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viernes, 16 de febrero de 2024

Tezpur

           No nos arrepentimos nada de haber tomado la decisión de prescindir, de Meghalaya. No por no haber llevado a cabo las visitas de Shillong y Cherrapunjee, que tenían muy buena pinta, sino porque pocas veces, uno no encuentra otra alternativa. Sí estamos encantados, sin embargo, de habernos acercado, a Tezpur, porque nos hemos sentido muy cómodos y nos ha gustado bastante este sitio.

          Cómodos , por sus paisajes y numerosos lagos, por la cercanía de todo lo visitable, por las aceras en las calles -generalmente,  despejadas-, por el clima primaveral, por ver un enorme elefante...

          Tezpur es una ciudad de leyenda y lo digo en sentido literal. Su nombre significa "urbe de sangre" y debe ese honor, a una legendaria y cruenta batalla, desarrollada hace miles de años entre dioses y demonios que sin embargo combatieron por motivos muy humanos y como casi siempre, por una chica.

          Su calle principal -donde está nuestro hotel - es, la Mathatma Ghandi (Main Road), muy accesible, animada y caótica a ratos, pero nunca estresante. Al final de ella, se halla una enorme y bonita puerta, que da acceso al bello templo Ganeshgarth y a los ghats del río Bramaputra, donde se contempla un bello atardecer.

          Seguidamente -no tiene pérdida-, se accede hasta la colina de Agnigarh, donde contemplar bellas vistas del río y representaciones escultóricas de aquella tremenda pugna terrible e imborrable 

          El tercer lugar de interés y a tiro de piedra de los anteriores, es el parque Chitralekha Udyan, donde se asienta un hermoso lago en forma de herradura, numerosas ruinas rescatadas de la zona y fauna y flora de la región. Todo muy apacible, para estar en India, aunque se echa en falta algo de mantenimiento. Puedes darte un paseíto por el agua en una barca de pedales (salvavidas obligatorio, que aquí, nadie sabe nadar). Estos dos últimos lugares son de pago -es molesto-, aunque su precio es ridículo (unos treinta céntimos).

          Lo que nos llamó la atención, en nuestra primera visita, a India, en 2011, es que por meter una cámara te cobraban el triple de la entrada y por otra de vídeo, casi diez veces más. No han quitado esos carteles, pero no han añadido el móvil, por lo que hoy en día, todo el mundo entra con el celular, sin pagar nada y hace, lo que quiere.

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