Esta es de Egipto, en 2.006 y la de abajo, de Turquía, en 2.008
Si, los momentos impactantes de
nuestros viajes de la prehistoria fueron trascendentales, nada más
determinante, que lo ocurrido al poco de arrancar el siglo XXI., que
nos llevó a estar seis años sin arrimarnos a un sólo aeropuerto y
limitando, sobremanera, nuestras posibilidades viajeras futuras.
Siria, 2.007
-No ocurrió, de repente, por
supuesto. Durante los últimos años del siglo pasado, había ido
desarrollando cierto pánico irracional a los aviones. Y todo, acabó
estallando en un vuelo de vuelta, desde Lanzarote y con Air Europa.
Las turbulencias fueron tales, que casi desparramo la comida y la
bebida por el asiento y sus inmediaciones. ¡Todavía se podía fumar
en los aviones!, aunque alguien, no lo crea.
-Un año después, tocábamos fondo.
Después de haber recorrido decenas de países y de tener una
situación laboral y económica envidiables, nuestras vacaciones
consistieron en ir, a Cádiz y Málaga occidental, en mayo y a las
procincias de Barcelona y Gerona -visitadas anteriormente-, en
septiembre.
Lesotho, 2.010
-Una tarde de domingo de primavera,
del ya lejano 2.005 y después de haber estado toda la jornada de
cañas, caigo en un ahora decadente foro de viajes y leo las
experiencias de una chica, en su periplo por Siria. Empiezo a pensar,
que no no podemos perder sitios, como este y pongo todos los
esfuerzos en superar la maldita aerofobia.
Egipto, 2.006
Tras leer decenas de documentos sobre
el tema, acabo decidiendo, que lo mejor es empezar por un vuelo
corto. Las primeras vacaciones, de 2.006, fueron a Reino Unido e
Irlanda y las segundas, a Egipto (cancelamos la idea de ir a Siria y
Líbano, por el deterioro de la situación de este último país).
Como curiosidad, mi pareja, que nunca había temido a los aviones, lo
pasó peor, que yo, en este reencuentro con las aeronaves.
-2.007, resultó el año más
determinante y con más sabor agridulce, hasta el momento. Después
de un revés laboral terrible y tras muchas dudas y deliberaciones,
el 1 de noviembre, ponemos las bases para lo que iba a ser nuestro
primer viaje largo, durante cinco meses, que llevaríamos a cabo
desde febrero del siguiente ejercicio, hacia Sudamérica,
Centroamérica y México.
Jordania, 2.007
-Tres años después y animado por un
antiguo amigo argentino, nos embarcamos en nuestro tercer periplo
largo, a través de África meridional y del este. No es, ni de
largo, el itinerario en el que hayamos visto más cosas, pero sí, el
que vivimos más emociones vibrantes y más situaciones difíciles
(afortunadamente, todas bien resueltas, gracias a un posible
intangible ángel de la guarda -supuestamente- negro).
Zimbabwe, 2.011
-Al fin y en septiembre, de 2.011,
después de haber visitado 106 países, arribamos, a India, después
de un penoso, duro y largo proceso de gestión de visados, en
Colombo. Desde entonces, hemos pasado casi siete meses en el país,
en tres periodos distintos.
-Al inicio de la Euro, de 2.012,
celebrada en Polonia y Ucrania, se me enciende una luz y decidimos
compaginar turismo y fútbol. Sacamos billetes de avión, con
Ryanair, a Varsovia y además de conocer diversos países -como
Moldavia y Transnistria-, asistimos a la final, en la agradable Kiev,
en la que España goleó, a Italia.
Ucrania, Euro, 2.012 y debajo, India, 2.011
Y para terminar, reseñar tres veces
en esta historia moderna de viajes, en las que nos trataron de robar
en nuestra habitación de hotel, siempre con la misma mecánica, en
Malawi, Turquía del este y Bangladesh. Seguirnos y espiarnos,
durante el día y aporrear la puerta de nuestra alcoba por la noche,
para pillarnos, dormidos, desconcertados y así, abriéramos la
puerta, dejando nuestras pertenencias y dinero en bandeja de los
desalmados delincuentes. En ningún caso, lo consiguieron.