Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

lunes, 7 de marzo de 2011

El calor asfixiante y los pelmas hicieron, que Zanzíbar no cumpliera nuestras elevadas expectativas

Dar es Salaam
Dar es Salaam es caotica, polvorienta -algunas calles del centro estan sin asfaltar-, llena de cacharros de todo tipo, que no dejan de moverse y de puestos en el suelo, que venden todo lo inimiginable, que a uno nunca se le ocurriria comprar. Paradojas de la ironia, el significado del nombre de esta ciudad en arabe, es "remanso de paz".

            A pesar de lo anterior, nosotros le hemos cogido carino. Un buen hotel -con aire acondicionado, imprescindible aqui-, a ocho euros la noche, un ciber que funciona y san Soprite para comer, tienen la culpa de ello. Tambien, los puestos de calamares y pulpo a la plancha y de pescaditos fritos, que moran junto al puerto o los bares cercanos a la estacion de autobuses, donde llegamos la primera noche y que destilan un ambiente muy animado y caluroso.

            Si, tres cosas me quedaran en la mente de Dar, son los vendedores ambulantes haciendo chocar entre ellas las monedas de 20 shillings, el ruido y la imagen de los generadores de electricidad, que hay por todas partes -la luz va y viene, a su libre albedrio- y los dispensadores de te, con teteras apoyadas sobre brasas incandescentes, como si el fuego que saliera del suelo -estamos a mas de 35 grados y con humedad-, no fuera suficiente.
                                                            Zanzibar
            Tras unos dias aqui, nos fuimos para Zanzibar, donde no hay forma de librarse de pagar tres veces mas, que lo que abonan los lugarenos, por el billete de ferry. El viaje tuvo poco de idilico: barco abarrotado y antes de partir y al encender los motores, erupcion de la chimenea, lanzando sobre el pasaje montones de hollin, que tineron nuestros cuerpos y ropa. A la vuelta nos enteramos, que por el importe pagado, podiamos haber viajado en clase VIP (una estancia con ligero aire acondicionado y donde no hay cuatro personas tiradas, por cada metro cuadrado.

            Zanzibar es bello, pero no colmo nuestras espectativas. Parte de la culpa, la tuvo el asfixiante calor y los numerosos pelmas, que te dan la lata, bien para vender, bien para entretener su desocupado tiempo. Dispone de un casco historico interesante, aunque algo descuidado y buenas playas, donde me pico un bicho, causandome una erupcion en el pecho.

                                                                     Zanzibar
            Hay decenas de turistas, pero paradojicamente, es complicado tomarse una cerveza fuera de los caros hoteles o comer, a precios no extratosfericos, si no hace en los puestos donde almuerzan los lugarenos -deliciosas patatas fritas, con ensalada por encima y pinchitos de carne-.
                             Zanzibar
            Eso si. No parece, que te encuentres en Africa subsahariana: hay alcantarillas, relativa limpieza y no es necesario esquivar a cada rato, fosos y zanjas. El ambiente es absolutamente musulman y a pesar de haber viajado mucho, aun nos choca ver bajo el hijab, piel negra como el carbon.

            Por hacer amistad -al estar enredando, como casi siempre-, conocimos a uno de los vigilantes de la casa del presidente, de este territorio autonomo de Tanzania. Con pistola en mano, le reimos todas y cada una de las gracias, que nos fue haciendo, hasta que nos dejo marchar. En esta zona del planeta, un "no english, no english" a tiempo, te salva de muchas molestias, a pesar de que no se lo acaben de creer.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Otra vez, salvados in extremis

                                                        Kyela
Viajamos por Tanzania, sin guia, mapa o plano. Nada de ello hemos podido conseguir a lo largo de los 9 paises, que llevamos recorridos en Africa. Previsiblemente, igual ocurrira en Kenia. Aunque al menos, en Dar es Salaam, internet se muestra opertativo, siempre y cuando no este cortada la luz, que es muy frecuentemente.
                                 Kyela
            Con tanta imprevision, nos embarcamos en un viaje, que nunca debimos hacer de un tiron, entre Kiela y Dar es Salaam, distantes entre si, 1000 kilometros. Para colmo, nos enganaron. Cierto es, que el bus salio a las cinco y media de la manana, pero no llegaba a las seis de la tarde, como no dijeron, sino a las diez y media.

            El detalle era importante, porque ademas de tener que aguantar cuatro horas y media mas, de las doce y media previstas, nos supuso llegar por primera vez de noche, a una gran ciudad africana, sin siquiera saber donde ir.

            Aunque el autobus no era muy incomodo, el viaje resulto una tortura, solo aliviada, por la contemplacion esporadica de elefantes, cebras o jirafas, junto a la carretera. Lo demas, paisaje aburrido, nucleos poblacionales dispersos, asidos a su pozo de agua y miles y miles de tumulos -elevaciones de la carretera-, que el conductor salta a toda velocidad, con los consiguientes botes y caidas.
                                                                                                            Dar es Salaam
            Una sola parada para orinar, en 17 horas de viaje, en la que aprovechamos para comprar pollo con patatas fritas. Menos mal, que como el vehiculo va bien cerradito -como siempre-, se suda y se suda (los blanco, claro).

            Nuestra suerte podria haber sido peor, si nos hubieros visto involucrados, en un accidente entre un camion y un autobus, que han salido muy malparados y que provoca un enorme atasco en ambas direcciones, que aun demora mas nuestra llegada.

            Finalmente y sin creerlo, desembarcamos del bus ante el peor de los ecenarios posibles: no hay estacion. Nos hallamos en un enorme garaje sin techo, apenas iluminado y con decenas de inquietos taxistas y buscavidas, pensando en nuestro dinero. Nos movemos con firmeza, aunque con cierto temor, tratando de esquivar en la inmensidad de la noche, las numerosas zanjas y fosos, tan habituales en este continente.
                       Dar es Salaam
            Las unicas luces que nos guian, son las de un enorme edificio, que parece y es un hotel, de 120 dolares la noche y con recepcionista poco amable. Afortunadamente, mas simpatico resulta el vigilante del aparcamiento. Nos gestiona transporte -que aun nos atrevemos y conseguimos regatear-, con un coche del propio establecimiento. Por 4000 shillings, el conductor nos va llevando de un hotel a otro y preguntando la tarifa de la habitacion, hasta que despues de cuatro intentos fallidos, estamos conformes con el precio, de 25000 shillings (12 euros), que nos ofrecen.

            Al lado del alojamiento -que dispone incluso de aire acondicionado, muy necesario aqui-, hay una zona de bares y pubs, donde tomamos cerveza tras cerveza, hasta las dos de la madrugada.

            La unica duda que ya tenemos, es si nuestro angel de la guarda africano, sera blanco o negro.

Nuestra seguridad, otra vez en peligro

                                                        Nkhata Bay
      Entre las peculiaridades, que mas nos chocan del caracter subsahariano, hay dos, que nos sacan realmente de quicio: por un lado, que siempre te esten ofreciendo ayuda, cuando no la pides y que, cuando realmente la necesitas, nadie te haga ni caso. Por otro, esa desagradable risita forzada y nerviosa, que exhiben, cuando se sienten contrariados o enojados por algo.

            Ambas circunstancias se unieron, sin ni siquiera salir de nuestra habitacion, durante la ultima noche en Malaui (concretamente, en Karonga). Andabamos con los preparativos previos al sueno, cuando llaman energicamente a nuestro cuarto. Contestamos y nos indican, que se trata de la policia, que viene a comprobar nuestro visado. Por supuesto, no abrimos, pero comienzan a forcejear con la cerradura, que afortunadamente, tiene tres puntos de anclaje, que protegen la gruesa puerta.
                                                           Nkhata Bay
            No obstante y como persisten, gritamos por entre los barrotes de la ventana, pidiendo auxilio, a los despreocupados clientes, de un cercano club nocturno (no nos habiamos dado cuenta de su existencia, al tomar la habitacion). Solo un desganado hombre, muestra un ligero interes por nuestro caso y nada resuelve.

            Ante la amenaza de los golpes, arrastramos la pesada y maziza cama -como todas aqui-, para colocarla de tapon, junto a la mesa y la mochila, delante de la puerta. Se dan cuenta de la jugada y tras carcajearse, desaparecen. Es muy probable, que llevaran siguiendo nuestros movimientos por el pequeno pueblo, a lo largo de toda la tarde.    Karonga 

            Poco dormimos esa noche. Mas por la musica del infecto garito -cuyo altavoz, parecia estar encima de nuestra cama-, que por el preocupante incidente. Al dia siguiente, partimos para Tanzania, donde nos recibieron con gran simpatia y amabilidad, aunque no nos perdonaron los 50 dolares del visado (aqui al menos, te permiten estar tres meses y no 14 dias, como en Zambia). Juguetear con los cambistas de la frontera y los agresivos bicitaxis -que te acorralan con sus cacharros-, resulto ya, una agradable tarea cotidiana. Malaui, quedara en nuestro corazon para siempre.
                                                     Nuestro recorrido por África meridional

Amanece un nuevo dia

                                         Todas las fotos de este post, corresponden a Nkhota Kota
Otra vez oigo al gallo cantar. Ya comienza un nuevo dia. No quiero abrir los ojos. Me gustaria quedarme aqui, para siempre, asi tumbada y dejar pasar los minutos y las horas. Mi vida es igual todos los dias. Me levanto, apenas amanece. Cargo toda la ropa sucia de la familia y me voy al lago a lavarla. Mis manos tienen los mismos callos, que las plantas de mis pies. Cuando termino con la colada, voy al molino -si tengo algo que ofrecer a cambio-, para moler los granos de maiz, que anteriormente he desgranado de las mazorcas, uno a uno.

Despues, arranco las malas hierbas del huerto, donde crecen dos raquiticas matas de tomates, que algun dia nos recompensaran con alguno comestible. Riego el suelo de tierra apisonada, para que el polvo no se pegue a la garganta, mientras comemos la mshima -insulso pure de maiz-. Cargo a mi hermano con un barreno lleno de bollos, para que los venda en la zona de la carretera, donde paran los autobuses.

Cuando los hombres vengan con el pescado, freire unos cuantos y mandare a mi nina mayor, para que se siente a las puertas del mercado a venderlos. Ya solo me resta acarrear a la espalda a mi reciente bebe y el canasto de platanos en la cabeza, para recorrer toda la aldea ofreciendolos: "bananas, bananas...",

            Solo quiero, que llegue la noche, para poder descansar y confiar en que el dia de manana sea un poco mejor. Aunque, veo reflejado en los ojos de mis hijos, la misma tristeza, que yo siento en mi interior.

Un pais y un lago, llamados igual

                                                                              Michinji
Nos han machacado las pulgas o los acaros y tenemos el cuerpo lleno de granos, que pican como guindillas. Tras dos meses y medio por Africa, algo asi tenia que terminar ocurriendo. Peor lo ha pasado un norteamericano -que viaja, junto a su novia chilena-, que encontramos ayer, en Nkhata Bay. Cogio tifus en Angola, donde estuvieron unos meses, como cooperantes. Dicho pais, segun aseguran, esta en unas condiciones higienicas y sanitarias, muy deficientes y las ciudades se hallan medio destruidas, tras la guerra. Una pena, porque es una nacion, que posee muchos recursos naturales.
                               Michinji
            Por lo demas, nuestra estancia en Malaui, esta siendo placentera y tranquila, en uno de los paises mas baratos del mundo, salvo en la comida, donde al margen del desabastecimiento de casi todo lo que no sea maiz, coca cola, cerveza, snacks y dulces, los precios son mucho mas caros, que en Espana (hasta a 50 euros, hemos visto el queso de bola).

            Ingresamos al pais, por Mchingi, una localidad, con mucho encanto y ambiente, donde nos empapamos de su vida cotidiana y de la simpatia y hospitalidad de la gente (especialmente, los ninos).
                                                      Michinji 
            Lilongue -la capital-, es la ciudad anticiudad. Esta llena de rotondas, zanjas, fosos y calles sin asfaltar, por las que hay que hacer, autenticos trekkings. El trafico es caotico. Sin embargo, cuenta con dos extraordinarias mezquitas y varios acogedores mercados.

            Desde alli, nos dirigimos al lago Malaui. Primero, a Nkhota kota, que nos ha enamorado, por su extaordinario mercado -sobre todo por la noche, cuando venden a la luz de las velas y estan en su maximo apogeo, los bares tradicionales y los del chibuku- y el salvaje acceso al lago, donde se pueden contemplar con calma, todas las labores diarias de la pesca.

Unos ninos lavan la ropa en el agua, mientras otros, tiran de las redes a traves de una cuerda, que los mas pequenos van recogiendo. Las ninas esperan con el barreno, para recoger los chambos -el pez mas famoso del lugar- u otras especies. No muy lejos de alli, se realizan las labores de secado del pescado. En Nkhota kota, nos sentimos como los Beckan, siendo saludados a cada paso y a cada instante, por la alegre poblacion local.
                     Nkhota Kota
            Un par de dias despues, nos fuimos a Nkhata Bay. El pueblo no vale mucho, aunque las vistas del lago son bonitas y la cercana playa de Chicale, parece sacada de una estampa caribena. A pesar de ser de agua dulce, hay oleaje, que a veces, puede llegar a generar olas, de hasta cinco metros. Mas de 500 especies de peces, moran en este habitat, en el que es bastante frecuente, hacer snorkel, por parte de la mayoria de los blanquitos, que llegamos.

            Nuestro siguiente destino, fue Mzuzu, un lugar tan insulso, como agradable por su moderada temperatura. Tras visitar Karonga -a 30 kilometos de la frontera-, abandonaremos este maravilloso pais, rumbo a Tanzania. A ver si alli, volvemos a beber agua, porque en Malaui no sale a cuenta, comparado con el precio de la coca cola, la cerveza y hasta del mismo guisqui.
                                                                                           Nkhota Kota

La vida vista desde una bicicleta

                                                          Luangwa
Entrar en Malaui ha sido un soplo de viento fresco. Ya no solo, porque te permitan tomar algo de aliento, al no cobrarte visado, sino porque hemos vuelto a ver a los ninos sonreir y al mundo -aunque con sus cosillas de siempre-, no estar enfrentado consigo mismo, en batalla fratricida.

            La ultima reyerta que tuvimos en Zambia, fue con los cambistas de la frontera. Tambien nosotros, siempre nos vamos a hacer "bussines", con lo mejor de cada casa. No solo nos querian enganar con el cambio, sino quedarse con parte de nuestro dinero. Y todo ello, ante la atenta y pasiva mirada de la policia. Pero, con cuatro gritos lo arreglamos, recuperamos el peculio y de repente, aparecio un tipo, que nos dio mejor tasa de cambio que en el banco, para nuestras kwuachas zambianas sobrantes.
                            Chipata
            La penultima, tuvo lugar en el hotel, donde nos despertaron a las 6,45, para preguntarnos si nos ibamos a quedar una noche o si no avisarnos, de que el check-out era a las ocho. A lo primero, ya habiamos contestado el dia anterior. A lo segundo, ni preguntamos, ya que habiamos visto un cartel, en el que se indica, que el horario de la salida es a las diez y media.

            Comprensible es, que te quieran estafar los buscavidas de la frontera. No asi, todo lo que vieron ayer nuestros ojos, antes y durante el viaje, que nos llevo desde Lusaka a Chipata.

            Como siempre y para hacer cualquier tramite -en este caso, la compra de los boletos del bus-, te rodean ocho negros. El vehiculo sale, con tres horas de retraso, hasta que no cabe en su interior, ni mas pasajeros, ni mas mercancia. En tres ocasiones, pedimos la devolucion del dinero.
                                                                                                Chipata 
Mas que por el retraso, estamos indignados, porque como son 10 empleados los de la compania y no tienen nada que hacer y se aburren, se decian a reirse de nosotros, pronunciando nuestros nombres burlescamente o simulando peleas, mientras nos van acorralando por toda la estacion, para luego, partirse de risa. Ni sacando nuestro peor caracter, conseguimos que se inmuten o que nos reintegren el importe pagado (que por cierto, no es bajo). Anteriormente, habian intentado sacarnos tres euros, por subirnos el equipaje al vehiculo: naranjas de la China!!.
                                                                                                                                                                        Chipata 
            A los cinco minutos de partir, paran en una gasolinera, donde nos bajan a todos, mientras se abastecen de gasolina -de nuevo ocho negros, rodean al que la dispensa- y no nos dejan subir, hasta media hora despues.

            A la hora de camino, un perro cruza la carretera y sin frenar o hacer sonar el claxon, el conductor le embiste con el potente parachoques, ante nuestro horror, al contemplarlo desde la primera fila. Al subnormal, no se le ocurre otra cosa, que reirse.  A lo largo del dilatado periplo, estan a punto de correr la misma suerte, un ciclista, un nino y decenas de despistadas cabras.

            Llegamos ya exhaustos y de noche y al bajar del bus, casi nos aplastan los agresivos taxistas. Sin embargo, Chipata por la manana, es bastante distinta de Lusaka. Comparte con ella, un extraordinario mercado, aunque aqui la gente -sin ser amable-, la menos no es hostil.

            Esta poblacion, como su vecina Michingi -ya en Malaui, a unos cuarenta kilometros- pueden ser probablemnte, las que dispongan de mayor numero de bicilcetas per capita del planeta. Se utilizan para todo: el autotransporte, el de otros pasajeros -las mujeres, siempre van sentadas de lado-, el de mercancias -todas las que se puedan imaginar- y el de las dos ultimas cosas juntas: ciclista, con senora detras y esta, con un saco de maiz encima. Resulta impresionante, contemplar la destreza de transportadores y transportados.
                                                                                                     Chipata 
            Llevamos solo, unas pocas horas en Malaui y ya hemos hecho mas de 30 fotos -la media diaria es de 13. La gente es aqui, maravillosa. Adios a Zambia para siempre!!.

sábado, 26 de febrero de 2011

Lusaka: ciudad hostil. Zambia: pais de espejismos (parte II de II)

                                     Todas las fotos de este post, son de Lusaka
Ah, se me olvidaba contaros!!. Nuestro angel de la guarda africano, volvio a aparecer y recuperamos nuestras fotos. Fueron dos minutos de vertigo. En medio del concurrido mercado, sufrimos un violento agarron de un brazo. El objetivo, al parecer, es que nos enfrentemos con el individuo que lo ha provocado, para despistarnos y que mientras, otro nos robe. No consiguen lo primero, pero si lo segundo. Reaccionamos rapido, con el gesto ya automatizado, de comprobar que llevamos todo en los bolsillos.

            Por la abrupta calle sin asfaltar, echamos a correr, detras del de blanco, que ha sido el provocador. Le pillamos quitandose la camisa, para despistar y dejandose debajo la de un equipo de futbol. Estamos en la entrada de un pasadizo subterraneo y gracias a que viene mucha gente de frente y a que hay numerosos puestos ambulantes, conseguimos acorralarlo, a gritos, junto a un complice. Tenemos -para variar- una botella de cerveza, que con los nervios, estamos dispuestos a partirles en la cabeza. En el forcejeo, el liquido cae al suelo, mientras por detras, aparecen otras dos personas, que nos devuelven la camara, con todas las fotos, sanas y salvas. No obstante y en la confusion, uno de los dos, observamos como al otro, aun le toquetean los bolsillos traseros del pantalon, por si todavia pueden sacar tajada economica.

            Huimos aceleradamente. Nos vamos a comer al cercano hotel, sin ser aun conscientes, de que nos hemos podido jugar la vida. Al regresar luego, por el mismo camino, somos vitoreados por los comerciantes de la zona, que no se habian perdido ni un solo detalle del suceso. San Valentin este ano, resulto como veis, mas trepidante, que amoroso

Lusaka: ciudad hostil. Zambia: pais de espejismos (parte I de II)

                                                            Río Zambeze, en la frontera entre Zimbabwe y Zambia
   Hoy en Lusaka, nos han robado la camara, con las casi 900 fotos del viaje. No hay copia de seguridad. Iban a por el dinero -siempre bien protegido en el bolsillo interior- y han confundido la funda con una cartera. Han sido cuatro tipejos, mediante la habitual tecnica del descuido. Iba en el bolsillo del pantalon corto, algo ancho, junto al movil. En realidad y siendo objetivos, es lo menos extrano, que nos ocurrio en esta jornada. Es normal que algo asi suceda, cuando somos los dos unicos blancos, que han visto, visitando la ciudad y transitando por sus mercados (por otra parte, los mas interesantes que hemos visto, a lo largo de los 71 dias de viaje).
 Livingstone
            Lo que ya no es tan justificables, es el acoso premeditado, que sufre el viajero cuando se mueve por esta ciudad: desde los agresivos comisionistas de las companias de autobuses, hasta los perseverantes pediguenos, de todas las edades, que pululan por todas partes; pasando por algunos comerciantes pesadisimos y sin escrupulos (afortunadamente, los menos).

            Mas, lo que ya no tiene excusa alguna, es que te molesten por el unico placer de entretenerse y reirse. El desempleo aqui es alto y el aburrimiento, lamentablemente, se soluciona de esta forma, en el pais mas hostil de los 97 que conocemos. En los mercados, la lucha es constante, porque ademas, si no te enfrentas estas perdido. Las camaras de fotos no son bienvenidas y tenderos y buscavidas, se avalanzan contra ti, exigiendo que no las hagas (si hay dinero de por medio, la cosa cambia). Por supuesto, intimidaciones las justas. Sacamos las que nos apetece -o casi-, aunque en un ambiente muy desagradable y violento. Unas veces, les repelemos a voces. Otras, con el silencio y en bastantes ocasiones, explicandoles, que estamos en un espacio publico y que son fotos panoramicas, no retratando a personas o tenderetes de cerca (siempre entendimos el legitimo derecho de alguien, a no verse plasmado en una instantanea, asi como su negocio).
                                                                                   Lusaka 
            La dureza del entorno, tambien es evidente. La basura campa a sus anchas por todas partes. Hay arboles abatidos y cruzados en medio de la calle y a las habituales alcantarillas sin tapar, de esta zona del planeta, aqui se unen enormes y profundos socavones -como si fueran de bombas- y fosos, como los de los castillos, aunque menos anchos, que rodean casi todo, sean edificios o parques. En su dia, debieron tener funcion de canalizaciones para desagues, pero hoy son enormes canales repletos de aguas fetidas y desperdicios de antiguedad diversa.
                                      Lusaka 
            A nuestro santoral africano tenemos que anadir a san Soprite, ese supermercado, que tantas veces nos ha salvado la vida y que sin el aqui, habriamos perecido de inanicion y sed.

            Los precios en Zambia -despues de pagar 50 dolares de visado-. son casi o mas elevados, que los de Estocolmo. En el super, las salchichas de frankfurt estan a seis eruos, la mortadela a doce y la coca cola de dos litros, a casi 3 euros. En una tienda de comida rapida, una simple hamburguesa, sale por 2,5 y un pollo entero, sin patatas ni nada mas, por mas de ocho euros.
                                                                                                                                                                      Lusaka  
            Zambia es un pais de espejismos: en un insulso pueblo como Livingstone, de repente, aparece el mejor mercado de artesania, que hemos visto en toda Africa. O un autobus nocturno tirado de precio, con destino a Lusaka, que es el primero que tuvimos con aire acondicionado desde el dia de Navidad. O cuando despues de la situacion descrita de la capital, llegas a la agradable avenida principal, con sus comercios, bancos, opticas (casi las unicas que hemos visto en el continente)... Posee una arbolada y cuidada zona peatonal en el medio, la unica de estas caracteristicas, de todo nuestro periplo.

            Igual ocurre con los mercados. Del de los puestos de fruta, en la mediana de la carretera o los que venden cachibaches sobre piedras en calles inhabitables, pasas sin solucion de continuidad, a uno edificado, impoluto y abastecido.   
                                                                                                Lusaka 

viernes, 11 de febrero de 2011

Los topicos no funcionan en Africa meridional

         Zanzibar (territorio autónomo, de Tanzania)
        Es cierto, que Africa es un continente maravilloso en el que se viven momentos imborrables e increibles. Tambien lo es, que la gente resulta autentica y hospitalaria o que contemplar animales salvajes en su habitat y a corta distancia, se convierte en una de las experiencias mas inolvidables y placenteras. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Por ejemplo, de los 65 dias que llevamos aqui -a fecha 8 de febfrero-, 32 ha llovido y cuando se pone aqui a caer agua, no son nunca cuatro gotas.


      El mayor inconveniente de viajr por Africa, es el de no contar con un presupuesto ilimitado. Rular por estos lares resulta mucho mas costoso, que hacerlo por Hispanoamerica o Asia y a veces, incluso, que por la propia Europa. Hay que invertir mucho capital, si no se quieren recorrer insulsamente, miles de kilometros contemplando tan solo arboles, plataneras, maizales y pastos. Visitar cada parque nacional o reserva natural, sea por cuenta propia u organizada, sale por un ojo de la cara. Otro coste adicional en muchos paises, es el de los desproporcionados visaos, cuando los precios de la vida en la zona, no son nada economicos: por ejemplo, los del alojamiento, que casi nunca vale lo caro, que cuesta.
                                        Delta del Okavango (Botswana)
      Los costes de transporte tienen un precio dispar -desde muy elevados, hasta muy baratos- y los de la comida, al menos, son moderados, en un continente donde se puede comer de cine (hoy mismo, nos hemos metido entre pecho y espalda un chuleton, de 330 gramos, por 1,3 euros).


      Otro asunto es la contemplacion de animales. Desde luego, resulta bastante mas facil ver a los domesticos, que a los salvajes. Visionar a los cinco grandes o a los siete magnificos (elefante, leon, bufalo, leopardo, hipopotamo, rinoceronce y guepardo), no resulta nada facil y ni siquiera en una costosa excursion de varios dias, se tiene garantizado. Nosotros no hemos ido al Kruger (Sudafrica), pero la mayoria de los viajeros, que hemos encontrado y que estuvieron, salieron decepcionados, con muy pocas instantaneas y menos, de corta distancia. Algun que otro leon, a veces cojo o muerto y casi siempre, dormitando al sol. Pero, es que este animal, se muestra como el mas facil de encontrar en Africa.
                    Lusaka (Zambia)
      Bien es cierto, que si se viene con mucho tiempo y se consulta a los lugarenos, hay areas donde se pueden contemplar animales salvajes muy de cerca, sin desembolsar ni un euro, moviendose entre los campings, las propias viviendas de los pueblos, los arcenes de las carreteras... La wildlife es mas tangible en algunas ciudades, que en la propia naturaleza.


      Para terminar con lo negativo, hay que anadir, que volar entre paises africanos -por cercanos que esten-, es muy costoso y que las carreteras van dando mas vueltas, que la noria el dia mas algido de las fiestas patronales.


      En el terreno opuesto, tampoco son ciertos los topicos, que nos tratan de vender en los documentales o periodicos: Al menos en Africa meridional, la gente vive con bastante mas, del siempre citado, dolar diario. Zimbabwe es un pais bien pobre, donde en las grandes ciudades no funciona el alumbrado publico, pero por la calle o en los transportes, se ve a casi todos los ninos con su zumo y su paquete de galletas. Aunque, hay una multitud de personas, que se ganan la vida vendiendo en la calle, no encontraras casi gente, pidiendo, ni mendigando, ni menos aun, tratando de extorsionar a los viajeros.
                                                                                      Mutare (Zimbabwe)
      Las grandes ciudades, son mucho mas seguras de lo que se dice, si se toman unas cuantas precauciones basicas. Los pequenos van al colegio en pandilla, con su uniforme y su cartera, como en cualquier otro pais del mundo, mientras charlan y rien y las enfermedades, aunque es cierto que existen, no te estan todo el dia persiguiendo (los mosquitos, casi que si). Si no fuera por el Sida, la esperanza de vida de este area, seria casi similar a la europea. Hasta en las poblaciones mas remotas, hay un centro de salud -por basico que sea- y la medicina denominada tradicional o los ritos exotericos, se limitan a nucleos rurales muy determinados.


      En la mayoria de los establecimientos comerciales, existen neveras y congeladores, que mantienen los alimentos, perfectamente conservados. Mas viejo o mas moderno, cada ciudadano dispone de su movil y hasta en las aldeas, hay instaladas antenas parabolicas. Los jovenes entran en Facebook, casi en la misma proporcion, que en cualquier otra parte del mundo. Y no choca, que no haya librerias en todo el continente, porque salvo aisladamente algun periodico en el transporte publico, aqui nadie lee. Asi, que cuando salgamos de Malawi, nos tocara ir a Tanzania y a Kenia sin guia.


      Asi es Africa meridional. Otra cuestion debe ser, la zona subsahariana occidental. Pero seguro, que tambien es muy distinta y tan alejada de los topicos, como nos tratan de vender, los medios de comunicacion o los gobernantes. Algun dia, os lo contaremos tambien.
                                                                                 El Tofo (Mozambique)

lunes, 7 de febrero de 2011

La leccion mas didactica e inolvidable, que nos dieron jamas

                                                      Johannesburgo
      Ya hace tiempo que somos conscientes, de que en este viaje nos acompana un angel de la guarda, que nos saca de forma muy solvente de las situaciones mas complicadas y nos insufla buena suerte. A san Barclays, que tantas veces nos ha dado dinero del cajero -sobre todo en Zimbabwe y Mozambique-, cuando ningun otro banco estaba operativo, tenemos que anadir un nuevo santo en nuestro particular santoral africano: san Komatipoort, el pueblo donde hace unos diez dias, nos acogio un blanquito en su casa de forma gratuita.
 
      A este lugar tuvimos que volver desde Johanesburgo, despues de tomar la decision de llegar hasta Malawi, ascendiendo por Mozambique. Hay unos 500 kilometros y 12 horas de trayecto, en un colorido, incomodo y caotico tren. Tras el largo viaje y una vez en el destino, con el sol ya pegando fuerte y la mochila a cuestas, comenzamos a hacer caminado los ocho kilometros, que separan la estacion de la frontera. Son las 8 de la manana. Esta vez, nadie nos recoge en su coche.                        Middelburg 
      Salimos de Sudafrica sin problemas, siendo conscientes de que tendremos que volver a pagar, los 30 dolares de la visa de Mozambique. En tierra de nadie, nos encontramos con el mencionado blanquito, que nos dejo alojarnos en su casa gratis y que nos come a besos y abrazos.
 
      De todas formas, tratamos de ver si cuela que nos pongan el sello de entrada en el visado anterior: Ay!. Tan viajados como estamos y tan ingenuos!!!. Asi, que nos ponemos a la cola para rellenar nuevamente los papeles del visado y cuando estamos terminando, leemos en un cartel, que el precio de la visa es de 2.818 meticales o su cambio correspondiente, en divisas fuertes occidentales. Lo que significa, 64 euros u 87 dolares. Ni mas ni menos, que el triple de lo que pagamos hace escasos veinte dias.
 
      Sorprendidos -aunque con poco esperanza-, pedimos esplicaciones y la unica que nos dan, es que las cosas son asi y si queremos volver a entrar pagando lo mismo, probemos de nuevo suerte por la otra frontera, distante unos 1.800 kilometros de aqui. Sin mas controversias, retornamos a Sudafrica y deshacemos nuevamente andando, el camino hacia Komatipoort, con la cabeza ardiendo por el sol y los pies abrasados por el asfalto, como si acabaramos de salir del propio infierno.                                                                                                Middelburg  
 
      Estamos hundidos, como en ningun momento de cualquier otro viaje. Solo queremos volver a casa, pero nuestro deseo, por supuesto, no puede ser inmediato. Nos invade el silencio. Es de las pocas veces, que a un problema, no le encontramos una posible solucion. Para colmo, el tren de vuelta a Johanesburgo sale a diario, con la excepcion de los sabados y hoy es, precisamente ese dia.
 
      Aqui -en esta poblacion de 2.000 habitantes- hay pocos alojamientos y son muy caros. Estamos tan desanimados y destrozados, que ni siquiera hacemos intencion de buscarlos. Que pase lo que pase!!!. Que sea lo que sea!!!. Resulta de locos dormir a la intemperie en Sudafrica, pero hoy hasta este tema, nos da absoilutamente igual. Pasar las 30 horas, que restan hasta que salga el tren, en estas condiciones, va a convertirse en un infierno.
 
      Paseamos, retozamos en la hierba y sobre las seis y media de la tarde, nos apalancamos ante una gasolinera, que todavia permanece abierta. Cada cuarto de hora, uno de los dos se acerca a la casa del blanquito, a ver si nos puede ofrecer la misma habitacion, por una modica y razonable cantidad. Pero, no esta en su vivienda.
 
      Anochece. A los pocos minutos, un coche en el que viajan una mujer blanca y otra negra, se detiene frente a nosotros. Indagan sobre nuestra situacion y se asunstan, ante nuestras inflexibles pretensiones, de pasar la noche alli. Nos ofrecen 500 rands (50 euros) en efectivo, que por supuesto, rechazamos. Nos hacen subir a su automovil, con el pretexto de llevarnos, a un alojamiento muy barato.
 
      Llegamos hasta el. La mujer blanca se apea del coche y nos pide, que esperemos. Cuando por fin, entremos al alojamiento, ya lo tiene todo negociado y pagado con el propietario: 450 rands por la habitacion, 45 por persona por la cena y otros tantos, por el desayuno ingles completo: huevos, beicon, cereales, tostadas con mantequilla y mermelada, yogurt... En total, mas de 60 euros.Komatipoort 
      Nos negamos a aceptarlo. Pero, la mujer es expeditiva: "Tal vez algun dia, vosotros podais hacer lo mismo por mi. El dinero no tiene ninguna importancia, comparado con la vida de las personas". Nos quedamos sin argumentos. Solo somos capaces, de ofrecerle nuestros correos electronicos y nuestra casa, por si algun dia tienen a bien, visitar nuestro pais.
 
      Nos despedimos, dejamos el equipaje en la habitacion y nos dirigimos al comedor a cenar -por supuesto, pap con pollo-. Alli conversamos animadamente, con una pareja argentino-suiza, que tambien estan haciendo un viaje largo por Africa. Manana entraran en Mozambique y nos canjean por dolares americanos, todos los meticales que nos habian sobrado, circunstancia a la que no habia accedido ninguna oficina de cambio, ni siquiera en Johanesburgo.
 Beit Bridge, cerca de Musina, en la frontera entre Sudáfrica y Zimbabwe


      Esto es Africa!!!. O sufres o estas en la gloria. No hay termino medio.

      Nuestros nuevos planes, pasan por volar desde Johanesburgo a Lusaka, Lilongwe o Dar es Salam, pero hacerse composiciones de futuro aqui, es casi absurdo. La sensacion que tenemos, es que nos tocara vivir para siempre en Johanesburgo. Si, definitivamente es asi, mandadnos al menos, una felicitacion por Navidad.