Todas las fotos son, de Samarcanda (Uzbekistán)
Llevamos solo dos días, en Uzbekistán, pero ya hemos notado notables diferencias entre sus pobladores y los kirguisos. Por ejemplo y fundamental, son más estrictos en todo, mucho más burocráticos, mientras los segundos se muestran bastante más flexibles y amables.
Diríamos, que los primeros resultan más parecidos a los rusos y los de Kirguistán, a los más relajados asiáticos, de Armenia, Irán, incluso. Del sudeste del continente. En Kirguistán, te puede alquilar una habitación quien quiera. En Uzbekistán, obligan a registrarse, lo que hace casi imposible el acceso de los particulares al mercado y además, es una molestia para el turista, tener que estar todas las mañanas recogiendo el dichoso papelito firmado. Aunque aquí, es más fácil, que sì este incluido el desayuno.
A la hora de subir al transporte, en Kirguistán no hacen nada cuando vas a subir al cacharro o autobús de turno. Para tomar el tren amén Taskent, tienes que pasar más controles de pasaporte y billetes, que en un aeropuerto conflictivo. Una ventaja más de Uzbekistän, es el metro de Taskent, que te permite llegar de forma rápida a varios puntos turísticos de la ciudad.
En Kirguistán, también es más relajado en el tema religioso, como ya dijimos. En Uzbekistán, hay más gente en las mezquitas y existen muchas más (aunque muchas son antiguas y están cerradas al culto). Sin embargo, en los últimos años están construyendo otras nuevas y muchas de ellas pagadas por el gobierno, antes reacio.
Las jóvenes visten en ambos destinos a la europea y entre las más mayores, hay de todo. Pero, si no fueras consciente de que estás en un país musulmán, las pocas mujeres con velo te parecerían pertenecientes a un grupo minoritario de la población.
El alcohol y la cerveza, en Uzbekistán son aceptados, mayoritariamente, aunque con ciertas restricciones. No se vende en los supermercados, solo en tiendas especializadas (solo vimos tres en Taskent). Otra gran diferencia es la potabilidad del agua, en Kirguistán, si lo es y en Uzbekistán, no.
Las ciudades en Uzbekistán están más cuidadas y con un asfaltado más acordé a los tiempos actuales. Se habla más inglés, pero solo en el sector especializado, que se dedica al turismo.
En Uzbekistán, es bastante más caro el alojamiento -por los impuestos-, algo más el transporte y la comida cuesta lo mismo. El vodka dobla su precio.
A pesar de ser vecinos, los rasgos físicos son muy diferentes: asiáticos para los kirguisos y europeos para los uzbekos. Las chicas de esta nacionalidad son, especialmente, guapas.
El transporte es mejor, en Uzbekistán, con diferencia clara, gracias al tren, aunque las marshrutkas son un cacharro infame en ambos países.
En Uzbekistán, se ponen algo más quisquillosos a la hora de cambiar billetes grandes en los bancos.
Llevamos solo dos días, en Uzbekistán, pero ya hemos notado notables diferencias entre sus pobladores y los kirguisos. Por ejemplo y fundamental, son más estrictos en todo, mucho más burocráticos, mientras los segundos se muestran bastante más flexibles y amables.
Diríamos, que los primeros resultan más parecidos a los rusos y los de Kirguistán, a los más relajados asiáticos, de Armenia, Irán, incluso. Del sudeste del continente. En Kirguistán, te puede alquilar una habitación quien quiera. En Uzbekistán, obligan a registrarse, lo que hace casi imposible el acceso de los particulares al mercado y además, es una molestia para el turista, tener que estar todas las mañanas recogiendo el dichoso papelito firmado. Aunque aquí, es más fácil, que sì este incluido el desayuno.
A la hora de subir al transporte, en Kirguistán no hacen nada cuando vas a subir al cacharro o autobús de turno. Para tomar el tren amén Taskent, tienes que pasar más controles de pasaporte y billetes, que en un aeropuerto conflictivo. Una ventaja más de Uzbekistän, es el metro de Taskent, que te permite llegar de forma rápida a varios puntos turísticos de la ciudad.
En Kirguistán, también es más relajado en el tema religioso, como ya dijimos. En Uzbekistán, hay más gente en las mezquitas y existen muchas más (aunque muchas son antiguas y están cerradas al culto). Sin embargo, en los últimos años están construyendo otras nuevas y muchas de ellas pagadas por el gobierno, antes reacio.
Las jóvenes visten en ambos destinos a la europea y entre las más mayores, hay de todo. Pero, si no fueras consciente de que estás en un país musulmán, las pocas mujeres con velo te parecerían pertenecientes a un grupo minoritario de la población.
El alcohol y la cerveza, en Uzbekistán son aceptados, mayoritariamente, aunque con ciertas restricciones. No se vende en los supermercados, solo en tiendas especializadas (solo vimos tres en Taskent). Otra gran diferencia es la potabilidad del agua, en Kirguistán, si lo es y en Uzbekistán, no.
Las ciudades en Uzbekistán están más cuidadas y con un asfaltado más acordé a los tiempos actuales. Se habla más inglés, pero solo en el sector especializado, que se dedica al turismo.
En Uzbekistán, es bastante más caro el alojamiento -por los impuestos-, algo más el transporte y la comida cuesta lo mismo. El vodka dobla su precio.
A pesar de ser vecinos, los rasgos físicos son muy diferentes: asiáticos para los kirguisos y europeos para los uzbekos. Las chicas de esta nacionalidad son, especialmente, guapas.
El transporte es mejor, en Uzbekistán, con diferencia clara, gracias al tren, aunque las marshrutkas son un cacharro infame en ambos países.
En Uzbekistán, se ponen algo más quisquillosos a la hora de cambiar billetes grandes en los bancos.