto está muchísimo mejor, que entonces, a pesar de los prohibitivos precios de restaurantes y bares.
Lagos tiene un casco histórico bastante bonito con su fortaleza, su muralla, varias iglesias y un sinfín de calles y callejuelas con mucho encanto.
Pero, por lo que es famoso este lugar, no es por esta joya, sino por sus magníficas playas. ¡ Y la fama es bien merecida!.
Empezamos por la playa de la Batata, que está partida en dos por las serpenteantes rocas y conectados ambos arenales por un túnel. Continuamos por la de Pinhao, que en la actualidad está cerrada temporalmente (ponen multa, si accedes).
Seguimos por la de los Estudiantes, que es magnífica y también está separada por rocas y unida por un túnel. Después, y accediendo por un camino, que sale de la calle principal, enfrente de los bomberos, llegamos a la de Dona Ana, que para algunos es la playa más bonita del Algarve.
Para nosotros no, porque nos gusta más la siguiente: la de Don Camilo. Hasta allí se accede tras descender 229 escalones. Con la marea alta el arenal es casi inexistente, pero su belleza te extasía. A ella se llega siguiendo desde la de Dona Ana y tomando una serie de pasarelas ecológicas de madera, que también te van dejando en diversos miradores donde las vistas son extraordinarias.
Otros puntos de interés son: el Elefante, playa dos Pinheiros, el Mirador del Abismo y la playa de Balança, hasta abordar la Punta de A Piedade, con un paisaje rocoso y marino verdoso y azulado, casi increíble.
Hay más camino para el otro lado de este cabo, pero lo dejamos para mañana y matamos la tarde paseando por el agradable centro histórico.
Decir, que en esta época, Lagos, no está masificado, pero si hay bastante turismo inglés y alemán, que hacen que la visita sea un poco incómoda. Pero es, que ya no hay ni un mes -aunque sea febrero - o un día de la semana -aunque sea martes-, en qué el turismo no te agobie, como ya comprobamos en Lisboa y Evora hace un par de meses.