Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 16 de agosto de 2024

Un atasco infernal y hoteles de precio prohibitivo, dan la bienvenida a Shillong

           Sobre las nueve de la mañana dejamos el hotel más caluroso del viaje, donde del grifo del agua fría sale el líquido elemento casi hirviendo durante el día, dado que el depósito está en el tejado.

          No tardamos mucho tiempo en acomodarnos en el Jeep, único medio de transporte, -es un decir, porque es el más incómodo hasta la fecha, de este viaje-, aunque no sin discutir, porque para cuadrar sus planes, nos querían colocar en vehículos diferentes. 

          La primera hora fue un infierno, dentro del atasco más monumental vivido nunca en este país y ya es decir. El techo ardiendo y fuego solar entrando por las ventanillas -nada de aire acondicionado, a pesar del alto precio del pasaje-, nos daban la sensación de estar sentados en el interior de un radiador incandescente.

          Y soportando este panorama, sin ni siquiera poder beber agua, por temor a realimentar la diarrea de ayer. Al final, contemplamos la causa del colapso: un camión enorme de sacos de maíz había volcado en mitad de la carretera.

          Tres horas y media para noventa y siete kilómetros, porque el chófer paró para comer. No se entiende una cosa así para ese corto margen de tiempo, porque en las quince horas, que duró el viaje del otro día, a Siliguri, solo detuvieron el bus una vez para todo (comer, mear,lo siguiente).

          Al llegar a Shillong, se presentó el problema de los hoteles, que ya preveíamos. Nos pedían tres veces más, de lo que venimos pagando. Al final hemos encontrado uno por la mitad -1500 rupias - y otro para mañana por 800, muy básico, pero el de hoy también lo es, porque no tenemos ni agua caliente, estando a 20 grados (diez menos que ayer).

          De momento, estamos encantados con esta ciudad y su Police Bazar -vaya nombrecito-, lleno de actividad comercial y de vida, a pesar de que por la calle principal pasen molestas motos y coches. Aunque la gente es más educada -igual de brutos, eso sí, que en otras partes - y tienes serias opciones, si te decides a cruzar, de no morir en los pasos de cebra.

          Megalaya es un estado de mayoría cristiana, por lo que abundan las carnicerías y las tiendas de alcohol, con el güisqui a mitad de precio, que de donde venimos.

Shillong , en Megalaya


 



Police Bazar, en Shillong


 

jueves, 15 de agosto de 2024

Cajón de sastre del viaje (parte II)

           -Autobuses o la segunda clase del tren para viajes de menos de 200 kilómetros, en India. ¿Que es lo más conveniente?: es complicado y puede depender del trayecto, del día y de la hora.

          Las ventajas del ferrocarril son el precio -a veces, la tercera parte del bus-, la velocidad media -salen de la ciudad sin parar docenas de veces-, la ausencia de baches y resaltos y los servicios de comida y bebida a bordo. Los inconvenientes: masificación absoluta y falta de intimidad -alguna gente no se corta y te molesta de todas las formas posibles-, la falta de asientos -a veces- y los frecuentes retrasos. Las estaciones de tren suelen estar más céntricas que las de bus.

          Ventajas de ir por carretera: menos pasajeros, más intimidad si consigues sentarte con tu acompañante, más comodidad -no siempre - y mayor puntualidad. Desventajas: velocidad media baja, interminables paradas antes de salir de la ciudad y durante el recorrido, baches y resaltos, tráfico denso y el poco competitivo precio.

          - Historia de una escalera: en la estación de Bhopal y al salir del tren, estuvimos atrapados y aplastados en tres tramos de escalera, agitados hacia todas partes, por quienes subían y bajaban sin ningún orden. Nunca habíamos vivido algo semejante. En el tumulto mi pareja perdió -o le quitaron -, la cartera con los billetes pequeños (de menos de cien rupias)

          -¡Hala Madrid!: nuestro equipo de toda la vida. Pero, no nos engañemos a los indios el fútbol les importa un pimiento. Unos días antes de partir, encontramos una camiseta conmemorativa de la liga y de las copas de Europa y decidí llevármela, porque al ser blanca y de buen tejido, penetra menos el calor. En Italia, Albania y Grecia y hasta en Emiratos y Omán, mucha gente nos paraba en la calle, incluso para fotos. Llevamos tres semanas en India y la prenda pasa totalmente desapercibida.

          -La vista desde un tuck tuck: siempre había viajado en la parte de atrás de estos vehículos y no al lado del conductor. Cómo éramos varios pasajeros, para tomar el bus a Siliguri, en plena carretera, nos montaron en uno - a otros los llevaron en moto- y me toco en esa posición. Comprendí, que la perspectiva era totalmente diferente, a cuando caminas por la calle. Te das cuenta, que hasta los movimientos más agresivos del driver, están relativamente controlados 

          -Una India en constante cambio: sobre todo, en materia de alojamiento. Sitios donde no nos cogían y ahora si o viceversa hace seis meses, además de que alguno nos han pedido entre un 25 y un 50% más por la habitación. Por el contrario y en determinados aspectos, permanece el inmovilismo. La mayoría, hoy en día disponen de ordenador, pero siguen duplicando el registro con esos pesados e ingobernables libros del check -in.

Otro templo de Guwahati


 

Templo en Guwahati


 

Celebración 🎂 religiosa en New Japailguri


 

Dieciséis horas y media de retraso

           Y el tren llegó a New Japalguri con dieciséis horas y media de retraso (nuestra anterior marca estaba en dos menos). Así, en vez de a las 4;30 a.m, partimos a más de las 9 de la noche, por lo que hubo que entretener todo el día por las calles de esta ciudad, como hace seis meses. Nuestro cansino transitar, comenzó a ser un remake malo de nuestras propias vidas.

          Sí dos cosas buenas tenía New Japalguri eran, el acogedor hotel ubicado casi enfrente de la tienda de la cerveza y el alcohol y el puesto donde comimos las mejores samosas en el viaje anterior. Se han quedado en una, porque este último está situado junto a la enorme zanja, que ha provocado la rotura de una tubería y se encuentra de capa caída.

          Sobre las tres de la tarde, intentamos obtener los billetes del tren de vuelta, entre Agartala y New  Japalguri para el día 22, con ocho jornadas de adelanto. Nos tocó una tía muy maleducada y gritona. Tras confundirnos varias veces nos dijo que no había nada en ninguna clase, hasta el 26. ¡Habrá que buscarse la vida de otra manera!

          Ya entrada la tarde, nos cayó la clásica tormenta de cada día, aunque no fue antológica. Cuando salimos sentimos el airecito del movimiento del tren y el alivio de salir de una vez, de este penal de alta seguridad, de New Japalguri.

          Nuestras previsiones para el retorno, a Guwahati, no eran demasiado optimistas, después de un viaje tranquilo, aunque con algún alborotado. Pero también, en esto fallamos: en menos de quince minutos y gracias a la cuota Takal, después de ser atendidos por un encanto de chica, teníamos los billetes de regreso, a Guwahati, para el 22. Desde aquí trataremos de llegar, a Varanasi.

          La otra vez y con el ya clásico "is full, no rooms", tardamos casi tres horas en encontrar alojamiento. En esta ocasión, en menos de media, teníamos habitación,mucho más adecuada y al mismo precio. Mejor así, porque desde esta mañana, arrastro la primera cagalera en seis viajes, a India.

          Hoy es el maldito día de la Independencia. Hasta los abundantes niños mendigo de aquí, llevan la banderita patria. Casi todo está cerrado, incluidos la mayor parte de restaurantes. E incluso, los puestos de inservibles achiperres diversos.

          Si no hay contratiempos, mañana viajamos, a Shillong, en Megalaya.

martes, 13 de agosto de 2024

Cajón de sastre del viaje (parte I)

          En esta entrada -y alguna otra posterior -, vamos a contar algunas opiniones o anécdotas, que no caben en los post de nuestro día a día. Son, fundamentalmente, sobre India, aunque no todos.

          -¿Cuándo es la mejor época para venir, a India?: nosotros hemos estado aquí, todos los meses, salvo abril y diciembre, así que podemos dar una opinión fiable. Para empezar y salvo los sitios con determinada altitud y en verano, ningún momento es perfecto para venir a este país. Para continuar y hasta hace unos días, teníamos la respuesta muy clara, a pesar de que este monzón está siendo más virulento y lluvioso que los otros cuatro, que hemos vivido aquí. 
 
          No obstante, nos seguimos quedando con esta estación, porque India está más verde que nunca; no hay polvo por ninguna parte -no se te ponen las uñas negras-; no pasas el calor del resto del año y  no llevas el sol todo el día clavado en la cabeza. El monzón echa para atrás a muchos viajeros y no le veo el sentido. Los únicos problemas son, que las lluvias te hacen perder algo de tiempo y que todos los santos días tengas los pies mojados 

          -12345678: No os podéis ni imaginar la cantidad de wifis, que tienen esa clave tan básica, ya sean hoteles, comercios, bares y hasta bancos. Esto nos ha salvado la vida digital, en  multitud de ocasiones.

          -El indio feliz y emocionado: en la estación de Ujjain, desenvolví un caramelo y tiré el envoltorio a la papelera. Un hombre sentado en un banco se puso contentísimo y al grito de "good"empezó hacer gestos con los pulgares hacia arriba.

          -El botín del aeropuerto de Abu Dhabi: hay una zona, donde la gente recoloca y pesa sus equipajes y donde dejan abandonadas,  además de comida y bebida sin empezar, todo tipo de cosas. Entre otras y no es la primera vez, que actuamos, nos llevamos seis enormes pastillas de jabón del bueno y más de dos kilos de bombones.

          -El teléfono loco: caminando por la Corniche de Mascate, el día del cambio de hotel, con un sol aplastante y 48; grados, con sensación térmica de 53, el  móvil se rebeló y empezó a actuar por su cuenta, sin mi intervención, abriendo y cerrando aplicaciones. Incluso, encendió la linterna y hasta pasado un buen rato, no me dejó apagarlo 

Otra vez, presos en New Japalguri

         Hoy hemos  tenido  un día bastante tranquilo, pero eso no significa, que no se hayan producido cambios significativos. Estamos en un hotel de New Japalguri -el mismo, que en febrero pasado-, cuando deberíamos encontrarnos en la estación de trenes, esperando a viajar, a Guwahati de madrugada.

          El convoy salió ayer tarde de Secunderabad -a 2100 kilómetros de aquí - con tres horas de retraso y en la actualidad ya acumula doce. Lo sabemos, porque hay una aplicación muy útil, que se llama "where is muy train", que al instante y en vivo, te actualiza donde está el tren,que solicitas. Resulta imposible saber, cuando saldremos de aquí, lo cual es inquietante.

          Por lo demás, nuestro único movimiento hoy ha sido recorrer en cacharro, la seis kilómetros, que separan Siliguri de New Japalguri. Al llegar, hemos comprado sin problemas en la oficina de reservas, los billetes entre Guwahati y Agartala, para la madrugada del próximo lunes.

          La ciudad ha mejorado algo desde hace seis meses, porque han avanzado bastante las obras de entonces, aunque se encuentra encharcada, debido al monzón y a la rotura de una gruesa tubería y llena de basura. Al menos, hoy no ha llovido ni una gota.