Dijimos en el anterior post, que hoy hablaríamos de alojamientos, pero lo vamos a dejar para la semana, que viene. Hoy comienza agosto y tenemos planes para todos los fines de semana de este mes.
Ha sido una gozada está última semana en casa, a ratos con el jersey -aunque con todo abierto- y por la noche con el edredón. Aunque me temo, que lo que viene a partir del domingo va a ser bien distinto.
La nueva y nada atractiva oferta del Ministerio de Transportes para Media Distancia no nos ha gustado nada, así que hemos dejado de coger estos trenes. Pero si nos ha convencido la de ALSA -también subvencionada por el gobierno- con descuentos de entre el 40 % y el 65%.
Así, que nos hemos comprado un bono de diez viajes a Gijón. No es nominativo y pueden usarse por varios pasajeros a la vez. Con él, cada trayecto pasa de los 25, a los 9€. ¡Buen descuento!
Esta tarde nos vamos para allá, hasta el domingo. Conocemos muchísimo la zona y no sabemos, que haremos. Dormiremos en el camping de Perlora, por 20€, porque nos negamos, a hacer rico a nadie.
El finde, que viene, a , Madrid, en AVLO, a las fiestas de San Cayetano y San Lorenzo, durmiendo en el cápsula de Usera de siempre. Nos ha llamado la atención, que hay una fiesta Bresh, palabro para nosotros desconocido. Preguntamos a la inteligencia artificial y resulta, que es un término argentino, que define algo así, como un concierto organizado por una secta.
El fin de semana del puente queremos volver al Lago de Sanabria, donde estuvimos hace años.
Y el siguiente, a Asturias, de nuevo.
El último de agosto, aún está por decidir.
En cuanto al post de la hostelería, se nos olvidó comentar, ese victimismo extremo, de qué son los únicos, que cumplen en el sistema.
Me explico: pagas por una triste gilda de lata sin elaboración, ni trabajo alguno, tres euros, cuando sabes, que no cuesta ni cincuenta céntimos. Te quejas del abuso y te sueltan lo de los sueldos, los gastos de la Seguridad Social, los suministros...¡Ni que los carniceros, fruteros o demás autónomos no los pagarán y saben, que sino ponen precios competitivos se van a la mierda!.
Y una anécdota, sobre Tropea, que se nos olvidó comentar. En la calle principal -y en alguna otra- han colocado hasta cinco papeleras juntas de colores distintos para reciclar residuos. Pues bien: cuando recogen la basura las vuelcan todas en el mismo sitio. ¡Así es el sugerente y genuino sur de Italia¡.
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