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viernes, 30 de mayo de 2025

Adiós a los abonos recurrentes gratuitos. Pero, nos queda esperanza (parte I)

           Como ya se ha dicho más abajo, apenas resta un mes para la caducidad de los abonos gratuitos de Cercanías y Media Distancia. Arrancaron el 1 de septiembre de 2022 y en un principio, eran solo para cuatro meses , con el fin de paliar la por entonces elevada inflación, que empobrecía a la ciudadanía. Posteriormente, se fueron renovando por dos años y medio más.

          Nosotros, los hemos utilizado  desde el principio entre Valladolid y Madrid todos los cuatrimestres y un par de ellos para Santander y Asturias.

          A priori creíamos, que en cuatro meses nos íbamos a aburrir de tanto ir a Madrid y ahora, después de casi tres años pensamos, que podríamos estar otros diez, yendo todos los fines de semana y no nos cansaríamos. En este periodo hemos llevado a cabo unos 250 viajes de ida y vuelta entre la ciudad del Pisuerga y la capital de España.

          Como creíamos conocer bien Madrid, de visitas anteriores y de haber vivido allí, durante más de tres lustros, el primer cuatrimestre lo usamos para viajar por la Comunidad de Madrid, visitando numerosos lugares -Cercedilla, Cotos, El Escorial, Alcalá de Henares, Aranjuez...- y para bastantes actividades navideñas por toda la región.

          En ese tiempo nos dimos cuenta, de que la capital había cambiado mucho. Para bien, en cuanto a vida cultural, pero para mal, en posibilidades de vivir dignamente, en estilo de vida y en tolerancia.

          Fue entonces, cuando redescubrimos la capital con lugares como, Fundación CaixaBank, el Reina Sofía, la Serrería Belga, las dos sedes de Fundación Canal, la Casa Encendida, la Casa de México, el Thyssen, la Fundación Telefónica, el Palacio de Correos...Unas veces dormimos en hoteles -carísimos durante el fin de semana -, pero otras tantas pernoctamos en Barajas, ahora, que el tema está tan de moda.

          Por supuesto, el bono gratuito nos sirvió para llegar gratis hasta este aeropuerto y realizar decenas de viajes por el mundo o España: tres periplos largos, otros tantos "interair", ocho a Marruecos, varios sueltos por el viejo continente, vacaciones...

          Cuando mi pareja cumplió sus tres años de contrato de fin de obra y se fue al paro, fuimos más libres, pudiendo viajar en las jornadas de diario, muchas veces, yendo y viniendo en el día. Entonces, se nos desató la fiebre Samplia, esa aplicación -ahora, de capa caida-, que ofrece degustaciones, regalos, vales... gratuitos, en bastantes lugares de Madrid y provincia (también en Barcelona, aunque muchos menos).

          Parecerá absurdo, pero también hemos utilizado el abono para comprar cosas en centros comerciales (incluso hacer la compra de la semana). Y es, que por ejemplo, el Carrefour de Aluche nos pilla en Cercanías más a mano -diez minutos desde Atocha- que cualquiera de los de Valladolid.

          Y por último, hemos usado muy frecuentemente los abonos para las fiestas patronales, conciertos y eventos varios, como, por ejemplo, la celebración del Orgullo.

          En la segunda parte de este post, vamos a hacer un poco de historia y a exponer las razones contundentes, por las que pensamos, que estos abonos deberían seguir indefinidamente. Existen motivos para tener esperanza.

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