sábado, 2 de agosto de 2025
viernes, 1 de agosto de 2025
Llega agosto y no vamos a parar
Dijimos en el anterior post, que hoy hablaríamos de alojamientos, pero lo vamos a dejar para la semana, que viene. Hoy comienza agosto y tenemos planes para todos los fines de semana de este mes.
Ha sido una gozada está última semana en casa, a ratos con el jersey -aunque con todo abierto- y por la noche con el edredón. Aunque me temo, que lo que viene a partir del domingo va a ser bien distinto.
La nueva y nada atractiva oferta del Ministerio de Transportes para Media Distancia no nos ha gustado nada, así que hemos dejado de coger estos trenes. Pero si nos ha convencido la de ALSA -también subvencionada por el gobierno- con descuentos de entre el 40 % y el 65%.
Así, que nos hemos comprado un bono de diez viajes a Gijón. No es nominativo y pueden usarse por varios pasajeros a la vez. Con él, cada trayecto pasa de los 25, a los 9€. ¡Buen descuento!
Esta tarde nos vamos para allá, hasta el domingo. Conocemos muchísimo la zona y no sabemos, que haremos. Dormiremos en el camping de Perlora, por 20€, porque nos negamos, a hacer rico a nadie.
El finde, que viene, a , Madrid, en AVLO, a las fiestas de San Cayetano y San Lorenzo, durmiendo en el cápsula de Usera de siempre. Nos ha llamado la atención, que hay una fiesta Bresh, palabro para nosotros desconocido. Preguntamos a la inteligencia artificial y resulta, que es un término argentino, que define algo así, como un concierto organizado por una secta.
El fin de semana del puente queremos volver al Lago de Sanabria, donde estuvimos hace años.
Y el siguiente, a Asturias, de nuevo.
El último de agosto, aún está por decidir.
En cuanto al post de la hostelería, se nos olvidó comentar, ese victimismo extremo, de qué son los únicos, que cumplen en el sistema.
Me explico: pagas por una triste gilda de lata sin elaboración, ni trabajo alguno, tres euros, cuando sabes, que no cuesta ni cincuenta céntimos. Te quejas del abuso y te sueltan lo de los sueldos, los gastos de la Seguridad Social, los suministros...¡Ni que los carniceros, fruteros o demás autónomos no los pagarán y saben, que sino ponen precios competitivos se van a la mierda!.
Y una anécdota, sobre Tropea, que se nos olvidó comentar. En la calle principal -y en alguna otra- han colocado hasta cinco papeleras juntas de colores distintos para reciclar residuos. Pues bien: cuando recogen la basura las vuelcan todas en el mismo sitio. ¡Así es el sugerente y genuino sur de Italia¡.
jueves, 31 de julio de 2025
La hostelería tocada y esperamos...que el actual modelo se hunda.
miércoles, 30 de julio de 2025
¡A viajar a cualquier parte, que no sea , España!
Corría julio de 1988, cuando mi pareja y yo, empezamos la relación, que a día de hoy, aún mantenemos. Pronto, comenzaron los viajes. Primero por España y no tardando mucho, por Europa.
Nuestro primer destino continental en marzo de 1989, no fue demasiado original: París, pero nos sirvió para foguearnos, a lo grande.
Con nuestros pocos más de veinte años, nos trataron de estafar en un alojamiento, consiguiendo impedirlo. Por otra parte y desde el principio, nos dimos cuenta, de que no todo era rancio en España y avanzado por ahí, cuando una tosca señora francesa nos echó la bronca por besarnos expansivamente en la calle. Estuvimos más de una semana, en la que no entendimos nada, de por qué la capital francesa era la ciudad de la luz y el glamour.
Pero, lo que más nos chocó, fue la abismal diferencia de los precios de las cosas en Europa -en Austria, por ejemplo, salimos realmente asustados y casi con hambruna-, que en muchos casos, duplicaban los de nuestro país. No obstante, parecía normal, porque ganaban, bastante más, que nosotros.
Hoy en día -y hace algunos años, también - esas diferencias no solo han desaparecido, sino que España y a lo bestia, se ha convertido en uno de los países más caros -si no, el que más -, del viejo continente. Con un sueldo medio de dos mil cien euros -y un salario mínimo de mil ciento ochenta y cuatro-, estamos bastante por debajo de Francia -alrededor de tres mil quinientos y mil ochocientos, respectivamente - y de Italia, nuestros dos últimos destinos. En el país transalpino no existe un SMI fijado por ley, pero la media de ingresos es de unos tres mil euros al mes.
Por no cansar mucho, resumo: el anterior fin de semana y consultando Booking, era prácticamente imposible encontrar una habitación en Asturias y Cantabria por menos de 100-120€. Nosotros, en Toulouse, Marsella, Reggio Calabria y Lamezia hemos dormido por menos de 50. Las excepciones fueron las turísticas Carcassonne y Tropea, pero aún así, en estos lugares existen ofertas, rondando los 70.
Sobre la hostelería no voy a hablar en este post -aunque si, en el siguiente, para no dejar títere con cabeza-, pero los precios son absolutamente abusivos a lo largo y ancho del continente, por lo que allá cada uno con su vida.
Cierto periódico nacional ha llegado a sugerir, que sale más, a cuenta ir a Bali, que a Mallorca o Menorca .Aunque la comparación nos parece algo exagerada, al ritmo, que van las cosas...
Pero, además de hacer turismo o viajes, hablemos de la cesta de la compra y del día a día. La brutal inflación ha llevado a España -junto a Portugal, Reino Unido o Albania-, que hayamos visto últimamente- a unos precios desproporcionados en la alimentación básica, nada acordes con los sueldos.
Por cierto: si queréis comprar relativamente barato en Francia las opciones son, por este orden, Lidl, Aldi y en ciertos productos, Auchan. Se debe evitar a toda costa el Coop, como en Italia.
La estrella de los precios bajos en Italia es Eurospin, aunque está cadena de supers, solo la hemos visto en el sur del país y en Cerdeña y no en el norte ( lo cual no significa, que no la haya).
¿Cuándo explotará España, como destino turístico de masas?. Creemos y hay síntomas, que lo denotan, que más pronto, que tarde. Lo que aguanten los alemanes y los británico, pero ya ha empezado la desbandada.
martes, 29 de julio de 2025
¡Ave César (parte II)!....y también Alejandro
El viaje va fluyendo y después de los primeros cincuenta kilómetros, comienza el intercambio comunicacional. Primero, sobre temas generales, como las renovables o las placas solares -quien cuenta con un tejado, tiene un tesoro -y después, sobre asuntos más personales.
César y Conchi -él, antiguo trabajador de Telefónica, ella, maestra jubilada -, entretienen su incipiente vejez haciendo de figurantes en series y películas punteras de plataformas y televisiones. Por supuesto, no viven de ello, pero acumulan experiencias y anécdotas, además de viajar por buena parte de España, porque van a casi todos los lugares, donde los llaman.
Precisamente, hoy van a la calle Prim, de Madrid, junto a Recoletos, a participar en varias escenas, aunque no saben de que serie es o de qué va, porque según dicen, en este mundo, hay mucho secretismo.
Y para financiar su tardía afición, transportan a gente, como nosotros, a lo largo del país, según los llaman para los castings.
Son muchas, las preguntas, que les hacemos, durante el entretenido viaje, pero se nos olvida la más importante: ¿dónde lo pasáis mejor y tenéis más anécdotas, en los rodajes o compartiendo el coche con gente divertida?. ¡Quedará para la próxima ocasión!.
Pero, ¡oh sorpresa!. El gran tapado del viaje es, Alejandro, que con algo más de un par de décadas menos que nosotros, ha tenido casi tantas experiencias de nivel como las nuestras. Se trata de un hábil y dicharachero emprendedor, que ha triunfado mil veces y ha fracasado otras tantas o más. Nos cuenta mil historias, pero las resumimos en dos, de distinto calado y consecuencias, aunque ambas muy emotivas.
Con veintipico y con dos socios, montó un barco fiestero en la bahía de Valencia, con capacidad para cuatrocientas personas. El éxito fue inmediato y las borracheras eran tan descomunales, que pronto, se quedaron sin capitanes que quisieran acometer las travesías, por lo que el proyecto acabó en la ruina y él no, pero sus compañeros terminaron endeudados con los derechos de amarre, acabando la embarcación en el desguace.
La segunda historia resulta muy contundente y pone los pelos de punta, al más templado. Tuvo un accidente en 4 por 4 en el desierto del Sáhara y terminó debajo del vehículo.
Sufrió heridas gravísimas y pérdida de parte de órganos vitales, que aún hoy padece y se quedó sin casi sangre en su cuerpo. Como él dice, se vió muerto y fue un milagro salir de aquel hospital desastroso. Pero, sin seguro, no volvió a España en un avión medicalizado, sino en el vuelo de vuelta regular, que tenía, comprado desde el principio del periplo
Llegamos a la calle de Alcalá y nos despedimos de tan agradable y amena compañía. Gran y vibrante experiencia, aunque a estas alturas vitales y por no arriesgar, preferimos la tranquilidad y previsibilidad del tren, que los trepidantes viajes compartidos.
En Méndez Álvaro y sin demasiado calor, cogemos el ALSA para Valladolid y el veraniego viaje languidece y ya no da más de si.