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lunes, 10 de marzo de 2025

De la plaza del Carmen a los puestos de Ginjihna

           Empezó el tercer día de viaje con el tiempo más estable y a todo esto, ya eran siete naturales -cinco hábiles -, los que habían pasado desde la publicación de las notas. No estaba claro, cuáles contaban, porque en la convocatoria ponía una cosa y en la resolución otra. Para los que no habéis logrado nunca una plaza pública, no os podéis hacer una idea, de lo larga, que se hace cada jornada entre que se publica la lista provisional y la definitiva. Y eso, que la ventaja con la segunda clasificada era muy cómoda.

          Dedicamos la mañana a volver al mercado de la Ribeira y a visitar la plaza más bonita de Lisboa: la del Carmen. A ella se puede llegar utilizando el eiffeliano y caro ascensor, subiendo escaleras o lo mejor: callejeando por bonitas vías ascendentes. En la plaza se encuentra un bellísimo monasterio en ruinas -hoy Museo Arqueológico- y una fuente barroca, que no da agua. Por detrás y desde lo alto, hay un mirador desde donde se contemplan idílicas vistas del castillo y de Lisboa, en general.

          Como al día siguiente iríamos a Evora temprano, nos decidimos por ir a dormir al aeropuerto, que no está lejos de la estación de autobuses. Se trata de un camino de unos diez kilómetros, en el que no se abandona el casco urbano hasta la última rotonda. Es entretenido, especialmente, cuando se abandona el centro y se transcurre por un poblado barrio de inmigrantes, con negocios de venta, bares y restaurantes gestionados por indios y africanos. Puedes comer un kebab por 2€, cuando en la Baixa te cuesta cinco.

          Si algo constituye hoy en día un emblema de la capital lusa, son los numerosos puestos de ginja -o ginjinha -, que hay por casi todas partes. Se trata de un rico licor de guindas, típico de Óbidos, que se sirve en vaso de plástico o de chocolate. También destacan los omnipresentes pasteles de nata y el bacalao, cocinado de casi todas las maneras imaginables.

          El aeropuerto de Lisboa no es el mejor lugar para pasar la noche. Cuenta con dos terminales con transporte gratuito entre ellas. Abre las 24 horas, pero si no tienes una tarjeta de embarque para el día siguiente, aunque seas viajero de otros transportes, debes abandonarlo entre las 00:30 y las 03:00 de la madrugada. El resto del tiempo, nadie te molesta.

          Para encontrar un supermercado hay que caminar unos cincuenta y cinco minutos hasta un bien abastecido Aldi (los mejores pasteles de bacalao y de nata de la ciudad).

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