Esta es de Mandi y la de abajo, de Hampi
Tratar de establecer un manual de
conducción de vehículos, en India, daría para un libro de mil
páginas, si se detallan situaciones concretas y se ilustran con
anécdotas o simplemente, para una línea, si se quiere simplificar:
“¡haz lo que quieras, puedas o te dejen!”. Tirando por un camino
intermedio, voy a tratar de exponer algunos conceptos básicos sobre
el funcionamiento del tráfico y lo difícil, que lo tenemos los
peatones.
Velur
-En India se conduce por la izquierda,
pero esta es una instrucción meramente orientativa, dado que se
circula en todas las direcciones y sin más criterio, que “por aquí
quepo y puedo avanzar”.
-Conducir a golpe de claxon (el pi,
pi, pi constante de las ciudades resulta insoportable, aunque te
acostumbras): cada conductor solo se responsabiliza de lo que ocurre
delante de él. Para lo demás, ya está la bocina para avisar, a los
que se encuentran a los lados o detrás -sean peatones u otros
vehículos-, de que estamos realizando una maniobra, por
descabellada, que esta pueda ser. La pega mayor, entre otras muchas
es, que los caminantes no disponemos de claxon.
Bangalore
-Buscar el hueco libre: no hay más
norma, como si se tratara de una partida de tetrix, que encajarte
donde puedas, en el tráfico rodante. Puedes aparcar donde quieras,
poner un tenderete o un carrito de comida y serán los demás,
quienes tengan que ir esquivando los obstáculos, sin más reproches,
ni burocracia. Las desventajas son obvias, pero la ventaja principal
no es baladí: casi todas las situaciones complejas del tráfico, a
lo largo del día -que no son pocas-, se solucionan de forma
amistosa, sin aspavientos o discusiones y sin que tenga, que
intervenir la autoridad (lo llevas claro, si esperas ayuda policial).
Hampi
Eso sí, cuidado con los numerosos
animales, porque ellos ni siquiera entienden esta forma de actuar,
tan básica.
-Los semáforos son casi inexistentes
y cuando los hay, no siempre son respetados (especialmente, por las
motos, tuck tucks y rickshaws). Apenas se encuentran señales y las
que hay, no se respetan. El brazo es un buen arma para indicar la
maniobra, que se va a hacer, si se trata, por ejemplo de un giro.
-No existen normas, ni en cuanto al
número de pasajeros, que debe albergar un vehículo o en cuanto a la
carga, que pueden llevar. Así, no resulta infrecuente, ver a un
matrimonio con sus tres hijos subidos en una moto, a 15 personas en
un tuck tuck o a una pequeña furgoneta, transportando en su techo,
gruesos tubos metálicos de cinco metros de largo.
Hyderabad
-Afortunadamente y debido a los
atascos, a la superpoblación, al estado del firme y al caos
imperante, en India no se circula, normalmente, a mucha velocidad, lo
que impide desastres mayores, a los ya habituales y cotidianos.
-Si tienes un accidente o atropello,
vete contando con que nadie te va a ayudar, ni para auxiliarte, ni
para llevarte a un hospital. Si lo hicieran, por un lado, la policía
podría acusarlos de culpables del hecho y meterse en problemas. Por
otro lado, es posible que el centro hospitalario requiera el pago del
tratamiento por adelantado y alguien debe hacerse responsable.
Delhi
-Aunque para todos es complicado
moverse en el asfalto, la palma se la llevan los peatones, que muchas
veces, tenemos, que circular, casi por el centro de la calzada, al no
haber acera, estar ocupada y tener dos filas de cacharros aparcados y
una de puestos. Debe hacerse notar, que a pesar del caos y el
peligro, la mayoría de indias e indios caminan despreocupados, sin
casi mirar a su alrededor.
Kullu
Tratar de cruzar las calles más
concurridas resulta un deporte de altísimo riesgo, que se debe
evitar por la noche, dado que muchos vehículos para ahorrar o por
falta de mantenimiento, no disponen de luces.
-El peatón debe ser consciente, de
que no se trata de un juego de niños y de que muchas veces, te
juegas la vida. Nosotros, en este último viaje, hemos sufrido
situaciones en Hyderabad -acrecentadas por las interminables obras
del metro- o Delhi, de salvar el pellejo por milímetros, ante un
carromato y un autobús. ¡Y no es ninguna broma!.
Esta es de Nahan y la de más abajo, de Shimla
También circulan muchos conductores
sinvergüenzas, por no decir, el 99%. Resulta comprensible, en una
situación de supervivencia extrema. Pero no lo es, que vayas a
cruzar una calle de cuatro filas de vehículos, quieras parar entre
dos de ellos y el de detrás se pegue al de delante, para impedírtelo
y hacerte la puñeta. Lamentablemente, eso está a la orden del día,
sin que nadie ponga coto.