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jueves, 1 de febrero de 2024

Las pocas ventajas del machismo indio

           La cuestión tenía más de un noventa por ciento de posibilidades de salir mal. De hecho, sino hubiera sido por la información de última hora del chico del banco PNB, no habríamos tenido una sola opción, porque disponíamos de muy poco tiempo y las pesquisas eran muy contradictorias.

          La última noche en Delhi, nos estudiamos al dedillo por Inter como llegar al Banco de la Reserva Federal de India. Ni metro ni nada, porque a veces tardas más en el acceso a las estaciones, que en ir andando. Así, que nos dirigimos por el camino de siempre a la Connaught Place y de ahí, tomamos la avenida del Parlamento (ahora no se llama así, pero es como todo el mundo la conoce). El camino es largo, aunque no muy molesto, a pesar de algunos cruces difíciles. Al fin, llegamos al mastodóntico edificio. Yo me quedé con los bultos en la puerta y fue mi pareja la que se encargó del asunto.

          Ella os lo cuenta: " Al llegar a las rejas de entrada un policía te exige tu identidad y te pregunta cuánto dinero quieres cambiar, te da un formulario y puedes pasar. Una vez dentro del patio pasas a un edificio pequeño con varias mesas, donde primero te escanean el bolso y una persona de seguridad te registran. Si todo va bien te mandan de regreso al patio donde debes aguardar una larga cola. Pero, al ser mujer vas por la fila indicada  solo para ladys , que es mucho más corta. El papel que te han dado en la puerta debes rellenarlo, pero solo está en hindi. Gracias a un chica, a la que preste el bolígrafo, me enteré de lo que debía escribir . El policía de esta fila va alternando hombres y mujeres -bendita paridad-, para que pasen otra vez al edificio del principio.

          Cuando me tocó a mí , el siguiente policía me preguntó cuánto quería cambiar. Al decir nuestra modesta cantidad -cuatro mil rupias-, me cuela y paso por delante de cinco o seis personas. En la ventanilla de dentro, el funcionario revisa mis papeles y el pasaporte y me los sella. Creo que ya me va a cambiar el dinero, cuando me manda, otra vez, atravesar el patio para acceder al hall del edificio principal. En la puerta de este hay más personal de seguridad. Toca esperar.

          Según va saliendo gente de dentro, nos van dejando pasar. Una vez en el interior casi me desmayo: hay más de 150 personas delante de mi. Otro funcionario me pide el pasaporte y le hace una fotocopia. Al verme mujer y extranjera y con poco dinero le dice al de seguridad que me cuele y me lleva directamente a la ventanilla correspondiente. Un vez en ella, dos funcionarios comprueban mis documentos, los vuelven a sellar y me dan el cambio en billetes de curso legal ¡Por fin!. 

           La salida es por la puerta opuesta a la derecha la entrada, cruzas otras rejas y estás fuera"

          El día salió redondo -rarísimo en India -, porque descubrimos el templo Sij que fuimos incapaces de encontrar el día anterior y en Old Delhi nos topamos con la calle comercial más caótica del mundo, sorprendentemente hoy peatonaluzada. El tren hacia New Jalpaiguri salió puntual, pero...

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