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lunes, 4 de marzo de 2024

El día perfecto

           Hoy era un día marcado en el calendario. Ninguna visita nueva, que llevarnos a la boca y si algunas gestiones, que iban a dilucidar si seguimos adelante por Gujarat o tirábamos la toalla, porque 38 días por India nos empiezan a pesar un poco (y eso, que en 2014, estuvimos 89).

          El principal objetivo se antojaba muy difícil: conseguir un billete para hoy, a Bhavnagar, que se halla a 55 kilómetros de nuestro siguiente destino, Palitana. Lograr un pasaje en sleper para el mismo día es algo casi imposible, en cualquier región de India. Nuestros problemas, en este caso, nos los hemos generado nosotros mismos, por nuestra dejadez y placidez, en  los tres días, en Nashik. Si nos hubiéramos ocupado de este asunto entonces, habría sido mucho más fácil conseguir billetes para estas fechas.

          Nos planteamos una estrategia de emergencia de cuatro variantes, con su correspondiente porcentaje de éxito: 1. boletos para hoy, Vapi - Bhavnagar (5%). 2. mismo recorrido para mañana (10%). 3. para esta misma fecha, pero tren directo, a Palitana, siendo el único semanal (10%) 4. billete de segunda clase en recorrido Vapi - Vadodara, todo un sufrimiento y continuar a Bhavnagar en autobús diurno (100%) porque en esa clase no es necesario reservar plaza, pero viajas en  plena jungla.

          Llegamos a la estación de Vapi con la moral muy baja, pensando, que la opción 4 sería la adjudicada sin remedio. Efectivamente, billetes para hoy, nada y para mañana y pasado tampoco. A Palitana, nos mandan a la "wait list". Nos resignamos a nuestra merecida suerte.

          De repente y después de que el taquillero fuera advertido por otra trabajadora, aparecen  dos plazas -de extremo a extremo del vagón -, provenientes de la cuota tatkal, que nunca habíamos utilizado. Se trata de asientos, que se reservan y se venden más caros el día antes de la salida y que desaparecen fugazmente. Hemos tenido la enorme suerte de tomar los dos últimos, aunque viajaremos separados y en malos asientos.

          Como no nos moveremos hoy, ahora nos toca buscar hotel, en Vapi y la empresa resulta tan difícil, como imaginábamos, porque de los diez, que preguntamos, solo nos cogen en uno y poniéndonos muchas pegas. Primero, nos piden un documento indio de identificación y después, nos quieren retener los pasaportes hasta el check out, a lo que nos negamos. Cuando pensábamos, que nos tocaría volver a dormir a Daman, nos lo devolvieron.

          El tercer problema posible era el del alcohol, porque en la vieja Lonely Planet pone, que al salir de Daman y entrar en Gujarat, hay controles policiales para detectar si te lo llevas en el equipaje. Desde luego, si nos lo confiscában, se acababa el viaje por Gujarat, porque no estábamos dispuestos a seguir sin este elemento esencial para paliar el estrés diario. Pues bien: no existe inspección alguna en este sentido, por lo que nos llevamos provisiones para cinco días y repondremos género, en Diu.

          Por la tarde y mucho más relajados, volvimos a Daman, donde nos llevamos un buen susto: un individuo nos empezó a gritar y a acosar por el paseo marítimo. Tratamos de arrimarnos a otra gente, a ver si se marchaba. En realidad, solo quería saludarnos y hacerse una selfie con nosotros.

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