Todas las fotos de este post son del mercado de pescados y mariscos, de Sydney (Australia)
Este epígrafe no va a ser fácil de gestionar, porque la mayoría de alimentos que se consumen en Australia y Nueva Zelanda, tienen raíces europeas, ahora también con aderezos de la cocina asiática. Además, se consume mucho fast food del tradicional. En el resto de países, salvo en Taiwán, ya habíamos estado, por lo que no hemos tenido muchas sorpresas gastronómicas en esta ocasión. Pero, vamos a intentarlo, a ver qué es lo que sale.
1°.- Como ya se ha dicho, los vinos en Australia son excelentes, algo que ya sabíamos, pero lo que nos ha sorprendido, es su precio. Desde dos euros, se encuentran caldos excelentes, tanto blancos, como tintos. ¡Desde luego, que en este país, no hemos pasado sed!. Las tiendas de bebidas alcohólicas -generalmente, junto a los grandes supermercados, Wool Worth y Coles- abren los siete días de la semana, así, que no hay problema alguno de abastecimiento.
2°.- El delicioso Nasi Kampur, que comíamos de vez en cuando en las islas Gili y en algún otro lugar. Arroz con muchísimas verduras, ajo, noodles -o fideos- pescado seco y un componente que se llama, tempeh (soja fermentada). Si lo deseas, te dan guindillas verdes para, que lo adereces de picante a tu gusto.
3°.- La comida enlatada, en Australia y Nueva Zelanda, es rica y barata y nos aprovechamos de ello en numerosas ocasiones. Hay latas de sardinas, a 40 céntimos, mucho más ricas, que en España. Venden pizzas low cost, de excelente masa, que se pueden comer hasta crudas. Están tan buenas, que en Kaikoura (Nueva Zelanda), las gaviotas, de forma muy agresiva, nos disputaron una de ellas y hasta consiguieron llevarse una porción pequeña. Pero, nuestra favorita es, una lata de medio kilo con un guiso de carne de ternera, bacon, patatas y verduras con salsa de curry (nos quitaron una en el aeropuerto, de Sydney)
4°.- En los mercados norturnos, de Taipei, no se encuentran productos tan exóticos, como en China. Hay calamares, fritanga, dulces o carnes y mucha víscera -a veces, disfrazada-, que no llegamos a probar. Sí nos zampamos varios platos en los Seven Eleven o Family Mart: te los calientan en un minuto y contienen como base, noodles o arroz, más alguna carne y verduras. Muy ricos y baratos, como las generosas bandejas del Carrefour, de Taipei, donde el pollo asado es el gran protagonista, pero también, puedes probar el pato, como hicimos nosotros (algo seco, por cierto)
5°.- Jiufren, en Taiwán, además de ser un pueblo muy turistico y de poseer bellas vistas y templos, es el paraíso de las degustaciones. Sí recorres su calle principal, muy estrecha y techada, en todos los puestos te daran algo: pescado seco, marinado, bolas de queso -al estilo Japón-, kinchi, galletas de chocolate,...Es una buena forma de tener contacto con un amplio espectro de la cocina de extremo oriente, sin gastarse un solo euro. Y también, bebidas, como té de diversos sabores, leche, soja, zumos de frutas naturales.
6°.- Las sopas de bote, en Indonesia, están casi tan bien logradas, como las de Tailandia o las de Filipinas. Son una buena solución, para cuando estás en sitios pequeños y no hay otra cosa. Las de gambas o de kinchi están muy ricas. La pega es, que en la mayoría de las tiendas 24 horas, cobran por el agua caliente.
7°.- Los licores chinos, que se venden en Taiwán, en muchas ocasiones, están bastante especiados, pero a mí me gustan. Ya los tome en China, hace una década, pero casi, ni me acordaba de ellos.
8°.- Esperábamos comer ricos kiwis, en Nueva Zelanda, pero al menos, los que probamos, tiraban a duros y ácidos, costaba pelarlos, no sabían a nada y salen bastante caros. En general, en este viaje, no hemos tenido mucha suerte con la fruta.
9°.- Si, con los zumos de frutas y con los refrescos, sobre todo, en Australia y Nueva Zelanda. En este primer país, conseguimos tomarnos dos litros de zumo de mango y naranja, por apenas poco más de un euro. Estos países también, son el paraíso de las galletas a buen precio, ¡así que, a disfrutar!
10°.- La experiencia gastronómica más desagradable -y tuvimos unas cuantas-, no fue otra, que degustar -por decir algo-, un plato de espaguetis Deluxe, en el KFC. En 2.008, tenían tomate y trozos de pollo crujiente. Ahora, don solo espaguetis recocidos y casi fríos con salsa de chile. ¡Asquerosos!
Así, que ya está. Mal, que bien, lo hemos conseguido.
Este epígrafe no va a ser fácil de gestionar, porque la mayoría de alimentos que se consumen en Australia y Nueva Zelanda, tienen raíces europeas, ahora también con aderezos de la cocina asiática. Además, se consume mucho fast food del tradicional. En el resto de países, salvo en Taiwán, ya habíamos estado, por lo que no hemos tenido muchas sorpresas gastronómicas en esta ocasión. Pero, vamos a intentarlo, a ver qué es lo que sale.
1°.- Como ya se ha dicho, los vinos en Australia son excelentes, algo que ya sabíamos, pero lo que nos ha sorprendido, es su precio. Desde dos euros, se encuentran caldos excelentes, tanto blancos, como tintos. ¡Desde luego, que en este país, no hemos pasado sed!. Las tiendas de bebidas alcohólicas -generalmente, junto a los grandes supermercados, Wool Worth y Coles- abren los siete días de la semana, así, que no hay problema alguno de abastecimiento.
2°.- El delicioso Nasi Kampur, que comíamos de vez en cuando en las islas Gili y en algún otro lugar. Arroz con muchísimas verduras, ajo, noodles -o fideos- pescado seco y un componente que se llama, tempeh (soja fermentada). Si lo deseas, te dan guindillas verdes para, que lo adereces de picante a tu gusto.
3°.- La comida enlatada, en Australia y Nueva Zelanda, es rica y barata y nos aprovechamos de ello en numerosas ocasiones. Hay latas de sardinas, a 40 céntimos, mucho más ricas, que en España. Venden pizzas low cost, de excelente masa, que se pueden comer hasta crudas. Están tan buenas, que en Kaikoura (Nueva Zelanda), las gaviotas, de forma muy agresiva, nos disputaron una de ellas y hasta consiguieron llevarse una porción pequeña. Pero, nuestra favorita es, una lata de medio kilo con un guiso de carne de ternera, bacon, patatas y verduras con salsa de curry (nos quitaron una en el aeropuerto, de Sydney)
4°.- En los mercados norturnos, de Taipei, no se encuentran productos tan exóticos, como en China. Hay calamares, fritanga, dulces o carnes y mucha víscera -a veces, disfrazada-, que no llegamos a probar. Sí nos zampamos varios platos en los Seven Eleven o Family Mart: te los calientan en un minuto y contienen como base, noodles o arroz, más alguna carne y verduras. Muy ricos y baratos, como las generosas bandejas del Carrefour, de Taipei, donde el pollo asado es el gran protagonista, pero también, puedes probar el pato, como hicimos nosotros (algo seco, por cierto)
5°.- Jiufren, en Taiwán, además de ser un pueblo muy turistico y de poseer bellas vistas y templos, es el paraíso de las degustaciones. Sí recorres su calle principal, muy estrecha y techada, en todos los puestos te daran algo: pescado seco, marinado, bolas de queso -al estilo Japón-, kinchi, galletas de chocolate,...Es una buena forma de tener contacto con un amplio espectro de la cocina de extremo oriente, sin gastarse un solo euro. Y también, bebidas, como té de diversos sabores, leche, soja, zumos de frutas naturales.
6°.- Las sopas de bote, en Indonesia, están casi tan bien logradas, como las de Tailandia o las de Filipinas. Son una buena solución, para cuando estás en sitios pequeños y no hay otra cosa. Las de gambas o de kinchi están muy ricas. La pega es, que en la mayoría de las tiendas 24 horas, cobran por el agua caliente.
7°.- Los licores chinos, que se venden en Taiwán, en muchas ocasiones, están bastante especiados, pero a mí me gustan. Ya los tome en China, hace una década, pero casi, ni me acordaba de ellos.
8°.- Esperábamos comer ricos kiwis, en Nueva Zelanda, pero al menos, los que probamos, tiraban a duros y ácidos, costaba pelarlos, no sabían a nada y salen bastante caros. En general, en este viaje, no hemos tenido mucha suerte con la fruta.
9°.- Si, con los zumos de frutas y con los refrescos, sobre todo, en Australia y Nueva Zelanda. En este primer país, conseguimos tomarnos dos litros de zumo de mango y naranja, por apenas poco más de un euro. Estos países también, son el paraíso de las galletas a buen precio, ¡así que, a disfrutar!
10°.- La experiencia gastronómica más desagradable -y tuvimos unas cuantas-, no fue otra, que degustar -por decir algo-, un plato de espaguetis Deluxe, en el KFC. En 2.008, tenían tomate y trozos de pollo crujiente. Ahora, don solo espaguetis recocidos y casi fríos con salsa de chile. ¡Asquerosos!
Así, que ya está. Mal, que bien, lo hemos conseguido.