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lunes, 11 de marzo de 2019

Los mejores momentos del octavo viaje largo

                                                Todas las fotos de este post son, de Singapur

          Ha sido un viaje de bastantes malos momentos, motivados, como ya se ha dicho, por todas las circunstancias, que nos han acaecido en los aeropuertos, pero también ha habido momentos memorables e impresionantes, que marcarán nuestras vidas para siempre. Por ejemplo, hemos visitado el último continente, que nos faltaba.

 
           1°.- Aterrizaje en el aeropuerto, de Gold Coast, en Australia. Muchos habían sido los intentos, que a lo largo de los últimos años, habíamos hecho por llegar hasta Oceanía. El último, el año pasado, tuvimos que cancelarlo por la subida de los vuelos en el verano, cuando ya estábamos, en Kuala Lumpur. Por unas cosas u otras, siempre teníamos, que aplazar este plan. Aterrizar en Australia fue para nosotros, un momento muy emotivo.

             2°.- Bebiendo vino, en Australia. Muchos fueron los momentos en torno al delicioso vino australiano. Sabíamos de su fama, pero nos habían dicho, que su precio era muy elevado y nada de eso. Los hay de excelente calidad, a partir de los dos euros la botella.

             3°.- Reservando el boleto aéreo para regresar a casa, vía Shanghái, utilizando el wifi de la estación de trenes, de Taipei. Habíamos hecho tantos intentos y tenido tantos problemas con la conexión, con las tarjetas de los teléfonos y con la aplicación, de Bankia que conseguirlo, casi después de 24 horas, nos lleno de felicidad y regocijo. Definitivamente, podíamos llegar a casa antes de Navidad y disfrutar de las fiestas con la familia.

            4°.- Pasar los controles, tras más de hora y cuarto de incertidumbre, esperando en la cola, para entrar en China. Mucha tensión, porque aunque intuíamos, que no tendríamos problemas para conseguir la visa de tránsito, de hasta 144 horas, con los chinos y los rusos, nunca se sabe. De lo contrario, habríamos perdido el vuelo de vuelta a España, así que nos alegremos bastante. Sobre todo, porque duraron mucho para concedernosla, yo no sé, si por venir, de Taiwán.

             5°.- Llegando, a Mataran, en Lombok, siendo ya noche cerrada. Se habían puesto las cosas muy feas, porque el ferry arribo, una vez había oscurecido. Las oficinas estaban cerradas y no había pueblo allí: solo unos cuantos sinvergüenzas, tratando de sacarnos la pasta para llevarnos en moto, a no se sabe dónde. Desconcertados y desorientados, comenzamos a andar. No habríamos llegado muy lejos, porque era carretera sin arcén y muy transitada. Fue entonces, cuando de la nada, apareció un chico con un potente coche nuevo y nos trasporto a la capital, por un precio muy razonable.

         6°.- Ver amanecer en la playa, de Byron Bay, en Australia, en absoluta soledad y luego caminar, durante largo rato, hasta la montaña, donde se ubica el faro. Es uno de esos momentos inolvidables, que recuerdas de por vida.

             7°.- Los dos alojamientos, de Krabi: el primero con buen desayuno y potente aire acondicionado y el otro, un bundalow con extraordinaria y transparente piscina. Ambos vinieron a paliar las carencias, que habíamos padecido en la cueva, de Phuket y nos levantaron el decaído ánimo.

              8°.- Tomar una fresca cerveza de medio litro, en Christchurch, en Nueva Zelanda, después de 37 días de no haberla catado, debido al alto precio de tan vital y refrescante producto en los países anteriores.

            9°.- Primer baño del viaje, en la magnífica playa de Senggigi, en la isla, de Lombok y el que nos dimos, en la extraordinaria piscina de nuestros bungalows, en Krabi.

             10°.- Las esperas en los aeropuertos de Kuala Lumpur y Christchurch, que son siempre muy agradables para tratarse de terminales aéreas. Este último, dispone de tantas comodidades, que casi hace las funciones de habitación de hotel.

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