Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Historia de una pesadilla (parte II y no se sabe, las que vendrán),

          La historia puede empezar un día cualquiera y no es fácil confrontarla, básicamente, porque no la has previsto, sobre todo para quién preparó -supuestamente todo-, antes de comenzar el viaje. Lo peor de todo es, que de nuestro problema no es culpable nadie. Te despiertas una mañana y la batería de tu móvil -que estaba cargando- está calcinada y como si fuera una pastilla de plastilina, supongo, que por una subida de tensión, durante la noche.

        Móvil muerto, pérdida asumida y a esperar lo que venga. Y, lo que viene es el desastre: a la hora de insertar nuestras tarjetas de la misma compañía -Simyo-, en el otro teeléfono, también libre, no funciona ninguna de las dos. El celular habla claro en su mensaje: “Ranuera 1: no se detectó una tarjeta SIM”. Y lo mismo para la 2. Parece tan extraño, que se hayan estropeado las dos a la vez, como que el teléfono no las lea.
El problema no sería tan importante, si no fuera, porque necesitamos los códigos que llegan por SMS para comprar por internet, sobre todo vuelos, si queremos seguir el viaje y, si algún día queremos volver a casa. Sin tarjetas SIM operativas en y estos tiempos, es como si fuéramos Marco Polo recorriendo el inmenso y desconocido mundo, a la deriva..

          Nos sentimos solos, pero privilegiados, porque entre tantas gestiones -con la operadora, los bancos,, las agencias de vuelos de internet, la familia...-, alguien, al fin, entiende nuestro caso. Después de llevar perteneciendo 26 años a la misma entidad bancaria y dado que en nuestra sucursal no nos hacen ni caso, es una señora desconocida, de otra oficina, la que asume el reto . La amable mujer y tras una larga conversación, acaba entendiendo, que lo mejor es abrir una incidencia, para haber si se pueden hacer pagos con tarjeta de crédito sin la verificación del maldito código SMS. Era lo que estábamos pretendiendo desde hacía tres días, pero nadie nos hacia caso, ni comprendía el grave problema.

          Parece, que estamos en el camino adecuado, aunque, finalmente, Bankia se desentiende educadamente de lo nuestro. Aún así, me siento más feliz que en mi casa a pesar de haber perdido, también, el whatsapp, que nos quedaba, al reiniciar el teléfono, en busca de que reaccionara. ¿Un código de móvil puede joder, parcialmente tu vida?. Cuando estás en España, no. Cuando viajas por el extranjero es muy probable, que sí.


          A nosotros, estando por ahí, la fortuna siempre nos termina sonriendo. A la mañana siguiente y al llegar a Hat Yai, nos topamos con una agencia física, de Air Asia -la única, que vimos en todo el viaje, con la excepción de la de la estación de trenes-, de Kuala Lumpur-, donde pudimos comprar billetes con el PIN de toda la vida y sin código SMS, para poner rumbo, a Borneo, en unos diez días. Aplazamos el problema, pero no lo solucionamos.

No hay comentarios: