jueves, 24 de octubre de 2024
domingo, 20 de octubre de 2024
Viaje decimotercero a Marruecos
Mañana por la tarde -hay que transportarse con tiempo, dados los constantes y diversos caos ferroviarios- nos vamos, a Madrid, para el martes 22 comenzar nuestro decimotercero viaje a Marruecos, hasta el 29 de octubre
Arribaremos a Fez, por cuarta vez en nuestras vidas, donde no recalamos desde hace doce años.
Visitaremos también, las cercanas localidades de Ifrane -la Suiza marroquí - y Sefrou, en las que estuvimos de paso y deprisa en 2010, justo el día después, de que ganáramos el Mundial de Fútbol, cuya final vivimos en Midelt. Por cierto: los títulos de España, siempre nos han pillado en el extranjero y nunca hemos podido ir a celebrarlos, a Cibeles. Las Euros de 2008 y 2012, en Bangkok y en Kiev -in situ-, respectivamente. Y la de este año, en Tirana.
Posteriormente, iremos camino de Taza, también conocida, llegando más adelante hasta Taourit.
Volveremos desde Nador, pero no llegaremos hasta la ciudad, dado que el aeropuerto está ubicado en la localidad de Al Aoroui -Monte Arruit-, a 30 kilómetros .
jueves, 17 de octubre de 2024
martes, 8 de octubre de 2024
Proyectos para el último trimestre de 2024
domingo, 6 de octubre de 2024
Últimas horas en Marrakech
El trayecto de regreso, desde Ouarzazate, hasta Marrakech, fue uno de los momentos más placenteros del viaje, con el aire acondicionado a tope, las cortinas corridas y durmiendo a pleno rendimiento, tres de las mas de cuatro horas y media, que duró la travesía. Nos acomodamos en el mismo hotel de hace dos días, aunque en distinta habitación, para seguir asfixiándonos de calor.
Lo que más nos apasiona en Marruecos desde el punto de vista gastronómico son, las irresistibles tablas de variados pescados fritos y mariscos. Después, los tajines y cuscús, además de las brochetas y diversos platos locales. Y, en plan más informal, las aceitunas de los puestos de los mercados y supermercados -existe casi tanta variedad, como de quesos en España- y las sardinas de lata, mucho más ricas y baratas, que en nuestro país. Para rematar, un poderoso té de especias, a 3 dirham, en las noches de Jemaa El Fna.
En esta plaza, los comisionistas de los restaurantes vespertinos siguen con la misma cantinela de hace veinte años: "más barato que en Carrefour o Mercadona" y similares y les hemos reñido por ello, pidiéndoles, que se renueven un poquito.
Solo nos ha hecho gracia un tipo joven, que nos ha espetado: "ya os han tratado de engañar esos pajarracos...", refiriéndose a sus colegas restauradores, para a continuación, querernos colocar el suyo.
En el último año y medio hemos volado desde Tánger, Esaouira y Agadir, con Ryanair. Como en Tirana o Turquía, la compañía no emite tarjetas de embarque digitales al móvil. Debes gestionarlas en la app, para luego obtenerlas en la web. Pero tampoco valen y el día del vuelo, se debe acudir al mostrador, para que te den una en papel. Nunca las hemos impreso.
Pero, nos empezamos a rayar, porque en más de veinte agencias y locales diversos de Marrakech, instan a imprimir por un euro, el documento. No sabíamos, si algo había cambiado, aunque no parecía lógico. Así, que nos fuimos a la normativa de la compañía, que en su artículo 6.2.1. dice lo siguiente: "Debes hacer la facturación en linea en www.ryanair.e imprimir o DESCARGAR tu tarjeta de embarque...".
En el mostrador, solo nos pidieron los pasaportes, nada más y la gestión fue muy ágil.
Por cierto: os hablé de un Carrefour Market, a quince minutos de la Koutobia, con cerveza y alcohol. Pero es bastante más caro, que el más alejado del Menara Mall.
Y desde ese centro comercial y por un camino cómodo, fuimos andando al aeropuerto, donde el aire acondicionado brilla por su ausencia y en el que hay que pasar los bultos antes de entrar por un poco exigente control de seguridad.
martes, 1 de octubre de 2024
Frustración y ola de calor
No sabíamos, si terminaríamos durmiendo en Skoura, retornariamos a Ouarzazate o el plan más improbable: regresar de un tirón a Marrakech.
Pues bien. Ha sido este último el que se ha cumplido, porque ni siquiera hemos llegado hasta Skoura.
El plan se fue desmoronando, como un castillo de naipes o una hilera de fichas de dominó. Anoche -después de dar un paseo por el centro de Ouarzazate, más animado, que de día, en el que me golpeé la tibia contra un duro jergón de madera y me herí-, descubrimos, que la Kasbah de Skoura está a 6 kilómetros del centro de la ciudad. No era un problema gordo, porque pilla de camino en la carretera, podríamos bajarnos allí y hacer el camino andando, una sola vez.
El siguiente hallazgo fue peor: el magnífico palmeral, se sitúa a 7 kilómetros del centro y en otra dirección. Habría, que sumar, otros tantos de regreso. ¡ Si preparáramos los destinos con más antelación ...!
El siguiente hecho nos puso al borde del cao. Hoy va a empezar una ola de calor, para llevar las máximas desde los 32 de ayer, a los 39.
A pesar de todo, mantuvimos los planes.
Nos levantamos pronto y nos fuimos a cambiar dinero al único banco, donde pone la tasa en la puerta y resulta, que desde hace tiempo, ya no ofrecen está operación. Desconcierto y mucha perdida de tiempo, hasta que encontramos otro.
El resultado fue, que perdimos el bus de las 9:30 y tomar el siguiente nos complicaba mucho el día.
Vuelta a Marrakech, con mucha frustración, pero pagando 20 dirham menos, que a la ida, con un mejor bus y potente aire acondicionado.
Nuestra relación con Marruecos es extraña. Hicimos siete viajes al país, entre 2005 y 2012, en los que lo recorrimos entero. Así, que durante once años y hasta 2023, no volvimos por aquí. Sin embargo, durante los últimos dieciocho meses hemos hecho otros cinco periplos.
El problema es, que está todo casi visto y lo que nos queda, se encuentra bastante distante entre si y es de segundo orden en una nación, donde el transporte público es complicado. En el sureste solo nos quedaba Ait Ben Haddou y Skoura y nos hemos quedado sin la mitad del proyecto. Más de diez horas de bus para una sola visita -Ouarzazate ya lo conocíamos - y a pesar del grato reencuentro con Marrakech, el periplo ha sido un fracaso.
El pronóstico era cierto y al bajar del bus, nos encontramos con 40 grados. No obstante, nos fuimos andando al alejado Carrefour para comprar cerveza y a la vuelta descubrimos, que hay otro tres veces más cercano, a cuarto de hora de la Koutobia...¡Vaya día de frustración!.