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miércoles, 23 de agosto de 2023

Con el jersey puesto casi todo el día, a mediados de agosto

           Tanta actividad y diversión, durante las fiestas agosteras madrileñas, que casi nos habíamos olvidado, que entre medias de San Cayetano y La Paloma, estuvimos desde la tarde del viernes 11, hasta el domingo 13, en Noja. Conocemos muy bien Cantabria, sobre todo, su parte oriental, pero este era uno de los pocos lugares, que desde muy pequeños, no habíamos visitado.

          Hablaremos de forma generosa de cómo nos fue por allí y de que hacer por esa zona, pero será a lo largo del próximo artículo. Antes, nos queremos detener, en dar unas pocas pistas sobre el clima veraniego en las costas de Cantabria, porque hay mucha más confusión y desconocimiento, del que pudiera parecer.

         Hay gente, que dice y piensa: "Yo no voy al norte de España en verano, porque hace malo y llueve". Por lluvia, creo, que entendemos todos lo mismo. En cuanto a hacer bueno o malo, la cosa ya admite muchos matices. Por otra parte, todo el norte no es igual. No es lo mismo, las rías altas, que las bajas o Santander, donde es muy raro, que se lleguen a los treinta grados, que Bilbao, donde no resulta difícil alcanzar los cuarenta. Pero, como se ha dicho y para simplificar, hoy nos vamos a centrar en las costas cántabras (el interior es diferente)

          Como dato empirico: el verano pasado fuimos seis veces a la zona y no llovió ninguna. Este ejercicio llevamos cuatro y ha caído agua en todas las ocasiones. Nos acercaremos el próximo finde y a estas alturas, también dan precipitaciones. Así, que la afirmación, "siempre llueve", no es válida.

          Así de entrada resulta difícil, que personas de Andalucía o de Castilla -regiones donde las máximas y las mínimas oscilan en más de veinte grados, durante muchos días veraniegos-, logren entender el clima de las costas cántabras. En Sevilla o Madrid es muy sencillo : asfixia por el día y fresquito ,-cuando toca- por la noche.

          Pero, en Santander, Noja o Suances, el termómetro no suele oscilar más allá de los tres o cuatro grados a lo largo de la jornada -a veces, ni eso-, por lo que en cuanto a la temperatura, es casi la misma todo el día, pudiendo llevar jersey a las cuatro de la tarde y estar en manga corta a las tres de la madrugada. Y eso, ¿por qué ocurre?

          -Por la incidencia del sol. Con idéntica temperatura, un día soleado o nublado, son dos cosas realmente distintas, que pueden llevarte a estar abrigado y perezoso o a retozar sobre la arena y saltar encima de las olas. El sol en el norte es mucho más determinante, que en otras partes.

          -La humedad. En el norte varía, entre alta y altísima. 32 grados sin humedad pueden resultar más agradables, que 22 con un alto porcentaje de ella. Eso también, lo saben bien en el Mediterráneo.

         -El viento. Fresco o algo más cálido, en la zona es muy cambiante, durante todo el día, sin depender de la claridad o la oscuridad.

          -La altitud. Parece de Perogrullo. Pero resulta, que por ejemplo en Santander y sin salir de la misma ciudad, la sensación térmica entre la playa y el barrio, al que se accede en funicular, puede  variar más de cinco grados.

          -Evidentemente y por razones obvias, la lluvia.

          Cada factor, por separado, tiene su influencia, así que imaginad, lo que ocurre, cuando actúan todos juntos. Hace bueno o hace malo en este área de España y por tanto, es una cosa muy subjetiva y en la mayoría de las veces, imprevisible en el muy corto plazo 

          El caso es, que el fin de semana del 11 al 13 de agosto y mientras en la mayoría de la península y las islas os achicharrabais, en Noja, se dormía tapado con mantita, con las ventanas cerradas y por la calle, se paseaba con la rebequita puesta ( o algo más lanoso). Hay opiniones para todo, pero para nosotros, esto es un lujo impagable.

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