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sábado, 21 de octubre de 2017

Mejores descubrimientos gastronómicos y bebidas, en este séptimo viaje largo


         1º.- El “Strong 9”, de Japón. Se trata de una bebidas enlatadas, que contienen nueve grados de alcohol y el retos es refresco de diferentes sabores. Se toma muy frío y a nosotros, los que nos cautivaron, enormementee, fueron el de mezcla de naranja y limón y el de pomelo. Se compran por poco más de 60 céntimos de euro en supermercados y en algunas farmacias.

          2º.- El impresionante gobi manchurian, que degustamos varias veces en el sur, de India. Se trata de coliflor rebozada en harina de maíz y frita, a la que se le añade cebolla, ajo o pimiento y después, deliciosas salsas variadas (especialmente, de soja). Sin saber lo que era, la primera vez, nos supo más a carne, que a verdura.

          3º.- La deliciosa salsa verde, que acompañó nuestros sándwiches en la estación de autobuses, de Dhera Dun. Resulta muy espesa y conseguimos descifrar, que tiene pepino y guindilla, pero no el resto de los ingredientes.

          4º.- La mayoría de las degustaciones del mercado exterior, situado al lado del de pescado, en Tokio. Especialmente, los mariscos y cefalópodos macerados en su jugo y/o aliñados con salsas y el omnipresente, kinchi, que ya habíamos probado, durante nuestro viaje, a Corea del Sur

          5º.- La masala dosa. Por supuesto, ya la habíamos probado en el sur, de India, durante nuestro primer viaje al país. Pero, debimos elegir un mal sitio, en Bangalore y no volvimos a pedirla, hasta este viaje, en la que la hemos redescubierto para nuestro gozo y ddisfrute. Especialmente buena, la de detrás de la estación de autobuses, de Hospet.

          6º.- Ese pescado, que venden en buena parte de Malasia, que ofrece dos versiones. Una seca y crujiente y otra, prensado y frito.

          7º,. Los ricos y pequeños albaricoques, que venden las señoras mayores, sentadas en el suelo, en la calle principal, del casco antiguo, de Leh.

          8º.- El té tibetano, de Keyong. Lo sirven en tazas grandes y le añaden diversas especias, entre las que nos pareció, encontrar jengibre. Por tan sólo 10 rupias, le puedes dar gusto al cuerpo, en una población donde además, suele hacer fresco.

          9º.- el “country liqueur”, que se vende a bajo precio, en las tiendas de alcohol de Himachal Pradesh y también, los licores de sabores, que se comercializan en el Borneo malasio. En ambos casos, los mejores son los de melocotón y de piña.

          Para los más desesperados -entre lo que me encuentro-, y dado, que en Malasia el alcohol sale caro, comercializan una especie de vino para cocinar, de unos 17 grados. Pero repito: sólo para los más desesperados.

          10º.- Unas pequeñas bolas rellenas de sabores y colores diversos, que venden sobre todo, en las tiendas, de Kamacura (se pueden degustar gratuitamente). Especialmente ricas, las de sabor a queso, peo todas están bbuenas.

          Como novedad de este viaje reseñar, que en Leh, los platos de arroz o de chow mein, te los acompañan de una taza de reconfortante caldito, que se sirve de forma gratuita.

          Decir también, que esta vez, si que me atrevía a probar el pescado de la Marina, de Chennai. Está bastante bueno y fresco, aunque lo pasan demasiado, para mi gusto.



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