Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 2 de octubre de 2025

9 de abril de 2007. ¡Y parece, que fuera hoy!

           Texto íntegro del correo electrónico enviado por mi a varios grupos de amigos desde el ordenador del Hotel Strand de Jerusalén, en la noche del lunes, 9 de abril de 2007, pocas horas antes de abandonar Jerusalén para siempre.

          "Esta es nuestra última noche en Jerusalén. Estamos en un hotel caro para las prestaciones que ofrece, pero con un rico desayuno e internet  gratuito y no muy solicitado. Al fin y al cabo no nos podemos quejar, dado que decidimos cambiar  los planes y nos presentamos en esta ciudad a las nueve de la noche del Viernes Santo sin ninguna reserva (la teníamos, pero para una semana después en otro hotel).

          Tras la visita de esta majestuosa ciudad, llevamos dos días explorando Palestina (Belén, Ramala, Nablus...) y estamos tan impresionados y encogidos, como indignados. ¡Es una barbaridad que el mundo consienta lo que aquí pasa y que a los seres humanos -uno por uno- no se nos caiga la cara  de vergüenza por lo que se está haciendo con un pueblo como el palestino!.

          Hay que cruzar torniquetes, alambradas, muros, arcos de inspección, puertas que se asemejan a cárceles de alta seguridad, registros...Hay que quitarse los zapatos o la ropa si al descerebrado le apetece. Y todo ante la desafiante mirada y malas maneras de seres insensibles -generalmente de muy corta edad y de ambos sexos- armados hasta los mismísimos dientes.

          Y lo curioso es que detrás de una de esas alambradas en Belén, algún siniestro personaje israelí ha ordenado que se escriba en inglés la frase "La paz sea con vosotros".

          Toda esta infernal estructura de odio y rencor ha sido levantada por los judíos con el consentimiento de las naciones más poderosas y con el fin de construir guetos muy similares a los que ellos tuvieron que padecer durante la dominación de la Alemania nazi.

          En Nablus hoy (hace dos meses estaban a tiros) reinaba una calma que solo nos era rota por los pensamientos de lo que de esta zona del planeta sale en los telediarios. Pero la sonrisas de los niños y niñas, de ojos muy grandes lo diluyen todo.

          Os tengo que contar que hoy un par de -aparentemente- civiles nos han apuntado directamente  con una ametralladora a la cara durante breves instantes. No hemos tenido ni siquiera tiempo para sentir miedo.

          Nunca volveremos a Israel  ni a Jerusalén (lo mejor del viaje a pesar de que aún nos quede Petra). Tampoco retornaremos a Palestina mientras este pueblo permanezca sometido por la vejatoria situación actual, pero las experiencias que hemos vivido en esos territorios son casi inigualables con ninguna  otra anterior.

          A falta de nueve días para volver a casa, reafirmó la creencia  que ya sostenía desde hace tiempo por la experiencia de viajes anteriores. Mi simpatía por el pueblo árabe. Y acreciento enormemente, mi antipatía por Israel, su arrogancia, su chulería y las muy reprochables actitudes que genera.

          No pretendo juzgar a un pueblo a través de una estancia en su país de cinco días (como ha sido la nuestra). Sería injusto a todas luces. Pero si puedo narrar con pelos y señales lo que a un viajero le puede ocurrir  en estos lugares  en ese periodo de tiempo. Y la mayoría de cosas no son precisamente agradables.

          Hay mucho que contar, pero será a la vuelta (aquí acabas volviéndote paranoico por lo controlado que estás y piensas que incluso en cualquier momento te pueden detener por considerarte un elemento amenazante para la seguridad nacional). Si está gente nos trata así de mal a los turistas  occidentales, ¡que no harán con los pobres palestinos!

          Ayer nos despedimos de Ana y Longi, que vuelven a España. Hemos viajado una semana con ellos y ha sido estupendo. Por nuestra parte queda abierta la posibilidad de volver a recorrer alguna otra parte del mundo de forma conjunta.

          Desde las murallas de Jerusalén, muy cerquita de la puerta de Herodes y de la de Damasco, besos y buenas noches. Mañana tiramos para Jordania".       

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