Si todo sale conforme a lo planeado, este será el último post antes de partir para China, con el invierno acorralándonos, aquí y allí. De momento, no estamos muy contentos con Air France, que nos manda más mensajes intimidatorios, que resolutivos. Qué si para volar a Paris -Unión Europea, pura y dura-, necesitamos no se que documento. Qué si ahora, "el ready to fly", un mensaje en inglés -ni siquiera en francés-, en el que te invitan a rellenar muchos campos -algunos imposibles y en color gris- para supuestamente, agilizar unos trámites, que resuelves en un mostrador en dos minutos con una persona física, por incompetente que sea.
Y luego , solo puedes llevar a cabo el check in online con treinta horas de antelación. Está muy bien, que Ryanair juegue esas bazas porque así viajas casi gratis, pero resulta indecente, qué una compañía de bandera -asi se llamaban antes-, utilice esas tretas, cuando por cada maleta -nosotros ninguna, evidentemente -, te cobran la friolera de 179 €.
A nosotros, nos ha pasado de todo en los últimos años en Barajas y aunque somos robustos, creedme, que no vamos preparados para todo. ¡Chulitos, lo justo!
En fin, os animo a viajar, a pesar de las diferentes penurias, que por ADN, tenemos todos.
Veréis: hoy, que todo me da igual, menos que llegue mañana y nos larguemos de una vez, os quiere contar las cuatro limitaciones importantes y absurdas, que han condicionado mi vida y que he superado o estoy en camino.
- Miedo a volar, que me entró en el 2000 y superé seis años después, por mi mismo y sin ayuda alguna. ¡Seis años perdidos, dependiendo de autobuses y trenes y ahora, me parece una gilipollez, pero entonces...
- Pánico, a no poder seguir respirando, vamos que me fiaba de todo el mundo menos de mi funcional hipotálamo, que controla sin estrés esas cosas.
- Miedo a atragantarme y morir ahogado/asfixiado. Ese pánico constante está por superar porque encima, mi dentadura me da razones constatables para ese temor.
- Dificultades palpables para el enfoque visual, cuando me pongo nervioso. Es mi última pelea y mi pareja y yo tratamos de lidiar con ella, pero no es fácil en una personalidad absolutamente obsesiva, como la mía. ¿Oculista o inteligencia artificial?. Está última aclara, que lo que me pasa es normal y que cuanto más inseguro sea, mi vida será más borrosa.
En fin, que no me rindo y mañana, si puede ser -con permiso de Air France y los hijos de puta de Barajas-, nos van a China.
No hay comentarios:
Publicar un comentario