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martes, 4 de julio de 2023

Baku

           La mayor parte de la ciudad de Bakú está impoluta y saca músculo con el paseo marítimo más largo del mundo -y tal vez el más ancho, en el que apenas hay gente transitando a ninguna hora- y modernos y caprichosos edificios, algunos de ellos en constante y lenta construcción.

          Pero y como casi siempre ocurre en estas megaciudades con pies de barro, alejándote de las zonas más turísticas, los barrios se convierten en verdaderos avisperos tercermundistas: apenas sin aceras, de estructura sórdida mente soviética -edificios austeros, feos e iguales- o ambos casos. Las mezquitas son escasas, a pesar de estar en un país musulmán.

          Hay varias formas de explorar Baku y sus alrededores más cercanos, incluidos los petroglifos y volcanes de lodo de Gobustan. Todo por libre, todo por agencia o una mezcla de ambas opciones, que para nosotros, resulta lo más adecuado, de antemano.

          Lo primero, que atrae la atención del viajero, que recala en Bakú, es el casco histórico amurallado, casi colindante con la agitada, vibrante y moderna zona comercial soportalada. Calles ascendentes, serpenteantes y caóticas, gobernada por el descontrolado tráfico, que albergan la famosa torre de la Doncella, el palacio, mezquitas encajonadas, edificios antiguos y remodelados caravasar es, hoy convertidos en lujosos restaurantes, hoteles y tiendas de todo tipo, destacando las de imponentes alfombras.

          No muy lejos de este área, se encuentra el elegante Museo de la Alfombra y tras ascender unas cercanas 562 escaleras o tomar el barato funicular, se llega a las famosas tres Torres Llama, construidas hace poco más de una década, aunque parezca, que lleven ahí desde siempre. Cada una tiene un uso diferenciado: hotel -caro y venido a menos-, residencial y oficinas.

          Después y volviendo a descender, se encuentran las atracciones urbanísticas del interminable paseo marítimo, en forma de modernos centros comerciales -uno, copia casi exacta de la Ópera de Sidney -, edificios modernos, una noria y varios complejos multiusos, construidos a capricho para eventos deslumbrantes de fechas pasadas, además de un modesto Litte Venezia, una amplia y cuidada zona ajardinada y un reconvertido y poco activo puerto.

          Para completar la visita, quedarían los lugares de los alrededores, a los que nos referimos en el siguiente artículo.

          Si aún te quedan fuerzas, después de una jornada dura, dominada por la humedad y el calor, no dudes en pasear de noche por la extensa bahía. Aunque en este caso, nuestras altas expectativas quedaron decepcionadas. No así y a nuestra llegada, las vistas aéreas de este magnífico enclave costero del Mar Caspio, según aterrizabamos.

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