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viernes, 17 de julio de 2020

El viaje por tierras gallegas

.                                Ribadeo, Lugo
         De madrugada, tomamos un ALSA, a Oviedo y tras enlazar con la línea del FEVE, dirección a Ferrol, a las once de la mañana estábamos ya, en Ribadeo, ciudad, que ya conocíamos, aunque no así sus alrededores. EI esta zona pasamos solo tres días, en los que vivimos las cuatro estaciones, desde la lluvia y el fresco, al sol impenitente.

        Tras encontrar un agradable hotel y tomar el pulso a la localidad, nos dirigimos al puerto, al faro y al puente de madera con el fin de recorrer el agreste sendero -a veces se cruza con una carretera comarcal-, que tras más de veinte kilómetros, llega hasta la famosa playa de las Catedrales. La ruta es esforzada, aunque los desniveles no son de los más exigentes si es, que estás en buena forma física. Las vistas de la escarpada costa resultan magníficas.

          Esta senda se puede recorrer en un día, pero no saliendo a las dos de la tarde, como hicimos nosotros, por lo que a los doce kilómetros y no habiendo transporte de vuelta desde Esteiro, que solo circula por la mañana, nos dimos la vuelta.

          La segunda jornada tomamos el FEVE hasta Esteiro -una sola estación- y tras caminar un kilometro, llegamos a la playa de las Catedrales. Había pleamar, con lo que estaba completamente cubierta hasta las cinco de la tarde (conviene descargarse alguna aplicación con los horarios de las mareas). Nos pusimos a andar en dirección, a Foz, cerca de ocho kilómetros, contemplando maravillosas playas, como A Longara, Fontela, As Pasadas, punta de Castro, Área Longa y al otro lado, la de Esteiro, de Illas, Os Castros, los Juncos, cetarea de Rinlo, Rinlo, Río y Cruces.

        Deshicimos el camino andado hasta Ribadeo por carreteras secundarias cercanas a la magnífica costa, echándole unas cuatro horas. El sol no tuvo piedad de nosotros y nos achicharramos la piel de la cara, el cuello y los brazos.

          La mañana del tercer día nos quedamos paseando por la ciudad y por su vibrante mercadillo, para cerca de la hora y comer, acercarnos a Vegadeo, ya en Asturias (por el interior de la ría y no cruzando el puente de los Santos)

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