Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 1 de febrero de 2011

El duro y colorido transporte publico de Mozambique (y en general, de toda Africa)

                                                                                               Vilanculo 
Solo en Mozambique pueden, intentar tratar de cobrarte cuatro veces lo que vale el pasaje, por subir la mochila al ferry. Asi nos ocurrio ayer, en el barco que une Maxixe con Inhamabane.

      Lo bueno de viajar en los diversos transportes de este pais, es que ya quedas vacunado para lo que pueda ocurrir, en cualquier otra parte del mundo. Han sido unos 1.800 kilometros en minibus, microbus, autobus, camion y ferry, duros, duros, duros.
                                                                              Vilanculo
      Para empezar, todos los buses de medio y largo recorrido, salen a los cuatro de la manana, por lo que te obligan a desperdiciar una noche de hotel y pegarte el gran madrugon o a pasar la velada en blanco, de la forma que mejor veas. El mismo vehiculo aqui -como en otros paises de Africa-, hace funciones de transporte de mercancias, muebles, otros vehiculos, animales y personas (siendo estas ultimas, las que reciben peor trato). Y el servicio es puerta a puerta, con numerosas paradas, en mitad de la nada, donde misteriosamente, se van apeando los pasajeros.         
 
      No es infrecuente ver un microbus para 14 pasajeros, con 19 adultos, 5 churumbeles llorones y una cabra envuelta en un saco y colocada en el maletero trasero, que bala estremecida, tras cada bote que da el vehiculo, en la abrupta y encharcada carretera.
                                    Inhambane
      Ademas, claro, del numeroso y voluminoso equipaje. Porque aqui, nunca se viaja con lo puesto. El kit basico femenino, consiste en un bareno vacio, un saco lleno -desconocemos de que- y una criatura a la espalda, generalmente de semanas o meses, que cabezea constantemente, con los movimientos maternos. El masculino, sustituye el balde por enormes garrafones amarillos -con contenido o no- y al bebe, por una caja de 24 coca colas o algo similar.
                                                  
      A partir de ahi y dependiendo del tamano del transporte, se encuentra lo mas insopechado, tanto en el techo de los autobuses, como en un carro amarrado, del que van tirando: una motocicleta, un sofa, una cama, un ventilador, una television con los cables pelados, enormes barras metalicas envueltas en hojas de parra... Y lo sorprendente es, que a pesar del caos parente, de la deteriorada red viaria y de las condiciones climatologicas, todo llega a su destino sin merma, extravio o a destiempo.
                                         
      Pillar un asiento adecuado en el cacharro de turno, no es tarea facil, dado que los hay desplegables y sin respaldo -cuando no, de pie- o junto al crio vomiton, a la gorda de turno o al que no se lava hace semanas -afortunadamente, en este caso, son excepciones-. Por suerte y en torear estos inconvenientes, ya nos movemos como peces en el agua


                                                                                  El Tofo




                                                                                               Inhambane
                                                                                                    Maputo

Beira: Encantadora y decadente

                                          Todas las fotos, que contiene este post, son de Beira
      Los mozambiquenos no son como el resto de los habitantes del sur de Africa. No tienen un aguante infinito y cuando sienten lastimados sus derechos, se enojan y reclaman al estilo latino. Se nota que este pais fue colonia portuguesa, hasta 1975.
 
      Tambien se aprecia la influencia lusa, en la construccion de sus ciudades. Aqui los supermercados y las gasolineras estan a las afueras y las casas, las pensiones, los edificios administrativos y las plazas, en el centro.
 
      Llueve intensamente, mientras viajamos en un destartalado microbus con goteras, tapadas con cinta aislante y trapos, sin ningun resultado positivo. Nos dirigimos a Beira, una ciudad alejada de los circuitos turisticos y en la que hemos acabado de rebote.
 
      A nuestra llegada, los charcos son inmensas lagunas y los canalones y goteras desaguan tal cantidad, como no veiamos desde nuestra visita a las cataratas Victoria. Hubiera sido un error, no venir hasta aqui. La ciudad esta llena de edificios coloniales, lamentablemente, en distinto estado de conservacion. Cuenta con una anodina catedral, una mezquita, en un barrio de comerciantes hindues y la plaza del Municipio, que es lo mas europero que hemos visto, desde que salimos de Ciudad del Cabo. El mercado, en forma de puestos en el suelo sobre el barro o sobre sabanas, se extiende por toda la ciudad.
 
      Tras comer explendidamente, como a lo largo de todo el viaje, gracias a la comida preparada de los supermeercados, nos acercamos al puerto, donde se amontonan bastantes barcos destartalados. Aunque el ruido de fondo es de herramientas, por lo que tal vez, los esten arreglando.
 
      Buscando la playa, de repente nos vemos inmersos, en el barrio mas deprimido, que hemos visto en toda Africa. En el inicio de una calle, se ubican las letrinas comunes, con un cartel que asegura, que han sido mejoradas. Como estarian antes, si su hedor provoca el vomito, a mas de cincuenta metros.
 
      En la rua principal, se entremezclan los puestos -de bebidas alcoholicas, jabon, galletas...-, con las infraviviendas. Ambos tienen la misma estructura: maderas cruzadas, de inestable soporte, con techos de paja y ramas. Los enormes y profundos charcos -que pisan descalzos-, se entremezclan con las montoneras de basura.
 
      En un "complejo" -especie de bar-, se lee: "Entraras triste y saldras contento". No es de extranar, con bebidas de 43 grados a tan solo 14 meticales (unos 30 centimos). En una vivienda, algo mejor que la media, un supuesto doctor vende tratamientos contra la agonia y todos los dolores corporales, entre otros.
 
       Por fin encontramos la playa, mientras contemplamos como varios hombres cargan sobre sus espaldas, como animales, los troncos con los que esta construida toda la barriada. No es la unica actividad economica, que se observa aqui. Sobre la arena se venden mangos, cocos, camarones y otros pescados irreconocibles, recien salidos del agua. En otro lugar, hay decenas de kilos de peces secandose al sol -que nos quieren vender, por solo mirarlos- o los ya deshidratados, a los que les quitan las impurezas con una criba. Se comercializan por sacos, a lo largo de todo el pais.
 
      Todo el mundo a lo suyo, mientras los ninos corretean, como en cualquier parte. Nadie parece reparar en los dos intrusos blanquitos, que con discreccion, no cesan de hacer fotos.

lunes, 31 de enero de 2011

En Mozambique, si que somos bienvenidos

      Hemos llegado a Mozambique. Al hacer el visado en la frontera, solo nos permiten una entrada. Adios a Malawi, un destino querido. Las consecuencias de no haber atravesado Zambia estan siendo duras. Ya lo intuiamos. No obstante, no nos arrepentimos.
                                                             Cuchamano
      Nuestro ingreso al pais, a traves de Cuchamano, ha sido extremecedor. Este pueblo carece de agua corriente. El liquido elemento, lo extrae un hombre en cubos y se lo va entregando a los lugarenos, que lo almacenan en garrafas o barrenos, para llevarse las primeras a su casa y lavar la ropa en los segundos, alli mismo.
 
      Luz electrica y alumbrado publico, si que hay. Pero, funciona 30 minutos y se corta tres horas. Asi, una y otra vez. Por lo que tenemos que usar la linterna, para coser uno a uno, los numerosos agujeros de la mosquitera de nuestra cama. En la habitacion de al lado, se suceden gritos de chicas, golpes y amenazas de llamar a la policia. Estamos en el unico motel del pueblo, que parece encubrir un burdel, fundamentalmente para camioneros, que transitan por esta frontera.
 
      Por supuesto el establecimiento, no dispone de ducha y los banos son unas vomitivas letrinas, con un apestoso agujero, que deben higienizar con cal viva, cuando se acuerdan. Asi, que orinamos en la habitacion, en botellas de Fanta de dos litros cortadas a cuchillo y evacuamos al jardin los fluidos, por la ventana.
                                            Chimoio  
      Salvo la carretera principal, el pueblo esta sin asfaltar, cubierto de charcos, basura y cabras sueltas retozando. Las viviendas son rondaveles pequenos y circulares, hechos en ladrillo o adobe y terminados en forma conica, con ramas y paja. No tienen bano y cocinan en la calle.
 
      Existe un pequeno mercado, con endebles puestos de madera, donde venden sobre todo, pescado en salazon, ademas de frutas, ropajes, zapatos y arroz. Encontramos numerosos bares -llamados bancas- pintorescos, caros y vacios. Tambien una nave industrial, llamada a bombo y platillo "complejo", que lo unico que contiene es un billar, una barra y una pantalla de plasma, donde ponen un partido de la liga inglesa.
 
      Hasta metidos dentro de la mosquitera, nos comen los bichos. Me pica una especie de escarabajo. Por donde habra entrado?. Al poner el pie en el suelo, por la falta de luz, piso sin calzado un enorme gusano muerto, que se estan merendando las hormigas.                                                 Chimoio  
      A la manana siguiente partimos para Chimoio, con cambio de transporte en Changara. El primer tramo lo hacemos en un abarrotado microbus y el segundo, en un pequeno camion. Ha parado y su propietario se ofrece a llevarnos, por 250 meticales, que es el precio del autobus. Lo rebajamos a 200 y no acepta. Hace amago de irse, pero aguantamos el tiron. Sabemos que en este pais, casi nadie va a dejar de ganar nueve euros, por perder dos y medio.
 
      El paisaje es agradable y muy verde. No deja de haber pequenos puentes de arroyos sin agua, minusculas aldeas y sobre todo, mucha gente a ambos lados de la carretera, caminando, de pie o sentados, viendo la vida pasar y sin hacer nada.
                                     Beira
      El momento del dia, llega a la hora de echar gaolina. Paramos en una estacion de servicio. Le dicen al conductor, que alli no y le mandan a otra parte. Vamos con la reserva. A unos tres kilometros, hay un hombre junto a una moto, escondido tras unos arbustos. Tras negociar la cantidad y el precio del combustible, de hoyos excavados en la rojiza tierra y tapados con ramas, va extrayendo garrafas. Coloca una goma en el deposito, a la que une el cuello cortado de una botella de Coca Cola, a modo de embudo. Sirve de tres de ellas y vuelve a colocarlas en susitio. Aparece otro hombre en otro ciclomotor, que se encarga de cobrar y dar el cambio. Seguimos, camino de Chimoio.

La burocracia zambiana, trunca nuestros planes

      En Africa, ni ninos ni adultos tienen mucho que hacer. Cualquier suceso, que se salga de lo cotidiano, por minimo que sea, se convierte en un espectaculo. Mucho mas si en el, esta involucrada "white people". En Kariba (Zimbabwe), la simple salida de autobuses, mantiene a decenas de transeuntes espectantes, viendo como las companias se disputan a los clientes, de forma muy agresiva, en trato y precios.
                        Frontera entre Zimbabwe y Zambia
      Los ninos se parten de risa, cuando se dan cuenta de nuestro desconcierto. Pero, rapidamente reaccionamos y corremos tras ellos, al grito de "white peole eats black children". Luego, tratan de adivinar nuestra nacionalidad y lo mas cerca que nos colocan es en el extremo oriente asiatico.
 
      La tarde habia sido tranquila y de nuevo, habiamos visto elefantes, hipopotamos y decenas de especies de pajaros. Y ya habiendo atardecido y por primera vez, contemplamos preciosas luciernagas saltarinas.

      La manana habia sido mucho mas dura. Madrugamos. Fue relativamente facil, trasladarnos a la frontera de salida de Zimbabwe. Hasta llegar a la de Zambia, anduvimos unos cuatro kilometros, con preciosas vistas del lago Kariba y de la presa. Pero, con tres problemas anadidos: Vamos sin agua, tres de los cuatro kilometros son de subida y el calor tropical humedo es infernal. Paramos ante un severo control y contemplamos mas adelante, como un policia pesca con una cana, que consiste en una botella de Fanta atada a un hilo, mientras en la otra mano sujeta la metralleta y en algun bolsillo de su traje esconde un movil, con musica de la zona a todo vlolumen.
                             Kariba
      En inmigracion de Zambia, tardan mas de cindo minutos en aparecer. Escribimos nuestros datos en un libro de registro. El sudor cae sobre el a borbotones. Y eso que a ratos, nos secamos con la toalla, envolviendo la cabeza.
 
      Los funcionarios permanecen indiferentes y sin hablar hasta el momento de decir: "Fifty dollars each". En la Lonely pone 25 y que se pueden pagar en euros. Pero, ni lo uno, ni lo otro. Solo tenemos 94. Pedimos poder ir a un cajero cercano. No. La unica solucion es, negociar con uno de los buscavidas que hay en este area. Naturalmente, nos quiere cambiar primero,  de euros a kwachas -moneda local- y luego a dolares, porque ni siquiera en su propia divisa, aceptan el pago del visado. Cuando le pedimos que nos agilice el proceso, de euros a dolares, nos oferta uno por uno, innegociable. Hasta para tomar una pequena cocacola, tenemos que cambiarle dos dolares a kwachas.
 
       Es nuestra unica e irremediable concesion. Decidimos volvernos a Zimbabwe y los funcionarios, todavia se asombran. Comenzamos el camino de vuelta.                                                Harare
      Todo cambia (como siempre ocurre en Africa). Un coche con ranchera se detiene y nos lleva hasta el otro puesto fronterizo. Tras desesperadas explicaciones, el amable funcionario de Zimbabwe, entiende nuestra situacion y en vez de hacernos pagar otra vez el visado -30 dolares-, tacha la fecha anterior de salida.
 
      Sin siquiera hacer autoestop, entre un conductor blanco y otro negro -cayendo una inmensa tormenta-, nos devuelven a nuestra querida Kariba. La gente de este pais es maravillosa.

      De Zambia, con las Cataratas Victoria, las bonitas vistas de la presa y el trato de su administracion, ya tuvimos suficiente. Vamos rumbo a la incertidumbre o lo que es lo mismo: A Mozambique, Malawi o Sudafrica.
                                Harare
      Tras regresar a Harare e ir a la embajada de Mozambique, resulta que el visado a este pais cuesta 40 dolares y en la frontera 10. Y nos lo explican en perfecto espanol (en Moambique se habla portugues). Nuestra graduacion en Africa va a ser mas larga y sufrida de lo esperado.
 
      Aunque nos bastaria, con que se acabaran las incesantes lluvias y el asfixiante calor. Tambien los largos ratos con la mochila a cuestas. Aunque, como aqui hay tantos supermercados se va cambiando de la consigna de uno a otro, cada rato, ante la expresion sufrida del negrito, que la coge y que dice: "is very heavy".
 
      Ett'o dijo un dia: "Trabajo como un negro, para poder vivir como un blanco". Nosotros hemos trabajado durante anos, como suertudos blanquitos, para vivir ahora como negros.
                                                                                              Harare

Emociones fuertes en Kariba

            Nos sentimos entusiasmados viendo elefantes, bufalos, cebras e hipopotamos a solo 20 metros de distancia, en Kariba, en la frontera entre Zimbabwe y Zambia.
 Harare
            Hace menos de dos horas, estabamos desesperados, porque ninguno de los dos cajeros del lugar, nos daba dinero. Teniamos unicamente 35 dolares y ya solo el hotel -regateado con fuerza anoche- son 30. Asi que, nueva negociacion a la heroica, para tratar de dejarlo en 25 y guardar un billete de 10, para saciar los efectos del húmedo y
asfixiante calor.

            Asi es Africa. A ratos te sientes en la gloria, a ratos en el infierno. No hay termino medio, para el viaje mas duro y trepidante, que hicimos jamas.

            Para muestra, el dia de ayer. La estacion de buses de Harare, esta a cuatro kilometros del centro y decidimos ir andando. A cada metro, el panorama es mas desolador. Edificios de viviendas medio en ruinas, con los cristales pegados con celo o sustituidos por carton. Tenderetes sobre una lona o sabana, entre enormes y aquerosos charcos, donde ofertan faldamentos varios a un dolar, cargadores de moviles antiguos, gomas de neumaticos inservibles... Muchos vendedores y ningun comprador.

                                                                      Harare
            Nuestro bus a Kariba parte a las doce y media. Va abarrotado -con gente incluso de pie- y el techo lleno de bultos, incluidos unacama y un sofa.

            Resulta dificil dilucidar, si esta peor la carretera o los amortiguadores del vehiculo, por lo que el traqueteo es tan agitado, que casi llegas a golpearte con el techo, para luego dejar el culo caer de plano. Paradas y mas paradas. Bien, sin motivo aparente, bien por los numerosos controles policiales. Asfixia, agobio  cataratas de sudor, que se hacen insoportables, cada vez que el bus se detiene.
                                                                                Harare
            Tras nueve horas y media, en las que casi no nos dejan salir ni a orinar y en las que hay que hidratarse constantemente, gracias a los vendedores de los pueblos, llegamos al destino.

            De cien viajes como el de hoy, que hubieramos hecho, en 99 ocasiones habriamos dormido en la calle, aqui, donde hay un unico y caro hotel centrico y un lodge, ilocalizable por uno mismo y menos de noche.

            Pero, en este viaje y hasta ahora, la suerte nos acompana. Un buscavidas y al exhorbitante precio de 25 dolares, nos trata de colocar en un vehiculo, que nos lleve al alojamiento. Como no ofrecemos mas de dos y no hay negociacion posible, nos acompana el mismo andando, por calles sin iluminar, en las que hay que tirar de
linterna.

            Aun resta un duro regateo, con el dueno del alojamiento. Se cree con la sarten por el mango, pero nosotros estamos dispujestos a pasar lo noche tomando cervezas, en un cercano y animado club nocturno. Cede y acepta nuestra oferta, dejando los 40 dolares en 30.
                                Kariba
            Estamos deshidratados y preguntamos -dado que no nos dan llave de la puerta de la calle-, si podemos salir a beber algo. "No problem". Tras la revitalizante cerveza -a ritmo de "No voman donnt cry"-, que tomamos siendo el centro de atencion de los lugarenos, como otras tantas veces, regresamos al alojamiento por senderos repletos de
fauna nocturna (fundamentalmente, insectos chillones). La alambrada que protege el lodge, esta cerrada y nadie responde a nuestros "hello" desesperados (no hay timbre).

            Tras quince minutos y como fugitivos, nos decidimos a saltarla. Resultado: caida leve del uno y rasgunos en un dedo y dos sietes en la camisa para el otro. La puerta interior del edificio esta abierta y el negrito del "no problem", durmiento placidamente en el sofa. Al menos esta noche, tenemos ruidoso ventilador y mosquitera. Todo un lujo.
                                                                             Kariba
            No hemos conseguido encontrar una sola agencia, que nos organice un circuito para Mana Pools, el parque nacional de los cuatro estanques, que tantas ganas teniamos de ver. ¡Una pena!.   
                                                                                                   Kariba

jueves, 13 de enero de 2011

"No change", "No coins"

                                                                                         Gran Zimbabwe
       Vsitando el Gran Zimbabwe -las ruinas mas importantes de Africa-, un lugareno nos conto, que el pais ha cambiado mucho y para bien, despues de una alianza de partidos, entre Mugabe -el que llevo a la nacion a la ruina- y la oposicion. Dando esto por bueno, resulta casi imposible deducir, como seria el pais antes.
                                                        Bulawayo
      La mayoria de las ciudades -incluida la capital o Mutare, la tercera mas grande del pais-, no tienen iluminacion nocturna. Hay farolas, pero imagino, que un dia se dejaron de pagar las facturas y se corto el suministro. Hay que transitar y evitar los frecuentes socavones, con la luz de los faros de los coches -que deslumbran-, los rayos de las tormentas y algunos negocios particulares.
 
      Como Mugabe, no dejaba de darle a la maquina de los billetes, la divisa se devaluaba dia a dia. Decidieron entonces, adoptar el dolar -aqui estan los mas viejos y ronosos del mundo del mundo- como unica moneda. Pero, para las cifras inferiores a la unidad no introdujeron centavos americanos o sus antiguas monedas -como ocurre en Panama o Camboya-. Escogieron el rand sudafricano, bajo la equivalencia de un dolar, igual a siete rands. Os imaginais que lio en las cajas de los supermercados y mas teniendo en cuenta, que solo circularn monedas de 2, 1 rands y 50 centimos?
 
      "No coins", "No change", son las dos expresiones mas oidas aqui. Y es que el desabastecimiento de monedas es tal, que o calculas tus compras aproximandote a la unidad o te llevas de vuelta un saco de caramelos y/o boligrafos.
 Mutare
      Por las carreteras son frecuentes los controles policiales. En un viaje de cuatro horas suelen ser seis o siete y en muchos de ellos, el personal del bus entrega dinero. Unas veces, a cambio de un recibo y otras bajo cuerda. Las extorsiones, sin embargo, no afectan a los viajeros.
 
      El paro se aproxima al 70%. Asi, es frecuente ver a decenas de jovenes ocupando todos los apoyaderos y bordillos de las calles, mirando al frente, como pasa el tiempo o bebiendo jarras de chibuku -espesa, caliente y agria cerveza de maiz-, que se sirve en tanques individuales de dos litros, a 50 centavos (si no tienes monedas, te deberias tomar cuatro litros, para redondear al dolar). El pollo, por ejemplo y para hacerse una idea, cuesta cinco dolares -unos 3,75 euros- el kilo, en una carniceria.                                                                      Gran Zimbabwe 
 
      Para ir desde las cataratas Victoria a Bulawayo, optamos por el tren nocturno. Habiamos decidido hacer un dispendio y pagar los siete dolares de la segunda clase, que es mas o menos, litera. Pero al ser pareja mixta teniamos que comprar las tres del compartimento. Asi, que finalmente, adquirimos dos boletos de "economy", a cinco dolares.
                       Bulawayo
      El convoy es, el peor en el que hemos viajado en todos nuestros periplos por el mundo. Asientos de madera, que un dia debieron estar recubiertos de esponjilla y skay, a tenor de los restos que quedan. El olor al subir es nauseabundo, procedente de los desvencijados banos, consistentes en un agujero hacia la via. No tienen luz. Por lo que hay que practicar el habil arte, de conseguir orinar, mientras con una mano te iluminas con el movil y con la otra, sujetas la puerta, porque tampoco existe pestillo. De todos los vagones, solo en dos funciona una tenue bombilla. El resto del tren va a oscuras y el revisor, porta un casco como el de un minero -con luz en lo alto-, para comprobar los billetes. En una parada sube un policia, que sonrie y nos pregunta: "Are you safe". "Yes, of course", respondemos.
 
      Y es que a pesar de todo lo anterior y a que pasan cosas, como en el resto del mundo, este es un pais totalmente seguro para el viajero y ademas -junto a Ciudad del Cabo y el Okavango, en Sudafrica y Botsuana-, es uno de los pocos lugares que dispone de infraestructura turistica -algo obsoleta-, fruto de las avalanchas turisticas de cuando a Mugabe, aun no se le habian cruzado los cables Eso si: encontrarse en un hotel de 30 dolares, sin agua o sin luz, no le deberia extranar a nadie, que lleve dos dias aqui.
                                                                                              Mutare

sábado, 8 de enero de 2011

Feliz año desde las Cataratas Victoria (con Nochevieja movida)

      Siempre habia sonado, con pasar un fin de ano en el hemisferio sur, viendo a papa Noel en manga corta y disfrutando del entusiasmo local, por el inicio de una nueva singladura temporal.

      Los deseos, nunca se cumplen, como se ha imaginado. Efectivamente, vivimos nuestra primera Nochevieja en el tropico de Capricornio y probablemente, sera la mas inolvidable de todas. Pero...
 Cataratas Victoria (desde Zimbabwe) 
      El dia no empezo nada bien. A las nueve menos cuarto de la manana, desocupamos nuestra habitacion en Nata (Botsuana), para llegar a la gasolinera, que hace funciones de estacion de autobuses. Nos habian dicho, que a las nueve, partia un bus para Kasane. Nada de nada. Seis horas esperando y lo unico que llega, es un micro con una sola plaza disponible. Mientras tanto, a ratos diluvia. Casi nos llevan a la carcel, por estar bebiendo una cerveza en la calle. Afortunadamente, conseguimos templar nuestro cuerpo, con una buena racion de pollo, arroz, vegetales y alubias.
                Cataratas Victoria (desde Zimbabwe) 
      Cuando presumimos, que el fin de ano lo pasaremos en la gasolinera, aparece el que organiza los chanchullos de la estacion y por una propinilla, nos coloca en un coche particular, junto a otra chica, al mismo precio que el autobus.
 
      Conductor suicida, aunque en coche nuevo, nos pone en tres horas en Kasane. Hay cinco hoteles. Dos estan llenos, uno derruido -aunque con el luminoso encendido y vigilante de seguridad presente- y dos, de precio inasumible. Son las siete y media de la tarde y no hay casi nadie en la calle, una vez que ha cerrado el centro comercial del pueblo. Aceptamos lo evidente: Nochevieja sin hogar y con la mochila a cuestas. Nos acercamos a un bar y tomamos unas cervezas Black Label. Nos animamos, con los efluvios del alcohol y viendo como los pocos lugarenos, disfrutan rompiendo los cascos contra el suelo. A las once cierran.
 
      Caminando, encontramos una tienda de fotos peculiar. Se trata de una especie de cabana de madera.  Dentro tiene un habitaculo cerrado, a modo de negocio y accesible, una alfombra sucia en el suelo y un fondo claro, para hacer instantaneas. Ademas, un lavabo y al otro lado, la estructura de madera diafana. Pintoresco lugar.
 
      En el centro, una especie de 3+2 de mimbre, donde nos acomodamos y celebramos la llegada del nuevo ano, a ritmo de tres fuegos artificiales y una botella de vino. Rara y entranable estampa navidena.

      Dulces e inalterados suenos, hasta que a las siete y media de la manana, llega el propietario del chiringuito, dispuesto a abrir. No parece enojado, pero nos explica, que no es lugar para "acmodation"
 
      Recorremos la calle principal. Todo esta abierto, como en un dia normal y lo del happy new year, aqui suena a chino. Tras dos horas de gestiones, visados y transporte, nos encontramos de frente y ya en Zimbabwe, ante las maravillosas Cataratas Victoria.
 Victoria Falls 

El delta del Okavango

      Delta del Okavango
          A menos de 200 metros del inicio del paseo para el avistamiento de animales en el delta del Okavango, tropezamos con una enorme mierda de elefante. Segun Gowe, nuestro experto, emotivo y comunicativo guia, es de hace tres semanas. Con las manos escarba en ella, para mostrarnos como estan creciendo, una especie de champinones. Son las mismas extremidades, que luego usara -sin jabon o agua de por medio- para zamparse un bocadillo de mantequilla de cacahuete y para hacer funciones de recogida y recipiente de agua del propio rio, con el fin de saciar su sed. Y nosotros preocupados, porque al desembarcar, hemos tenido que meter los pies en el agua y caminar por el fango, poruqe no hay muelles!!. Mira, que nos lo han dicho veinte veces en Sanidad Exterior: No tocar el agua de los rios, que la esquistosomiasis, no es cosa de poca monta.
  Delta del Okavango (Botswana)
      Lo interesante de esta cara, pero imprescindible excursion, mas que ver animales, es recorrer el delta en mokoro. Se trata de una larga y estrecha embarcacion, de escaso calado -la profundidad en muchos tramos, es de centimetros-, en forma de medio tronco de arbol vaciado. El que nos transporta, va clavando en el suelo un largo remo terminado en forma de Y. Navegamos a ras del agua y el paisaje es espectacular: Enormes y omnipresentes nenufares, flores a modo de margaritas gigantes -que se abren por el dia y se cierran por la noche-; plantaciones de alargados papiros y mucha vegetacion, que casi convierte en un hilo, el espacio por donde pasan los botes.
  Delta del Okavango (Botswana)
      En la barca de detras, viaja una pareja de holandeses. Lo primero, que ella nos ha dejado claro, es que no quiere hablar de futbol. Mas a la defensiva y a lo bestia, que en la propia final del Mundial.

      En cuanto a la contemplacion de animales, hemos tenido mucha suerte, dado que es mediodia y a esas horas, suelen estar en el bosque, ocultos debido al calor: Una enorme jirafa -a menos de 25 metros-, una docena de hipopotamos, un antilope y decenas de especies de pajaros. Ademas, la cornamenta sobrante de un antilope depredado y huellas de guepardo, hipopotamo, cebra, leopardo y elefante. Todo ello, en dos horas.
 
      Lo normal es, ir a ver animales bien temprano o al atardecer, pero eso, supone pasar una noche en la jungla, resultando mucho mas costoso -unos 200 euros por persona- y con bastantes horas perdidas en el campamento, sin nada que hacer.
                                                                               Delta del Okavango
                                                                                Delta del Okavango

Feliz Navidad desde Gaborone (Botsuana)

Salvo las mas de cinco horas, en que hemos viajado en bus con aire acondicionado -toda una novedad-, hemos vivido una navidad a mas de 35 grados, en Gaborone y Francistown, las dos principales ciudades de la despoblada Botsuana.
                                                                                                        Gaborone
            Las habituales navidades blancas, llenas de frivolidad y consumismo, se han transformado aqui, en navidades negras -si nos atenemos al color de la piel de quienes nos rodean- o rojas -si miramos el de la nuestra-.

            Gaborone hoy, funciona a pleno rendimiento (dentro de que la actividad de esta capital es menor, que la de Soria, en cualquier manana apatica). Tres de sus cinco supermercados han abierto y estan abarrotados de gente, que viene a comprar lo mismo que todos los dias: Pap -pure de harina de maiz-, alguna pieza de pollo y refrescos,con los que aliviar el calor. En el bus, la gente come pollo con patatas fritas, del Hungry Lion, una de las tantas cadenas de comida rapida del sur de Africa. Nosotros aplacamos el hambre, con papas fritas de bolsa,alubias con arroz y bocadillos de salchichas. Nunca recordare lo que comimos la Navidad de 1989, 1997 o 2003. Pero,siempre permanecera en nuestra memoria, el improvisado menu de este ano.
                                   Maun
            Las tiendas de los centros comerciales se han permitido el lujo de cerrar. No asi, los destartalados puestos callejeros, cuyos gestores parece que hoy, tienen poco mas que celebrar, que seguir viviendo dia a dia.
                                     
            Anochecido ya, este extrano dia y habiendo encontrado hotel facilmente -cosa nada sencilla aqui-, tenemos nuestra explosion navidena, en un suburbio de Francistown, tomando una fresquisima cerveza, Black Label, que nos reconforta de arriba a abajo.

            Poca cosa, para los que en el invierno boreal, llevais encima decenas de botellas de champan. Pero -aparte de familia y amigos-, ese burbujeante placer es, lo unico que echamos de menos de vuestra -que ya no nuestra- Navidad. Merry Christmas!!.
                                                  Mokoros, embarcaciones que navegan por el delta del Okavango

Las ciudades no ciudad

                                           Stellenbosch
Asi las llamamos -tambien ciudades falsas- y las descubrimos por primera vez, en el sudeste asiatico. No las habiamos visto tampoco en Hispanoamerica. Pero, aqui en Africa, ya llevamos unas cuantas (y las que nos deben quedar).

             Normalmente, se hallan en el entorno de los 100.000 a los 300.000 habitantes (datos obtenidos de nuestra guia). Cuando a uno le aventuran esas cifras, piensa en una ciudad tipo medio, como por ejemplo Valladolid, dotada de todos los servicios, instituciones de gestion y gobierno y barrios diferenciados.

            Nada de esto ocurre -y de otras muchas cosas- en las ciudades no ciudad, a pesar de su teorica poblacion similar. Se vertebran en torno a nucleos urbanos de una sola planta, disenados a lo ancho y no a lo alto. El centro -con casa consistorial o no-, lo ocupan numerosos edificios cubicos o rectangulares, de escaso gusto, agrupados por manzanas. Resulta incierto, si han sido levantados ayer o hace veinte anos. Albergan grandes centros comerciales, tiendas de casi todo o sirven de naves de almacenamiento. La competicion no consiste en saber quien oferta el mejor genero o precio, sino quien es capaz de poner la musica mas alta y al locutor mas dicharachero y guay.Y asi -de forma desesperante- una manzana tras otra.
 Simonstown
            Por supuesto -a diferencia del sudeste asiatico- no hay hoteles y milagrosamente, se localiza una guesthouse. Tampoco aparecen edificios administrativos. Donde estan?. Ah, ni idea!!. Al igual que las viviendas de la gente, pues muchas veces, tras este complejo urbanistico, solo se encuentran las afueras. En otras ocasiones, sin embargo, si es posible ver, algun barrio de pequenas casas o pisos. Viviran aqui los 300.000?. Lo haran por turnos?. Lo haran en las alcantarillas?.
                                                          Kimberley
            Al amanecesr, estas ciudades aparecen limpias y saludables, mientras al anochecer, se encuentran guarrisimas, malolientes y destartaladas. A ello contribuyen eficazmente, los puestos callejeros de quita y pon. En ambos momentos se muestran despobladas. Pero, durante el dia no. Todos los centros comerciales -hasta cuatro, del tamano de una gran superficie, para 55.000 habitantes que tiene Mafikeng- vibran abarrotados y las calles se apelotonan de ciudadanos, que no deben necesitar de morada o burocracia adeministrativa, que asiente sus vidas. Nunca -ni siquiera con Juan Tamariz-, vi aparecer y desaparecer -en este caso gente- con tanta discreccion y arte y sin causar molestias.

            A mediodia, siempre estaran puntuales a la cita, con su enorme racion de pap (gachas de harina de maiz) y con su minuscula tajada de pollo.