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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Arambol

          Nos despertamos mucho antes de lo necesario y no fue por culpa del estrépito de las cercanas olas o de los persistentes graznidos de los numerosos cuervos. En este entorno rural y disperso de Anjuna, hay mucha más vida animal, que en nuestros anteriores destinos. Están además los aburguesados perros, que apenas se levantan del suelo y sobre todo, una tropa de poderosas vacas con sus crías, que estuvieron a punto de jugarnos una mala pasada. Estábamos en el exterior de un hotel con wifi libre, cuando llegaron en tropel a las cercanas charcas y tuvimos que dejar la zona y las descargas, antes de salir trasquilados a cornada limpia. Debemos añadir las moscas, que pululan en torno a ellas y las agresivas hormigas rojas, que caen, constantemente, desde los frondosos árboles.

          Iremos hoy al cuarto destino, de Goa, en este caso, Arambol. Como en otros viajes hay ratos bien largos -a veces, incluso dias- en los que estamos hartos de la India. En Goa, estamos especialmente cansados del calor extremo y del transporte público, mucho más salvaje que en otros estados. A veces, para hacer 50 kilómetros hay, que coger dos o tres autobuses y no es raro tener que viajar de pie, botando como loco sobre los speed breakers.

          Pero, también estamos hasta las narices de lo brutos , que son los indios; del olor a incienso, a basura y a fritanga; de las hamacas y sombrillas desplegadas hasta la orilla de la playa...vamos, lo de siempre. La India es dura, pero lo es mucho más, como en este viaje, sino tienes trenes expresos, donde viajas relativamente rápido y estás protegido en tu litera.

          Como el recorrido empezó tan duro, me obsesionaba con la frase "quiero que no amanezca nunca para no dejar este hotel". Cuando llegó lo bueno cambie a "quiero que lleve mañana, para seguir disfrutando" Cuando me cansé, pase a ," quiero que llegue pronto el final del viaje" Y desde hoy, a punto de tocar la vuelta a Marahastra, regreso a la primera premisa.

          Arambol, cuenta con aceras -aunque no al final de la calle principal, plagada de tiendas de casi todo- y con una extraordinaria playa, en la que desemboca una agradable callejuela comercial. El arenal de tonalidad blanca, cuenta con unos bonitos acantilados, un enorme mercado en la parte derecha y una zona más accesible para el baño a la izquierda. Como en casi todas las playas de Goa, nunca se ve el final. Aquí estamos con un buen wifi y hasta con toallas en el hotel, por segunda vez en todo el periplo.

          Arambol tiene más similitud con Palolem -también en el tipo de alojamiento+, que con Candolim y Anjuna.

          Las noticias son algo preocupantes, en cuanto a nuestro retorno, a Maharastra. En la ventanilla de la estación de Mapusa nos han dicho, que solo hay un bus al día, a Malwan, pero hay carteles donde se indican más. Otra vez, con informaciones cruzadas con los horarios del transporte. Lo que hace desde varios días que nos pongamos nerviosos.

          Hoy es la segunda jornada de Diwali y para celebrarlo, se ha ido la luz durante dos horas en todo el pueblo. ¡Porca miseria!.

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