Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 30 de mayo de 2025

Adiós a los abonos recurrentes gratuitos. Pero, nos queda esperanza (parte II)

           Cuando comenzaron los abonos gratuitos recurrentes, los de Cercanías tuvieron bastante éxito, porque la gente los usaba para ir a trabajar o estudiar. Más discretos fueron los resultados de los de Media Distancia. Durante los primeros meses -incluso, un año-, los convoyes viajaban casi vacíos. No era problema, por ejemplo, reservar un viernes para el siguiente domingo.

          Hoy en día y desde hace un tiempo, los Media Distancia van abarrotados y es conveniente reservar con más de diez días, los fines de semana. Quienes más utilizan este transporte son jóvenes e inmigrantes -básicamente, latinos y marroquíes -colectivos, que sin duda, están formados por bastantes personas vulnerables. Se les va a hacer bastante daño. 

          Lo más normal, a partir de julio es, que los Media Distancia vuelvan a circular semivacíos, porque el autobús es más rápido y barato y algunos trenes de Ouigo y de la propia RENFE, cuestan y tardan una tercera parte.

          ¿De mantener solo un abono, cual de los dos sería mejor? Resulta una cuestión muy compleja, porque se mezclan varios intereses. Por nuestro beneficio mantendríamos el de Media Distancia, pero reconocemos, que sería más justo privilegiar Cercanías, que da servicio a trabajadores y estudiantes y no a turistas u ociosos. Como tercera pata estaría el interés del estado, que preferiría favorecer la gratuidad de Media Distancia, porque esos trenes no son rentables, mientras los de proximidad, sí.

          Por otra parte, parece ilógico, que un gobierno social, como el español retire esas medidas de emergencia y la Junta de Castilla y León, gobernada por la derecha, haya tomado la decisión de ofrecer todos sus autobuses gratis y de manera indefinida. Y son muchísimas líneas, a los puntos más dispares y recónditos de la comunidad.

          El retiro de los abonos va a ser impopular para los votantes de izquierda y no están el PSOE y SUMAR, para ir dilapidando votos.

          A pesar de todo lo expuesto anteriormente, nlo creemos, que el gobierno se vaya a echar atrás el próximo julio. Pero al menos esperamos, que se lo repiensen de cara al año que viene o cuando se vislumbre cerca la convocatoria de elecciones, de aquí a dos años. Eso, si no se adelantan, cosa, que no resulta improbable.

          Para unos presupuestos generales estatales, subvencionar el transporte 🚈 público es el chocolate del loro y además de fomentar una forma de viajar más sostenible, se beneficia a los mas desfavorecidos y vulnerables.

Adiós a los abonos recurrentes gratuitos. Pero, nos queda esperanza (parte I)

           Como ya se ha dicho más abajo, apenas resta un mes para la caducidad de los abonos gratuitos de Cercanías y Media Distancia. Arrancaron el 1 de septiembre de 2022 y en un principio, eran solo para cuatro meses , con el fin de paliar la por entonces elevada inflación, que empobrecía a la ciudadanía. Posteriormente, se fueron renovando por dos años y medio más.

          Nosotros, los hemos utilizado  desde el principio entre Valladolid y Madrid todos los cuatrimestres y un par de ellos para Santander y Asturias.

          A priori creíamos, que en cuatro meses nos íbamos a aburrir de tanto ir a Madrid y ahora, después de casi tres años pensamos, que podríamos estar otros diez, yendo todos los fines de semana y no nos cansaríamos. En este periodo hemos llevado a cabo unos 250 viajes de ida y vuelta entre la ciudad del Pisuerga y la capital de España.

          Como creíamos conocer bien Madrid, de visitas anteriores y de haber vivido allí, durante más de tres lustros, el primer cuatrimestre lo usamos para viajar por la Comunidad de Madrid, visitando numerosos lugares -Cercedilla, Cotos, El Escorial, Alcalá de Henares, Aranjuez...- y para bastantes actividades navideñas por toda la región.

          En ese tiempo nos dimos cuenta, de que la capital había cambiado mucho. Para bien, en cuanto a vida cultural, pero para mal, en posibilidades de vivir dignamente, en estilo de vida y en tolerancia.

          Fue entonces, cuando redescubrimos la capital con lugares como, Fundación CaixaBank, el Reina Sofía, la Serrería Belga, las dos sedes de Fundación Canal, la Casa Encendida, la Casa de México, el Thyssen, la Fundación Telefónica, el Palacio de Correos...Unas veces dormimos en hoteles -carísimos durante el fin de semana -, pero otras tantas pernoctamos en Barajas, ahora, que el tema está tan de moda.

          Por supuesto, el bono gratuito nos sirvió para llegar gratis hasta este aeropuerto y realizar decenas de viajes por el mundo o España: tres periplos largos, otros tantos "interair", ocho a Marruecos, varios sueltos por el viejo continente, vacaciones...

          Cuando mi pareja cumplió sus tres años de contrato de fin de obra y se fue al paro, fuimos más libres, pudiendo viajar en las jornadas de diario, muchas veces, yendo y viniendo en el día. Entonces, se nos desató la fiebre Samplia, esa aplicación -ahora, de capa caida-, que ofrece degustaciones, regalos, vales... gratuitos, en bastantes lugares de Madrid y provincia (también en Barcelona, aunque muchos menos).

          Parecerá absurdo, pero también hemos utilizado el abono para comprar cosas en centros comerciales (incluso hacer la compra de la semana). Y es, que por ejemplo, el Carrefour de Aluche nos pilla en Cercanías más a mano -diez minutos desde Atocha- que cualquiera de los de Valladolid.

          Y por último, hemos usado muy frecuentemente los abonos para las fiestas patronales, conciertos y eventos varios, como, por ejemplo, la celebración del Orgullo.

          En la segunda parte de este post, vamos a hacer un poco de historia y a exponer las razones contundentes, por las que pensamos, que estos abonos deberían seguir indefinidamente. Existen motivos para tener esperanza.

jueves, 29 de mayo de 2025

Mayo y junio en los Madriles

           Falta poco más de un mes, para que concluya la gratuidad de los bonos recurrentes de Media Distancia y Cercanías, después de casi tres años en funcionamiento. Que este transporte vuelva a ser de pago va a ser una contrariedad para nosotros y va a modificar por completo la relación, que hemos tenido con Madrid, durante este trienio. Va a costar, pero hemos tenido tiempo para asumirlo.

          Mientras tanto, a seguir utilizándolos, porque se avecina un junio muy festivo y no estamos dispuestos a perdernos casi nada. Los findes del 1 y del 8, viviremos las fiestas de Aluche (el primero, haremos una incursión en las de Hortaleza). El del 15, tocarían las de San Antonio de la Florida. El del 22, previsiblemente, las de Usera y el del 29, las de Retiro.¡Nos vamos a divertir y a trasnochar!.

          Al margen de acudir a las fiestas del Ensanche de Vallecas, los otros tres fines de semana de mayo, también los pasaremos en los Madriles.

          El primero, nos dedicamos a las exposiciones del Palacio de Correos, en Cibeles. Siempre encuentras allí algo interesante. En esta ocasión, el eje central fue la muestra del llamado Arquitecto de Madrid, Antonio Palacios. Fueron cerca de cien en los edificios en los que intervino. Unos siguen vivos, otros han desaparecido y unos cuantos proyectos, que no se llevaron a cabo. Entre ellos, una gigantesca pasarela elevada, que comunicaría el centro de la capital con la Casa de Campo. Está eminencia también participó activamente en la construcción de la primera linea del Metro de Madrid. 

          También, asistimos a otras dos interesantes manifestaciones culturales: Origen, de Mar Solís y Trópico sin Tópico. 

          El segundo fin de semana, coincidió con las Fiestas de San Isidro, que en nuestra opinión han sido las más flojas de los últimos años. Mucho premio a los amiguitos del alcalde y un pregón anclado en la ultraderecha fascista. Ni siquiera estuvieron bien los conciertos de Radio 3, en "Las Vistillas", único evento, al que asistimos. Tocaron Mariagrep, Cryymm y Paco Pecado

          Coincidiendo con el fin de semana  del día internacional de los museos, nos acercamos a la casa de  Lope de Vega, en lo que es  uno de los imprescindibles de la capital de España. Contamos está vez si, con un guia excepcional, Santiago, que nos dejó boquiabiertos con los amoríos e historias de la carne del prolijo escritor, sus tragedias estremecedora, su potencial económico y las amistades y enemistades con otros escritores de la época.

          Como el año pasado en la misma fecha, nos pasamos por el Thyssen y disfrutamos a lo grande con el monográfico de Proust y las Artes, la colección privada de la Baronesa y la de Tarik Atoni - At Tarik. 

          Y pusimos punto y final en el curioso Museo del Traje, que se encuentra algo alejado, en Moncloa. Un recorrido muy exhaustivo por la historia de la vestimenta (sobre todo, la femenina).

miércoles, 28 de mayo de 2025

En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte III)

           En Atocha, tomamos la C8 dirección Guadalajara y nos apeamos en la estación de Santa Eugenia. Desde ahí, hay casi dos kilómetros hasta el parque de Lola Camarena, donde se celebrarán la mayor parte de las fiestas del Ensanche de Vallecas.

          La zona es relativamente agradable, porque dispone de anchas avenidas con amplias aceras y frecuentes zonas verdes. Las edificaciones no tienen nada, que ver con las de otros barrios más deprimidos -y deprimentes- de la capital.

          Cuando llevamos hecha la mitad de camino nos entra modorra y decidimos tumbarnos a dormir la siesta, sobre la hierba del parque de Santa Eugenia. El calor aprieta más, que ayer y se prevé una noche más benigna, que la anterior.

          Tras dos horas de reposo, retomamos la actividad y nos acercamos hasta el centro comercial La Gavia, que no pilla muy lejos, con el fin de llevar a cabo algunas compras. La multitud hace intransitables  los pasillos, aunque las numerosas tiendas no tienen demasiado público. Triunfan, como siempre, la comida y la bebida en sus diversas versiones.

          A las siete, por fin, llegamos al parque Lola Camarena, que es bastante agradable. Dentro de un estanque, han montado un escenario bastante cutre -se ve a la legua, que andan justos de presupuesto-, pero la primera sorpresa es impactante: han montado un evento denominado "concierto de combos", organizado por una escuela de música del barrio llamada Rochanrolla donde se da clase a los niños y se ensayan temas de este género musical rockero.

          Durante dos horas disfrutamos, como enanos de muy buenos temas muy bien tocados. La denominación combo se refiere, a que en todo momento se mezclan adultos y niños en el escenario.

          Anochece y desde luego, hoy hace mucho mejor, que en la jornada precedente. Además, no corre aire. Ahora llega el turno de la banda Echega. Son padres y madres de niños del colegio Echegaray y que se defienden muy bien con los instrumentos y la entonación de las voces. Tocan música de varias épocas y tienen bastante desparpajo.

          Tras una hora, llega la actuación estelar de Radio Clash, grupo tributo de la mítica banda británica, que estuvo activa entre mediados de los setenta y los ochenta.

          Durante toda la tarde la presentadora no se ha cansado de promover la venta de bebidas y bocadillos, para financiar los distintos actos. Nos vamos encantados, siendo conscientes, de como se pueden hacer unas fiestas colosales con cuatro perras.

          Es hora de volver al centro, del que nos separan casi diez kilómetros. El metro está a punto de cerrar y Cercanías lo ha hecho hace rato, así que tiramos de Google Maps y a caminar.

          La experiencia va a resultar bastante desagradable y tan solo es aliviada por los seguidores del Rayo, que se han clasificado para competición europea y lo están celebrando. Debemos atravesar Vallecas entero de noche, cruzando más de cien calles y esquivando obras y vallas constantes, muchas de ellas, en zonas de escasa iluminación. Nos da la sensación de estar en el Bagdad de los peores tiempos de la Guerra del Golfo y por aquí descuida, no circula un solo coche policial.

          Teníamos billete de vuelta a Valladolid  para las seis y media de la tarde del domingo, pero nos fallan las fuerzas y no podemos más, así, que los anulamos y compramos otros para las nueve de la mañana 

          Si no hubiéramos puesto el despertador, habríamos acabado en San Sebastián, destino final del convoy.

martes, 27 de mayo de 2025

En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte II)

           El aire frío no cesa y la temperatura sigue bajando, por lo que entramos a otro céntrico garito a tomar algo. A las 3 nos sentamos un rato en Sol y se produce nuestro segundo encuentro con la policía. Debemos irnos de aquí, porque se aproxima el camión de regadío. Y poco a poco, van molestando y echando a todos los que estamos en la zona. Nunca antes habíamos visto, que empapar las calles requiriera de escolta policial.

          Nos acomodamos en un banco en Carretas. Por orden descendente, lo que más contemplamos son coches de policía a toda pastilla, repartidores de comida a domicilio en bicicleta o patinete, camiones de basura y guiris bastante perjudicados.

        Queremos hacer una reflexión sobre el reparto nocturno de comida a domicilio, que llevan a cabo -normalmente-, gente muy joven,  que comete todo tipo de imprudencias -a veces, varias a la vez-, lleva escasas o nulas señales luminosas y no respetan los límites de velocidad, en su objetivo de asumir, el mayor número de pedidos. Sabemos, que solo quieren ganarse la vida y además con esfuerzo y condiciones  muy precarias, pero se ponen y nos ponen en alto riesgo. Hoy en día, el mayor peligro de la noche madrileña son estos trabajadores temerarios e inconscientes.

          Y desde luego, también deberían hacérselo mirar, los que piden pizzas o hamburguesas a las cuatro o las cinco de la madrugada. ¿No tienen nada en casa para llevarse a la boca? ¿Es tan grande y urgente su antojo para no tener piedad con estos repartidores semi esclavos? ¡Lo que nos quedará por ver en el panorama laboral!.

          Volvemos a sentir frío, así, que sobre las tres y media nos acercamos al Carrefour de Lavapiés, que abre las 24 horas. El personal de limpieza abarrota la sección de bollería dulce y salada y otros alimentos preparados. El resto de los escasos clientes tiran a peculiares (dejémoslo ahí). No compramos nada, pero pasamos un buen rato calentándonos y contemplando las estanterías.

          A las cuatro y cuarto retornamos a Sol y nos cobijamos en la parte baja de la escalera de una de las bocas del metro. A nuestros pies, una persona duerme y ronca. Por su aspecto y por la ausencia de objetos personales visibles, no parece un mendigo. Da más la sensación, de que ha agarrado una buena borrachera y no ha sabido seguir su camino.

          A las cinco menos cinco, abre la estación de Cercanías de Sol 😎. Usaremos los trenes para dormir unas horas. Tomamos la C3, que nos lleva a Aranjuez y sin bajarnos, regresamos, para descender, en Atocha. Ahora, optamos por la C8, que es mas larga y nos lleva hasta Guadalajara y rumbo inverso, a Cercedilla. Cuando despertamos, sobre las 11,30 de la mañana, estamos en Recoletos, lugar idóneo para el retorno a la vida activa.

        Compramos comida en un Mercadona y tras un larguísimo paseo por el abarrotado centro - desde hace tiempo, Madrid es insoportable, durante los fines de semana-, nos zampamos 600 gramos de helado de mango en el Lidl de Ronda de Valencia.

          A ver, si salen bien nuestros planes para la tarde, que consisten en acercarnos al Ensanche de Vallecas, barrio, que celebra sus fiestas este fin de semana.

lunes, 26 de mayo de 2025

En la noche madrileña del fin de semana, nunca te aburres (parte I)

           Se preveía un fin de semana fabuloso, trepidante, intenso y emocionante. Definitivamente, fue eso, aunque no del todo el primer concepto expuesto, que lo dejaremos solo en "fabu".

          Son las tres de la tarde del viernes 23, hora en la que recojo a mi pareja en la puerta del ayuntamiento, donde ha trabajado , durante toda la mañana. Tomamos el Media Distancia, a Madrid, donde arribamos antes de las siete de la tarde.

          Nuestro objetivo inmediato es tomar la C1, en Príncipe Pío y bajarnos en Atocha. Justo al lado, en el Reina Sofía, se está celebrando desde las siete de la mañana, el macro festival de Radio 3 por el Día Internacional de los Museos. Queremos apurar las dos últimas horas, viendo algunas bandas, fundamentalmente, del género indie. Ya estuvimos el año pasado y resultó fantástico, porque al no trabajar, pudimos acudir desde primera hora y entrar y salir varias veces a lo largo de todo el día.

          Llega la primera frustración de la tarde: hay muchísima gente dentro y una cola de más de 500 personas, que avanza muy lentamente, debido al registro minucioso de bultos en la entrada. Decidimos abandonar el plan, porque cuando pudiéramos acceder, todo habría terminado.   

          Llevamos a cabo unas compras para pasar la noche y nos encaminamos a los Jardines de Sabatini, junto al Palacio Real, donde se va a celebrar la segunda parte del evento, con varios DJ'S. Nos extraña un montón, que se haga allí, porque ese parque lleva en aparatosas obras desde hace muchos meses.

          De la frustración pasamos al descoloque y al surrealismo. Allí no hay nadie, ni nada, que no sean los típicos y abundantes guiris, que a todas horas deambulan por esta transitada zona. Volvemos a consultar el programa y efectivamente, estamos en el sitio correcto. Aún hoy, desconocemos si se canceló o se celebró en otra parte.

          Nos recomponemos. Es imposible aburrirse, si caminas los fines de semana por la noche madrileña.

          Nos dirigimos a la Plaza del 2 de Mayo, en Malasaña, que está abarrotada. Tomamos algo allí y tras cruzar el emblemático barrio, hacemos un receso en un pequeño parque, que se ubica entre las calles Barceló y Fuencarral. Enfrente, un grupo de chic@s hacen botellón mientras hablan de sus estudios en la universidad y de algunos temas de actualidad política. De repente, aparecen de la nada dos mujeres policías. A tres chicas, les da tiempo a huir. A los cuatro o cinco restantes, les piden el carnet y comienzan a redactar la denuncia en una libreta. Una de las chicas había dicho, que tenía una propina de 50€ semanales. Pues bien: ¡se puede quedar un año sin gastos!, en el peor de los casos, porque el consumo de alcohol  en la vía pública está castigado con multas de entre 150 y 600 euros, según Google.

          Antes de que algo nos pudiera salpicar, huimos del lugar, raudos y en silencio. Nosotros, también estábamos tomando alcohol, pero como somos perros viejos, lo bebiamos en una botella de kéfir, cuya etiqueta envuelve todo el envase. Por experiencia decir, que si  la policía viene andando, ya sabe, que hay alguien incumpliendo la norma, porque la han llamado los vecinos.

          Empieza a refrescar. No hemos traído demasiada ropa de abrigo. Tomamos algo en un garito cercano y nos dirigimos a Gran Vía. Desde una ventana lanzan agua y varios peatones acabamos empapados. 

          Ni corta, ni perezosa, una trabajadora del Starbucks vacía el cubo de fregar en plena acera, sin molestarse en llegar a la alcantarilla. Solo le ha faltado hacerlo a medieval grito de, ¡Agua va!.

          Ya hemos traspasado la medianoche y comienzan a circular los primeros búhos por la calle Princesa. A la entrada de la discoteca Fitz se ha formado una inmensa cola, ansiosa por entrar. A pesar de la temperatura y del frío aire, la mayoría de la fila está formada por chicas en tirantes, con minifalda o pantalón corto. Los Bolt y los Uber van a reventar, mientras, la mayoría de taxis llevan luz verde.

Radio 📻 Clash en las fiestas del Ensanche de Vallecas, en Madrid


 

Radio Clash en el Ensanche de Vallecas


 

Banda Echega, en las fiestas del Ensanche de Vallecas


 

miércoles, 21 de mayo de 2025

El gran puzzle

           Nos encontramos casi a mitad de 2025. El 18 de marzo pasado supuso un cambio en nuestras vidas y en nuestra forma de viajar, al regresar mi pareja al mercado laboral y el próximo 30 de junio otra modificación nos limitará, dado que desaparecerán los abonos recurrentes gratuitos de Media Distancia, que llevamos disfrutando casi tres años y se reconvertirá mucho nuestra vida, casi partida desde 2022, entre Valladolid y Madrid.

          Desde nuestro punto de vista, nuestro querido gobierno se equivoca, volviendo a cobrar por estos trenes, que antes circulaban vacíos y que volverán a estarlo, dado que existen opciones de Alta Velocidad y autobuses, mucho más rápidas y baratas. Otra cosa es el asunto de los Cercanías, que admite mucho más debate.

          En cualquier caso, nos encontramos en la larga y expectante antesala de nuestro duodécimo viaje largo. Si todo sale bien, este tendrá su inicio entre mediados de 2026 y el inicio de 2027 y se articulará a través de una excedencia de un año.

          A este proyecto le hemos denominado "el gran puzzle" y será el periplo más ambicioso -esperamos, que no el último -, que hayamos llevado el cabo en nuestras ya dilatadas vidas.

          Se trataría de armar un viaje, tratando de no repetir destinos ya desgastados e incorporar aquellos, que por diversas razones, se nos han ido resistiendo, a lo largo de décadas. A saber: Bielorrusia, Mongolia, Irán, Arabia Saudí, Yemen, Tíbet, Bután, Nueva Guinea Papúa, diversas islas del Pacífico, Isla de Pascua e interior  de Brasil y Bolivia, Venezuela e Islandia, estando abiertos a otros destinos.

          Sabemos, que esto es dificilísimo y ahí está nuestro reto, disponiendo de un presupuesto de unos cincuenta mil euros, que podría elevarse, llegado el caso, al doble.

          Pero, aún estamos en 2025, año, que empezó, con un magnífico viaje a Daklha y Lanzarote, en enero. Al mes siguiente, arribamos a Lisboa y Evora. En marzo, llevamos a cabo breves escapadas por las provincias de Alicante y de Madrid. Este último destino lo repetimos en Semana Santa. Y poco después, nos fuimos ocho días al Algarve, con apagón incluido.

          Y, ¿qué nos queda?

          - Posible interair de unos diez días en julio, visitando varias ciudades de Francia y Alemania, países, donde todavía nos queda mucho por ver.

          - Madeira, Azores o Calabria, en octubre o noviembre, durante unos siete días.

          - Y por último y juntando vacaciones y festivos, en diciembre, probablemente, norte de Argentina, con las mayores posibilidades, aunque podríamos volver a Japón, desenterrar el fallido viaje al esta de Estados Unidos y Canadá debido al déspota secuestro pandemico o llevar a cabo una ruta por el norte de Brasil y Venezuela, sin pisar Caracas.