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jueves, 12 de octubre de 2017

Quien crea, que todos los nacionalismos son iguales o es un ignorante o un mentiroso (normalmente, las dos cosas)

                                                      Todas las fotos de este post son, de Srinagar (India)
          Fuera y desterrado, el mito de que es imposible encontrar una gota de alcohol, en Cachemira. La wine shop -en realidad, son tres- se ubica en un hotel céntrico -enfrente del lago- y de ella te informa cualquiera, que te vea dudar, al acercarte a la puerta. Pero de eso, hablaré en la próxima entrada, dado que ahora toca referirse a cosas un poco más serias.

          Nada, que ver, con lo que una pareja de españoles nos contaron el 2.011, donde dijeron ser perseguidos por transportistas y el propio alojamiento, por tratar de buscar y disfrutar de unas relajadas copillas. No ponemos en duda ninguna versión, pero la Lonely Planet, de 2-012 -y suelen estar poco y mal actualizadas-, ya advierte de su existencia y la ubica en el plano, inequívocamente.

          Atraídos por el fenomenal hotel de Srinagar y por la amabilidad de su propietario, decidimos quedarnos un día más en esta ciudad, sin más preocupación, que las temidas consecuencias del viernes a la hora de comer, con todo cerrado (la tienda de la cerveza abre a partir de las tres, poruqe el negocio es el negocio y más, si una minoría india trata de fastidiar, a una mayoría musulmana).

          Paseamos por el tranquilo barrio anejo al lago y descubrimos su cotidianidad: casas en diverso estado de conservación, aunque, mayoritariamente, con muy buena pinta, calles estrechas. pero asfaltadas y al amparo del mediodía y de la severa y sentida fiesta musulmana.

           Nos topamos con más gallinas, patos -lavándose divinamente,en un charco- o gatos, que con personas. Aunque las pocas con las que nos cruzamos, sienten curiosidad por nosotros, por nuestra nacionalidad -mira mira, Cachemira, nos saludan- y por la opinión sobre el latente conflicto de esta zona, aunque no hablan directamente, de querer independizarse o pertenecer a Pakistán ( en una web currada, encontrareis información sobre el tema, que se originó, en 1947).

          La presencia militar en la ciudad es evidente -hasta en el borde del lago-, pero discreta y relajada, sino fuera por las frecuentes concertinas, que rodean muchos edificios oficiales, más que por las antiguas y obsoletas metralletas, que portan los aburridos y poco beligerantes soldados.

          Tras el almuerzo, a base de samosas con garbanzos y fritanga varia -la comida en esta zona no es su fuerte-, devoramos un refrescante helado, bajo la sombrilla de un puesto, donde se venden manzanas. El vendedor capta nuestro idioma y nos aborda. ¿“spanish”? -pregunta-, cuando aquí casi nadie sabe ni siquiera, donde se ubica nuestro país-. “Yes”, respondemos. Y, sin más protocolo y en un inglés algo trabado, nos empieza a explicar, casi uno a uno, los problemas, que España, está generando, a Cataluña. Nos quedamos en shok y no sabemos, que responderle.

          Habíamos visto en la calle pintadas tímidas tipo “Cachemira, Pakistán” o “Go India, go back”, pero no creíamos, que hasta las entrañas del pueblo llano se pudiera trasladar de forma, casi muda, el conflicto, que adormecido, puede estallar en cualquier momento. En Septiembre de 2016, hubo un atentado, contra militares indios, con varios muertos. Afortunadamente, eso no frenó, que la carretera a Jammu, a donde esperamos llegar mañana, se cerrara.

           En Croacia, durante 1.999 y en nuestra primera visita, ya fuimos avasallados -de mucha peor forma, que aquí, casi violaenta-, por ciudadanos, que nos vieron con una guía antigua, de Yugoslavia o por un conserje de hotel, que nos indicó en perfecto español, que nosotros no hablábamos esa lengua, sino castellano, porque se habían otros idiomas, en España.

           De todas formas a cualquiera -aunque haya viajado bastante- le costaría entender, como en este estado conviven, casi pacíficamente, tibetanos, musulmanes e hinduistas. Con los primeros, nadie cuenta para la solución del problema y menos, estando China de por medio, que ocupa una pequeña parte de la región. Por eso y por su tranquilidad, resignación y simpatía, a nosotros son los que nos caen más mejor.

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