Todas las fotos de este post son, de Melbourne (Australia)
Tenemos la impresión general, de que Australia es un país carísimo y suele quedar confirmada a primera vista, cuando te pegan un palo tremendo, en el transporte del aeropuerto, al centro de la ciudad
Desde luego, el país austral no es barato, pero existen muchos recovecos para salir del laberinto de la ruina. Salvo los fines de semana, los precios del alojamiento son equivalentes a los de España, aunque con una calidad mucho peor.
Lo mismo ocurre con el transporte público o con la comida del supermercado fresca o preparada. Además, cuando está cerca de caducar, la suelen bajar a la mitad, habiendo auténticas gangas. Por lo general, son los restaurantes, los mercados de comidas y todo el sector del ocio, los que ofrecen un precio disparatado e inasumible.
Teniendo en cuenta, que un dólar australiano son 60 céntimos, os pongo algunos precios, que os van a sorprender.
Por lo bajo: latas de sardinas -más calidad, que en España-, 65 céntimos; alubias o espaguetis con tomate, de 400 gramos, al mismo precio; zumo de naranja y mango de dos litros, a 1,75; galletas rellenas de chocolate de 250 gramos, 1 dólar. Mismo precio para el kilo de plátanos; vino joven de buena calidad, 4 dólares; café capuchino o latte de buen tamaño, 1 dólar en el Seven Eleven; patatas de 250 gramos, en el Aldi, 2 dólares.
En ese mismo supermercado, el guiso de verduras con cordero y bacon, sale a 1,75 dólares. Un paquete grande de caramelos de miel y limón, 1 dólar; refrescos varios, de 1,25 centilitros, a 0,75 céntimos; pan de molde, de 650 gramos, 1 dólar; salchichas de medio kilo, 2 dólares; hamburguesa en McDonald's, a 1 dólar...
Por lo alto: platito de paella callejera, vendido por un barcelonés, 13 dólares; cerveza de medio litro, 10 dólares (cinco en la hora feliz); cuatro rollitos de primavera, 16 dólares; coca cola de medio litro, 4,40 dólares; la entrada de un cine de verano, en Brisbane, 21 dólares; un kebab, 15 dólares; un paquete de cigarrillos, 20 dólares; un adaptador de corriente, 11 el más económico...
Como veis y como en la mayoría de los casos, cada viajero se puede montar su propia economía, pero cuanto más caprichoso seas, más gasto, naturalmente. Lastima, que el shasimi de los supermercados y aún a mitad de precio, salga tan caro, porque a estas alturas, es lo único que no hemos podido -más bien, querido-, permitir, en estas casi tres semanas, que llevamos dando vueltas por este país.
Tenemos la impresión general, de que Australia es un país carísimo y suele quedar confirmada a primera vista, cuando te pegan un palo tremendo, en el transporte del aeropuerto, al centro de la ciudad
Desde luego, el país austral no es barato, pero existen muchos recovecos para salir del laberinto de la ruina. Salvo los fines de semana, los precios del alojamiento son equivalentes a los de España, aunque con una calidad mucho peor.
Lo mismo ocurre con el transporte público o con la comida del supermercado fresca o preparada. Además, cuando está cerca de caducar, la suelen bajar a la mitad, habiendo auténticas gangas. Por lo general, son los restaurantes, los mercados de comidas y todo el sector del ocio, los que ofrecen un precio disparatado e inasumible.
Teniendo en cuenta, que un dólar australiano son 60 céntimos, os pongo algunos precios, que os van a sorprender.
Por lo bajo: latas de sardinas -más calidad, que en España-, 65 céntimos; alubias o espaguetis con tomate, de 400 gramos, al mismo precio; zumo de naranja y mango de dos litros, a 1,75; galletas rellenas de chocolate de 250 gramos, 1 dólar. Mismo precio para el kilo de plátanos; vino joven de buena calidad, 4 dólares; café capuchino o latte de buen tamaño, 1 dólar en el Seven Eleven; patatas de 250 gramos, en el Aldi, 2 dólares.
En ese mismo supermercado, el guiso de verduras con cordero y bacon, sale a 1,75 dólares. Un paquete grande de caramelos de miel y limón, 1 dólar; refrescos varios, de 1,25 centilitros, a 0,75 céntimos; pan de molde, de 650 gramos, 1 dólar; salchichas de medio kilo, 2 dólares; hamburguesa en McDonald's, a 1 dólar...
Por lo alto: platito de paella callejera, vendido por un barcelonés, 13 dólares; cerveza de medio litro, 10 dólares (cinco en la hora feliz); cuatro rollitos de primavera, 16 dólares; coca cola de medio litro, 4,40 dólares; la entrada de un cine de verano, en Brisbane, 21 dólares; un kebab, 15 dólares; un paquete de cigarrillos, 20 dólares; un adaptador de corriente, 11 el más económico...
Como veis y como en la mayoría de los casos, cada viajero se puede montar su propia economía, pero cuanto más caprichoso seas, más gasto, naturalmente. Lastima, que el shasimi de los supermercados y aún a mitad de precio, salga tan caro, porque a estas alturas, es lo único que no hemos podido -más bien, querido-, permitir, en estas casi tres semanas, que llevamos dando vueltas por este país.