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martes, 16 de enero de 2024

Explotación femenina en Sapa

           En la plaza principal de Sapa -la de la iglesia -, pululan decenas de mujeres -fundamentalmente de la tribu H'Mong, aunque también de otras-, vendiendo con afán su artesanía hecha a mano, aderezadas con sus ropas tradicionales. No hay ni un solo hombre. Entremezcladas con ellas, niñas de muy corta edad -algunas incluso, de 3 ó 4 años, cargando con sus hermanos menores a cuestas, casi siempre bebés -, mientras tratan de vender básicos y feos llaveros, a lugareños y turistas, con movimientos rutinarios y cara de pena.

          Este es el principio de sus vidas de mierda, que las conducirá a hacer lo mismo, que a sus madres, en la edad adulta.  Es un circulo vicioso y difícil de romper. Ni un solo niño. A pesar de que tenemos mucho mundo sobre la espalda, esto impresiona. 

          Para conmover a los posibles compradores, las visten con los trajes tradicionales y así parecen más graciosas, aunque de ellas -van como zombies -, no escapa una sola sonrisa. Para, que no caigan en el desánimo, las contentan con chupa chupa, algún dulce o una fruta. No sabemos, si esto está organizado por los padres, por los mandamás de las aldeas o por mafias o si fluye solo  El caso es, que con toda naturalidad y con total aceptación de los viandantes desarrollan su actividad en largas jornadas, hasta altas horas de la tarde.

          De vez en cuando -aunque, no muy frecuentemente -, algún adulto extranjero con sensibilidad se acerca hasta ellas, para preocuparse por su estado o el de los bebés, aunque responden con absoluta frialdad, al no estar acostumbradas a recibir cariño.

          Cerca de allí, en la calle de nuestro hotel, dos niñas juegan con una sola bicicleta, en lo que parece una situación de privilegio.

          No sabemos, a que se dedican los hombres o niños de estas tribus, aunque sea a lo que sea, seguro, no requerirá ni la cuarta parte de esfuerzo.

          Necesitaríamos escribir muchas líneas para juzgar estos hechos. Nos vamos a limitar a haberlos descrito, porque no tenemos fuerza para más. Si en el mundo existen organizaciones de voluntariado a favor de las mujeres, aquí tienen una gran cantidad de trabajo.

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