Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 29 de mayo de 2012

Cuatro Bamakos diferentes

             Por el precio del mismo visado, hemos conocido tres Bamakos diferentes (incluso, cabría decir, que cuatro). El más inquietante y adrenalínico, es el del día de nuestra llegada, con controles militares exhaustivos, ráfagas de metralleta, algunos tanques y el traslado de soldados heridos. Y todo ello, vivido con tranquilidad, al ver la forma de actuar de los escasos lugareños, que circulaban por las calles. Aunque el miedo atraviesa el cuerpo y el corazón, al escuchar, a escasos metros de tu espalda, un arma de repetición, cargándose de forma compulsiva.
                              Bamako
            De ese Bamako, diez días después, lo que queda se debe cocer en los despachos. En la calle, la gente se ha reintegrado a la vida cotidiana y las portadas de los periódicos, que cuelgan en algunas vallas y paredes, presentan más especulaciones y opinión, que información.

El Bamako más agradable –aunque soso-, lo vivimos, una vez el golpe fraguó. Las calles se quedaron desiertas y nos permitieron, contemplar el armazón de una ciudad, que se desmonta y monta cada día. Tan sólo cuatro o cinco tenderos –desafiantes o con la venia del nuevo régimen-, unos pocos lugareños y dos estúpidos e insensatos guiris –nosotros-, hacíamos vida normal, ajenos al pánico generalizado y al caos político.

            La Bamako más trepidante, caótica, maleducada, motorizada, vibrante, tolerante casi con todo, menos con las costumbres religiosas, la padecemos y disfrutamos, después de haber finalizado, nuestro circuito por el país y ya de vuelta. Su autenticidad africana, se basa en muy pocas influencias europeas.

El único edificio alto, fue inaugurado el año pasado, por un presidente ya destituido y los mercados son de los mejores y más genuinos, que hemos visto en este continente. Igual da el más grande, de cachivaches varios, como el de frutas, verduras y carne o el de artesanía, con piezas de mucho mérito, que seguirán esperando ser vendidas. Lamentablemente, durante mucho tiempo.
                                             Bamako
            El reducto blanco –más de residentes, que de turistas- se agrupa y relaciona en un supermercado de las afueras, constituyendo el cuarto Bamako. Llevan a cabo esplendorosas compras, pagando por productos europeos, cuatro veces lo que valen, en sus países de origen. Luego, un esforzado negro, les llevara sus bolsas, hasta el maletero de sus cochazos o los aparca. El personal del interior del establecimiento, sin embargo, es blanco –incluidas las cajeras-, para que todos nos sintamos, como en casa.

            Mañana abandonamos Bamako en tren, rumbo a Kayes, con muchas dudas. Esperamos que la seguridad sea buena y que la frontera esté abierta.
                                                                                  Bamako

2 comentarios:

Eva dijo...

Los tres últimos posts publicados, fueron escritos originariamente, entre el 1 y el 5 de abril.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola

Ya he empezado a leer vuestras aventuras en el blog. Son fascinantes,
como siempre.ánimo y a seguir deleitandonos

marisa lópez

SAludos