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martes, 20 de diciembre de 2022

Estados de ánimo en India

           Son las diez de la mañana, faltan tres días para los vuelos de vuelta y estamos bebiendo cerveza en la habitación del hotel. Continuamos en Margao, antes de que esta tarde, tomemos un tren, a Bombay, lo que facilita poder seguir tomando alcohol, a precios razonables, mientras pasa el tiempo.

          Nos gustaría, como ocurre en otras partes del sur, que nuestro hotel hubiera sido de los de 24 horas -sales a la misma hora, que la que has entrado- y no, de los de check out, a las doce, cómo es este y en general, en el resto del planeta. Estar bebiendo algo y encerrado en la habitación es el estado más habitual, cuando afrontamos los últimos días de un viaje a India. Ya no hay nada, que ganar y si mucho, que perder.

          Pero,  hasta llegar a esta situación casi vegetativa, hemos pasado por muchas otras. Por ejemplo, el día, qué llegamos y después de dormir dos noches en los aeropuertos y habiendo ya anochecido, nos lanzamos a tumba abierta, a recorrer las calles de un Bombay en obras, como si no hubiera un mañana. En otras jornadas, nos ha dado por madrugar y recogernos al filo del atardecer, dando igual, haber comido, bebido, o no.

          En otros casos, tras una agitada noche de viaje, nos hemos plantado en un hotel por la.mañana  a descansar y luego hemos aprovechado la tarde, a tope. En unas cuantas ocasiones, el agobio nos ha podido y tras empezar el día temprano, nos hemos recogido a las tres o las cuatro de la tarde, esperando dejar morir el dia y que llegaran unas nuevas sensaciones de refuerzo.

          Los estados de ánimo en India son imprevisibles, aunque si siguen unos patrones concretos: eres invencible al principio del viaje y arrasas con todo, pero el elevado ritmo de tensión te va erosionando con altibajos y al final, te diluyes, pensando, que entre cervezas, cuarto paredes dignas y un ventilador, es la mejor solución para agotar las horas antes de volver a casa.

          Como dirían en el lenguaje futbolero, al final de los viajes a India, acabas pidiendo la hora o simplemente concluyes, que lo que has conseguido en 90 minutos, no lo puedes perder en el descuento.

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