Todas las fotos de este post son, de Hyderabad
Después de 157 días, en India -en
cuatro periodos distintos- y los que nos pueden quedar en este viaje,
ya casi nada nos sorprende. Y, a veces, ya son más las cosas, que
nos molestan o agobian, que el disfrute, algo impensable, al
principio. Pero, todavía, encontramos cosas, que al menos sí nos
llaman la atención. Por ejemplo, el régimen de sanciones por el
incumplimiento de normas. Veamos.
Por supuesto, viajar cuatro en una
moto -incluidos bebés y mujeres sentadas de lado-, no tiene sanción
ninguna. Más bien creo, que será alabado por los gobernantes, como
método de compartir transporte. cuidando del medio ambiente y
reducción de lacontaminación (que aprenda ya Carmena y se deje de
vehículos pares e impares). También es un ejemplo, para los más
jóvenes, que en casi todas las películas de Bollywood, los
protagonistas usen esta tradicional forma de transportarse.
Al menos, se han endurecido algo, las
medidas para los salvajes -casi todos en este país-, que tratan de
colarse, maltratando a quien se ponga por delante, en los vagones sin
reserva, de segunda clase de los trenes. Ahora, los colocan en fila y
al que la lía, le sueltan un guantazo y lo graban en vídeo ( no
sabemos, si para demostrar a los que se cuelan, que los han pillado,
o para ponerlo de ejemplo de lo que no se debe hacer en las escuelas,
que ya me extrañaría). Por supuesto, tirar todos los restos de
comida o envoltorios desde la ventanilla del tren, es el mejor método
de alimentación para la naturaleza, que devolverá el favor con
todos sus recursos duplicados.
Y, devolver las vacas al centro
turístico de Delhi, de donde las sacaron hace varios años, es un
gesto de delicada nostalgia vintage. Mantener a los monos y a los
perros en idénticas circunstancias, no es otra cosa, que la
integración de la vida natural con la social, hecho que las
sociedades occidentales no saben compaginar. Cuando pisas una enorme
plasta de vaca, que ocupa con suerte, playero y medio, no haces otra
cosa, que abonar la tierra y fomentar el ciclo de la vida.
También, aprenden a ser buenos
patriotas y ponen -casi todos-, como foto de perfil de whatsapp, la
bandera de la India (que raro, que no sea una reproducción de su
moto). Y, hablando de vehículos, es la nación donde más partes
amistosos se firman, seguro. Se pegan un leñazo, se les jode
parcialmente el cacharro y se van tan contentos o como hoy, con la
motocicleta cargada, por la policía, en un tuck tuck, a modo de grúa
urbana.
Igualmente, les adoctrinan para
situaciones extremas: por un lado, andar por el centro de Delhi,
entre el tráfico, las vacas, los pitidos, la gente, las obras, los
fangos... Y, por otro, a sentirse en el paraíso, por solo 15 rupias,
en el interior del impoluto y moderno metro de la capital.
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