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martes, 24 de junio de 2025

Morralla, en la fiesta 🎉 de San Juan, de Valladolid


 

Dos findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de Retiro y Butarque (parte I)

           Esta semana hemos estado algo atareados a la hora de preparar nuestros planes para el finde, dado que hemos encontrado hasta cuatro propuestas festivas. Podría haber más.

          En la capital madrileña y zonas cercanas, una vez estudiado los diversos programas, las que más nos gustan son las del Parque del Flori, donde tocan Groos. Pero las acabamos descartando por motivos logísticos. Entre otros , la lejanía de la estación de cercanías más próxima.

          También tenemos las fiestas de Ciudad Lineal, en las que ya estuvimos en San Juan del año pasado, viviendo rock local extraordinario y una hoguera en un contenedor de obras. En esta edición las actuaciones son a cargo de Rock an Rolla Revival. Las dejamos de momento, como plan B.

          La siguiente opción son las celebraciones de Butarque, cuyos platos fuertes son los conciertos de Nillo Carbonell y Rillo y Marwan y la paella del domingo.

          Y, por último, están las fiestas de Retiro, a las que acudimos ya en 2024. Allí, ofrecerán limonada -de limones, no confundir con sangria-, actuaciones castizas y el concierto de Charly and Coconuts, grupo, que toca versiones de los años 80 y 90. Se trata del plan , que menos nos gusta, porque estamos hartisimos ya de la plaga de bandas tributo de aquella época. Pero lo cierto es, que se trata de la propuesta más cómoda, al desarrollarse todo en pleno centro de la ciudad.

          En todos los programas festivos se contemplan DJ'S para poner el colofón a  los actos, ya en la madrugada.

          Dejamos la decisión final para el propio sábado. Ya en el tren camino de Príncipe Pío determinamos, por ser la más favorable, quedarnos en Retiro y el domingo a mediodía acudir a la paella gratuita de Butarque.

          La tarde sabatera comienza con dos ricas degustaciones en los Samplia de Gran Vía y Callao. Por un lado, un refrescante Spritz al limón de marca Lolea y por otro, una estupenda bebida hidratante de Prime (naranja o frambuesa). Falta nos hacía, porque la temperatura en la calle es de 38 grados y el sol machaca la cabeza y tuesta el cuerpo. Vamos pasando sucesivamente, del agobiante ardor a la piel de gallina. Fresquito en el cercanías rumbo a la antigua estación del Mediodía. Fuego en la calle de Atocha. Alivio en el Lidl, de ese mismo emplazamiento. Sudor irrefrenable, camino del Retiro. ¡No entendemos, como con esta temperatura puede haber gente practicando deporte! Una joven va, prácticamente muerta, mientras su novio insiste, en que siga.

          Desde las tres, han cerrado el parque del Retiro por alerta de calor. ¡No lo entendemos! Y mucho menos, los cientos de guiris, que venidos en autobuses, se han quedado sin visita y con cara de mala leche. Hoy, ya lunes, la prensa nos da la razón, tachando la propuesta del inepto Almeida de absurda, dado que en un parque y a la sombra, puede hacer hasta quince grados menos. 

          A las nueve y media y aún con 35 grados, nos ponemos a la cola de la limonada. De repente, el cielo comienza a nublarse y aparecen los primeros relámpagos, seguidos de algún trueno. En nuestras aplicaciones del tiempo no dan tormenta.

miércoles, 18 de junio de 2025

Tres findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de San Antonio de la Florida (parte III).

           Pero no nos despistémos y volvamos a la música. Johnny Cifuentes ha cumplido setenta años dos días antes de este concierto. Y vaya siete décadas tan bien llevadas, con esa vitalidad, con esa energía, con esa humildad comedida. Nosotros, tenemos cincuenta y siete y desde luego, no nos imaginamos así dentro de trece y eso, que por el momento, enfermedades cero.

          Después de Burning, llega el turno de una DJ algo sosa -mejor la del año pasado, aunque hablaba, como una cotorra-, pero por lo menos, pinchó música para todos los gustos y de todas las épocas.

          Y tras tantas emociones y del supremo calor, ya solo quedaba el habitual show de la madera, echándonos a todos del parque, con las malas artes de siempre. Todos los trabajos son dignos porque conllevan esfuerzo, pero algunos...

          Son las tres y toca entretener el tiempo, hasta que a las cinco, abran Cercanías y seguir con esta trama, que nos hemos montado en los últimos tres años - me río yo del Triángulo Bizarro del PSOE -, de divertirnos, constantemente, sin gastarnos un euro.

          Primero, nos acomodamos un rato en Plaza España, junto al ascensor de la Cuesta de San Vicente. La escena no da lugar a sorpresas, acostumbrados, como estamos a la noche madrileña:  repartidores de comida en bicicleta o en patinete y gente volviendo de fiesta.

          En Sol nos apalancamos otro rato, pero como ya han regado y recogido la basura, no nos molesta la policía. ¡Todo un detalle!

          Y a partir de ahí, como si fuera de barbitúricos, comienza un cóctel de Cercanías que nos transporta hacia los cuatro puntos cardinales de la Comunidad de Madrid -Aranjuez, Alcobendas, Las Rozas, Chamartín...-para poder dormir unas horillas. Y mira que son incómodos estos asientos para el descanso, pero ante las aventuras vividas y el desgaste, aceptamos una rendición incondicional.

          Podríamos haber vuelto a las nueve de la mañana -como otras tantas veces- a Valladolid y lo anterior, no habría sido necesario, pero como somos del indisimulable "club del gañote",  nos apuntamos a la paella gratuita del mediodía en el parque de la Bombilla, bastante más rica, que la del año pasado. Aunque el coste de aguantar a las insoportables familias no compensa ahorrarse el dinero o comprar y cocinar en nuestra casa. ¡No todo puede salir perfecto!.

          Bien ha estado poner el despertador vespertino, porque si no acabamos, en León, destino final del tren.

          Para el próximo finde, de momento, incertidumbre, porque se celebran muchas fiestas, pero no tenemos un solo programa (nos nutrimos de la buena labor de el diario.es)

martes, 17 de junio de 2025

Tres findes para culminar la cuenta atrás. Fiestas de San Antonio de la Florida (parte II)

           A decir verdad, nos gustan más las fiestas de los barrios/distritos de Madrid, que las de San Isidro. Son más creativas,participativas, solidarias, responsables, universales, emocionantes...Las otras, sencillamente son, Mario Vaquerizo, Mario Vaquerizo y amigos (los del alcalde Almeida, claro).

          Dejemos el pulso político y volvamos a la fiesta, aunque a través de un análisis social. No son lo mismo las fiestas de Aluche, que las de San Antonio de la Florida (barrio pobre, ante zona rica o al menos, cómoda, que no acomodada, porque eso es cosa de cada uno).

          Vamos a poner dos ejemplos, pero no a sacar conclusiones. Parque de Aluche, a las dos de la mañana, con música rock de fondo, abrumadora presencia de latinos, sobre todo colombianos. Sentimos tanta intimidación como curiosidad. Celia está borracha pérdida, se tambalea y a duras penas, consigue sujetarse de pie, mientras trata de finiquitar su preciada botella de ron del Mercadona. Sus supuestos amigos, muy machos todos ellos, en vez de disuadirla, tratan de que esnife una sustancia para nosotros desconocida y que así, en breve, pueda ser follable, sin ninguna resistencia. Afortunadamente para ella aparece una amiga -o similar -, que  se la lleva de allí.

          Una semana después en el parque de la Bombilla, la situación es distinta, aunque no tanto. Frente a nuestro banco, un grupo de jóvenes españoles, universitarios y de padres de clase media, sin alcohol o drogas, debaten sobre diversas cosas. Después de sentirse tensa, una chica le espera a un joven: "tú del uno al veinte, ¿cuanto facha eres?" ¡Vaya con su escala de puntuación, ni que fuera la PAU!

          No escuchamos la respuesta, pero si y posteriormente, cuando le aconseja, que no se operé de las tetas -esta delgada y las tiene pequeñas-, porque son un don de Dios.

          Nos resistimos a hacer valoraciones, pero no nos habría gustado ser jóvenes en estos tiempos. Y todo lo hacemos por enredar y exprimir la vida hasta las últimas consecuencias, porque unos viejos,como nosotros y a estas horas, deberíamos estar en la cama con sopitas y buen vino ( lo segundo no nos falta).

lunes, 16 de junio de 2025

Tres findes para culminar la cuenta atrás: Fiestas de San Antonio de la Florida (parte I)

           Seguimos disfrutando, mientras se acerca, irremisiblemente, el final de la cuenta atrás, que llegará el 30 de junio. ¡Aún hay tiempo para todo!.

          Tomamos el Media Distancia de las dos y media del sábado. Es el de la 'Fabric", ese, que transporta cada finde a decenas de jóvenes a la popular macro discoteca madrileña. Aunque en esta ocasión, solo viajan unas pocas jovencitas, tan sobradas en carnes, como en ganas de enseñarlas. Nosotros tenemos otros planes y nos dirigiremos a las Fiestas de San Antonio de la Florida, como ya hicimos el año pasado por estas fechas.

          Antes de nada nos cascamos  cuatro zumos de melocotón y maracuyá y de Kiwi con avena de la marca Vía Nature, que nos proporcionan gratuitamente en el Samplia de Callao. Deliciosos y más, con el calor que hace.

          Llegamos a la Glorieta de San Antonio. A esta hora -19:30-, hay prevista una limonada -refresco de limón y no sangría, como ya constatamos en junio pasado-, una mini verbena y varios pasatiempos infantiles vintages. La primera -desconocemos porqué -, no se celebra. La segunda resulta muy castiza, a ritmo de pasodoble y chotis, donde jóvenes y mayores  -fundamentalmente mujeres- enseñan sus artes. Y lo tercero nos llena de ternura, viendo como imberbes aún no llegados a la adolescencia, practican los juegos de sus abuelos, que les servían, como ocio, en las décadas de los cincuenta y de los sesenta del siglo pasado. Eran tales, como los patitos, la rana, la rayuela..., a un precio de dos o tres pesetas el intento. Al menos, nos comemos gratis un dulce barquillo de los de toda la vida.

          Compramos supervivencia en el Mercadona de Príncipe Pío y nos vamos al concierto de los Burning, que se va a celebrar en el descuidado parque de la Bombilla. Mucha gente mayor -incluso, que nosotros -, aunque también nos acompañan unos cuantos jóvenes, que se saben todas las letras de pe a  pa y que disfrutan de un esplendoroso vocalista, que cumple con performance sesentera y les saca cincuenta años de existencia. ¡Larga vida a esta increíble banda de rock! Lleva cinco décadas en la carretera, haciéndonos disfrutar, como si fuera el primer día.

          Y la noche se llena de magia. Porque éramos dos y era un volcán y un huracán y porque nos preguntan - con la ayuda del envejecido Coque Malla -, qué hace una chica como tú en un sitio, como este. Y antes de que nos emocionamos y sintonicemos a los Stones sin haber llegado las seis, nos pega un tremendo subidón, con ese atraco pertrechado a la nena. 

          Por cierto: aunque los llamemos barning -pronunciado así, significa ardiendo o quemándose, en inglés -, ellos insisten en qué son burning, que no sabemos si quieren referirse a lo mismo.

          Las fiestas de los barrios madrileños -aún sean pudientes, como este-, no tienen suficiente dinero para tirar de artistas actuales del indie y deben seguir aferrándose a los ochenta, cuyos artistas ya no tienen temas nuevos desde hace años, pero mantienen un buen nivel.

          Hace dos semanas y en Aluche, vimos a Seguridad Social, languideciendo. Lo que hemos contemplado hoy en este escenario ha sido un auténtico delirio, que aunque proceda del pasado, nos da esperanza para ese futuro, que en general, tanta mala pinta tiene.