Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 24 de julio de 2025

Carcassonne

           Pues si. Llegamos a Carcassonne con el cielo ennegrecido y cayendo una tromba de agua impresionante. No hay estación. Nos dejan tirados en la truculenta y anegada Avenida de Varsovia, que parece el escenario idóneo de una serie de mucho miedo.

          Tras casi una hora, esperando, a que escampe, debajo de una frágil parada de autobús urbano, nos encaminamos al centro, que no está demasiado lejos. Transitamos por un barrio feo, aunque encontramos un par de iglesias de postín, encajonadas en calles inverosímiles e intransitables, porque sus aceras no miden ni medio metro y hay que parar y refugiarse, cada vez, que viene un vehículo. En medio de tanto incomprensible desastre tercermundista, hallamos varios hoteles a más de cien euros la noche. Llegamos a la plaza Carnot. Se ve, que estamos en fiestas patronales, porque en las calles adyacentes cuelgan un sin fin de banderolas. La lluvia ya ha cesado y un grupo musical ensaya sobre un escenario. Con un poco de suerte, está noche asistiremos a un concierto, que nos alivie la vida, porque ya hemos desestimado definitivamente, encontrar alojamiento.

          Vuelve a pintear a ratos, pero seguimos nuestro camino hacia la increíble ciudad fortificada. Primero atravesamos un barrio deprimente, hasta llegar al largo y difuso puente viejo. Después, llega una calle peatonal plagada de restaurantes y pequeñas terrazas, que funcionan a medio gas. Y tras esto, una larga cuesta y la mitad de la nada que nos acaba llevando hasta una de las murallas más increíbles, que hayamos visto en el mundo.

          Desconocemos la causa, pero se construyó un recinto amurallado doble y con remates muy imaginativos, irregulares y preciosos. Dentro, un patrimonio histórico increíble, compuesto por un castillo espectacular, varias iglesias, la catedral, palacios, calles con encanto y los negocios turísticos de siempre con precios y formas de obrar, que rayan con lo insultante.

          Como ya dije, este lugar es una joya imprescindible, aunque no da para más de un par de horas y eso, si te recreas o entretienes mucho. Pero, bueno. Como es tarde y a punto de anochecer, casi no hay nadie y es de agradecer. Y aún más satisfactorio, cuando regresamos al amanecer.

          Y por medio, pasa la noche. Efectivamente, asistimos a un concierto discreto, no muy de nuestro gusto y a casi un atropello fatal en nuestras carnes, fruto de la imprudencia de un conductor en esas calles imposibles, diabólicas y casi sin aceras.

          Lentamente, entre paseos y sentadas, entre vodka y cervezas, entre conversaciones cruzadas de gente, que vienen y van, llega la madrugada y el amanecer, ya sin nubes y con pletórico sol.

          Hoy, si tendremos hotel y tocará descansar la mayor parte del día al abrigo del potente aire acondicionado. Pero, ¡nuestros 72€ nos cuesta!

          

No hay comentarios: